Ser actor u objeto en los conflictos internacionales
Está en juego la creación de un nuevo orden mundial más equilibrado y más justo que contribuya para una nueva era posterior a la del injusto y criminal capitalismo
13/05/2013 - Autor: Jamal Halawa - Fuente: Webislam
geopolitica imperialismo opinion oriente medio
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El pueblo sirio necesita paz y serenidad(Lecturas dentro del Infierno Árabe)
Parece que el actual calentamiento en el frente árabe, más precisamente en Siria, está a punto de explotar hacia lo que es peor aun. E independientemente de las consecuencias de lo que ocurrirá en los días y semanas próximos en cuanto a evoluciones dramáticas, es importante comprender como describir la actual situación, para construir una interpretación analítica capaz de formar compuestos de soporte dentro del frente de firmeza árabe-internacional que se opone a uno de los últimos episodios conspirativos de la “Alianza Imperialista Internacional” en Oriente Árabe.
Existe quien elaboró sus posiciones desde el inicio de lo que, injustamente, se le llamó “Primavera Árabe”, en base a precipitados datos que le alejaron de la objetividad y del análisis histórico-científico sobre la naturaleza del conflicto desde que occidente tomó a nuestra zona árabe, como primera plaza para frenar las aspiraciones de los países del mundo y aplicar su hegemonía y control sobre sus recursos naturales y las fuentes de energía más importantes del globo, razón que posibilitó a occidente controlar los precios energéticos y los mercados internacionales. Dicha precipitación, condujo a malas interpretaciones, pero después de más de dos años desde el comienzo de las “revoluciones” de la CIA, hoy en día ha quedado clara la verdadera dimensión de su conspiración y su principal objetivo detrás de todo este caos creado, que no es otro que, y como en su día advirtieron muchos, el frente interior del eje que venció y cambió la ecuación del conflicto militar, aunque sea parcialmente, sobre Israel en El Líbano y Gaza.
Efectivamente, es el frente sirio, porque es el frente que representa la firmeza y rechaza la normalización de relaciones con el enemigo, y porque es el principal soporte en la confrontación militar directa contra el brazo armado de la “Alianza Imperialista Internacional”, representado por la entidad “fascio-sionista llamada Israel”. Gran parte de quienes erraron en su interpretación, considerados como honestos patriotas, rectificaron y reconstruyeron una precisa descripción de lo que está ocurriendo. Otra parte, sigue, por ignorancia o por obstinación, vacilando en sus trece a la espera del auxilio occidental para poner fin lo antes posible a las luchas que tiene con su conciencia, y para construir sobre el tejado de su paralizado sentido patriótico, una posición más cercana al asco que a la ética.
Una de las evidencias que hemos de comprender, es que la “Alianza Imperialista Internacional”, y con su centro centrifugador yanqui que está dominado por influyentes lobbies sionistas, financieros, militares e industrias internacionales, no elabora ningún proceso político o militar si no es sobre bases estudiadas y calculadas para garantizar el máximo de los objetivos trazados con anterioridad en sus programas operativos, muchos años antes de ponerlos en práctica. Existen centros de información, espionaje, investigación, estudios, laboratorios y universidades que elaboran programas y estudios integrales para cualquier movimiento que pretenden ejecutar para facilitar cualquier “cambio o reforma” en cualquier parte del mundo donde están en juego sus intereses vitales, bien sean tácticos o estratégicos. Ellos no solo construyen basándose en la cautela, indagación y en la paciencia, pero también en militares y especialistas en la política y la sociología, la antropología, la psicología y la conducta de las sociedades.
Para ello tienen a los mejores, y no ahorran ni en gastos ni en esfuerzos para tenerlos en sus filas. Tampoco dejan espacio para políticas arbitrarias o fuera de cálculo, y si alguna vez yerran y lo hacen, enseguida rectifican sin fanfarronadas ni demagogias, y cuando sus políticas se ponen en práctica, es porque llevan diez o veinte años preparándolas. No son estados personalistas ni de caudillos, sino son estados de instituciones industriales, financieras, aparatos militares y de seguridad que se regulan a través de una compleja y equilibrada red de intereses vitales, comunes y entrelazados, donde el rol de las personas o los caudillos es de simple comparsa con una predefinida función, a través de la cual, carece de capacidad para sobrepasar el dictamen de las instituciones que le pusieron en ese lugar, fuesen como fuesen sus atribuciones constitucionales. Aquel que trata de sobrepasarse en su papel, es neutralizado o liquidado. Alguien podría sentenciar que este es el “modus operandi” de las bandas del crimen organizado, y puede que esté en lo cierto, pero estamos hablando de grandes potencias con sus instituciones, organizaciones, ejércitos y gobiernos que trabajan permanentemente veinticuatro horas al día, para hincar el diente y violar los derechos y las vidas de los seres humanos, junto a sus recursos naturales, y en todas las partes del planeta.
Todo ello significa, que el enfrentamiento a este aliado criminal y complejo en su composición que posee más del 80% de los recursos de la tierra, no es fácil ni es placentero, sino que requiere de grandes esfuerzos de un conjunto de fuerzas y estados que trabajan fuera del marco de control de la “Alianza Imperialista Internacional”, en aras de crear nuevos equilibrios después del fracaso de la experiencia de la URSS en la guerra fría. He aquí, hemos de trabajar todos, los que creemos en el derecho del ser humano a la dignidad y a la paz justa, en explotar las brechas que va dejando la criminal alianza y así, reactivar las contradicciones en su campo, para determinar los resultados de la batalla final a favor de los pueblos de todo el mundo, y favorecer así, la creación de un nuevo orden mundial más equilibrado y más justo que contribuya para una nueva era posterior a la del injusto y criminal capitalismo que, en los últimos doscientos años, aniquiló la vida de cientos de millones de seres humanos con sus provocadas y destructivas y guerras, haciendo pasar hambre y desplazando a miles de millones de hombres, mujeres y niños en los cinco continentes.
Así pues, la guerra que tiene lugar en Siria (que hoy en día, junto a Irán y las facciones de resistencia en la zona, forma la punta de lanza de la confrontación contra la “A.I.I.”) y dentro del frente árabe, aparece con nitidez para realizar objetivos determinados donde la democracia al estilo occidental o cualquier otro estilo, luce por su ausencia y queda claro que se pretende romper el eje de resistencia internacional a la hegemonía de la “A.I.I.” sobre los recursos, las fuentes de energía y los mercados del mundo.
La economía y sus relaciones de producción son los elementos que determinan la naturaleza de los sistemas políticos, pues no es aplicable ningún sistema político nuevo en cualquier sociedad que carece de una élite política, de pensadores y de estadistas capaces de hacerlo funcionar (al nuevo sistema), y lo que regula la acción y la interacción es el mapa del conocimiento y la noción, y es ahí donde las relaciones de producción juegan un rol principal en cualquier sociedad para crear la necesaria élite que, ha de administrar cualquier sistema político, bien sea nuevo o antiguo.
Hemos visto con claridad lo que ha ocurrido en Japón y Alemania después de la segunda guerra mundial, donde la alianza imperialista quiso consagrar su victoria militar edificando democracias liberales capitalistas al estilo occidental, subordinadas a su centro en Washington y a los estados de occidente capitalista, las relaciones de producción que ya eran avanzadas en estos dos países crearon la atmosfera adecuada en este sentido, y lo que se estableció fue, una red de vínculos y de intereses vitales para ambos países con el centro del capitalismo en Washington, y crearon medios de contención temprana para los posibles resultados electorales internos en ambos países. En cambio, sus políticas en los estados de América Latina, este asiático y oriente árabe se basaron en la imposición de regímenes arcaicos, tribales, feudales, represivos, compradores y tiranos, por la imposibilidad de controlar y supervisarlos a través de un sistema al estilo de las democracia liberales, ya que las relaciones de producción no estaban habilitadas para ello, lo que significa que la activación de cualquier sistema democrático, aunque sea el occidental, pondría en peligro los intereses de la “A.I.I.”. Y allá donde algunos estados quisieron sobrepasar el cerco imperialista para abrir nuevos horizontes para su desarrollo, como ocurrió con el Irán de Mohamed Musadaq o el Chile de Salvador Allende; se efectuó un aborto prematuro para liquidar la experiencia antes de llegar a su edad adulta, como también ocurrió en el Egipto de Nasser, cuando pretendió introducir a Egipto en la era industrial durante el proceso de liberación nacional. Nasser fue cercado, batallado y finalmente envenenado.
Nosotros, los pueblos árabes, y todos los pueblos de este desastrado mundo a consecuencia de los crímenes de la “Alianza Imperialista Internacional”, todos, al día de hoy, nos enfrentamos en una importantísima batalla que puede ser definitiva para los siguientes doscientos años sobre la tierra árabe de Siria. O nos convertimos en actores activos dentro de la alianza que se enfrenta a la tiranía del campo enemigo de los intereses de los pueblos, dentro del grupo de países del BRICS y la mayoría de los países de los No Alineados en África, Asia y América Latina, o nos quedamos como objetos subordinados dentro del mapa de los conflictos internacionales y carne barata para el fuego de sus cañonazos y sus armas, exactamente que es lo que están haciendo los estados feudales del golfo arábigo que están adiestrados al servicio de la “A.I.I.”, conspirando junto a Israel para romperle la crisma al eje de la resistencia en el frente árabe. Así es, la batalla de Siria al día de hoy, es la batalla de todos, no solo la batalla de los árabes, sino que es la batalla de todos los pueblos del mundo que aspiran a ser emancipados y libres de los crímenes fascistas del capitalismo. Independientemente de nuestro posicionamiento sobre la naturaleza del régimen sirio, lo cierto es que ha resistido por más de dos años ante lo peor y lo más atroz de los aliados de la criminal OTAN, lo que provocó una intervención directa y abierta de Israel para romper la ecuación militar. Es uno de los grandes errores que comete la “Alianza del Mal Internacional” de vez en cuando, como ya mencioné con anterioridad…Tenemos que aprovechar la oportunidad para preparar una respuesta ideal y sorpresiva que trastoque todos sus planes. La batalla decisiva se acerca, es el enfrentamiento más importante donde hemos de triunfar, no tenemos otra opción, e ineludiblemente, venceremos.
6 de Mayo del 2013
Jamal Halawa
Traducido del árabe por el mismo autor
Está en juego la creación de un nuevo orden mundial más equilibrado y más justo que contribuya para una nueva era posterior a la del injusto y criminal capitalismo
13/05/2013 - Autor: Jamal Halawa - Fuente: Webislam
geopolitica imperialismo opinion oriente medio
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El pueblo sirio necesita paz y serenidad(Lecturas dentro del Infierno Árabe)
Parece que el actual calentamiento en el frente árabe, más precisamente en Siria, está a punto de explotar hacia lo que es peor aun. E independientemente de las consecuencias de lo que ocurrirá en los días y semanas próximos en cuanto a evoluciones dramáticas, es importante comprender como describir la actual situación, para construir una interpretación analítica capaz de formar compuestos de soporte dentro del frente de firmeza árabe-internacional que se opone a uno de los últimos episodios conspirativos de la “Alianza Imperialista Internacional” en Oriente Árabe.
Existe quien elaboró sus posiciones desde el inicio de lo que, injustamente, se le llamó “Primavera Árabe”, en base a precipitados datos que le alejaron de la objetividad y del análisis histórico-científico sobre la naturaleza del conflicto desde que occidente tomó a nuestra zona árabe, como primera plaza para frenar las aspiraciones de los países del mundo y aplicar su hegemonía y control sobre sus recursos naturales y las fuentes de energía más importantes del globo, razón que posibilitó a occidente controlar los precios energéticos y los mercados internacionales. Dicha precipitación, condujo a malas interpretaciones, pero después de más de dos años desde el comienzo de las “revoluciones” de la CIA, hoy en día ha quedado clara la verdadera dimensión de su conspiración y su principal objetivo detrás de todo este caos creado, que no es otro que, y como en su día advirtieron muchos, el frente interior del eje que venció y cambió la ecuación del conflicto militar, aunque sea parcialmente, sobre Israel en El Líbano y Gaza.
Efectivamente, es el frente sirio, porque es el frente que representa la firmeza y rechaza la normalización de relaciones con el enemigo, y porque es el principal soporte en la confrontación militar directa contra el brazo armado de la “Alianza Imperialista Internacional”, representado por la entidad “fascio-sionista llamada Israel”. Gran parte de quienes erraron en su interpretación, considerados como honestos patriotas, rectificaron y reconstruyeron una precisa descripción de lo que está ocurriendo. Otra parte, sigue, por ignorancia o por obstinación, vacilando en sus trece a la espera del auxilio occidental para poner fin lo antes posible a las luchas que tiene con su conciencia, y para construir sobre el tejado de su paralizado sentido patriótico, una posición más cercana al asco que a la ética.
Una de las evidencias que hemos de comprender, es que la “Alianza Imperialista Internacional”, y con su centro centrifugador yanqui que está dominado por influyentes lobbies sionistas, financieros, militares e industrias internacionales, no elabora ningún proceso político o militar si no es sobre bases estudiadas y calculadas para garantizar el máximo de los objetivos trazados con anterioridad en sus programas operativos, muchos años antes de ponerlos en práctica. Existen centros de información, espionaje, investigación, estudios, laboratorios y universidades que elaboran programas y estudios integrales para cualquier movimiento que pretenden ejecutar para facilitar cualquier “cambio o reforma” en cualquier parte del mundo donde están en juego sus intereses vitales, bien sean tácticos o estratégicos. Ellos no solo construyen basándose en la cautela, indagación y en la paciencia, pero también en militares y especialistas en la política y la sociología, la antropología, la psicología y la conducta de las sociedades.
Para ello tienen a los mejores, y no ahorran ni en gastos ni en esfuerzos para tenerlos en sus filas. Tampoco dejan espacio para políticas arbitrarias o fuera de cálculo, y si alguna vez yerran y lo hacen, enseguida rectifican sin fanfarronadas ni demagogias, y cuando sus políticas se ponen en práctica, es porque llevan diez o veinte años preparándolas. No son estados personalistas ni de caudillos, sino son estados de instituciones industriales, financieras, aparatos militares y de seguridad que se regulan a través de una compleja y equilibrada red de intereses vitales, comunes y entrelazados, donde el rol de las personas o los caudillos es de simple comparsa con una predefinida función, a través de la cual, carece de capacidad para sobrepasar el dictamen de las instituciones que le pusieron en ese lugar, fuesen como fuesen sus atribuciones constitucionales. Aquel que trata de sobrepasarse en su papel, es neutralizado o liquidado. Alguien podría sentenciar que este es el “modus operandi” de las bandas del crimen organizado, y puede que esté en lo cierto, pero estamos hablando de grandes potencias con sus instituciones, organizaciones, ejércitos y gobiernos que trabajan permanentemente veinticuatro horas al día, para hincar el diente y violar los derechos y las vidas de los seres humanos, junto a sus recursos naturales, y en todas las partes del planeta.
Todo ello significa, que el enfrentamiento a este aliado criminal y complejo en su composición que posee más del 80% de los recursos de la tierra, no es fácil ni es placentero, sino que requiere de grandes esfuerzos de un conjunto de fuerzas y estados que trabajan fuera del marco de control de la “Alianza Imperialista Internacional”, en aras de crear nuevos equilibrios después del fracaso de la experiencia de la URSS en la guerra fría. He aquí, hemos de trabajar todos, los que creemos en el derecho del ser humano a la dignidad y a la paz justa, en explotar las brechas que va dejando la criminal alianza y así, reactivar las contradicciones en su campo, para determinar los resultados de la batalla final a favor de los pueblos de todo el mundo, y favorecer así, la creación de un nuevo orden mundial más equilibrado y más justo que contribuya para una nueva era posterior a la del injusto y criminal capitalismo que, en los últimos doscientos años, aniquiló la vida de cientos de millones de seres humanos con sus provocadas y destructivas y guerras, haciendo pasar hambre y desplazando a miles de millones de hombres, mujeres y niños en los cinco continentes.
Así pues, la guerra que tiene lugar en Siria (que hoy en día, junto a Irán y las facciones de resistencia en la zona, forma la punta de lanza de la confrontación contra la “A.I.I.”) y dentro del frente árabe, aparece con nitidez para realizar objetivos determinados donde la democracia al estilo occidental o cualquier otro estilo, luce por su ausencia y queda claro que se pretende romper el eje de resistencia internacional a la hegemonía de la “A.I.I.” sobre los recursos, las fuentes de energía y los mercados del mundo.
La economía y sus relaciones de producción son los elementos que determinan la naturaleza de los sistemas políticos, pues no es aplicable ningún sistema político nuevo en cualquier sociedad que carece de una élite política, de pensadores y de estadistas capaces de hacerlo funcionar (al nuevo sistema), y lo que regula la acción y la interacción es el mapa del conocimiento y la noción, y es ahí donde las relaciones de producción juegan un rol principal en cualquier sociedad para crear la necesaria élite que, ha de administrar cualquier sistema político, bien sea nuevo o antiguo.
Hemos visto con claridad lo que ha ocurrido en Japón y Alemania después de la segunda guerra mundial, donde la alianza imperialista quiso consagrar su victoria militar edificando democracias liberales capitalistas al estilo occidental, subordinadas a su centro en Washington y a los estados de occidente capitalista, las relaciones de producción que ya eran avanzadas en estos dos países crearon la atmosfera adecuada en este sentido, y lo que se estableció fue, una red de vínculos y de intereses vitales para ambos países con el centro del capitalismo en Washington, y crearon medios de contención temprana para los posibles resultados electorales internos en ambos países. En cambio, sus políticas en los estados de América Latina, este asiático y oriente árabe se basaron en la imposición de regímenes arcaicos, tribales, feudales, represivos, compradores y tiranos, por la imposibilidad de controlar y supervisarlos a través de un sistema al estilo de las democracia liberales, ya que las relaciones de producción no estaban habilitadas para ello, lo que significa que la activación de cualquier sistema democrático, aunque sea el occidental, pondría en peligro los intereses de la “A.I.I.”. Y allá donde algunos estados quisieron sobrepasar el cerco imperialista para abrir nuevos horizontes para su desarrollo, como ocurrió con el Irán de Mohamed Musadaq o el Chile de Salvador Allende; se efectuó un aborto prematuro para liquidar la experiencia antes de llegar a su edad adulta, como también ocurrió en el Egipto de Nasser, cuando pretendió introducir a Egipto en la era industrial durante el proceso de liberación nacional. Nasser fue cercado, batallado y finalmente envenenado.
Nosotros, los pueblos árabes, y todos los pueblos de este desastrado mundo a consecuencia de los crímenes de la “Alianza Imperialista Internacional”, todos, al día de hoy, nos enfrentamos en una importantísima batalla que puede ser definitiva para los siguientes doscientos años sobre la tierra árabe de Siria. O nos convertimos en actores activos dentro de la alianza que se enfrenta a la tiranía del campo enemigo de los intereses de los pueblos, dentro del grupo de países del BRICS y la mayoría de los países de los No Alineados en África, Asia y América Latina, o nos quedamos como objetos subordinados dentro del mapa de los conflictos internacionales y carne barata para el fuego de sus cañonazos y sus armas, exactamente que es lo que están haciendo los estados feudales del golfo arábigo que están adiestrados al servicio de la “A.I.I.”, conspirando junto a Israel para romperle la crisma al eje de la resistencia en el frente árabe. Así es, la batalla de Siria al día de hoy, es la batalla de todos, no solo la batalla de los árabes, sino que es la batalla de todos los pueblos del mundo que aspiran a ser emancipados y libres de los crímenes fascistas del capitalismo. Independientemente de nuestro posicionamiento sobre la naturaleza del régimen sirio, lo cierto es que ha resistido por más de dos años ante lo peor y lo más atroz de los aliados de la criminal OTAN, lo que provocó una intervención directa y abierta de Israel para romper la ecuación militar. Es uno de los grandes errores que comete la “Alianza del Mal Internacional” de vez en cuando, como ya mencioné con anterioridad…Tenemos que aprovechar la oportunidad para preparar una respuesta ideal y sorpresiva que trastoque todos sus planes. La batalla decisiva se acerca, es el enfrentamiento más importante donde hemos de triunfar, no tenemos otra opción, e ineludiblemente, venceremos.
6 de Mayo del 2013
Jamal Halawa
Traducido del árabe por el mismo autor
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