Oriente Medio
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos elevó hoy a 141 el número de miembros del grupo chií libanés pro-iraní Hezbollah muertos en los últimos meses en la periferia de Damasco y en la provincia de Homs, en el centro de Siria.
La organización, con sede en Londres pero con una amplia red de activistas sobre el terreno, precisó que al menos 79 miembros de Hezbollah (Hizb Allah o "Partido de Dios") han perdido la vida entre la semana del 19 al 26 de mayo por la explosión de minas, disparos de francotiradores y en enfrentamientos en Al Quseir y sus alrededores, en Homs.
A ellos se suman cuatro fallecidos en las afueras de Damasco la semana pasada.
Además, al menos veinte integrantes armados del grupo terrorista chií perecieron en las inmediaciones de Al Quseir a principios de este mes y otros 38 desde otoño pasado en la misma zona.
Hace cuatro días, el Observatorio informó de la muerte de al menos 104 miembros de Hezbollah (calificado por los rebeldes sirios como Hizb al Shaitan o "Partido de Satanás), aliado del régimen de Bashar al Asad, en la capital y en Homs. El aumento de víctimas se
La organización, con sede en Londres pero con una amplia red de activistas sobre el terreno, precisó que al menos 79 miembros de Hezbollah (Hizb Allah o "Partido de Dios") han perdido la vida entre la semana del 19 al 26 de mayo por la explosión de minas, disparos de francotiradores y en enfrentamientos en Al Quseir y sus alrededores, en Homs.
A ellos se suman cuatro fallecidos en las afueras de Damasco la semana pasada.
Además, al menos veinte integrantes armados del grupo terrorista chií perecieron en las inmediaciones de Al Quseir a principios de este mes y otros 38 desde otoño pasado en la misma zona.
Hace cuatro días, el Observatorio informó de la muerte de al menos 104 miembros de Hezbollah (calificado por los rebeldes sirios como Hizb al Shaitan o "Partido de Satanás), aliado del régimen de Bashar al Asad, en la capital y en Homs. El aumento de víctimas se
ha producido en la última semana en Al Quseir, escenario de una ofensiva lanzada por las autoridades sirias contra los rebeldes.
El líder de Hezbollah, jeque Hasan Nasrallah, declaró en un discurso televisado que no abandonará al régimen sirio ante la amenaza de los extremistas suníes, porque esa guerra es también crucial para el Líbano.
"No podemos permanecer con los brazos cruzados cuando atacan a Siria. Si el régimen (sirio) cae, la resistencia se debilitará, lo que permitirá a Israel controlar el Líbano", alegó Nasrallah en un intento de justificar su injerencia en los asuntos internos del vecino país árabe.
Mientras, continúan los choques y los bombardeos en Al Quseir y sus alrededores, donde desde el pasado día 19 las tropas del régimen, apoyadas por Hezbollah, llevan a cabo una ofensiva contra los insurgentes.
La oposición libanesa acusa a Hezbollah de inmiscuirse en la guerra civil siria para promover los intereses de Irán, poniendo en peligro la estabilidad del Líbano.
Al Quseir, de unos 25.000 habitantes, es un enclave estratégico para los rebeldes debido a su ubicación en la ruta que conecta el norte del Líbano, de mayoría suní, con Homs, lo que permite el abastecimiento de armas.
También es fundamental para el régimen, ya que esa carretera comunica Damasco con sus feudos de la costa mediterránea, de mayoría alauí, secta a la que pertenece el presidente sirio. EFE y Aurora
El líder de Hezbollah, jeque Hasan Nasrallah, declaró en un discurso televisado que no abandonará al régimen sirio ante la amenaza de los extremistas suníes, porque esa guerra es también crucial para el Líbano.
"No podemos permanecer con los brazos cruzados cuando atacan a Siria. Si el régimen (sirio) cae, la resistencia se debilitará, lo que permitirá a Israel controlar el Líbano", alegó Nasrallah en un intento de justificar su injerencia en los asuntos internos del vecino país árabe.
Mientras, continúan los choques y los bombardeos en Al Quseir y sus alrededores, donde desde el pasado día 19 las tropas del régimen, apoyadas por Hezbollah, llevan a cabo una ofensiva contra los insurgentes.
La oposición libanesa acusa a Hezbollah de inmiscuirse en la guerra civil siria para promover los intereses de Irán, poniendo en peligro la estabilidad del Líbano.
Al Quseir, de unos 25.000 habitantes, es un enclave estratégico para los rebeldes debido a su ubicación en la ruta que conecta el norte del Líbano, de mayoría suní, con Homs, lo que permite el abastecimiento de armas.
También es fundamental para el régimen, ya que esa carretera comunica Damasco con sus feudos de la costa mediterránea, de mayoría alauí, secta a la que pertenece el presidente sirio. EFE y Aurora
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