Entrevista a Ramzy Baroud con ocasión de la publicación en francés de su
libro "Résistant en Palestine, une histoire vraie de Gaza"

Tomado de rebelion



Claude Zurbach

Info Palestine


Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos.


El periodista y escritor Ramzy Baroud nos ha concedido esta entrevista
exclusiva con ocasión de la publicación en francés de su libro Résistant
en Palestine, une histoire vraie de Gaza*. Un punto de vista
radicalmente diferente sobre el 65 aniversario de la creación del Estado
de Israel para los sionistas y el 65 aniversario de la Nakba para los
palestinos desposeídos…
Info-Palestine.eu : ¿Cuál era su primer objetivo al escribir Résistant
en Palestine, une histoire vraie de Gaza?

Ramzy Baroud: Mi primer objetivo era dar a conocer una historia que se
tenía que contar y urgentemente si se tiene en cuenta la guerra y el
bloqueo a Gaza. El discurso israelí sobre la Franja de Gaza siempre ha
estado adornado de medias verdades y de mentiras flagrantes. Según la
versión israelí, este territorio siempre ha sido un lugar predilecto de
la violencia y de la militancia, que entonces se presentan fuera de todo
contexto.

Desgraciadamente, con frecuencia el discurso israelí ha servido de punto
de partida de cualquier debate sobre Palestina en los medios de
comunicación occidentales y en el mundo académico. Y desde un punto de
vista político o territorial (ya que se trata de apenas 365 km2)
actualmente Gaza ya no tiene mucha importancia en Israel. Incluso los
relatos alternativos a los de Israel parecen desdeñar o ignorar Gaza. En
el mejor de los casos, era el lugar donde se producía una victimización
inherente que simplemente ponía en evidencia la brutalidad de Israel.

Por supuesto, esta lógica tenía sus razones ya que, en efecto, Gaza ha
sobrevivido entre una pobreza extrema y una violencia indecible. Pero lo
que han ignorado o desdeñado la mayoría de los relatos es que la
historia de la Franja de Gaza representa un verdadero recorrido de la
resistencia palestina en todas sus formas. En este pequeño espacio
deshumanizado en el que vive una población que no deja de aumentar es
donde se puede identificar el cromosoma de la resistencia. La
resistencia en el interior de Gaza siempre ha correspondido punto por
punto a unos acontecimientos históricos que guardan relación con la
política, con las guerras israelíes y con los sufrimientos de los
palestinos por todo Oriente Próximo.

Por consiguiente, quería sacar a la luz esta historia utilizando los
recursos más importantes de los que dispone el pueblo palestino, es
decir, la propia gente: cada hombre y cada mujer, mi familia, mis
vecinos, mis amigos, que emprendieron y todavía hoy continúan décadas de
lucha por la libertad.

IP: En su opinión, ¿está en retroceso la fuerza de la narración (o
propaganda) israelí, con su negación de la Nakba y su falsificación de
la historia de Palestina?

Ramzy Baroud: La propaganda israelí no tiende a desaparecer, lo único
que hace es cambiar de táctica al tiempo que mantiene las principales
falsedades promovidas desde hace generaciones por los intelectuales y
dirigentes sionistas. En efecto, los “valores” básicos permanecen
intactos: manipular la historia de la victimización judía, jactarse de
una “alianza histórica” entre Israel y los países occidentales
“civilizados” en detrimento del mundo islámico al que se presenta como
no civilizado, irracional e imprevisible, e incluso calificativos mucho
peores.

Sin embargo, en estas dos últimas décadas los palestinos han acabado por
lograr negociar a nivel internacional un poco de espacio para ellos
mismos en los medios de comunicación, con una presencia mucho más fuerte
en las redes sociales. Y como ya no es posible ocultar a los palestinos
y negar su existencia como han hecho durante años los dirigentes
sionistas, Israel ha cambiado de táctica y tiende una vez más a
deshumanizar a los palestinos denigrándolos como seres humanos, aunque
estos lo único que hacen es exigir sus derechos y la soberanía.

Una vez dicho esto, a excepción de Estados Unidos, en los últimos años
la propaganda israelí (hasbara) ya no cosecha frutos. Muchos factores
han desempeñado un papel para que esto ocurra, entre ellos una mayor
presencia de los palestinos en los medios y en las instituciones
académicas, un crecimiento palpable del movimiento de solidaridad
internacional, la aparición de nuevos historiadores israelíes que hoy se
pregunta sobre los mitos fundacionales de Israel, por citar solo
algunos.

IP: Mientras que su anterior obra traducida al francés, La Deuxième
Intifada, describía y analizaba el segundo levantamiento palestino
(entre los años 2000 y 2005) en el conjunto de los territorios
palestinos, este que se acaba de publicar se centra ante todo en la
Franja de Gaza. En unas palabras, ¿que diferencia en el fondo Gaza del
resto de los territorios palestinos?

Ramzy Baroud: Gaza es un microcosmos de la gran lucha del pueblo
palestino, que se extiende a lo largo de varios periodos históricos y en
varias zonas geográficas. Ningún otro lugar puede dar cuerpo a este
relato (la historia de la brutalidad israelí, la lucha del pueblo
palestino y su resistencia) con la continuidad histórica que se aprecia
en la Franja de Gaza. Es un relato trágico, pero también uno de los más
ejemplares. No obstante, por las razones que antes he mencionado
brevemente, este relato era uno de los menos conocidos. De hecho, la
aparición de Gaza en los informativos siempre ha estado condicionada por
un ataque israelí o por otros actos hostiles que se presentan como
respuestas a la hostilidad palestina, lo que es absolutamente inexacto.
En mi libro he querido contestar a esto y devolver a la Franja de Gaza a
su lugar justo, como componente esencial de la historia palestina,
piedra angular de la comprensión de la historia de Palestina y de la
resistencia del pueblo palestino.

IP: El modo de relato que usted ha adoptado consiste en manejar a la vez
la autobiografía y el análisis. ¿Le ha supuesto problemas particulares
este enfoque desde el punto de vista de la escritura? ¿Qué reacciones ha
tenido por parte de sus lectores?

Ramzy Baroud: Esta forma de escritura es difícil puesto que se intenta
mantener la integridad de ambos estilos al tiempo que se conserva en
todo momento un punto de unidad en el texto. Pero, en mi opinión, este
estilo era esencial para lograr articular el relato de manera
convincente.

He querido ofrecer una historia del pueblo de Gaza y vincular esta
historia con la terrible tragedia que sobrevino a los palestinos en 1948
y con la resistencia colectiva que inspiró. Pero también he querido
vincularla con el presente para responder a determinadas cuestiones
políticas más apremiantes y explicar muchos fenómenos mal entendidos o
deformados que conciernen a Gaza, he querido hablar del ascenso de
diversas organizaciones y movimientos políticos con el fin de vincular
el bloqueo decretado en 2007 con bloqueos anteriores. Para lograr
responder a todas estas preguntas, me sentí obligado a establecer un
puente entre lo que es personal y colectivo, a vincular estos relatos
históricos y políticos.

La mayoría de los lectores parecen muy satisfechos de esta elección de
estilo porque les permite comprender muchas cuestiones de actualidad de
una manera cautivadora que no es en absoluto aburrida. En una ocasión un
exmilitante en contra del apartheid me dijo en Sudáfrica que se había
identificado tanto con mi padre que se tuvo que saltar varias páginas
para saber enseguida qué le había ocurrido a aquel a quien él
consideraba su camarada. Fue muy emocionante.

IP: Su padre fue un autodidacta que supo construirse a sí mismo con una
enorme voluntad y un notable sentido de la adaptación. ¿Acaso no son
precisamente estos los rasgos de carácter que han permitido al conjunto
de los palestinos sobrevivir como nación a pesar de las décadas de
exilio, de opresión, de ocupación y de sufrimientos, no es esto la muy
notable “resiliencia”?

Ramzy Baroud: Creo que la resiliencia es un aspecto único de
resistencia. Es una cualidad que solo se puede adquirir después de
largos periodos de experiencia frente a enormes dificultades, cuando en
definitiva se decide hacer frente al sufrimiento y a los golpes tomando
la decisión consciente de sobrevivir. Este valor de adaptabilidad frente
a las dificultades da al individuo, y a todo un colectivo como en el
caso de los palestinos, la fuerza de superar la adversidad y de ganarla.
Es un don que permite a quienes parece débiles y desfavorecidos
sobrevivir a las situaciones más siniestras.

Mi padre era el ejemplo mismo del hombre palestino, como mi madre,
Zarefah, era emblemática de la fuerza única, de la determinación y de la
ingeniosidad de las mujeres palestinas, en particular en la generación
de la Nakba. Cuando se tiene en cuenta la notable resistencia de la
población de Gaza frente a las masacres y a los prologados asedios, se
puede apreciar verdaderamente esta increíble cualidad sin la cual los
palestinos no habrían podido resistir todos este sufrimiento y todo este
daño durante tantos años.

IP: ¿Cómo caracteriza usted el itinerario político de su padre, este
“guerrero excéntrico”, según los términos que usted emplea? ¿Influyó el
sentimiento religioso en su pensamiento político?

Ramzy Baroud: Las opiniones políticas de mi padre no estaban guiadas por
la ideología, a pesar del hecho de que se consideraba un socialista y a
veces incluso un comunista. He sido testigo de que los habitantes de los
campos de refugiados de Gaza, independientemente de su ideología, tienen
tendencia a ver siempre el mundo como ellos desean que el mundo les vea:
estaban muy al corriente de todas las cuestiones relativas a la
justicia, los movimientos populares, la igualdad y la libertad, entre
otras cuestiones. He crecido en una familia que hablaba de la lucha
contra la opresión en Nicaragua y en Chile, en el mismo contexto que la
lucha palestina por la libertad. De hecho, todo nuestro campo de
refugiados tenía un aire de universalismo y de humanismo. La mayor parte
del tiempo este universalismo pasó desapercibido porque no logró
adaptarse a la manera como se comprenden estos valores universales en
Occidente. Mi padre, el “comunista”, era un lector apasionado y un
admirador de los textos islámicos, al igual que otros comunistas del
campo.

También había establecido una relación interesante y completamente
personal con la religión. Para él, lo más importante no eran las
“grandes preguntas”, ¿de dónde venimos?, ¿cuál es el objetivo de la
vida?, y otras por el estilo. En determinados momentos encontraba
consuelo en Dios, lo mismo que en la idea de una salvación inminente de
la opresión y del sufrimiento que había heredado en esta vida y sin
haber cometido falta alguna. Pero también le atormentaba mucho el hecho
de que a veces Dios pareciera no ser consciente de su pena, de sus
tormentos y de las repetidas peticiones de “misericordia” que lanzaba el
imán de la mezquita vecina. Así, mi padre se movía entre la aceptación
de su suerte y la cólera ante la falta absoluta de voluntad divina de
ayudar a los refugiados, lo que le provocaba accesos regulares de ira,
sobre todo cuando miraba los informativos.

IP: Hay muchos pasajes en su libro que son muy emocionantes, incluso
conmovedores. La profunda humanidad del pueblo de Gaza que se va
descubriendo con la lectura nos hace sentir extraordinariamente cerca
tanto de sus padres y del conjunto de su familia, como del conjunto del
pueblo gazatí. Pero, ¿es suficiente la emoción? En definitiva, ¿qué
espera de sus lectores?

Ramzy Baroud: Cuando vivía en el campo de refugiados con mi familia, a
veces ocurría que un “extranjero”, ya fuera un turista curioso, un
periodista o un empleado de las Naciones Unidas, se encontraba rodeado
de gente que le pedía que “dijera al mundo” determinados hechos y una de
las fórmulas más utilizadas era: “Por favor, cuente al mundo lo que nos
ocurre”.

Mis padres pasaban gran parte de su tiempo escuchando las noticias de la
radio, que se dejaba puesta como telón de fondo para difundir
información de forma continuada con la esperanza de oír algo, lo que
fuera, que indicara que el mundo “sabía” y se preocupaba de nosotros.

Mi libro, como la mayoría de mis escritos, se desprende de este impulso
innato en mí de “hacer saber al mundo”.

En el campo suponíamos que si el mundo supiera no toleraría nunca el
tipo de atrocidades que cometía Israel. Así, tarde o temprano se debía
producir una “acción” para poner fin a la ocupación israelí y a los
crímenes de guerra.

Aunque haya descubierto que en el mundo exterior [a los campos] las
cosas no funcionan así, considero que la sabiduría manifestada en mi
campo de refugiados en cierta medida sigue siendo de actualidad.

Israel se oculta constantemente detrás de sus mentiras y de su
propaganda presentándose como una víctima con el pretexto de que sus
vecinos representan una amenaza existencial (incluidos los pequeños
grupos militantes dentro de Gaza) y que sin el apoyo incondicional
estadounidense y occidental, dejaría de existir. Sin embargo, la verdad
es completamente diferente. Mi responsabilidad como escritor, sobre todo
por haber conocido y vivido la vida de los campos de refugiados más
pobres de Palestina, es responder a las mentiras israelíes con una
verdad inédita, nunca contada, dando a conocer a la vez el sufrimiento y
el heroísmo de mi pueblo, pero también situando “al mundo”, a sus
gobernantes y a las sociedades civiles ante sus responsabilidades
políticas y morales respecto a Palestina y a los palestinos.

IP: Usted afirma en la introducción que ni su padre ni si madre eran
“personas ordinarias”, que querría rendirles homenaje y justicia
ofreciendo el relato de sus vidas. Su libro se ha traducido hasta el
momento a varias lenguas y se ha difundido por varios países, ¿cree
haber cumplido su promesa?

Ramzy Baroud: Creo haber cumplido en parte mi promesa, aunque sufro por
el hecho de que no estén ahí para constatar y ver con sus propios ojos
que muchas personas se preocupan profundamente por la suerte de
Palestina. Unos meses antes de que muriera propuse a mi padre ayudarle a
escribir el relato de su vida. Se rió y me dijo que eso perjudicaría mi
carrera porque “a nadie le importa un viejo refugiado” como él. Me
gustaría que supiera que eso no era cierto. Pero la historia de mis
padres también es la de muchos padres y de sus hijos, aunque cambien sus
nombres y vegeten en campos de refugiados diferentes. Cada generación de
palestinos tendrá que asumir sus propias responsabilidades a través del
tiempo hasta que se cuente toda nuestra historia y nuestro pueblo sea
libre.

IP : Ramzy, ¿qué significa para usted hoy, concretamente, el “derecho al
retorno”?

Ramzy Baroud: Es el inicio mismo de la historia y nunca se podrá
instaurar ninguna paz sin la aplicación sin condiciones del derecho al
retorno. Las sucesivas capitulaciones de Fatah, de la OLP y de la
Autoridad Palestina fueron debilitando este derecho en los fútiles
ejercicios políticos inspirados por [los acuerdos de] Oslo y sus
ingenieros de todas las tendencias. Pero los derechos “inalienables” no
son negociables, sea cual sea el equilibrio o el desequilibrio de
fuerzas.

Además, desdeñar un aspecto tan esencial del conflicto equivale a
ignorar las cuestiones fundamentales que han hecho que el conflicto se
perpetúe durante tanto tiempo. Las cuestiones de justicia no se pueden
dividir en partes para plegarse a la voluntad del agresor. Para que se
produzca una paz duradera hay que abordar el conflicto desde sus propias
raíces y la raíz del sufrimiento de los palestinos es la Nakba de 1948.
De diferentes maneras los palestinos siguen sufriendo esta Nakba (o Gran
Catástrofe) que vio la desposesión de casi 800.000 personas que se
transformaron en refugiados.

IP: ¿Considera usted que hoy todavía está por escribir una “Historia
popular de Palestina”? ¿Cuáles son sus deseos o sus proyectos en este
dominio?

Ramzy Baroud : Résistant en Palestine, une histoire vraie de Gaza es mi
intento de escribir esta Historia popular de Palestina, que todavía está
por escribir en su totalidad. A menudo pienso en hacerla, pero me
encuentro abrumado por la enormidad del reto y la falta de recursos para
hacer realidad este proyecto. Palestina no es simplemente una entidad
geográfica, también está hecha de varias generaciones y de millones de
personas que han llevado consigo Palestina mientras buscaban refugio en
otra parte. No se puede escribir una “Historia popular de Palestina” sin
hablar de los refugiados palestinos en Iraq, de su historia nunca
contada durante la invasión de Estados Unidos; sin hablar de los
refugiados en Líbano y Siria, e incluso más allá de Palestina y Oriente
Próximo, hasta en Europa y América del sur. Pero el narrador poco
importa. Lo que importa es mantener el aspecto humano, la integridad de
la persona que, sin embargo, solo es una manifestación de la voluntad
más amplia de un colectivo hecho de millones de “Mohammed” y de
“Zarefah”, cada uno con una historia única pero con demasiada frecuencia
ignorada.

* Título original en inglés, My Father Was A Freedom Fighter: Gaza's
Untold Story
Fuente original: http://www.info-palestine.net/spip.php?article13446