sábado, 20 de julio de 2013

“Aguarda el día en que el Cielo aparezca con un humo evidente” (44:10).


LA OTRA VIDA

P. ¿Por qué no podemos tener un conocimiento exacto y completo de la otra Vida?
R. El hombre respecto a aquello que carece de experiencia y que no ha podido comprender ni con su juicio interno, ni con su sabiduría externa, y tampoco lo ha experimentado, no puede tener un conocimiento completo sobre ello. Tomando en cuenta lo anterior, no podemos esperar conocer con exactitud la verdad de la vida Eterna y sus sucesos, ni comprender su verdad, sino que únicamente debe ser suficiente para nosotros aquello que nuestro juicio acepte y aquello que nos ha sido explicado a través de la revelación, y debemos alejarnos de cualquier otra suposición atrevida.
Libro: “La enseñanza de las Creencias”; Autor: Misbâh Îazdî – Muhammad Taqî; bajo el título: Las especialidades del día del Juicio Final.
P. Dé y critique dos ejemplos de creencias equívocas respecto a la otra Vida.
R. Por desgracia por una parte, existe un grupo que ha tratado de presentar a la otra Vida como la vida de este mundo y han llegado hasta el punto de asegurar que el Paraíso Eterno de la otra Vida, se encuentra en uno o más planetas del Universo en esta misma era. Que un día el hombre, como consecuencia del avance y la ciencia, utilizando los nuevos inventos podrá llegar a esos planetas, y ahí vivirá tranquila y felizmente. Por otra parte, existe otro grupo que niega la otra Vida y considera como Paraíso los valores morales que las personas generosas y servidoras de la sociedad aman. Y sostiene que la diferencia entre el mundo y la otra Vida se asemeja a la diferencia entre ganancia y valor. Aquí cabe hacer una pregunta al primer grupo: supongamos que el Paraíso de la otra Vida se encontrase en otro astro, y los seres humanos en un futuro viajasen a este, entonces ¿qué significado tiene el que todos los humanos resucitarán el día del Juicio Final, y el día en que todos se encontrarán reunidos, asunto en el cuál el Sagrado Corán ha hecho hincapié? Y ¿cómo serán, en ese lugar, premiados y castigados todos los actos anteriores?
También cabe preguntar aquí al segundo grupo: Si el Paraíso son únicamente los valores morales, lógicamente el Infierno son las intrascendencias morales. Entonces ¿para qué toda esa insistencia del Corán para probar la otra Vida y la resurrección de los hombres después de la muerte?
Supongamos que fuese así, ¿no hubiese sido mejor que los Enviados Divinos hubiesen manifestado ese significado directamente, y se hubiesen evitado tantas objeciones y acusaciones de locura, cuentistas y otros?
Libro: “La enseñanza de las Creencias”; Autor: Misbâh Îazdî – Muhammad Taqî; bajo el título: Las especialidades del día del Juicio Final.

P. ¿A través de que medio podemos entender las particularidades de la otra Vida?

R. Por medio del juicio y la revelación.
Libro: “La enseñanza de las Creencias”; Autor: Misbâh Îazdî – Muhammad Taqî; bajo el título: Las especialidades del día del Juicio Final.

P. ¿Desde la perspectiva del juicio, mencione las particularidades de la otra Vida?

R. De las reflexiones realizadas sobre las causas y razones necesarias de la resurrección, podemos deducir cuáles son las especialidades para la otra Vida, que las más importantes entre éstas son:
a) La primera especialidad que se deduce principalmente de la primera causa es que la vida debe ser eterna e inmortal. Esto se concluye del deseo natural del hombre por una vida eterna. De lo contrario sería algo innecesario e inútil el deseo natural por una vida inmortal, mientras que Dios no crea nada innecesario ni inservible
b) Otra de las especialidades que deducimos de las dos causas, y fue mencionada a continuación del primer motivo (Sabiduría Divina), es que el sistema de la otra Vida deberá ser de tal forma que surja la generosidad y misericordia pura y sin necesidad alguna de sufrimiento y esfuerzo, para que aquellos que llegaron a la perfección humana y no se vieron manchados por pecado alguno, ni tampoco se desviaron del camino recto, puedan disfrutar de una felicidad como tal. Al contrario del mundo que no puede proporcionar una felicidad íntegra, sino que la dicha en este mundo es proporcional, que depende de los esfuerzos y sufrimientos.
c) La especialidad del tercer motivo o razón, es que la otra Vida deberá por lo menos tener dos partes independientes, una de ellas para la recompensa y la otra para el castigo de Dios, para que los virtuosos y los pecadores se distingan los unos de los otros y cada uno llegue a obtener el resultado de sus actos, y estas dos partes según los términos religiosos son conocidas como “Paraíso” e “Infierno”.
d) El cuarto motivo, que es extraído principalmente de la razón de la justicia, es que la otra Vida deberá contar con una gran superficie para que pueda dentro de ésta, recompensar o castigar a todos los seres humanos por cada uno de sus buenos y malos actos. Y por ejemplo si alguien hubiese matado injustamente a millones de personas, pueda ser castigado en ese lugar y por otra parte, si alguien hubiese ayudado a millones de seres humanos, exista un lugar donde pueda premiársele tal y como merece.
e) Otra de las principales especialidades que deducimos de estos motivos, es que la otra Vida deberá tener una retribución, y no una obligación. La explicación a esto es: la vida en este mundo es en tal forma que el hombre posee deseos y ambiciones numerosas que se contraponen y obstaculizan entre sí. Se encuentra siempre indeciso entre dos caminos viéndose obligado a escoger uno de estos, siendo esto lo que hace que tenga una “obligación”, y una obligación que perdurará hasta el fin de su vida. La Sabiduría y Justicia Divina requieren que la persona cumpla con sus obligaciones para que, de esta forma, obtenga una buena gratificación. Aquél que no cumple con éstas será sancionado con lo que se merece. Ahora, supongamos que en la otra Vida existe la obligación y la selección entre dos caminos. El deseo de la Gracia, Perdón y Clemencia de Dios es no ser un obstáculo para la obligación y elección del camino. Y en esta forma, sería necesaria otra Vida para recompensar o castigar, y en realidad la vida que se había considerado como la otra Vida, sería considerado otro mundo, y la verdadera otra Vida sería el último mundo en el cual no existirá obligación ni selección, y se carecerá de oposiciones y exigencias de los deseos. De aquí, podemos deducir una de las grandes diferencias entre la vida en este mundo y la otra Vida. O sea, la vida en este mundo es una vida que cuenta con la posibilidad de elegir, escoger y probar. Y la otra Vida es una vida en la cuál únicamente existe recompensas y castigos, y el resultado eterno de los buenos y malos actos, que fueron realizados en este mundo. “Sabed que hoy (el mundo) es el día de los actos sin calcular y mañana (la otra Vida) el día de los cálculos sin actos”. (Nahyul Balâgah, Sermón 42)
Libro: “La enseñanza de las Creencias”; Autor: Misbâh Îazdî – Muhammad Taqî; bajo el título: El Mundo y la otra Vida.

P. ¿Mencione los diferentes aspectos entre el Mundo y la otra Vida?

R. En forma condensada, existen tres diferencias entre la vida en este mundo y la otra Vida:
a) La extinción en el mundo y la eternidad de la otra Vida.
b) Separación de la recompensa y el castigo en la otra Vida, pero en el mundo estas dos se encuentran mezcladas.
c) La otra Vida es la vida principal, y este mundo es una introducción e instrumento (para la vida Eterna).
La interpretación de estas tres primeras diferencias, es una disparidad clara entre el mundo y la otra Vida, la limitación de la vida en este mundo y la eternidad, en la otra. La vida de cada ser humano en este mundo tiene un fin el cuál tarde o temprano llegará, e inclusive cuando alguien vive cientos o miles de años en este mundo, al fin, el día en que el mundo desaparezca y se deje escuchar la primera resonancia de la trompeta, también se extinguirá. Aproximadamente ochenta aleyas coránicas mencionan la eternidad en la otra Vida. Es claro que aquello que tiene un fin y una limitación, por más largo que sea su existencia, no puede ser comparada con algo que es infinito. Entonces, la otra Vida desde el punto de vista de existencia y duración, cuenta con una gran superioridad en relación con el mundo, y la eternidad de la otra Vida y la limitación de la vida en este mundo este es un tema repetido en muchas aleyas. (Corán sura 18, aleya 46). (19:76), (20:73), (20:132), (87:17), (3:196), (4:77), (9:38), (10:24), (16:96).
La segunda gran diferencia, entre la vida del mundo y la otra Vida, es que: la felicidad del mundo está mezclada con esfuerzo y sufrimiento, y no es así que un grupo de gente siempre y en cualquier forma se encuentre en la opulencia, dicha y comodidad, mientras que otro grupo esté siempre incómodo, triste e irritado, sino que toda la gente más o menos, disfrutan de los placeres, felicidades y comodidades, y así también poseen tristezas y preocupaciones. Pero la otra Vida se compone de dos partes independientes (Paraíso e Infierno). En una parte no se ven señales de castigo, esfuerzo, miedo ni desdicha, y en la otra no se encuentra más que fuego, dolor, resentimiento y tristeza. Naturalmente, los placeres y sufrimientos de la otra Vida serán mucho más intensos que los placeres y sufrimientos en este mundo. (Corán sura 3 aleya 13) (12:109), (20:127), (13:34).
La tercera diferencia importante, entre la vida del mundo y la otra Vida, es que la vida del mundo es el principio para la otra Vida y un medio para encontrar la felicidad eterna. La existencia en la otra Vida, es la existencia definitiva y verdadera. A pesar de que al hombre le atrae la vida mundanal, así como las riquezas materiales y espirituales de ésta, pero, tomando en cuenta que todas ellas son instrumentos para la “prueba” y medios para llegar a la “perfección verdadera” y un arma para alcanzar la “felicidad eterna”, carecen de autenticidad, dependiendo el valor verdadero de éstas de las provisiones que la persona acumula para su vida Eterna. Entonces, si alguien olvida la vida Eterna, y se deja atraer por el brillo del mundo y considera los placeres de éste como su última meta, no comprendió su verdadero valor, dando a éste un valor idealista, ya que al “instrumento” lo consideró su “meta” y este acto no trae como consecuencia más que diversión, entretenimiento y engaño. El Honorable Corán consideró la vida del mundo como un juego, pasatiempo y falsedad, y a la otra Vida la consideró como la vida verdadera. (Corán sura 18 aleya 77), (3:185), (29:64), (89:24).
Libro: “La enseñanza de las Creencias”; Autor: Misbâh Îazdî – Muhammad Taqî; bajo el título: Rechazar el día del Juicio Final.

P. ¿Por qué aquél que no cree en la otra Vida recibirá el castigo eterno?

R. El secreto de esto es que la persona que adora al mundo, echa a perder las capacidades que Dios le otorgó y seca el árbol que debería dar el fruto de la felicidad eterna. Además, no cumplió con el derecho verdadero de adorar a Dios y gastó la fortuna que Dios le otorgó en el camino que no era de Su satisfacción. Esa persona cuando se percata del mal desenlace que escogió, desea: “¡Hay de mí! Ojalá fuera tierra”.. (Corán 78:40)
Libro: – “La enseñanza de las Creencias”; Autor: Misbâh Îazdî – Muhammad Taqî; bajo el título: El Mundo y la otra Vida.

P. ¿Qué importancia tiene negar la relación entre el Mundo y la otra Vida?

R. Si alguien sostiene la creencia de que no existe relación alguna entre este mundo y la otra Vida, que los dos son completamente independientes y que las buenas y malas acciones que realiza en este mundo no influyen en las recompensas y castigos de la otra Vida, entonces no tiene fe en la resurrección que es uno de los pilares de las creencias de las religiones Divinas, ya que la firmeza de este principio es para el premio y castigo en esta vida (como consecuencia los buenos actos de esa persona no serán aceptados por Dios). Por lo ya mencionado, la vida en este mundo ha sido llamada “bazar”, “casa de comercio” o “cultivo para la otra Vida”, y aquí la persona deberá esforzarse y sembrar, y la ganancia producto de sus esfuerzos la recibirá allá (en la otra Vida).
Libro: Muhammad Taqî Misbâh Îazdî – “La enseñanza de las Creencias”; Autor: Misbâh Îazdî – Muhammad Taqî; bajo el título: El Mundo y la otra Vida.

P. Explique el significado de que este Mundo es el campo de labranza para la otra Vida.

R. Debemos saber que la felicidad y el castigo en la otra Vida, son producto de las acciones del hombre en este mundo. No es así que para conseguir los bienes de la otra Vida pueda obtenerlos esforzándose en ese lugar. Ni tampoco es así que aquellos que cuentan con fuerza corporal o mental puedan disfrutar de más bienes que los otros, o que puedan con trampas y engaños aprovecharse de los bienes de los demás. Sino que este mundo, es el mundo de las obligaciones y cumplimiento de deberes, del esfuerzo y la siembra. Y la otra Vida, es el lugar donde se recogen las cosechas y ganancias, y donde se obtiene el beneficio eterno. Tal y como Imâm ‘Alî (P) dijo: “Sabed que hoy (el mundo) es el día de los actos sin calcular y mañana (la otra Vida) el día de los cálculos sin actos”. Por ello la vida en este mundo ha sido comparada con un bazar, una casa de comercio y un cultivo para la otra Vida.
Libro: Muhammad Taqî Misbâh Îazdî – “La enseñanza de las Creencias”; Autor: Misbâh Îazdî – Muhammad Taqî; bajo el título: El Mundo y la otra Vida.

P. ¿Qué relación existe entre la abundancia del Mundo y el castigo en la otra Vida?

R. Algunos sostenían y sostienen la creencia de que las riquezas, los hijos y demás instrumentos de la dicha del mundo provocan la comodidad y bienestar en la otra Vida. Es muy probable que el acto de enterrar a los muertos acompañados de oros y valiosas joyas, e inclusive alimentos, se derivara de este pensamiento. El Honorable Corán hace hincapié en que las riquezas y los hijos por sí solos (sin tomar en cuenta el comportamiento de éstos), no producirá el acercamiento a Dios, ni tampoco ocasionará ganancia para alguien en la otra Vida. (Corán sura 34 aleya 37), (26:88), (23:111), (6:94), (19:80 y 95). La relación existente entre este mundo y la otra Vida no se asemeja a la relación que existe en este mundo. No es así que aquél que en el mundo fue más poderoso, bello, alegre y acaudalo, en la otra Vida también lo sea. Si así fuese así deberían en, la otra Vida, los faraones y capitalistas contar con más dicha que los demás. Pero muchos de aquellos que en el mundo eran débiles, esforzados e indigentes, como consecuencia del cumplimiento de los deberes Divinos, en la otra Vida serán saludables, bellos y fuertes. Contrario a aquellos que se encuentran disfrutando las fortunas mundanales y no cumplen con sus deberes, y se ven atrapados por los pecados, desobediencia y arrogancia y estos bienes del mundo no les deja más que castigo y una carga muy difícil.
Otros afirmaban que entre los bienes del mundo y de la otra Vida existía una relación que se contraponía, y aquellos que llegaban a la felicidad en la otra Vida eran aquellos que no habían disfrutado de ganancia alguna de los bienes de este mundo. Y, al contrario, aquellos que disfrutaron de los bienes del mundo carecerán de los bienes de la otra vida. Así también, basándose en narraciones y aleyas coránicas, aseguraron que los buscadores del mundo no disfrutarán de los bienes de la otra vida (2:200), (17:16). Mientras que se han olvidado que aquél que disfruta de los bienes del mundo no quiere decir que adora lo mundano. El buscador del mundo es aquél que los placeres del mundo los coloca como su propósito principal, y toda su fuerza la utiliza para llegar a su meta, aunque no llegue a obtener su propósito. El buscador de la otra vida es aquél que no se entrega a los deseos de este mundo y su propósito es la otra Vida, a pesar de que disfrute de todos los bienes del mundo. Como ejemplo podemos mencionar al Profeta Sulaîman(P) y muchos otros de los profetas y guardianes Divinos que disfrutaban de muchos bienes del mundo y los utilizaban para llegar a obtener la felicidad y el Paraíso –Ridvân– de Dios.
Entonces, entre gozar de los bienes del mundo y de la otra Vida no únicamente no existe una relación directa ni tampoco opuesta, sino que tanto los bienes como las desgracias del mundo han sido proyectados con la sabiduría de Dios y repartidos entre todos los seres humanos para probarlos.
Libro: “La enseñanza de las Creencias”; Autor: Misbâh Îazdî – Muhammad Taqî; bajo el título: El Mundo y la otra Vida.

P. ¿Entre cuáles sucesos del Mundo y adversidades de la otra Vida existe una verdadera relación?

R. No existe relación directa entre los bienes del mundo y los de la otra Vida, y entre los bienes del mundo y adversidades de la otra. En forma general: la relación entre el mundo y la otra Vida, no se asemeja a la relación entre lo existente en el mundo, ni tampoco puede ser considerada con la ley física y biológica de este mundo. Ya que, aquello que causa la recompensa o el castigo en la otra Vida son los actos realizados por el hombre en este mundo a través de su libertad. Entonces no por medio de la utilización de la fuerza y energía ni tampoco por crear cambios en la materia pueden obtenerse los bienes, sino que éstos son producto de la fe o incredulidad interna de la persona. Siendo éste el significado de cientos de aleyas coránicas que manifiestan que gozar de la felicidad de la otra Vida es como consecuencia de la fe en Dios y en el día del Juicio Final, en los Profetas Divinos, en realizar los actos que complacen a Dios tales como: la oración, el ayuno, la guerra santa –yihâd–, ayudar a los indigentes, hacer el bien a los siervos de Dios, aconsejar el bien, reprochar el mal, pelear en contra de los incrédulos y opresores, crear la justicia e imparcialidad. Y aquellos que se ven afectados por el castigo eterno, es como consecuencia de: incredulidad, paganismo, hipocresía, negación del día del Juicio Final, refutación de los Profetas y la realización de diversos pecados e intolerancias. Muchas aleyas coránicas en forma condensada consideran a la fe y a los buenos actos la felicidad de la otra Vida y presenta al castigo eterno como consecuencia de la incredulidad y el pecado.
Libro: “La enseñanza de las Creencias”; Autor: Misbâh Îazdî – Muhammad Taqî; bajo el título: Los deleites de la otra Vida.

P. ¿Cómo que se inicia con el Día del Juicio Final, día en el cuál desaparecerán el cielo y la tierra, se ha convenido la eternidad de estos (el cielo y la tierra)?

R. El Sagrado Corán ha manifestado que en la otra vida existirá el cielo y la tierra, aunque no se asemejan al cielo y a la tierra de este mundo. “El día en que la tierra sea sustituida por otra tierra, así como los cielos, y se les haga comparecer ante Al.lah, el Único, el Dominante” (14:48). Así también se ha manifestado de la boca de los que entrarán al Paraíso: “Y dirán: ¡Alabado sea Al.lah que nos ha cumplido sus promesas y nos hizo heredar la tierra!” (39:74). Entonces así como en la otra Vida existe el Paraíso y el Infierno, también existen el cielo y la tierra; y el cielo y la tierra en la otra Vida serán eternos y perdurables, mientras que el cielo y la tierra en este mundo finalizarán su existencia.
Libro: Tafsîr Al Mizân, t.XI, p.24; Autor: Tabâtabâî – Saîîd Muhammad Husaîn; bajo el título: La eternidad de la otra Vida.

P. ¿Acaso el significado de la aleya: “Todas las cosas morirán…” quiere decir que el Paraíso, el Infierno y el Empíreo también desaparecerán?

R. No. Ya que el significado del término “morir” en esta aleya es cambio y alteración de algo existente en la otra, y encaminarse hacia Dios se entiende como el traslado de este mundo hacia la otra Vida, y es claro que este “morir” y este “traslado” es únicamente en los seres que tienen cuerpo en este mundo. Pero la vida Eterna, y aquello que existe en ésta tales como el Paraíso y el Infierno, no morirán.
Libro: Tafsîr Al Mizân, t.XVI, p.97; Autor: Tabâtabâî – Saîîd Muhammad Husaîn; bajo el título: Adán 26.
P. Explique la situación que reinará en el Cielo el día del Juicio Final.
R. Respecto a la situación que reinará en el Cielo el día del Juicio Final debemos decir que la Luna y el Sol y las grandes estrellas que algunas de éstas son millones de veces mayores y más luminosas que nuestro Sol, obscurezcan (1), y pierda el sistema de su movimiento (2); y como por ejemplo: la Luna y el Sol se integrarán(3); y el Cielo que se encuentra alrededor de la Tierra como una cubierta protectora y firme, se verá débil e inconsistente(4); y se parta en dos(5); y el cielo se enrolle como un pergamino(6), y se derrita como cobre fundido(7); el espacio del Mundo se llenará de humo y nubes(8). Esta situación se describe en las aleyas mencionadas a continuación:
1. “Y la luna se eclipse” (75:8).
2. “Cuando el Sol, como un rollo, se pliegue. Cuando los astros caigan” (81:1 y 2).
3. “…el Sol y la Luna sean fundidos” (75:9).
4. “El Cielo se rasgará y no tendrá ese día consistencia” (69:16).
5. “Cuando el Cielo se hieda” (82:1).
6. “El día en que enrollemos el Cielo como un manuscrito” (21:103).
7. “El día en que el Cielo sea como cobre fundido” (70:8).
8. “Aguarda el día en que el Cielo aparezca con un humo evidente” (44:10).
Libro: La enseñanza de las Creencias; Autor: Misbâh Îazdî – Muhammad Taqî; bajo el título: El Cielo y el día del Juicio Final.

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