En el Nombre de Dios, el Compasivo, el
Misericordioso.
quello que comparten respecto al Final de los Tiempos las diferentes
religiones, e incluso ideologías escépticas, hace referencia a un período de la
historia de la humanidad en el que el ser humano obtendrá el programa más
elevado de administración de la vida social, a partir de lo cual comenzará una
nueva era de convivencia sublime conjuntamente con paz, tranquilidad, justicia y
bienestar mundial.
El énfasis de las religiones y culturas influenciadas por las mismas en
la agrupación de los seres humanos en el marco de “la Ciudad Ideal”, “la Ciudad
Perfecta”, “Utopía”, etc., se basa en esa misma creencia. Una de las diferencias
entre el enfoque doctrinal sobre los últimos tiempos cimentado en las religiones
divinas con la perspectiva en este sentido cimentada en las escuelas humanistas,
es la creencia referente a las raíces fundacionales de tal sociedad, que los
seguidores de las religiones celestiales consideran se encuentran en la
“Manifestación del Salvador de los últimos tiempos”, en tanto los seguidores de
los ismos desviados y escépticos la consideran el fruto de la evolución de las
sociedades humanas y la “culminación de la historia”.
En los últimos años, los temas relacionados con la inminente llegada del
período del fin de los tiempos tuvieron un significativo incremento entre los
adeptos de las diferentes religiones. Entre esos temas se encuentran la creencia
en el retorno y parusía del Mesías -que para algunas sectas que se identifican
como cristianas debería haber ocurrido en el año 2000- y los planes de
religiosos extremistas para provocar tumultos y agitación, como la destrucción
de la Mezquita de Al-Aqsâ, etc., y de esa manera inducir la batalla de
Armagedón.
El ser humano hoy ha experimentado muchas de las consecuencias de la
aplicación de los regímenes basados en los criterios humanos -y no divinos-,
pero estos regímenes, en los que el hombre no sólo se considera autosuficiente
respecto de Dios sino que pretende responsabilizarse de la tarea de Dios,
finalmente acarrearán una catástrofe mundial. Recordemos cómo las masas de gente
se precipitaron hacia el Comunismo y el Socialismo, y recordemos cómo entonces
el mundo artificial de Marx y Lenin desapareció de la noche a la mañana.
Asimismo el mundo occidental, que consideraba a la liberal-democracia como la
mejor receta para administrar las sociedades, hoy reconoce la ineficacia de ésta
para resolver problemáticas vitales de la humanidad.
Progresivamente la humanidad se está percatando de la realidad de que el
sistema democrático basado en los principios del secularismo no es otra cosa que
una más de las desviaciones del hombre. El razonamiento humano constantemente
está construyendo nuevos sistemas que indefectiblemente llegan a un callejón sin
salida, y este círculo vicioso continuará hasta que la humanidad se dé por
vencida. Sólo entonces la sociedad humana, conformada mayormente por los
oprimidos, anhelará alcanzar la verdad y la justicia… pero no las encontrará en
la Tierra, así pues, todas sus esperanzas estarán puestas en los cielos. Este
estado de la humanidad de esos días concretará las condiciones de la
Manifestación del Gran Salvador del mundo.
Además de las albricias de los profetas y los Libros divinos a lo largo
de la humanidad, puede alegarse que la creencia en la existencia de un
Reformador celestial del mundo y la esperanza en el futuro, la paz y la justicia
eterna, forman parte de los asuntos relacionados a la propensión natural que
están estrechamente ligados a la esencia y existencia de la persona y que
acompañan a la creación de todo ser humano, puesto que por un lado esta creencia
surge del interior de los seres humanos, y por otro, es una cuestión general,
planteada más allá del plano islámico. Los seres humanos se percatan
innatamente que es imperioso para el mundo contar con un líder que realmente sea
Reformador y Justiciero, y estas particularidades no se observan en ninguno de
los que alegan ser defensores de los derechos humanos. A ello obedece el que las
diferentes doctrinas sostengan la existencia de un Reformador que un día se
manifestará, reuniendo todas las condiciones del liderazgo, y hará una gran
revolución, aún cuando discrepan en su nombre e identidad.
Lamentablemente, a pesar de la existencia de todos los sorprendentes
avances intelectuales y científicos, la humanidad día a día se conduce a sí
misma hacia la corrupción y se aleja progresivamente de Dios, desobedeciendo más
y más Sus preceptos. Pero al mismo tiempo, a lo largo de la historia de la
humanidad, ante los altibajos de la vida los hombres de fe superaron
continuamente la desesperanza al tener presente la Manifestación de tal Líder y
Salvador divino.
La creencia en la Manifestación del Salvador al Final de los Tiempos en los diferentes pueblos y religiones
Los seguidores de las religiones están a la espera de un Salvador que
por medio de una gran Revolución librará a los seres humanos de la opresión y la
tiranía, si bien difieren en cuanto a sus particularidades e identidad.
Un breve repaso a los pensamientos y creencias de los diferentes pueblos
del mundo como el antiguo Egipto, la India, China, Persia y la antigua Grecia, y
un vistazo a las leyendas del resto de las diversas culturas de la humanidad,
incluso pueblos como los eslavos, germanos, celtas e incluso los aztecas y sus
semejantes, también deja en claro y verifica perfectamente la realidad de que
todos los pueblos del mundo, a pesar de todas sus diferencias de opinión y
creencias e ideas contrapuestas, siempre estuvieron a la espera de un Reformador
Universal.
Los Libros Sagrados de las religiones indican que al final de los
tiempos el mundo se verá afligido por los conflictos y la confusión, las llamas
de la opresión lo abarcarán todo, las guerras hostigarán a los seres humanos y
los que tengan las riendas del mundo en sus manos se volverán impotentes e
incapaces de administrar los asuntos de las naciones. Entonces, un Gran
Reformador Universal terminará con todos los problemas y dificultades de la
humanidad; arrancará la raíz de la corrupción, la irreligiosidad, la opresión y
la ignorancia del planeta Tierra; pondrá fin a los crímenes y traiciones en
contra de la humanidad, y establecerá un Gobierno Mundial basado en la justicia
y la auténtica libertad.
De esta manera, esta creencia no se circunscribe al Islam, sino que es
un asunto certero que no conoce de tiempo ni lugar, y que no es particular de
ningún pueblo o religión, y siempre, fue conocido por todas las naciones,
diferentes escuelas de pensamiento del mundo, y religiones, abarcando al
politeísmo, zoroastrismo, judaísmo, cristianismo… y al Islam.
Incluso la esperanza en un gobierno mundial de justicia no sólo goza de
antigüedad entre los seguidores de las religiones sino entre muchas de las
diferentes escuelas de pensamiento del mundo, incluso las de carácter ateo. Por
ejemplo el Marxismo, a pesar de ser una ideología netamente filosófica y
materialista que niega toda forma de trascendencia espiritual, posee una especie
de escatología de carácter intraterreno, si se tiene en cuenta su concepción de
la historia de la humanidad y las sociedades humanas en términos del pensamiento
económico marxista en todas sus formas (esclavismo, feudalismo, capitalismo,
socialismo y comunismo). En su proceso de la lucha de clases, esta doctrina,
pretendería llegar a una sociedad igualitaria en la que el pueblo asuma el
control -de manera benéfica- no sólo de los medios de producción, sino de todos
los aspectos de la vida.
Incluso últimamente la perspectiva sobre el Final de los Tiempos fue
planteada por muchos sabios y filósofos famosos del mundo bajo la aspiración de
conformar un “Gobierno Único Mundial”. Ellos sostienen que, con el vertiginoso
progreso de la industria y la tecnología, la vida mecanizada, la perniciosa
carrera armamentística, los peligrosos juegos políticos, y sumado el sentimiento
de desesperanza y desaliento entre las sociedades humanas para librarse de las
situaciones caóticas actuales, es menester conformar un gobierno único mundial
basado en la justicia y la libertad.
Reflejo de esta creencia entre los diferentes pueblos y naciones del mundo
Todas las religiones y pueblos albriciaron el retorno o la venida de una
gran personalidad. Como botón de muestra, y sólo para demostrar que existen
tales albricias, expongo a continuación trece de las mismas:
1. Los antiguos persas creían que: tras organizar el país y afianzar las
bases del gobierno, “Kijosró” dio la corona del reinado a su hijo y se dirigió a
las montañas donde reposa hasta el día que se manifieste y expulse al diabólico
Ahrimanan del cosmos.
2. Los eslavos creían que una persona se levantaría desde el oriente y
uniría a todas las tribus eslavas, haciéndolas dominar sobre el
mundo.
3. Los germanos creían que un conquistador de entre sus tribus se
levantaría y haría gobernar a Germania sobre el mundo.
4. Los habitantes medievales de las islas británicas anhelaban y esperaban
desde hacía muchos siglos que el Rey Arturo se manifestase un día en la isla de
Ávalon, hiciera dominar a la raza sajona sobre el orbe, y la felicidad del mundo
les correspondiese.
5. Los pueblos escandinavos creían que: sobrevendrán desgracias para la
gente del mundo, guerras mundiales aniquilarán a los pueblos, y entonces se
manifestará Odín junto a una fuerza divina y dominará sobre
todos.
6. Un grupo de egipcios que vivió 3000 años a. C. en la ciudad de Menfis,
creía que al Final de los Tiempos un gobernante dominaría el mundo con fuerzas
ocultas, haría desaparecer las diferencias de castas y la gente alcanzaría la
tranquilidad y el sosiego.
7. Los aztecas creían que: Quetzalcóatl -habitualmente identificado como
la Serpiente Emplumada-, el Salvador del mundo, saldrá victorioso tras el
acaecimiento de algunos sucesos mundiales. Quetzalcóatl fue expulsado por la
divinidad opuesta, Tezcatlipoca, desde su capital, Tula, al exilio, desde donde,
según la profecía, regresaría por donde nace el sol como un personaje barbado y
de piel blanca. De tal modo, cuando el conquistador español Hernán Cortés
apareció en 1519, el rey azteca, Moctezuma II, se abstuvo de enfrentarse a los
conquistadores españoles por identificarlos con Quetzalcóatl.
8. En China, al introducirse el culto al buda Maitreya -el próximo Buda- también se introdujo en esta religión un componente
escatológico: en los tiempos futuros la humanidad decaerá de tal manera que
propiciaría el regreso de Maitreya para iniciar una nueva época de paz y
esperanza. Mientras Maitreya aguarda tal acontecimiento, para el que, según ciertos cálculos, aún
quedan 30.000 años, habita en el Paraíso de Tushita.
9. Dentro del contenido religioso del mazdeísmo, Zoroastro describió con
gran detalle la llegada del Juicio Final con el último enfrentamiento entre
Ahura Mazda (el Bien) y Angra Mainyu (el Mal), que produciría grandes
catástrofes y aceleraría la llegada de un Salvador, un enviado celeste,
Saoshyans, hijo milagroso y póstumo de Zoroastro, quien liderará a los Hijos de
la Luz a la victoria sobre los Hijos de las Sombras, en el marco de una
resurrección general de los muertos. Este gran Salvador del mundo difundirá la
religión, desarraigará la pobreza e indigencia, salvará a Yazdan de las manos de
Ahriman y la gente del mundo pensará, hablará y actuará igual.
10. Profecía de Los Navajos (indios norteamericanos):
“Él, quién es toda sabiduría, toda inteligencia, trajo al pueblo Navajo algo
como un Libro Santo, sólo que el Navajo no pudo escribirlo en ese momento por lo
que Él lo dio en forma de canto... Este cantar es como las Escrituras Santas. Le
dice a los indios qué ver en el ‘Final de los Tiempos’ cuando él vendrá ante el
pueblo de nuevo... En el canto, Él (el Gran Espíritu) ha dicho que Él es
esperado en el este, pero también es esperado en el oeste. Cuando Él venga y
traiga estas buenas cosas del espíritu y de amor, será el momento más feliz y
glorioso”.[1]
11. El Hinduismo cree en la reencarnación o manifestación divina,
especialmente la manifestación de Vishnú, a la cual denominan “avatar”. Vishnú
atravesó 9 avatares sucesivos, en épocas distintas del ciclo samshárico, y el
décimo y último de ellos, Kalki -avatar supremo- es considerado como el del
“Juicio Final”, que tendrá lugar cuando termine el último “yuga” (“yugakali”) en
que se encuentra actualmente el ciclo samshárico. Al término de este yuga, Kalki
se manifestará montado en un caballo blanco y con una espada de fuego, y con su
poder soberano aniquilará a los poderes del mal que en ella actúan, restaurará
la bondad originaria, y gobernará en una era dorada.
12. En el Judaísmo y el Cristianismo los acontecimientos del fin del mundo
son similares, e incluyen la llegada del Mesías. Los judíos creen que al Final
de los Tiempos, el Mesías (del hebreo, מָשִׁיחַ, mashiaj), se manifestará y gobernará por siempre y será su
Salvador. Creen que es de entre los descendientes del Profeta David (a.s.). En
los Libros del Antiguo y Nuevo Testamento hay muchas albricias sobre el
Justiciero Mundial y sobre los importantes sucesos, guerras, expansión de la
opresión, corrupción, sediciones, derramamientos de sangre y otras señales que
acaecerán antes de la Manifestación. El anhelo por la llegada del Mesías se
intensificaba notablemente durante periodos de problemas y
calamidades.
13. Los cristianos creen en la existencia del Mesías y dicen: “Él se
manifestará al Final de los Tiempos y tomará el mundo”. En la traducción griega
de la Biblia hebrea, la Septuaginta, “Mesías” se traduce por la palabra
Christos, de la cual se deriva Cristo. Por ello, el nombre de Jesucristo
identifica a Jesús con el Mesías, aunque el judaísmo afirma que éste todavía no
ha venido. Los cristianos están a la espera de la “segunda venida” o parusía, el
“advenimiento glorioso” del Mesías en la Tierra, en que comenzará la época de la
Salvación. Antes de ese tiempo se desarrollará la Gran Tribulación, en la cual
se hará prominente el papel del Anticristo. En los últimos días de su vida Jesús
(a.s.) hizo mucho énfasis a sus seguidores respecto a su vuelta a la Tierra,
aconsejándoles estar a su espera y preparados.
Aún cuando los seguidores de las diferentes religiones y pueblos
difieren entre sí en cuanto al nombre de este Salvador, permiten inferir una
realidad certera: estas ideas, creencias y opiniones -todas las cuales, con sus
diferentes contenidos, informan de un futuro brillante y de la venida de un
Reformador Mundial al Final de los Tiempos que unificará las religiones,
establecerá un programa de reforma y conformará un Único Gobierno Mundial
cimentado en la justicia y la libertad-, en realidad, se originan de la
Revelación.
Por lo tanto, si quitamos los vocablos -con los que los seguidores de
las diferentes religiones y pueblos aluden a él- del marco de la terminología
particular para referirse a su persona, y lo denominamos “Gran Salvador
Celestial”, “Reformador Mundial”, “Emancipador Oculto”, o “Salvador Esperado”,
salvaremos también las diferencias nominales.
El Salvador Prometido en el Islam
El análisis de los textos de las religiones celestiales nos confirma
unas características para el Salvador Esperado que en la Tradición islámica se
corresponden con la del Mahdî, esa misma persona respecto a quien el Profeta del
Islam (s.a.w.) y los Imames de Ahl-ul Bait (a.s.) han
albriciado.
Ambas Escuelas del Islam, la Sunnah y la Shî‘ah, no sólo
coinciden en el principio de la creencia en el Mahdî (a.ÿ.) sino también en lo
relativo a la universalidad de su convocatoria y su gobierno mundial; que el
Mahdî (a.ÿ.) es de la Familia del Profeta Muhammad (s.a.w.) y
descendiente de su hija Fátima (a.s.); que su apelativo es Al-Mahdî; que se
completarán las condiciones de su llegada en una sola noche; que Jesús (a.s.)
seguirá al Mahdî en la oración, y que llenará la Tierra de justicia y equidad.
Además coinciden en cuanto a ciertos atributos personales del Imam (a.ÿ.) y a
algunos de los indicios de su Advenimiento; en que se le dará la bai‘ah
(pacto de fidelidad) entre el Rukn o Pilar de la Ka‘bah y el Maqâm
o sitial de Abraham (a.s.); en lo que concierne al desarrollo económico en
épocas de su Manifestación, etc.
Sin embargo, la Shîah cree que el Mahdî ya ha nacido y la mayoría de los
sunnis creen que éste todavía no ha nacido. Por supuesto, existen muchos sunnis
que, al igual que los shias, también creen que ya ha nacido.
El Imam Al-Mahdî (a.ÿ.) nació el viernes 15 de Sha‘bân del año 255 H.L.
(que se corresponde al 869 d.C.) en la ciudad de Samarra (Irak). Es hijo del
undécimo Imam o líder de Ahl-ul Bait (a.s.), Hasan ibn ‘Alî
Al-‘Askarî (a.s.), quien también nació en Samarra, en el año 846 d.C. Fue
contemporáneo a seis califas abbasíes: Al-Mutawakkil, Al-Muntasir,
Al-Musta‘în, Al-Mu‘tazz, Al-Muhtadî y Al-Mu‘tamid. El período de su
liderazgo duró seis años y fue martirizado a la edad de 28 años, dejando como
único hijo y sucesor al último de los Imames o líderes de la Casa del
Profeta (a.s.), el duodécimo Imam, Muhammad ibn Al-Hasan Al-Mahdî
(a.ÿ.).
La madre del Mahdî (a.ÿ.) fue Narÿis, nieta del Emperador de Bizancio.
Era descendiente de Pedro, apóstol de Jesús (a.s.). Cuando musulmanes y
bizantinos se entablaron en guerra, y el César se dirigió a los frentes de
batalla junto a su ejército, Narÿis fue hecha prisionera por algunas patrullas
de avanzada del ejército musulmán, e ignorando que ella era de la familia del
César, la llevaron a Bagdad junto al resto de los prisioneros. El Imam Al-Hâdî
(a.s.), el décimo Imam, envió un emisario para que la llevara ante su presencia
en Samarra. El Imam Al-Hâdî le dio las buenas nuevas de que ella sería la esposa
de su hijo el Imam Al-‘Askarî y la madre del Reformador del
mundo.
Los califas ‘abbasíes veían en peligro su Califato porque era sabido que
el Mahdî Prometido de la descendencia del Profeta (s.a.w.) sería el hijo del
Imam Al-‘Askarî; por ello, tenían bajo estricto control al Imam (a.s.) para
evitar el nacimiento de su sucesor. Así, el Imam Al-Mahdî nació en forma oculta
y aún vive en forma oculta. Tuvo dos ocultaciones, una Menor -que duró alrededor
de 69 años (desde el martirio de su padre hasta el año 329 H.L.)- y la otra -que
se prolonga hasta hoy- Mayor, y que durará hasta que Dios lo desee y lo haga
manifestarse para llenar la Tierra de justicia y equidad.
Dijo el Imam Zain Al-‘Âbidîn (a.s.): “En
el Mahdî existen similitudes con los profetas de Dios (a.s.): con Noé, con
Abraham, con Moisés, con Jesús, con Job, y con Muhammad -que las
bendiciones sean con todos ellos-. Con Noé en cuanto a su larga vida; con
Abraham en cuanto a la ocultación de su nacimiento y su alejamiento de la
gente; con Moisés en cuanto a su situación de aprensión y ocultación; con
Jesús en cuanto a las discrepancias de la gente respecto a él; con Job en cuanto
a la llegada del alivio y sosiego después de la desgracia y adversidad, y con
Muhammad (s.a.w.) en cuanto a su levantamiento”.[2]
El Mahdî Prometido en el Sagrado Corán
Este milagro eterno que es el Corán, expresó, refiriéndose al Salvador
del Mundo y a la heredad de la Tierra por parte de los
desposeídos:
1 - ﴿ وَنُرِيدُ أَن نَّمُنَّ عَلَى الَّذِينَ اسْتُضْعِفُوا فِي
الاَرْضِ وَنَجْعَلَهُمْ أَئِمَّةً وَنَجْعَلَهُمُ الْوَارِثِينَ
﴾
1. «Y quisimos agraciar a los oprimidos en la Tierra designándoles Imames
(líderes) y (también) les constituimos en herederos». (Sura Al-Qasas (las Narraciones); 28: 5)
2 - ﴿ وَلَقَدْ كَتَبْنَا فِي الزَّبُورِ مِن بَعْدِ الذِّكْرِ أَنَّ
الاَرْضَ يَرِثُهَا عِبَادِيَ الصَّالِحُونَ ﴾
2. «Hemos prescrito en los Salmos, después del Mensaje, que la Tierra la
heredarán Mis siervos meritorios» (Sura Al-Anbiâ’; 21: 105).
Tal como anuncia el Corán en esta última aleya, leemos en los Salmos de
David, en el Salmo 37, nº 9, 10 y 11: “… pero los que esperan en Jehová,
ellos heredarán la Tierra · Pues de aquí a poco no existirá el malo; observarás
su lugar, y no estará allí · Pero los mansos heredarán la Tierra”. Luego en
el nº 18 dice: “Conoce Jehová los días de los perfectos, y la heredad de
ellos será para siempre”. Y en el nº 29 dice: “… los justos heredarán la
Tierra”.
Esta heredad de la Tierra por parte de los oprimidos, y el predominio de
la religión sobre el mundo del que hablan el Corán, los Salmos y los Libros de
los profetas anteriores, no se han concretado todavía, por lo que debemos estar
a la espera de ese día.
Objetivos de la Revolución del Mahdî en el Corán y las narraciones islámicas
En el Sagrado Corán y los nobles hadices en los que concuerdan
todos los musulmanes, se explicaron objetivos generales para la Gran Revolución
del Mahdî, entre los que se encuentran:
1. Terminar con la opresión y establecer el gobierno de justicia en todo
el mundo.
2. Aniquilar el politeísmo y purificar la Tierra del mismo en forma
completa, y la expansión del Monoteísmo absoluto y la adoración real de Dios
Altísimo, tal como se desprende de la aleya 55 de la Sura An-Nur y de la
aleya 56 de la Sura Adh-Dhâriât. Asimismo, el establecimiento de una
sociedad monoteísta que sólo adore a Dios, sin asociarle nada, que establezca la
oración, dé limosna, y ordene lo bueno y prohíba lo malo.
3. Delegar la gobernación de la Tierra a los dignos siervos de Dios y a
aquéllos que fueron oprimidos debido a su afinidad con la religión monoteísta.
Un número de aleyas coránicas, como la aleya 55 de la Sura An-Nur, la
aleya 5 de la Sura Al-Qasas, y la 105 de la Sura
Al-Anbiâ’, hacen referencia a ello.
4. Que todos se beneficien de las bendiciones divinas, que todo derecho le
sea devuelto a su dueño, y que ya no quede lugar para la envidia, el rencor y la
enemistad; que la gente sea autosuficiente y sus corazones no tengan la
sensación de necesidad. En ese entonces la seguridad y la tranquilidad se
expandirán por todo el orbe, de manera que todos los seres vivos se beneficiarán
de las infinitas bendiciones divinas, y así, será garantizada la libertad y ya
nadie será molestado, e incluso las fieras, los roedores y los reptiles tampoco
se molestarán entre sí ni producirán daño alguno.
El rol de los seguidores de las religiones divinas en la preparación del terreno para la Manifestación
1.
Nuestro mayor deber es difundir “la Espera del Salvador”. En esta época
de las comunicaciones en que el mundo está conectado de tal manera que se
asemeja a una aldea mundial, y que con la existencia de medios de comunicación
como la transmisión satelital y la red Internet ya no existe ninguna excusa para
mantenerse incomunicado con el mundo sediento de justicia, debemos descubrir y
fortalecer las semejanzas doctrinales referentes al último Salvador y
Reformador. Luego, presentar al Real Salvador que vendrá con el Poder divino
para triunfar sobre el materialismo y expandir la religión de la verdad, la
pureza y la justicia sobre la Tierra.
2.
La autoformación individual y social.
3.
Evitar mimetizarse con el entorno corrupto del
ambiente.
4.
Resistencia ante los líderes corruptos y lucha contra la
corrupción.
5.
El rechazo a la opresión.
Según las enseñanzas de los profetas y albricias de los Libros
celestiales, a pesar de los innumerables factores de pesimismo que se observan
en el mundo en relación con el futuro de la humanidad, la situación actual del
mundo no puede continuar, y tarde o temprano la rueda del tiempo rodará a favor
de los desposeídos; el rostro del mundo se transformará, y las corrupciones
sociales y los conflictos actuales cederán su lugar al sosiego y
seguridad.
[Hadîz del Imam Al-Bâqir (a.s.)].[3]
“Ciertamente que lo llamaron Mahdî (guía) puesto que él guiará a los
hombres a un asunto oculto; y extraerá la Torá y el resto de los Libros
Celestiales de una gruta en Antioquía, y juzgará entre la gente de la Torá con
la Torá, entre la gente del Evangelio con el Evangelio, entre la gente de los
Salmos con los Salmos, y entre la gente del Corán con el
Corán…”.
Que la paz sea con el Salvador del Final de los
Tiempos, el abanderado de la liberación de los hombres de las cadenas de la
tiranía… y que la paz sea con aquéllos que le esperan, obran en base a sus
valores y han bebido de la copa de la guía...
¡Dios nuestro! ¡Apresura la Manifestación del Albacea de Tu religión, y
cuéntanos entre sus compañeros!
El final de los
tiempos
Todas las religiones se refieren al fin de los tiempos y a los hechos
que tendrán lugar antes y después de dicho momento. La mayoría coincide en que
aparecerán una serie de señales previas y acepta la figura de “un Salvador” como
protagonista de dicho periodo.
De esta manera, tenemos que distinguir entre:
·
los sucesos previos a la manifestación del Salvador del Final de los
tiempos,
·
los sucesos durante el reinado del Salvador,
·
hacer alusión al periodo posterior si lo hubiera
·
y los sucesos que acontecerán antes del Juicio Final.
Hay que aclarar que existen muchas narraciones que al mencionar los
signos de la hora final, se refieren a sucesos en general sin mencionar que son
inmediatamente previos al final del Mundo y que pueden pertenecer a los periodos
mencionados.
Por ejemplo en una narración se transmite:
No tendrá lugar la hora final hasta que se produzcan diez
hechos:
·
Hundimiento de tierra en oriente
·
Hundimiento de tierra en occidente
·
Hundimiento de tierra en la península Árabe
·
Grandes columnas de humo
·
Surgimiento del Anticristo
·
Surgimiento de la bestia
·
Desmoronamiento de la barrera que contiene a las fuerzas malignas de Gog
y Magog
·
El sol saldrá por occidente
·
Brotará fuego desde las profundidades del golfo de Adén
·
La segunda venida de Jesús hijo de María (con él sea la
paz)
Señales del final de los tiempos previas a la manifestación del SalvadorSeñales condicionadas, generales y alterables
Las siguientes señales
·
Será escuchado un clamor en todo el mundo de manera que todas las
personas lo escucharán en sus propios idiomas.
·
Se verá un gran fuego en el oriente que permanecerá en el cielo por tres
o siete días
·
Aparecerá un cometa con dos puntas las cuales luego se acercarán y
formarán una sola
·
Un gran hundimiento de tierra tanto en el oriente como en el
occidente
·
Un gran hundimiento de tierra en una zona entre La Meca y
Medina
·
Un eclipse de sol a la mitad del mes de Ramadán fuera de los cálculos de
los astrónomos
·
Al final de ese mismo mes habrá un eclipse de luna fuera de los cálculos
de los astrónomos
·
Un gran terremoto en Bagdad
·
Surgirán sesenta falsos profetas
·
Se desbordará el río Éufrates hasta llegar a los callejones de la ciudad
de Kufa
·
La ciudad de Damasco será destruida
·
Caerán los paredones de la Mezquita de Kufa
·
Surgirá el Sufiani, un déspota del final de los tiempos llamado así por
ser de la descendencia de Abu Sufian, el que combatió al Profeta del Islam
(s.a.w.)
·
Será matado el Seiied Hasani, un paladín del bien llamado así por ser de
la descendencia de Hasan (a.s.), el nieto del Profeta (s.a.w.)
·
Se le cortará la cabeza a una persona de evidente inocencia junto a la
Kaaba en La Meca
·
Ondearán banderas negras desde la zona del Jorasán que serán auxiliares
del bien
·
Surgirá un paladín del bien desde el Yemen, por lo cual se le llama
Al-Iamânî, quien asistirá al Salvador
·
Un pánico general se apoderará de Bagd y de Iraq en
general
En las narraciones que nos llegaron del Profeta (s.a.w.) y de los Imames
(a.s.) se ha esbozado un panorama general de este periodo.
SITUACIÓN DE LOS GOBIERNOSA) Despotismo de los gobiernos
Uno de los asuntos por los que la sociedad humana
padecerá antes de la Manifestación del Imam (a.s.) será la tiranía y la opresión
de las que será objeto la gente por parte de los gobiernos. El Enviado de Dios
(s.a.w.) dijo al respecto: “La Tierra se llenará de opresión e injusticia, al
punto que en cada casa entrará el miedo y la guerra”.[4]
Este horror y miedo es algo que generalmente se origina de los gobiernos
de dirigentes opresores y autoritarios del mundo, porque antes de la
Manifestación del Imam, los opresores gobernarán en el mismo.
Dijo Ibn ‘Umar: “El hombre honorable, poseedor de
riquezas e hijos (al final de los tiempos) deseará la muerte por los
padecimientos y contrariedades que verá de parte de los gobernantes”.[5]
B) Composición de los gobiernos
Antes de la Manifestación de Hadrat Al-Mahdî (a.ÿ.), los
Estados estarán conformados por personas traicioneras, corruptas y
opresoras.
Dijo el Noble Profeta del Islam (s.a.w.):
“Llegará una época en que los gobernantes serán tiranos, los comandantes
traicioneros, los jueces corruptos y los ministros opresores”.[6]
C) Influencia de las mujeres en los gobiernos
Otro de los asuntos que se plantean en los gobiernos
del final de los tiempos es la dominación e influencia de las mujeres, las
cuales gobernarán en forma directa sobre la gente, o bien tendrán a los
gobernantes bajo su dominio. Expresó Hadrat ‘Alî (a.s.) a este
respecto: “Llegará una época en que las personas corruptas y fornicadoras
alcanzarán el desahogo y la prosperidad, los ignominiosos llegarán a tener
jerarquía y posición, y las personas justas se debilitarán”… Se le preguntó:
“¿Cuándo llegará esa época, oh Amîr Al-Mu’minîn?”. Dijo: “Cuando las mujeres
ejerzan dominio sobre los asuntos de la gente, y las muchachas y los niños sean
dispuestos en el poder”.[7]
D) Inestabilidad de los gobiernos
Solo un gobierno que posee estabilidad política es capaz de servir a la
gente de su nación, puesto que si se encuentra en continuo estado de cambio, no
podrá realizar grandes tareas en el país.
Al final de los tiempos los gobiernos serán
inestables, e incluso a veces al comienzo del día un gobierno llegará al poder,
pero al ocaso será derrocado. Dijo el Imam As-Sâdiq (a.s.) a este
respecto: “¿Cómo seréis cuando quedéis sin un Imam guiador y sin conocimiento
y sabiduría, y os desentendáis unos de otros, y (esto) sea en una época en que
seréis diferenciados, purgados y (nuevamente) entremezclados? Cuando esto
suceda, se entrecruzarán las espadas, y un gobierno llegará al poder al comienzo
del día, y mediante la matanza, al final del día será destituido y
derrocado”.[8]
SITUACIÓN DE LA RELIGIÓNAbandono de la religión
Otra de las señales del final de los tiempos es que
la gente abandonará la religión. Dijo el Imam As-Sâdiq (a.s.):
“Pronto llegará una época en la que la gente no conocerá a Dios y no sabrá el
significado [real] del Monoteísmo, hasta que surja el Daÿÿâl
[9] …”.[10]
Al final de los tiempos se venderá la religión a un vil precio, y las
personas que a la mañana eran creyentes, a la tarde se volverán
incrédulas.
El Enviado de Dios (s.a.w.) manifestó: “… A la
mañana el hombre será creyente y al ocaso incrédulo. Un grupo venderá su
religión a vil precio y por mercancías insignificantes. Quien en aquel día se
aferre y esté asido a la religión, será como si tomara en su mano una brasa
encendida o estrujara en sus manos un arbusto de espinas”.[11]
SITUACIÓN DE LA MORAL ANTES DE LA MANIFESTACIÓN
De entre las características notorias del final de los tiempos están el
debilitamiento de las bases de la familia, de los vínculos de parentesco y de la
amistad; la frialdad en los sentimientos humanos, y el
desamor.
A) Frialdad en los sentimientos humanos
El Noble Mensajero del Islam (s.a.w.) describió de
la siguiente manera la situación de esos días en lo concerniente a los afectos:
“En esos días los mayores no tendrán compasión por los más pequeños, y el
poderoso no se compadecerá del débil. Será entonces cuando Dios le permita (al
Mahdî) levantarse y manifestarse…”.[12]
Asimismo, el Profeta (s.a.w.) dijo: “No acaecerá la Hora
(As-Sâ‘ah) sino hasta que llegue una época en que la persona (por
la intensidad de su pobreza) se dirija a su gente y parientes y apele a ellos
mediante sus lazos de parentesco, para que quizás así le ayuden, pero no le
darán nada. La persona solicitará ayuda a su vecino, apelando a él mediante su
derecho de vecino, pero éste no le ayudará”.[13]
Dijo también el Enviado de Dios (s.a.w.): “De
entre las señales y condiciones de la Hora (Ashrât as-Sâ‘ah),
están el mal comportamiento con el vecino y romper los lazos de
parentesco”.[14]
B) Corrupción moral
De entre las desviaciones demasiado desagradables y peligrosas con las
que se verá aquejada la sociedad previa a la Manifestación del Imam Al-Mahdî
(a.ÿ.) será la inseguridad de la familia y del honor de las
mujeres.
En esos días, la corrupción y el descontrol moral estarán ampliamente
propagados. La indecencia y aberración de comportamientos animales de un grupo
de, en apariencia humanos, pasará inadvertida por efecto de la expansión y
reiteración de actos de corrupción, volviéndose comunes y normales. La
corrupción se propagará de tal manera que serán pocos los que puedan o quieran
evadirla.
Dijo el Enviado de Dios (s.a.w.): “No acontecerá
la Hora sino hasta que la mujer sea interceptada (arrebatada de su tutor y ante
las miradas de todos) en pleno día y en forma manifiesta, y sea violada en medio
del camino, pero nadie reprochará este accionar ni lo evitará. Las mejores
personas en esos días serán quienes digan (al violador): “¡Ojalá te hubieses
apartado un poco y hubieras hecho eso a la vera del camino!”.[15]
C) Expansión de los actos contrarios al pudor
Dijo Muhammad ibn Muslim: Le pregunté al Imam
Al-Bâqir (a.s.): “¡Oh hijo del Enviado de Dios! ¿Cuándo se manifestará vuestro
Qâ’im?”. El Imam replicó: “Cuando los hombres se asemejen a las mujeres y las
mujeres a los hombres. Cuando los hombres les basten a los hombres y las mujeres
a las mujeres”.[16]
E) Escaso número de hombres y abundancia de mujeres
Dijo el Mensajero de Dios (s.a.w.): “De entre las
señales y condiciones de la Hora es que la cantidad de hombres mermará y el
número de mujeres se incrementará, al punto que, cada cincuenta mujeres habrá un
solo tutor”.[17]
Quizás esta situación se deba al aumento de las pérdidas de vidas de los
hombres que se dará por las continuas y prolongadas guerras.
SITUACIÓN DE LA SEGURIDAD ANTES DE LA MANIFESTACIÓNA) CAOS E INSEGURIDAD
Por efecto de la trasgresión de los superpoderes, la seguridad
desaparecerá de los gobiernos pequeños y las naciones débiles, de manera que la
libertad y seguridad ya no significarán nada. Los poderes que gobiernen el mundo
limitarán tanto a las naciones débiles y extenderán a tal punto la transgresión
a los derechos de los pueblos, que la gente no tendrá permiso ni de respirar
libremente.
Dijo el Mensajero de Dios (s.a.w.): “El Mahdî
(a.ÿ.) se manifestará cuando el mundo esté agitado y se llene de caos y un grupo
de entre vosotros ataque a otro;[18]
el grande no tendrá misericordia del pequeño, ni el fuerte del débil. En ese
momento Dios le permitirá levantarse”.[19]
B) Inseguridad en los caminos
El alcance del caos e inseguridad se extenderá también a los caminos,
expandiéndose la inclemencia e impiedad. En ese entonces Dios hará levantarse al
Mahdî y por medio de él conquistará los fuertes del extravío. El Mahdî Prometido
-que Al·lâh apresure su Manifestación- no sólo se dedicará a conquistar
fortalezas inexpugnables, sino que abrirá también los corazones cerrados a las
realidades y la espiritualidad, preparándolos para aceptarlas.
C) Crímenes horrendos
A lo largo de la historia los crímenes de los tiranos y verdugos fueron
sumamente siniestros y espeluznantes. En cuanto a los crímenes que serán
cometidos en el mundo antes de la Manifestación del Imam Al-Mahdî (a.ÿ.) serán
de los más cruentos que se pueda imaginar.
D) Quienes estén con vida anhelarán morir
Dijo el Mensajero de Dios (s.a.w.): “¡Juro por
Aquel en cuyas manos está mi vida! que el mundo no llegará a su fin sino hasta
que llegue una época en que el hombre, al pasar por un cementerio, se arroje
sobre una tumba y diga: “¡Ojalá hubiese estado yo en lugar del dueño de esta
tumba!”. En tanto que su problema no serán las deudas, sino las dificultades y
presiones de aquellos días y la opresión y la tiranía”.[20]
F) Hundimiento en la tierra
Dijo el Mensajero de Dios (s.a.w.): “Ciertamente
que llegarán unos tiempos para esta comunidad, en los que entrarán en la noche
preguntándose entre ellos: ¿A quiénes tragó hoy la tierra? Asimismo se
preguntarán: ¿Quién quedó vivo del clan fulano?, o ¿quedó alguien vivo de la
familia fulana?”.[21]
Quizás esas expresiones hagan alusión a las guerras y matanzas al final
de los tiempos que, por la utilización de armamentos modernos y de destrucción
masiva, cada día morirá un gran número de gente; o tal vez por el exceso de los
pecados la tierra tragará a su gente.
G) Incremento de las muertes súbitas
Dijo Amîr Al-Mu’minîn (a.s.): “Previo a la
Manifestación del Restaurador (a.ÿ.) existirán las muertes roja y blanca… La
muerte blanca es la peste”.[22]
El Imam Muhammad Al-Bâqir (a.s.) dijo: “El
Qâ’im no se levantará sino en tiempos en que impere un intenso miedo, y antes
que ello se expanda también la peste”.[23]
H) Los habitantes del mundo pierden las esperanzas de salvarse
Dijo el Mensajero de Dios (s.a.w.): “¡Oh ‘Alî! El
Mahdî se levantará en un momento en que las ciudades estén transformadas y los
siervos de Dios estén debilitados y desesperanzados del alivio y la
Manifestación. En ese momento se manifestará el Qâ’im, el Mahdî que es de entre
mis descendientes…”.[24]
I) Ausencia de jueces justos y de amparo
Dijo además: “Al final de los tiempos mi
comunidad será asolada por una gran desgracia proveniente de sus gobernantes, de
manera tal que el creyente no encontrará refugio en el cual salvaguardarse de la
opresión”.[25]
J) Guerras, matanzas y sediciones
Se desprende de las narraciones que antes del Levantamiento del Mahdî
(a.ÿ.) las guerras y matanzas abarcarán todo lugar. Algunas narraciones hablan
de sediciones; otras, anuncian guerras continuas, y algunas otras hablan de
exterminios de seres humanos mediante guerras y enfermedades resultantes de las
mismas, como la peste. Resumiendo, del conjunto de las narraciones se deducen
los siguientes puntos:
1. Antes de la Manifestación del Mahdî (a.ÿ.) habrá matanzas en las que
será exterminado un gran número de gente, y la cantidad de personas que quedará
será menor que la de las muertas.
2. Un número de esos muertos sucumbirá en las guerras y otro número
fallecerá como consecuencia de las enfermedades contagiosas que, muy
posiblemente, brotarán de los muertos en guerra. Asimismo, existe la posibilidad
de que este grupo perezca por efecto de las armas químicas y biológicas, las
cuales generan enfermedades.
SITUACIÓN ECONÓMICA DEL MUNDO EN LA ÉPOCA DE LA MANIFESTACIÓN
Se deduce de las narraciones de este capítulo que, como resultado de la
expansión de la corrupción y la depravación, la desaparición de la compasión y
el cariño, y las guerras que se generarán, desde el punto de vista económico el
mundo atravesará una catastrófica situación, de forma que incluso el cielo no
tendrá misericordia, y el descenso de las lluvias, que es una bendición divina,
se transformará para ellos en ira, y será destructivo.
Así es, al final de los tiempos las lluvias mermarán o caerán a
destiempo, ocasionando la destrucción de los cultivos. Los lagos y ríos se
secarán, los cultivos se verán reducidos, y el comercio se vendrá abajo; se
expandirán la pobreza y el hambre al punto que para saciar sus estómagos los
hombres llevarán a sus hijas y mujeres al mercado y las cambiarán por un poco de
comida.
A) Escasez de lluvias y lluvias a destiempo
Dijo el Noble Profeta del Islam (s.a.w.):
“Llegará una época para la gente en la que Dios vedará las lluvias en sus
estaciones y temporadas, y las lluvias no caerán, enviándolas a
destiempo”.[26]
B) Desecación de los lagos y ríos
También fue narrado (de él) que: “…Los ríos se
secarán, prolongándose el encarecimiento y la sequía por tres
años”.[27]
C) Expansión del encarecimiento, el hambre, la pobreza y estancamiento del comercioD) Intercambio de mujeres por productos alimenticios
Lo intenso del desastre de la sequía y del hambre antes de la
Manifestación del Imam (a.ÿ.) será de tal envergadura que un grupo se verá
obligado a intercambiar a sus propias hijas por un poco de
alimento.
Hasta aquí habíamos hablado de las señales generales e incluso
condicionadas del periodo previo a la manifestación del
Salvador
B) Señales definitivas de la inminente manifestación del
Salvador
1.
El surgimiento del Jorasânî, un paladín del bien que surgirá de la zona
del Jorasán
2.
Surgirá el Iamânî
3.
Un clamor mundial celestial anunciará la legitimidad del Salvador
4.
Una persona descendiente del Profta del Islam y de evidente inocencia
será asesinada junto a la Kaabah
5.
El ejército del Sufianî se hundirá en una zona entre La Meca y
Medina
RAYOS DE ESPERANZA
En los temas tratados anteriormente nos familiarizamos con una parte de
las narraciones que hacen alusión a la situación mundial antes de la
Manifestación del Imam de la Época (a.ÿ.). Si bien en estas narraciones se habla
de desórdenes y contrariedades -a un extremo que quizás lleguen a desesperanzar
a los seres humanos- existen otras narraciones que hacen referencia a puntos
brillantes, y arrojan rayos de esperanzas para las personas creyentes y
comprometidas.
Dijo el Mensajero de Dios (s.a.w.)
« لَا تَقُومُ السَّاعَةُ حَتَّى
تَمْتَلِئَ الْأَرْضُ ظُلْمًا وَعُدْوَانًا ثُمَّ يَخْرُجُ رَجُلٌ مِنْ عِتْرَتِي
أَوْ مِنْ أَهْلِ بَيْتِي يَمْلَؤُهَا قِسْطًا وَعَدْلًا كَمَا مُلِئَتْ ظُلْمًا
وَعُدْوَانًا »
“No
acontecerá la Hora (Final) hasta que la Tierra se llene de injusticia e
iniquidad. Luego surgirá un hombre de mi descendencia, o de la gente de mi casa
(ahlu baitî) que la llenará de justicia y equidad, así como antes habrá
sido llenada de injusticia e iniquidad”.[28]
Las narraciones que se refieren a las operaciones militares de
Hadrat Al-Mahdî (a.ÿ.) y la conquista de las ciudades y países,
son de dos tipos: algunas narraciones hablan de la conquista del oriente y del
occidente, del sur y la qiblah, y finalmente, de todo el mundo; y otras
narraciones hacen referencia a la conquista de territorios específicos del
mundo.
La elección de la ciudad de La Meca como punto de comienzo del
Levantamiento, la posterior elección de Irak y de Kûfah como centro
político-militar del gobierno, y por último el desplazamiento hacia Shâm (Siria)
y la conquista de Jerusalén, tal vez sean una corroboración para estas palabras,
puesto que hoy la importancia política, religiosa y militar de estos tres
territorios no es oculta para nadie.
Dijo el Mensajero de Dios (s.a.w.): “Cuando
Hadrat Al-Mahdî (a.ÿ.) se manifieste, Dios devolverá a la religión
su situación original y suscitará para él y mediante él brillantes victorias. En
esos días no quedará nadie sobre la Tierra sin que diga Lâ ilâha il·la
Al·lâh (No hay divinidad sino Dios)”.[29]
Dijo el Imam Al-Bâqir (a.s.):
“Hadrat Al-Qâ’im (a.ÿ.) es de nosotros y la expansión de su
dominio abarcará el oriente y el occidente”.[30]
Asimismo dijo: “Al momento del Levantamiento de
Hadrat Al-Qâ’im (a.ÿ.) Dios hará prevalecer el Islam por sobre
todas las religiones”.[31]
Se transmitió del Profeta (s.a.w.):
“Hadrat Al-Mahdî (a.ÿ.) despachará sus ejércitos a lo largo y
ancho de la Tierra”.[32]
Dijo Abân ibn Taglib: Dijo el Imam As-Sâdiq (a.s.): “Es
como si ahora mismo viera a Hadrat Al-Qâ’im (a.ÿ.) detrás de la
ciudad de Naÿaf, en el momento en que conquiste aquel lugar del mundo. Él estará
montado sobre un caballo negro con manchas blancas, entre cuyos ojos brilla una
parte blanca. Luego espoleará a su caballo y no quedará ninguna ciudad en el
mundo sin que su gente se figure que el Mahdî (a.ÿ.) se encuentra entre ellos y
en sus ciudades. Cuando él enarbole el estandarte del Mensajero de Dios
(s.a.w.), trece mil trece ángeles -que durante años habrán estado esperando su
Manifestación- se reunirán bajo su estandarte [y se prepararán para la guerra];
esos mismos ángeles que estuvieron junto al Profeta Noé en el Arca, junto a
Abraham cuando fue arrojado al Fuego y junto a Jesús en el momento en que
ascendió a los cielos.
En la tradición islámica figura la segunda venida de Jesús hijo de María
(con ambos sea la paz) y que será él quien derrote al Masîh ad-Daÿÿâl o
anticristo, mencionando muchas narraciones que el periodo de prosperidad
comenzará a partir de entonces.
Dijo el Mensajero de Dios (s.a.w.): “Jesús, el
hijo de María (a.s.), descenderá entre ochocientos hombres y cuatrocientas
mujeres, quienes serán de entre los mejores habitantes de la Tierra y de las más
piadosas personas del pasado”.[33]
Dijo Amîr Al-Mu’minîn en una Jutbah (Discurso): “…
Entonces el Mahdî (a.ÿ.) elegirá a Jesús (a.s.) como su lugarteniente en las
ofensivas en contra del Daÿÿâl, el tuerto. Jesús (a.s.) partirá como
Comandante del ejército del Mahdî en busca del Daÿÿâl, quien habrá
arrasado con las cosechas y gran cantidad de personas. El Daÿÿâl, quien
habrá asolado a la mayoría del mundo, convocará a la gente a reconocer su
Señorío, y todo el que lo obedezca, será objeto de su favor, y al que se
abstenga, lo matará. Habrá recorrido todo el mundo, excepto La Meca, Medina y
Jerusalén, y todos los bastardos del oriente y occidente del mundo se habrán
congregado a su alrededor.
Luego el Daÿÿâl se dirigirá hacia el Hiÿâz y Jesús
(a.s.) lo alcanzará en el desfiladero de “Harshâ” y le dirigirá un bramido
aterrador, al que le seguirá un violento golpe, y el Daÿÿâl se disolverá,
tal como se disuelve el plomo en el fuego”.[34]
La propinación de tal golpe al que le seguirá la “disolución” o
“derretimiento” del Daÿÿâl, quizás se efectúe por medio de la utilización
de las más modernas armas de aquellos días, o tal vez haga alusión a un milagro
del profeta Jesús (a.s.).
Se transmitió respecto a las particularidades de
Jesús (a.s.): “Su porte e imponencia infundirán en el enemigo el temor a la
muerte”.[35]
La época del dominio de los justos
En estas narraciones milenarias se transmite que:
·
Una persona en el oriente verá a su hermano en el
occidente;
·
cuando Hadrat Al-Mahdî hable, todas las personas del mundo
lo verán;
·
los compañeros del Mahdî hablarán desde una distancia lejana y
escucharán lo que cada uno dice;
·
el puntero del maestro y los cordones del calzado hablarán con las
personas;
·
los enceres de la casa informarán a las personas;
·
para viajar se montarán sobre las nubes y volarán de un lado a
otro;
Así es, el gobierno del Mahdî motivará el desarrollo y perfección de los
intelectos y la moral, y esos días serán los del florecimiento de las
capacidades.
A) Florecimiento de la ciencia y la industria
Dijo el Imam As-Sâdiq (a.s.): “El
conocimiento está conformado por veintisiete letras, y todo lo que los profetas
trajeron, son sólo dos letras de las mismas, y hasta ahora la gente no conoce
más que esas dos letras. Cuando nuestro Qâ’im se levante, extraerá las otras
veinticinco letras y las difundirá entre la gente, incluyendo esas dos letras
también, propagando entre la gente el total de veintisiete letras”.[36]
Hadrat As-Sâdiq (a.s.)
respondió: “En el momento de la Manifestación no habrá ojo que vea al Mahdî
sin que todos los demás ojos también lo vean (es decir, en el momento de la
Manifestación, todos lo verán), y si alguien alega otra cosa que esto,
¡desmentidlo!”.[37]
Fin de la corrupción
En cuanto a la desaparición de la corrupción moral y
la desviación, dijo el segundo líder de los shias, el Imam
Al-Hasan (a.s.): “Al final de los tiempos Dios suscitará el
Levantamiento de un hombre... y no quedará ningún desviado y corrupto sin que
sea reformado”.[38]
Florecimiento de la economía y bienestar social y fin de la pobreza y la avaricia
Dijo el Mensajero de Dios (s.a.w.): “Cuando
Hadrat Al-Mahdî (a.ÿ.) se levante, Dios insuflará la riqueza y la
suficiencia en el corazón de sus siervos, de forma que el Mahdî anunciará que
todo el que necesite bienes y riquezas se dirija hacia él, pero nadie se
presentará”.[39]
Las dádivas del Mahdî serán de una manera paternal y sin echar en cara
las mismas, por lo tanto, serán agradables, lo contrario a las concesiones de
los demás cuyo precio termina siendo la servidumbre, vender la religión o
empeñar el honor.
Dijo el Mensajero de Dios (s.a.w.): “La tierra
expulsará los mejores tesoros que contiene, como piezas de oro y plata. Entonces
el asesino llegará y dirá: “¿¡Por ellos fue que maté!?”; el que haya cortado los
lazos de parentesco dirá: “¿¡Esto fue lo que ocasionó que cortara los lazos de
parentesco!?”; el ladrón dirá: “¿¡Por esto fue que mi mano fue cortada!?”.
Luego, soltarán todo eso y no tomarán nada”.[40]
A) Seguridad general
Dijo al respecto el Mensajero de Dios (s.a.w.):
“Cuando Jesús, el hijo de María, descienda desde el cielo a la Tierra y mate
al Daÿÿâl… el pastor les dirá a sus ovejas y animales: “¡Id a tal lugar
para pacer, y volved a tal hora!”. Se verá al rebaño de ovejas entre dos
plantíos, sin jamás abalanzarse ni a una sola espiga de los mismos, ni quebrar
con sus patas ni una sola de sus ramas”.[41]
Asimismo el Profeta (s.a.w.) dijo: “Cuando Jesús
hijo de María descienda a la Tierra y mate al Daÿÿâl… las serpientes y
los escorpiones estarán a la vista y no le harán daño a nadie”.[42]
B) Seguridad de los caminosC) Seguridad jurídica
En Bihâr al-Anwâr se transmitió que:
“Ellos serán los compañeros del Mahdî y los gobernantes de la Tierra”.[43]
Dijo As-Sâdiq (el Veraz) de Ahl-ul
Bait (a.s.): “Cuando Hadrat Al-Qâ’im (a.ÿ.) se levante,
designará un gobernante para cada región de la Tierra, y le dirá: Tu programa de
trabajo se encuentra en tus manos; si se te presenta un problema para el cual no
sabes su juicio, mira la palma de tu mano y actúa de acuerdo a lo que encuentres
en ella”.[44]
Polémica sobre el milenarismo.
En la tradición cristiana existe un tema llamado el milenarismo. También
existe esta controversia o diferencia de opinión sobre lo que ocurrirá luego del
periodo de vida del Salvador
Señales del día del Juicio Final
Desmoronamiento del régimen universal. En palabras del Sagrado
Corán
1. ( إِذا زُلْزِلَتِ الأَرْضُ زِلْزالَها ) .
Cuando la tierra sea sacudida por su propio temblor. (99:1)
2. ( يَوْمَ نُسَيِّرُ الجِبالَ وَتَرى الأَرْضَ بارِزَةً ).
El día
que hagamos que las montañas se desplacen por la superficie de la tierra y veas
la tierra al desnudo. (18:47)
3. ( يَوْمَ تُبَدَّلُ الأَرْضُ غَيْرَ الأَرْض ) .
El día en que la tierra se sustituya por otra tierra.
(14:48)
4. ( يَوْمَ تَشَقَّقُ الأَرْضُ عَنْهُمْ سِراعاً ) .
El
día en que la tierra se les abra, acudirán veloces.
(50:44)
5. ( إِذا دُكَّتِ الأَرْضُ دَكّاً دَكّا ) .
Cuando la
tierra se convulsione una y otra vez hasta quedar plana.
(89:21)
6. ( إِذا رُجَّتِ الأَرْضُ رَجّاً ) .
Cuando la tierra se mueva convulsivamente. (56:4)
7. ( وَإِذا الأَرْضُ مُدَّتْ ) .
Y cuando
la tierra se dilate. (84:3)
¿Se puede determinar cuándo sucederán estos acontecimientos?
Dijo el Imam Al-Baquer (a.s.): “Los que determinan el momento de la hora
son mentirosos.
Similar a lo que ocurre en el cristianismo donde San
Agustín, el autor de "La Ciudad de Dios", recordando que Cristo había tenido el
cuidado de no favorecer fechas precisas sobre su segunda llegada cuando dijo:
"En cuanto a ese día o a esa hora, nadie la conoce, ni los Ángeles del cielo ni
el Hijo, sino sólo mi Padre".
Sólo Dios tiene el conocimiento de la Hora.
[1] Del Folleto publicado en
1963 por: Naturegraph Publishers, Inc.
[2] Kamâl ad-Dîn, p. 322; cap. 31,
hadîz nº 3 (Ed. Âjondî).
[3] Gheibat-e Nu‘mânî, t. 26, cap. 13, p.
342.
[4] Ibn Abî Shaibah, Al-Musannaf, t. 15,
p. 89; Kanz al-‘Ummâl, t. 14, p. 584.
[5] ‘Aqd ad-Durar, p.
333.
[6] Ash-Shaÿarî, Al-Amâlî, t. 2, p.
228.
[7] Al-Kâfî, t. 8, p. 69; Bihâr
al-Anwâr, t. 52, p. 265.
[8] Kamâl
ad-Dîn, t. 2, p. 348.
[9] Daÿÿâl: personaje maligno del Final de los
Tiempos, asimilable al Anticristo de la tradición cristiana [N. del T.].
[10] Tafsîr al-Furât, p.
44.
[11] Ahmad, Al-Musnad, t. 2, p.
390.
[12] Bihâr al-Anwâr, t. 52, p. 380, y t.
36, p. 335.
[13] Ash-Shaÿarî, Al-Amâlî, t. 2, p.
271.
[14] Ajbâr Isbahân, t. 1, p. 274; Firdaus
al-Ajbâr, t. 4, p. 5; Ad-Durr al-Manzûr, t. 6, p. 50; Ÿam‘
al-Ÿawâmi‘, t. 1, p. 845; Kanz al-‘Ummâl, t. 14, p.
240.
[15] ‘Aqd ad-Durar, p. 333; Al-Hâkim,
Al-Mustadrak, t. 4, p. 495.
[16] Kamâl
ad-Dîn, t. 1, p. 331.
[17] At-Taiâlisî, Al-Musnad, t.
8, p. 266; Ahmad, Al-Musnad, t. 3, p. 120; At-Tirmidhî,
As-Sunan, t. 4, p. 491; Abû Ia‘lâ, Al-Musnad, t. 5, p. 273;
Hiliah al-Awliâ’, t. 6, p. 280; Dalâ’il an-Nubûwah, t. 6,
p. 543; Ad-Durr al-Manzûr, t. 6, p. 50.
[18] Bihâr al-Anwâr, t. 36, p. 335, y t.
52, p. 380.
[19] Ibíd., t. 52, p. 154.
[20] Ahmad, Al-Musnad, t. 2, p. 636;
Muslim, As-Sahîh, t. 4, p. 2231; Al-Mu‘ÿam
al-Kabîr, t. 9, p. 410; Masâbîh as-Sunnah, t. 2, p.
139; ‘Aqd ad-Durar, p. 236.
[21] Al-Matâlib al-‘Âliah, t. 4, p.
348.
[22] An-Nu‘mânî, Al-Gaibah, p. 277;
At-Tûsî, Al-Gaibah, p. 267; I‘lâm al-Warâ, p. 427;
Al-Jarâ’iÿ, t. 3, p. 1152; ‘Aqd ad-Durar, p. 65;
Al-Fusûl al-Muhimmah, p. 301; Sirât al-Mustaqîm, t.
2, p. 249; Bihâr al-Anwâr, t. 52, p. 211.
[23] Bihâr al-Anwâr, t. 52, p.
348.
[24] Ianâbî‘ al-Mawaddah, p. 440; Ihqâq
al-Haqq, t. 13, p. 125.
[27] Bashârah al-Islâm, p.
98.
[29] ‘Aqd ad-Durar, p. 222; Farâ’id Fawâ’id
al-Fikr, p. 9.
[30] Kamâl ad-Dîn,
t. 1, p. 331; Al-Fusûl al-Muhimmah, p. 284; Is‘âf
ar-Râghibîn, p. 140.
[31] Ianâbî‘ al-Mawaddah, p.
423.
[32] Al-Qawl al-Mujtasar, p.
23.
[33] Firdaus al-Ajbâr, t. 5, p. 515;
Kanz al-‘Ummâl, t. 14, p. 338; At-Tasrîh, p.
254.
[34] Ash-Shî‘ah wa ar-Raÿ‘ah, t. 1, p.
167.
[35] Ibn Hammâd, Al-Fitan, p.
161.
[36] Al-Jarâ’iÿ, t. 2, p. 841; Mujtasar
Basâ’ir ad-Daraÿât, p. 117; Bihâr al-Anwâr, t. 52, p.
326.
[37] Bihâr al-Anwâr, t. 53, p.
6.
[38] Munan ar-Rahmân, t. 2, p. 42;
Izbât al-Hudât, t. 3, p. 524, transmitiendo de Amîr Al-Mu’minîn
(a.s.).
[39] Ibn Tâwûs, Al-Malâhim, p. 71;
Ihqâq al-Haqq, t. 13, p. 186; Ash-Shî‘ah wa ar-Raÿ‘ah,
t. 1, p. 27.
[40] Muslim,
As-Sahîh, t. 2, p. 701; Tirmidhî,
As-Sahîh, t. 34, p. 493; Abû Ia‘lâ,
Al-Musnad, t. 11, p. 32; Ÿâmi‘ al-Usûl, t. 11, p.
38.
[41] Ibn Tâwûs, Al-Malâhim, p.
97.
[42] Ibn Tâwûs, Al-Malâhim, p.
97.
[43] Dalâ’il al-Imâmah, p. 249; Bihâr
al-Anwâr, t. 52, p. 365.
[44] An-Nu‘mânî, Al-Gaibah, p. 319; Dalâ’il
al-Imâmah, p. 249; Izbât al-Hudât, t. 3, p. 573; Bihâr
al-Anwâr, t. 52, p. 365 y t. 53, p. 91.
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