viernes, 30 de agosto de 2013

Jutba de At Tauba

Jutba de At Tauba

22/04/2004 - Autor: Hashim Cabrera
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At Tauab.
Alhamdulilahi rabbil ‘alamin, Al Gaffur, At Tawwab. Las alabanzas son para Allah, Señor de los mundos, el Único Perdonador, el Único que acepta nuestro retorno, el que responde a nuestra tauba.
Assalamu aleikun:
Allah nos sitúa en el jardín de Su creación para que disfrutemos de todas las cosas en la conciencia, pero ese jardín Suyo tiene un solo límite, una sola sharía, que consiste en no acercarnos al árbol de la dualidad y comer los frutos del lenguaje. El fruto que este árbol produce es un shirkfundamental, una ruptura que no es sino la experiencia inconsciente del dualismo, opuesta al tawhid que disfrutamos en el jardín de la Conciencia Única, en la cercanía de al Wahid.
El peligro de ese árbol reside en que sus frutos hacen que el ser humano caiga en el olvido, en la alienación, y necesite de una moral, de una ley, de una terapia. Alimentarnos de los nombres de las cosas, de los conceptos e imágenes del mundo, tiene como consecuencia el olvido de nuestra condición original, el extrañamiento, la separación y el sufrimiento. Así, en ese estado de alienación, nos hace Allah descender a la tierra, recobrar nuestro estado de fango, de cieno oscuro que sólo se libera en la transmutación, que sólo alcanza su forma humana en el sometimiento.
Nuestro regreso comienza con el recuerdo de Adam, la paz sea con él, y de su transgresión. Nada más cruzar el umbral de su libertad, Adam siente dolor en su transgresión como extrañamiento, sufre su exilio y ansía retornar. La primera acción de Adam en la tierra es hacer Tawba, volverse a su Sustentador arrepentido. La primera palabra que dice Adam al descender de su estado original es ‘Astagfirullah’. Su rabb es At Tawwab, el Único que acepta nuestro retorno, el único que atiende a nuestro dolor, porque es Él quien determina la forma de nuestra creación. Allah es Al Hakim, el Sabio que nos crea en el olvido para hacernos capaces de Su recuerdo, para procurarnos la vida. Allah promete a Adam, a la humanidad que inaugura, una Guía, una revelación que nos hace volver. Alhamdulilah. A Allah Le gusta especialmente que sus criaturas nos volvamos conscientemente a Él haciéndoLe Tawba. Allah nos dice en el Qur’an:
"¿No saben que sólo Allah es quien puede aceptar el arrepentimiento de Sus siervos y que es el verdadero receptor de lo que es ofrecido por amor a Él, y que sólo Allah es at Tawwab y al Gaffur?"
(Sura 9. At Tauba, aya 104)
Dice Ibn Ata’Allah que el momento de la escisión sólo causa la desgracia del corazón, no la del alma, porque esta alienación, este olvido de Allah, coincide con los deleites, caprichos y embelezos de nuestro nafs. Tras esa ruptura, Allah nos asegura en el Qur’an que:
"Luego, no obstante, su Sustentador lo eligió para Su gracia, aceptó su tauba, y le concedió Su guía."
(Qur’an, Surat 20, aya 122)
Derrotados, naturalmente vencidos ante nuestra propia irrealidad y nuestro vacío, nos volvemos a nuestro rabb haciéndole Tauba, pidiéndole como criaturas indefensas que nos devuelva a Su conciencia, que nos alcance Su magfira, su perdón, porque necesitamos Su ‘aman. No podemos soportar el olvido porque sólo somos creados en y para el recuerdo. El olvido es el caos, el sinsentido, la patología, que sólo se resuelve en la vuelta sincera a lo real, en el abandono al recuerdo. Subhana Allah. Así nos está creando Allah con Su Ciencia.
La tauba hace que recobremos la conciencia de Allah por un momento, que recibamos la caricia de Sus signos, la calidez de Su palabra. Vivimos debatiéndonos entre el olvido y el recuerdo, pues ese olvido y ese regreso son la condición para una existencia sin principio ni fin, el pálpito de nuestra verdadera creación. La jaula uala quata illah billahil’Ali Adim, que nos sigue diciendo en el Qur’an:
"Y para entonces habremos eliminado todos los pensamientos y sentimientos impropios que pudiera haber en sus pechos, y descansarán como hermanos, unos enfrente de otros, recostados sobre lechos de felicidad. No se verán aquejados allí de desasosiego alguno, ni tendrán jamás que renunciar a ese estado de dicha."
(Sura 15. Al Hichr, ayats 47-50)
Allah nos dice en el Qur’an que librarnos de los velos del mundo y de las palabras es librarnos de la enfermedad de nosotros mismos, librarnos de algo impropio de nuestra naturaleza real, y que este movimiento nos procura la taqua, la conciencia creciente de Allah, de la Realidad. Con ese movimiento del corazón vamos alcanzando la vida en la Realidad. Al mismo tiempo vamos purificándonos, dejando atrás esa serie de imágenes, asociaciones y pensamientos impropios que nos mantienen prisioneros y nos hacen sufrir en el olvido. En el Sura Al Gaffur, el Perdonador, también nos dice Allah:
"Los que llevan en sí el conocimiento del trono de la omnipotencia de Allah, y también todos los que están cerca de él, proclaman la infinita gloria y alabanza de su Sustentador, y tienen fe en Él, y piden la magfira por todos los mu’minun:
‘¡Oh Sustentador nuestro! ¡Tú abarcas todas las cosas en misericordia y conocimiento: perdona, pues, sus faltas a aquellos que se arrepienten y siguen Tu camino, y líbrales del castigo del fuego abrasador!’."
(Sura 40. Al Gafur. El Perdonador, aya 7)
Y un poco más adelante, en el mismo Sura Al Gaffur, nos dice:
"y sacará la ira de sus corazones. Y Allah hará tauba en Su Rahma a quien Él quiera: pues Allah es omnisciente, sabio."
(Sura 40. Al Gafur. El Perdonador, aya 15)
Allah está purificando nuestros pechos de todo lo que nos separa de Él, de todos nuestros sufrimientos y anhelos, de toda alienación. La illaha illa Allah. Esta purificación implica un reconocimiento, una shahada. En nuestro exilio en esta tierra de Adam, Allah nos está regalando una guía que nos hace regresar a Su Jardín. El mensaje está descendiendo progresivamente a nosotros de una manera gradual, según nuestras capacidades, según la forma genuina de nuestra creación. Así vamos conociendo lo que tenemos que hacer para regresar a nuestro principio, conociéndonos a nosotros mismos, conociéndonos unos a otros, para que nuestra existencia tenga sentido, para que nos sintamos en paz. Así Allah, Subhana wa Ta’ala nos hace tauba a Sus criaturas, se vuelve a nosotros, alhamdulilah, y nos atiende, y nos cura y nos protege.Alhamdulilah wa shukurillah.
Es Al Gaffur el que nos abre la puerta del recuerdo, el dintel del dikr. Es Al Gaffur el que ilumina nuestros pasos sinceros, el que nos cura de nuestra más honda enfermedad que no es otra que la inconsciencia y el olvido. Leemos en el Qur’an:
"Allah ama a quienes se Le vuelven. Y ama a quienes se purifican."
(Sura 2, al Baqara, aya 222)
Sólo Él es Indulgente, Dispensador de Gracia, de Magfira, sólo Él responde a nuestratauba. Él es Al Gaffur, Él es At Tawwab que nos ha enviado a Muhámmad, la paz sea con él, para que nos enseñe la forma y el sentido de nuestra tauba, la mejor forma de regresar. Sólo a Allah Le pedimos:
Ya Tawwab: perdona a los mu’minún, danos Tu Magfira, acepta nuestra tauba.
Ya Waddud, Señor del Amor: Tranquiliza nuestros corazones, vuélvete a quienes se vuelven.
Ya Nasir: cúranos de la enfermedad de nuestras almas.
Ya Allah: protege a los puros de corazón y a los sinceros.
Amin.
2.
En el Libro de la Tauba, contenido en el Riyyad as Salihin, Imam an Nawawi nos dice que cuando la tauba se produce entre el siervo y el señor tiene tres condiciones. La primera es que una vez que reconocemos el error, nos distanciemos de él, lo veamos objetivamente. La segunda condición es la del sentir. No hay tauba a Allah sin dolor ni congoja, sin llanto del corazón, sin lágrimas sinceras. La tercera consiste en alejarnos conscientemente del olvido y distanciarnos sabia y gozosamente del error. Todo ello ocurre como un proceso de purificación, de tajara.
Si la tauba se produce entre mu’minún, hay, además de estas tres condiciones una cuarta: que se restituya a su dueño lo que es suyo, sea material o moral. Hay que restituir al mu’min y hacerLe tauba al Sustentador, Subhana wa Ta’ala. Está contenido en el Qur’an, en la Sunna y en el consenso general de la Ummah. Dice el Qur’an:
"Pedid la magfira a vuestro Señor y después hacedLe tauba."
(Qur’an. Sura Hud, aya 3)
En un hadiz relatado por Muslim, transmitido de Al Agarri Ibn Yasar, Allah esté complacido con él, que Rasullullah, sala Allahu aleihi wa salem, dijo:
"Oh hombres: haced tauba a Allah y pedidle la magfira, pues yo le pido la magfira cien veces al día."
El profeta, la paz sea con él, pedía perdón a Allah todos los días de su vida muchas veces. Se volvía a Él, llamaba a su Tawwab. Alhamdulilah. Muhámmad nos enseña la forma de nuestro dikra primordial: AstagfirullahAstagfirullah. Astagfirullah,abriendo la posibilidad de regresar, el principio de nuestra revelación, de nuestra cordura. Ningún musulmán está exento de la tauba, porque Allah es Ar Rahim que quiere que sus siervos regresen. Por eso nuestro Ibrahim es Jalilullah, porque es tierno de corazón, porque llora fácilmente, como un recién nacido que llama a su Sustentador cuando siente hambre y Allah le hace tauba cuando su madre lo oye.Alhamdulilah wa shukurillah. La illaha illah Allah.
Los significados de la tauba están expresados en el Sura que lleva ese nombre y que descendió tras la batalla de Tabuk. Hay un larguísimo hadiz de Bujari y Muslim, en el libro de la Tauba, que explica todos los detalles. El transmisor del hadiz, Abdullah Ibn Kaab Ibn Málik, narra los pormenores de lo que sucedió con los rezagados, con quienes no fueron a Tabuk. A su vuelta a Medina, el profeta los recibe en la mezquita y oye sus excusas. Pidió la magfira para ellos y encomendó sus secretos a Allah. Abdullah Ibn Kaab llegó después. También era uno de los rezagados, y según nos narra, el profeta, la paz sea con él, le recibió "con una sonrisa airada."
"Después dijo ‘Ven’. Me acerqué andando hasta sentarme frente a él y me preguntó: ‘¿Qué te ha impedido ausentarte. Es que no habías comprado ya tu camello?’
Le dije: ‘¡Oh mensajero de Allah! Por Allah que si hubiera seguido a cualquier otro hombre de este mundo me habría excusado con él. Sin embargo no estoy dispuesto a mentir con argumentos falsos, sino a decirte la verdad aunque te enojes por ello. Y asumiré las consecuencias que se deriven, deseando que Allah, Poderoso y Majestuoso, acepte mi tauba. Por Allah que no hay excusa para mí, de ninguna manera. Por Allah, que nunca había estado tan fuerte y tan preparado como para esta campaña. Y dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le de paz: ‘De momento esa es la verdad y ahora veremos qué dictamina Allah en tu caso’."
En este precioso hadiz, el transmisor nos dice que otros dos hombres acudieron al profeta en los mismos términos. El profeta, la paz sea con él, prohibió a la comunidad que hablaran con esos tres hombres, y el hadiz nos narra los sufrimientos interiores que vivieron durante los cincuenta días que duró el extrañamiento. El propio Ibn Kaab nos dice: "Pasó el tiempo y los musulmanes me rehuían…" Más adelante cuenta cómo los enemigos del profeta llegan hasta él para que se pase a sus filas, y le entregan un documento del rey de Gassán donde este se compromete a protegerle. Ibn Kaab va hasta el horno del pan y quema el documento. A los cuarenta días, el profeta separa a los extrañados incluso de sus esposas. Ibn Kaab sigue narrando así:
"Así que permanecí de este modo otras diez noches más, hasta que completamos las cincuenta noches en que se prohibió que nos hablaran. Después hice la oración de Fayr, la mañana inmediata al cumplimiento de las cincuenta noches, encima de una de nuestras casas. Y mientras estaba asentado en el maqam que Allah, Al ‘Ali describió de nosotros, con mi corazón encogido y en la tierra que, en toda su vastedad, se me había estrechado, oí la voz de un Sahaba que gritaba desde lo alto de un cerro y que decía con todas sus fuerzas:
¡Oh Kaab Ibn Málik: alégrate!
En ese momento caí al suelo postrado en señal de agradecimiento y supe que había llegado la apertura. Luego, el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le de paz, anunció a la gente que Allah había aceptado nuestra tauba, después de rezar la salat al Fayr."
Todos los compañeros les felicitan y Kaab acude a la mezquita. Sigue diciendo:
"Cuando saludé a rasullullah, sala alahu aleihi wa salem, me dijo con su rostro radiante de felicidad: ‘Alégrate del mejor día que ha pasado por ti, desde el día en que tu madre te dio a luz’. Le pregunté: ‘¿Es procedente de ti, oh rasullullah, o procede de Allah?’ Dijo: ‘¡No: más bien procede de Allah, Poderoso y Majestuoso.!’ Cuando se alegraba rasullullah, se iluminaba su rostro de tal forma que parecía un trozo de luna."
Ibn Kaab quiere entonces dar una sádaka, pero el profeta le recomienda que guarde su dinero. Kaab entonces le dice:
"Oh rasullullah, ciertamente Allah me ha salvado con la verdad. Y de ahora en adelante sólo hablaré con la verdad!’
Y Allah Al’Ali, hizo descender estos ayat:
"En verdad Allah se ha vuelto en Su Rahma al Profeta, y a quienes han abandonado el ámbito del mal y a quienes han amparado y ayudado al imán, a aquellos que le siguieron en una hora de aflicción, cuando los corazones de algunos mu’minún casi habían perdido la ámana. Y de nuevo se ha vuelto a ellos en Su rahma, pues, ciertamente, Él es muy Rahmán con ellos, dispensador de gracia.
Y se volvió en Su rahma, también, a los tres que habían sido dejados atrás, hasta que finalmente —después de que la tierra, a pesar de su vastedad, se les hiciera estrecha y sus almas se angostaran— comprendieron con certeza que no hay refugio frente a Allah excepto en la tauba a Él. Entonces, Él les hizo tauba a ellos en Su Rahma, para que se volvieran: pues, ciertamente, sólo Allah es quien acepta el arrepentimiento y es dispensador de gracia.
¡Oh mu’minún! ¡Manteneos conscientes de Allah, y sed de aquellos que son fieles a su palabra!
(Qur’an. Sura 9 At Tauba ayat 117-119)
Ya Gaffur: acepta la tauba de las mentes y los cuerpos que sufren.
Ya ‘Áli: Atiende nuestros du’a.
Allahumma: acepta nuestro agradecimiento por Tu háqiqa. Alhamdulilah wa shukurillah.
Amin.

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