Como ser musulman y no morir en el intentoDespués esta el problema de los musulmanes que lo son desde la cuna, que cuando saben que eres musulmán te miran con cierta reticencia
05/01/2011 - Autor: Ruth Molina
conversion islam occidente opinion
66
Haciendo la salat en el hogarTodos sabemos lo complicado que es ser musulmán o decir que lo eres en la sociedad actual, debido a los prejuicios que arrastran la mayoría de las personas, por la informacion tan negativa y la mala imagen que dan del Islam.
Y máxime si eres un converso, donde el entorno mas cercano y familiar no lo terminan de entender. Siempre esta la típica pregunta: ¿y ya no comeras jamón?¡Un manjar para los sibaritas de la gastronomía española! Pues perdone usted, a mi nunca me ha gustado y no creo que por dejar de comerlo me vaya a dar algo. También con ironía, bastante cinismo y algo de malicia, te dicen: ¿y el burka para cuando? Y ahí te das cuenta de la percepción que tienen de la mujer musulmana tan errónea. Y la no menos típica pregunta: ¿ya no saldrás de marcha, ni fumarás, ni beberaás alcohol? Es que yo antes ya no lo hacía, ¿o es que por ser occidental ya es una obligación hacerlo? ¿O quizás se piensan que actuar de esta manera te ofrece la garantía de que eres más liberal, más feliz y estás más integrada en esta sociedad? Así que, llegado a este punto, seguro que mi cuerpo esta muy agradecido de que lo cuide y lo trate bien.
Después esta el problema de los musulmanes que lo son desde la cuna, normalmente los árabes o del magreb, que cuando saben que eres musulmán te miran con cierta reticencia, con un poco de desconfianza y pensando que seguramente tienes mucho desconocimiento, y dudan de si practicarás bien tu religión, como si ser musulmán sea exclusividad de unos pocos. Si no llevas el hiyab quizas lo vean mal. En mi caso, mis hijos no son musulmanes, así que muchas veces mi compra diaria de comida incluye cerdo. Estas actitudes y otras pueden confundir erroneamente y crear muchas dudas de tus buenas intenciones y de tu fe.
Y para rematarlo, estoy yo con mi bagage cultural, donde cuando menos me lo espero estoy cantando canciones navideñas, o comportándome sin darme cuenta como si todavía fuera una cristina. Y es que la educación pesa mucho. Yo iba a un colegio de monjas y desde mi niñez he vivido en un país cristiano, eso se nota, porque estas ideas siguen incrustadas dentro de mi cerebro, al cual estoy intentando reeducarlo otra vez. Así que aquí sigo, con mi lucha diaria, procurando tomármelo con mucho humor y sin morir en el intento.
05/01/2011 - Autor: Ruth Molina
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Haciendo la salat en el hogarTodos sabemos lo complicado que es ser musulmán o decir que lo eres en la sociedad actual, debido a los prejuicios que arrastran la mayoría de las personas, por la informacion tan negativa y la mala imagen que dan del Islam.
Y máxime si eres un converso, donde el entorno mas cercano y familiar no lo terminan de entender. Siempre esta la típica pregunta: ¿y ya no comeras jamón?¡Un manjar para los sibaritas de la gastronomía española! Pues perdone usted, a mi nunca me ha gustado y no creo que por dejar de comerlo me vaya a dar algo. También con ironía, bastante cinismo y algo de malicia, te dicen: ¿y el burka para cuando? Y ahí te das cuenta de la percepción que tienen de la mujer musulmana tan errónea. Y la no menos típica pregunta: ¿ya no saldrás de marcha, ni fumarás, ni beberaás alcohol? Es que yo antes ya no lo hacía, ¿o es que por ser occidental ya es una obligación hacerlo? ¿O quizás se piensan que actuar de esta manera te ofrece la garantía de que eres más liberal, más feliz y estás más integrada en esta sociedad? Así que, llegado a este punto, seguro que mi cuerpo esta muy agradecido de que lo cuide y lo trate bien.
Después esta el problema de los musulmanes que lo son desde la cuna, normalmente los árabes o del magreb, que cuando saben que eres musulmán te miran con cierta reticencia, con un poco de desconfianza y pensando que seguramente tienes mucho desconocimiento, y dudan de si practicarás bien tu religión, como si ser musulmán sea exclusividad de unos pocos. Si no llevas el hiyab quizas lo vean mal. En mi caso, mis hijos no son musulmanes, así que muchas veces mi compra diaria de comida incluye cerdo. Estas actitudes y otras pueden confundir erroneamente y crear muchas dudas de tus buenas intenciones y de tu fe.
Y para rematarlo, estoy yo con mi bagage cultural, donde cuando menos me lo espero estoy cantando canciones navideñas, o comportándome sin darme cuenta como si todavía fuera una cristina. Y es que la educación pesa mucho. Yo iba a un colegio de monjas y desde mi niñez he vivido en un país cristiano, eso se nota, porque estas ideas siguen incrustadas dentro de mi cerebro, al cual estoy intentando reeducarlo otra vez. Así que aquí sigo, con mi lucha diaria, procurando tomármelo con mucho humor y sin morir en el intento.
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