La tarea científica del siglo 15 HO el retorno recurrente de un trabajo idéntico
27/06/2013 - Autor: Prof. Yahia Said Al Andalusí - Fuente: Webislam
filosofia pensamiento sufismo tradicion
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Ibn RushdSe aproxima el trigésimo cuarto ramadán del siglo quince, y es un tiempo propicio para la introspección y el análisis.
Una filosofía concreta, realista, debe sugerirse la existencia de un conjunto universal de verdades y valores comunes a todos los pueblos y culturas, ya que la verdad esencial no puede sino ser una única, y sus manifestaciones en el mundo inteligible por los cinco sentidos externos son evidentemente, muchas y aparentemente diversas.
A lo largo de los siglos, los pueblos y culturas han experimentado y registrado percepciones comparables sobre la naturaleza de la realidad, el ego, la percepción del mundo material y espiritual, y el significado y el propósito de nuestra existencia, esto no podía ser de otra manera, ya que Allah swt ha enviado Mensajeros a cada pueblo. Los principios universales transmitidos por los Mensajeros han sido siempre iguales, con las variantes de forma que imponía la situación histórico- temporal de cada cultura, así el cristianismo original, el Mensaje de Jesús, era Islam, como lo fueron el de Moisés o Abraham. Los condicionamientos culturales en la interpretación posterior alteraron radicalmente estos mensajes, y fue con Saidina Muhammad saws, que se sincretizó y cristalizó el Mensaje original en un retornar a su forma pura, que forman la base común de las religiones reveladas. Las diferencias entre las formas actuales de las religiones, surgen de la malinterpretación posterior a la partida de cada Mensajero.
Intuición racional
Todos los humanos poseen esta capacidad, que en general no es usada y por tanto está atrofiada, para la percepción intuitiva y racional de la verdad última o absoluta y la naturaleza de la realidad. Esta gnósis es la meta final de los seres humanos, y su ejercicio y desarrollo son el propósito de sus existencias. El Islam, es decir la aceptación del Mensaje Divino y el obrar en consecuencia, restablece la conexión entre el alma humana y esta última y más alta realidad, es decir Allah swt.
El mundo físico o dunia, es real, evidentemente, pero no es la única realidad; existe otra realidad no-física. El mundo material es la sombra de una realidad superior que no puede ser abarcada por los cinco sentidos externos, pero el espíritu y el intelecto humano dan testimonio de ello en su más profunda esencia.
El occidente moderno con su individualismo competitivo, desvía al hombre de su función real, y esto es grave, ya que el cuerpo físico puede durar ¿80, 90, 100 años? Mientras que el espíritu ha sido creado para siempre.
¿Por qué asignar entonces tanta importancia a esta etapa de unos pocos años? Porque en ella se conforma (o no) un espíritu sano que luego ha de vivir su verdadera vida, justo como en el vientre durante nueve meses se conforma el ser que ha de nacer al mundo físico.
No es curioso, sino más bien provoca náuseas, observar que si el ser humano no realiza el trabajo de comprensión profunda del din y purificación de la fe, se dedica a intentar prevalecer en discusiones, en afirmar “YO soy”, “tu estas equivocado, y aquí te traigo el correctivo, la correcta fe”; en cambio, el espíritu en la vía de la gnósis, no puede sino aceptar sus propias diferencias enriquecedoras respecto a los otros.
27/06/2013 - Autor: Prof. Yahia Said Al Andalusí - Fuente: Webislam
filosofia pensamiento sufismo tradicion
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Ibn RushdSe aproxima el trigésimo cuarto ramadán del siglo quince, y es un tiempo propicio para la introspección y el análisis.
Una filosofía concreta, realista, debe sugerirse la existencia de un conjunto universal de verdades y valores comunes a todos los pueblos y culturas, ya que la verdad esencial no puede sino ser una única, y sus manifestaciones en el mundo inteligible por los cinco sentidos externos son evidentemente, muchas y aparentemente diversas.
A lo largo de los siglos, los pueblos y culturas han experimentado y registrado percepciones comparables sobre la naturaleza de la realidad, el ego, la percepción del mundo material y espiritual, y el significado y el propósito de nuestra existencia, esto no podía ser de otra manera, ya que Allah swt ha enviado Mensajeros a cada pueblo. Los principios universales transmitidos por los Mensajeros han sido siempre iguales, con las variantes de forma que imponía la situación histórico- temporal de cada cultura, así el cristianismo original, el Mensaje de Jesús, era Islam, como lo fueron el de Moisés o Abraham. Los condicionamientos culturales en la interpretación posterior alteraron radicalmente estos mensajes, y fue con Saidina Muhammad saws, que se sincretizó y cristalizó el Mensaje original en un retornar a su forma pura, que forman la base común de las religiones reveladas. Las diferencias entre las formas actuales de las religiones, surgen de la malinterpretación posterior a la partida de cada Mensajero.
Intuición racional
Todos los humanos poseen esta capacidad, que en general no es usada y por tanto está atrofiada, para la percepción intuitiva y racional de la verdad última o absoluta y la naturaleza de la realidad. Esta gnósis es la meta final de los seres humanos, y su ejercicio y desarrollo son el propósito de sus existencias. El Islam, es decir la aceptación del Mensaje Divino y el obrar en consecuencia, restablece la conexión entre el alma humana y esta última y más alta realidad, es decir Allah swt.
El mundo físico o dunia, es real, evidentemente, pero no es la única realidad; existe otra realidad no-física. El mundo material es la sombra de una realidad superior que no puede ser abarcada por los cinco sentidos externos, pero el espíritu y el intelecto humano dan testimonio de ello en su más profunda esencia.
El occidente moderno con su individualismo competitivo, desvía al hombre de su función real, y esto es grave, ya que el cuerpo físico puede durar ¿80, 90, 100 años? Mientras que el espíritu ha sido creado para siempre.
¿Por qué asignar entonces tanta importancia a esta etapa de unos pocos años? Porque en ella se conforma (o no) un espíritu sano que luego ha de vivir su verdadera vida, justo como en el vientre durante nueve meses se conforma el ser que ha de nacer al mundo físico.
No es curioso, sino más bien provoca náuseas, observar que si el ser humano no realiza el trabajo de comprensión profunda del din y purificación de la fe, se dedica a intentar prevalecer en discusiones, en afirmar “YO soy”, “tu estas equivocado, y aquí te traigo el correctivo, la correcta fe”; en cambio, el espíritu en la vía de la gnósis, no puede sino aceptar sus propias diferencias enriquecedoras respecto a los otros.
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