jueves, 23 de enero de 2014

LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SION. Comentarios.JL.Jerez Riesco.

Desde su aparición, a primeros de nuestro siglo, la anónima obra de Los Protocolos de los Sabios de Sión ha sido objeto de toda clase de tendenciosas utilizaciones políticas, persecuciones y hasta de censuras en los más diversos países del mundo. Lo sorprendente de los Protocolos es que, a pesar de que se trata de una obra manifiestamente fraudulenta, sus previsiones se han cumplido con insólita precisión durante las dos últimas décadas.
El polémico libro de los Protocolos se encuentra en las postrimerías del siglo XX entre las publicaciones impresas que se hallan en el “índice" de las obras prohibidas y censuradas, cuya distribución y venta está vedada y perseguida ‑sarcásticamente‑ en países como Francia, que pasa por ser el paradigma de la Libertad. Con razón. Ya en Septiembre de 1937, en Roma, en una de sus ediciones que iba prologada por Juilus Evola, se insertaba el contenido de una carta firmada por Giovanni Preziosi (1) en la que se decía que "ningún libro en el mundo había sido jamás objeto de un boicot ten grande como el de los Protocolos" (2).
El término "protocolos" puede tener varias lecturas o significados; desde la vulgar ordenación de las escrituras matrices y documentos que los escribanos y notarios custodian, a la acepción de Actas o apuntes relativos a un acuerdo, conferencia o congreso. O, como se matiza en una edición del texto traducida por FJY y publicada en Bilbao en 1932, se puede emplear la palabra “protocolo" para indicar «un resumen pegado al principio de un documento, el balance de un documento o las minutas de un procedimiento” y refiriéndose al supuesto que nos ocupa, concluía que los Protocolos correspondían a las minutas de las reuniones celebradas por los Sabios de Sión.
Los Protocolos se han considera­do como un libro revelador, una in­cógnita desvelada, una filtración celosamente guardada con un blindaje impenetrable de las actas de las reuniones secretas de los Sabios de Sión durante el Congreso de Basilea" (3) que se celebró en 1898, cuyo contenido esencial descubre una conspiración judía internacional y polimorfa que el escritor León de Poncins definía como la misteriosa internacional judía (4) debido a que su mensaje suponía la constatación de la existencia de un complot mundial.
Para René Guénon (5) los Protocolos eran "una táctica destinada a la destrucción del mundo tradicional" y para el especialista en cuestiones hebraicas, el economista y escritor Joaquín Bochaca, “los Protocolos de los Sabios o Ancianos de Sión pueden ser someramente descritos como un bosquejo para el dominio del mundo por una hermandad o sociedad secreta ‑ (6).
El presentimiento de planes reservados que encierran conspiraciones es una fijación ancestral que en algunas ocasiones emerge con el testimonio de relevantes personalidades del mundo de la economía o de la Política, como es el Caso del primer ministro inglés Benjamín Disraeli, de origen judío, quien en su obra Coningsby, aparecida en 1844, decía que "el mundo está gobernado por personajes muy distintos de los imaginados por aquellos que están entre bastidores", tesis que se vería confirmada y ratificada por las palabras de Walter Rathenau (también hebreo), recogidas en la edición del Wiener Freie Presse el 24 de Diciembre de 1924 donde matizaba que «trescientos hombres judíos, cada uno de los cuales conoce a todos los demás gobiernan los destinos del continente europeo y eligen a sus sucesores entre los que les rodean".
La psicosociología del complot no es algo nuevo ni inusual. Los acontecimientos vertiginosos y sorpresivos de la Historia exigen una explicación, que los defensores de este posicionamiento doctrinal encuentran en las maquinaciones concebidas en la penumbra por personas concertadas para la realización de los planes elaborados y mantenidos en la ley del sigilo de las Sociedades herméticas.
Si las cosas tienen su porqué ‑no hay humo sin fuego‑ no debe dejarse sin respuesta; de ahí la búsqueda de esos autores desconocidos que operan por razones que deben ser indagadas, pues las conductas de esas minorías activas, organizadas y confabuladas, cuya existencia se presume, son las causantes de situaciones desgraciadas. La hermeneutica del complot reconoce en su tesis la manipulación como marionetas de los seres humanos por personajes que se concitan en un conocimiento y en una fuerza invisible, que desencadenan los acontecimientos hacia sus exclusivos beneficios.
En los Protocolos, sus autores, "los sabios o ancianos de Sión", estan caracterizados por la certeza de poseer una enseñanza atávica y mantenida durante siglos, con un gran sentimiento elitista de ser los únicos que "saben y pueden". Al ser descifrados, iguala al lector y le introduce en los saberes y las tácticas de los maestros ocultos de la Humanidad.
Su texto es de difícil y abigarrada lectura, incluso de entender. A simple vista habla de una multitud de cosas sin aparente cierto orden, pero de su versión se deduce un fin claro de monopolio universal.
Muchas personas han visto en el libro las claves explicativas de hechos y circunstancias que no tenían. aparentemente, ninguna justificación ni fundamento. De ahí que a pesar de las vicisitudes, secuestros, prohibiciones, censuras y escarceos, ha sido uno de los libros mas leídos del mundo, sobre todo porque hasta la fecha ha resultado ser el más profético de cuantos podamos leer.
Todos los autores que han profundizado en su estudio han constatado que se trata de un plan estratégico, de un extracto tomado con premura y de forma taquigráfica de la reunión donde se debatieron estas cuestiones. Por supuesto, la transcripción de esas sesiones no fueron dadas a conocer, dada su reserva, a la opinión pública.

LA DIFUSION DE LOS PROTOCOLOS
El libro completo y los folletos editados, más o menos abreviados, tuvieron una difusión escasa o nula durante casi quince años. Pero un artículo que se publicó anónimo ‑debido a la pluma del periodista inglés Wickham Steed‑ en el periódico londinense The Times, el día 8 de Mayo de 1920, con el título The Jewish Peril, fue el detonante mundial. En su texto, Steed hacía el resumen y comentario de la primera edición en lengua inglesa, que se publicó en Londres en Diciembre de 1919 por la casa Eyre and Spottiswoode con el título de Protocols of the Learned Elders of Sion, y que tomaban el texto del ejemplar consignado en el British Museum, traducido por George Shanks, con la reproducción del siguiente resumen de conclusiones categóricas:
"Primero: Existen y han existido desde hace muchos siglos, organizaciones secretas y políticas de los judíos.
Segundo: El espíritu de esta organización está fundado en un odio tradicional y eterno a la cristiandad y una ambición titánica de dominar el mundo.
       



Tercero El objeto perseguido, a través de los siglos, es la destrucción de los Estados nacionales y la sustitución de estos Estados por una dominación judía internacional.
Cuarto: El método empleado para debilitar y destruir las agrupaciones políticas existentes consiste en inocularles ideas disolventes de una potencia de destrucción cuidadosamente dosificada y progresiva, que ya desde el liberalismo al radicalismo, del socialismo al comunismo, llegando hasta la anarquía, como una reductio ad absurdum de los principios igualitarios. Durante este tiempo los judíos permanecerán al abrigo de estas doctrinas corrosivas. Nosotros predicaremos el liberalismo a los gentiles, pero, por otra parte mantenemos nuestra nación bajo un dominio absoluto. Del fondo del abismo de anarquía donde el mundo se habrá precipitado y como respuesta a las lamentaciones de la humanidad enloquecida, sólo obtendrá la lógica fría, sabia e intratable de un Gobierno del "rey de la raza de David" que aparecerá a su tiempo.
 Quinto: Los dogmas políticos es­tablecidos y desarrollados por la Europa cristiana, la ciencia del hombre de Estado y del político demócrata, se encuentran al mismo nivel respec­to al desprecio que de ellos hacen los Sabios de Sión. Para ellos, la ciencia del hombre de Estado es un arte secreto de un orden superior, que no se adquiere más que por un entrenamiento tradicional y que sólo se comunica a un reducido número de elegidos en el secreto de algún santuario oculto. Los problemas po­líticos no son de naturaleza como para ponerlos al alcance del vulgo; los únicos que pueden comprenderlos son, como ya hemos dicho, los jefes que han dirigido los asuntos durante varios siglos.
Sexto: Según esta concepción del arte político, las masas son como rebaños, y los políticos que dirigen a los gentiles. "advenedizos salidos de la revuelta, incompetentes y ciegos"; son como muñecos cuyos hilos están manejados por las manos ocultas de los Sabios de Sión. Estos muñecos son, por lo general, gentes corrompidas y casi siempre incapaces, que ceden fácilmente a los halagos o a las amenazas y se someten por miedo al chantaje y trabajan en beneficio de la dominación judía sin darse la menor cuenta de ello.
Séptimo. La prensa, el teatro, la bolsa, la ciencia, las leyes mismas, se encuentran también en las manos de los que acaparan el oro. Dispo­nen de medíos para que se produzca una confusión, un caos en la opinión pública, la desmoralización de las juventudes, el estímulo del vicio en los adultos y, en caso necesario, sabrán hacer prosperar entre los gentiles, en vez de las aspiraciones idealistas de la civilización cristiana, la codicia del dinero y acrecentar en ellos el escepticismo materialista y el cínico apetito del placer."
El artículo transcrito, por su mensaje y por el medio impreso en el que fue divulgado, de gran prestigio, surtió un efecto expansivo sin precedentes. Tan solo doce días más tarde Urbain Gohier, lector asiduo de publicaciones anglosajonas, insertó un resumen del libro y de los comentarios del Times en la revista La Vieille France (7), siendo su resumen citado el 28 de Enero de 1921, por Leon Daudet, quien en L'Action Française recomendaría la lectura, divulgación y el estudio detenido y atento de la versión francesa de los Protocolos publicada por el propio Gohier.
También en Alemania se vierten y difunden por Gottfried zue Beek ‑cuyo nombre era Ludwig Müller von Hausen‑ con el título de Los secretos de los Sabios de Sión. Y más tarde, en 1924, un clásico de esta literatura, Thedor Fritsch, presentaba su versión como los Protocolos Sionistas. El panorama mundial secreto, datado en Leipzig por la Hammer Verlag.
En Estados Unidos el primer ejemplar impreso en su territorio fue la edición de Boris Brasol, de 1920 en Boston, con el título The Protocols and World Revolution ‑los Protocolos y la Revolución Mundial. Ese mismo año aparecía otra edición en Nueva York bajo la realización de H. A. Houghton.
Pero la de más renombre fue la presentada por Monseñor Ernest Jouin, prelado de Su Santidad y párroco de Saint Agustin de Paris, editada en la Revista Internacional de las Sociedades Secretas, iniciada en 1920 en su volumen I y continuada en 1922 en el volumen IV, donde efectúa un estudio pormenorizado del contenido de las Actas, con aportaciones históricas y doctrinales de gran valor.
En Italia el gran propulsor del libro fue Giovanni Preziosi, y en 1937 salía una edición prologada por el filósofo Julius Evola como documento antólogico.
Con la cuestión Palestina, los Protocolos comenzaron a circular por el mundo árabe en el que los propios Jefes de Estado y de Gobierno ofrecín a sus visitantes ilustres ejemplares del Documento, como nos cuenta el periodista Karanjia en la entrevista que realizó al Presidente Nasser de Egipto para el periódico hindú en lengua inglesa Blitz. Cuando en un determinado momento de la conversación Nasser le preguntó "si conocía el libro de los Protocolos de los Sabios de Sión", y ante la respuesta negativa del redactor, añadió el Presidente: "es indispensable que usted lo lea. Le voy a regalar un ejemplar". También ha trascendido el gesto del rey Faisal de Arabia Saudita cuando el 29 de Enero de 1974, en Riyad. en una visita del Ministro de Asuntos Exteriores francés Michel Jobert, le ofreció a éste un ejemplar de los Protocolos, repitiendo esta ofrenda dos semanas más tarde con el italiano Aldo Moro el 13 de Febrero de 1974. También el coronel Gadafi acostumbra a obsequiar ejemplares de este libro a sus huéspedes y visitantes.

EL CONTENIDO ESQUEMÁTICO DE LAS ACTAS
En resumen, los Protocolos suponen una denuncia del sionismo político de Teodoro Herzl, del sionismo cultural de A. Ginzberg y del sionismo económico bajo la rúbrica común del "mundialismo" y del "internacionalismo judío".
Como es obvio, los autores no se identifican y sí, en cambio, los objetivos o víctimas sobre quienes va a ceñirse la conspiración, a los que se nombra como goin ‑los no judíos‑ y como agentur ‑las agencias y entidades que serán utilizadas en su interés por los Sabios de Sión.
El conocido hebraista ruso Alexis Simeonovich Chimakov no dudaba en afirmar que los Protocolos reproducen, con una exactitud inimitable, los rasgos específicos del espíritu judaico.
Los métodos y sistemas para llevar a cabo esa hipotética conspiración podemos sintetizarlos, en una breve sinopsis, en los siguientes principios:
a) De orden religioso:
‑ Ataque a la religión cristiana hasta borrar el concepto de Dios de su mente.
‑ Destrucción de las profesiones de fe para producir ateos.
‑ Inocular disidencias en las religiones.
‑ Fomentar el libre pensamiento, el escepticismo, los cismas, las discusiones religiosas, el desprecio a las jerarquías eclesiásticas, ridiculizar sus hábitos, etc.
- Desacreditar al clero ante los fieles para disminuir su influencia, disminuyendo su prestigio.
‑ Aniquilar la corte pontificia. infiltrarse en el Vaticano para destruir el poder papal.
‑ El Rey de los judíos será el verdadero Papa Universal.
‑ Supresión de los Estados cristianos.
‑ No atacar abiertamente a la Iglesia, sino criticarla.

b) De orden político:
‑ Usar todos los medios posibles de fuerza y de hipocresía.
‑ La política nada tiene que ver con la moral
‑ En política sólo triunfa la fuerza pura.
‑ La honestidad y la sinceridad resultan vicios en política.
‑ Para hacer oposición es necesario el dinero, que nosotros controlamos.
‑ Moisés nos ha impuesto el deber de subyugar a todas las naciones
El Poder del voto ha sido el medio con que nos hemos colocado sobre los tronos.
‑ Bajo nuestros auspicios, la plebe destruirá a la aristocracia.
‑ Nuestra prensa dominará a los gobiernos y les denunciará sin escrúpulos para desacreditarlos.
‑ Se dará la paz al mundo sólo si acata nuestras leyes.
‑ Distraer al público con fraseología insensata que parezca progresista o liberal.
‑ Organización de instituciones cuyos miembros demostrarán y elogiarán sus contribuciones al progreso.

c) En el orden moral.
‑ El fin justifica los medios.
‑ Debemos atender lo que nos sea necesario y ventajoso, antes de lo que sea bueno y moral.
‑ No hay que retroceder ante la corrupción, el engaño o la traición si sirven para el triunfo de nuestra causa.
‑ Contra el enemigo no es inmoral valerse de todos los medios para vencerlo.
‑ El número de víctimas no es importante para la consecución de nuestra causa.
‑ Tenemos una ambición sin límites, una codicia devoradora, un despiadado deseo de venganza y un odio acumulado.

d) En el orden humano:
‑ Nosotros poseemos todo el oro del mundo.
‑ Todos los gentiles están uncidos a nuestro carro.
‑ Jamás permitiremos a los gentiles participar de ningún modo en nuestro poder.
- El proletariado no recibirá más que migajas, como recompensa para que dé el voto a nuestros agentes.
‑ El derecho reside en la fuerza.
‑ Todos tenemos que morir. Es preferible anticipar la muerte de quienes obstaculizan nuestra causa.

e) En el orden de la soberbia racial:
‑ El Judío o Jehová son el mismo y único ser. El hebreo es el dios viviente, el dios encarnado. Los otros hombres sólo existen para servir al hebreo, son pequeñas bestias.
‑ Nosotros somos los elegidos de Dios. Somos invulnerables.

f) En el orden de la libertad:
‑ La libertad es el derecho de hacer lo que la ley permite y sólo permitirá lo que nos plazca.
‑ El significado abstracto de la palabra “libertad" nos permitirá convencer a las turbas de que el Gobierno representa a la Nación.

CONTROVERSIAS

Qué duda cabe de que la publicación del enunciado de estos principios de subversión mundial tenia que provocar reacciones y desmentidos, siendo varios los análisis históricos que, patrocinados por determinadas organizaciones judías, han tratado de desmitificar la autenticidad y el origen de los Protocolos, pretendiendo demostrar que son un montaje que atribuyen a la policía secreta del Zar ‑la Okrana‑ y que el autor no es otro que el propio Pedro Ivanovitch Ratchkovsky, por todo lo cual, en su conjunto, estamos ante una falsificación apócrifa.
Si antes se hacia alusión a que fue el diario Times, de manera inconsciente, la caja de resonancia en 1920 del gran éxito de Las Sesiones de los Sabios de Sión, inmediatamente se trató de enmendar el error cambiando el rotativo ‑en 1921‑ de dueño y convirtiéndose en nuevo propietario el judío Hammsworth, quien, habiendo tomado posesión del diario en Agosto y no habiendo transcurrido ni siquiera quince días desde la transmisión de poderes con gran alarde tipográfico publicó una terna de artículos durante los días 16, 17 y 18 de Agosto escritos por su corresponsal en Constantinopla, afirmando que los Protocolos eran un fraude y un plagio de un libro titulado Diálogo en los infiernos entre Maquiavelo y Montesquieu, escrito por un francés llamado Maurice Joly y que se publicó en Bruselas en 1864, libelo cuyo fondo era el ataque despiadado contra Napoleón II, el Aguilucho.
No hay duda de que algunas citas parecen extrapolaciones del citado texto, pero más tarde, en medio de la polémica suscitada, se vino a saber (8) que tras el pseudonimo de Maurice Joly se escondía el funcionario del Estado francés de origen judío Mosé Joel, nacido en 1831 y amigo íntimo de Adolfo Israel Cremieux, fundador de la Alianza Israelita Universal. Joly o Joel tuvo una militancia comunista, lo que le llevó a ser encarcelado y condenado durante dos años y su vida acabó en 1878 en suicidio. A sus exequias acudió el Primer Ministro de Francia, Gambetta, que le dedicó una apologética oración fúnebre.
Los detractores de los Protocolos ven en el texto un simple escrito antisemita, un libelo vinculado con tramas policiales o bien un documento antropológico de creencias demoníacas o satánicas propias del inconsciente.
La ocasión para el golpe final a los Protocolos se presentó en 1934, en Suiza, cuando la Asociación de Comunidades Judías de Suiza y la Comunidad Israelita de Berna instaron un proceso contra el prestigioso arquitecto y redactor del periódico Eidgenosse Theodoro Fischer y contra el músico Silvio Schnell. Al primero por haber publicado y al segundo por la distribución y venta de los Protocolos, basándose en las sanciones que el articulo 14 de la ley cantonal preveía contra la Schundliteratur ‑término ambiguo que se refiere a la mercancía averiada‑ al afirmar los demandantes judíos que el documento era falso y que su contenido hacia odiosos a los judíos.
El juez de instancia fue Walter Meyer. El abogado de la acusación, por parte de las Comunidades Judías que actuó, fue Georges Brunschwig. Los abogados defensores de los inculpados, los letrados Ursprung y Ruef. El fallo fue, en primera instancia, condenatorio y la sentencia llevaba fecha de 14 de Mayo de 1935. Los condenados apelaron conforme a la falsificación detectada en las actas del proceso, en la existencia de oficiales actuantes que no estaban habilitados, violando las más elementales normas de garantía del procedimiento, la falta de firmas en los testimonios prestados por varios testigos de la acusación, en la falta de legalización de documentos aportados de origen extranjero, en las contradicciones de ciertas traducciones y, finalmente, en que los Protocolos no eran literatura ni inmoral, ni pornográfica, que es lo que sancionaba la norma invocada de contrario.
El Presidente del Tribunal de casación de Berna, Peter, apreció las irregularidades en el procedimiento cometidas por el juez Meyer y dejó patente que no estaba en causa la cuestión de la autenticidad de los Protocolos, sino solamente su inmoralidad o si constituía un elemento de subversión, por lo que, anulando la sentencia condenatoria, estimó que no eran inmorales según la ley Suiza, que no incitaban al crimen y que al tratarse de un escrito político cabía de regir el principio de la libertad de expresión. Esta sentencia inapelable se dictó el 27 de Octubre de 1937, declarándose expresamente que "los acusados no pueden ser condenados en base a esta ley".
Hasta la fecha ningún tribunal del mundo se ha pronunciado sobre la declaración de falsedad de los Protocolos, lo que no ha sido inconveniente para que en Francia se haya inculpado y sancionado a Christian Ricard el 25 de Abril de 1991 por "haber puesto a la venta y, distribuido o hecho circular los Protocolos" ‑se referían a la reedición de Rodez que lleva fecha de emisión 1990‑; o que en Suiza se instase la retirada del Stand de Irán de la Feria del Libro de Ginebra, celebrada del 11 al 15 de Mayo de 1988, de sendas ediciones en francés e inglés que tenían en sus vitrinas, solicitando la organización judía denominada LICRA a las autoridades del Salón que se prohibiera su exposición o difusión, invocando para ello el articulo 28 del Código Civil Suizo relativo a la protección de las personas. Otra acción, en el mismo sentido, se llevó a cabo en Suecia contra el locutor y periodista radiofónico, fundador de radio Islam, Shaikh Ahmed Rami. quien sufrió una condena el 14 de Noviembre de 1989 de seis meses de arresto al citar y propagar el contenido de los Protocolos de los Sabios de Sión.


LAS PROFECÍAS ANUNCIADAS

Existe una forma infalible de anunciar las PROFECÍAS con inexorable cumplimiento y es la programación de las previsiones para que se realicen. Cuando uno establece un pronóstico y elimina todos los riesgos de incertidumbre. el acierto es pleno. Si alguien elabora un plan y pone todos los medios para que se materialice a la perfección, al final, lo que comenzó siendo un proyecto, se transforma en palpable realidad.
¿Qué profecías se anunciaban en los Protocolos que se han ido verificando en el transcurso del tiempo?
Solo a título enunciativo y sin intención de agotar exhaustivamente los vaticinios, podemos establecer la siguiente clasificación temática:
1) Hechos de carácter histórico:
‑ La Primera y la Segunda Guerra Mundial.
‑ La desaparición de casas reales reinantes y la eliminación de la importancia de la nobleza.
‑ La implantación del comunismo. primero en Rusia y luego en media humanidad.
‑ Las guerras económicas
‑ La inestabilidad de las constituciones.
‑ Los linchamientos legales de políticos.
‑ El centralismo administrativo.
‑ La multiplicidad de los Partidos políticos.
‑ La tendencia hacia el Gobierno Mundial (ONU).
‑ La eclosión de China y Japón como potencias de primer rango.
 ‑ El encumbramiento de gobernantes ineptos. 
‑ La instalación del terrorismo en la vida diaria de los pueblos.
‑ La crispación y hostilidad entre gobernantes y gobernados
‑ El sufragio universal.
‑ La corrupción de la llamada clsse política.
‑ El control de la medicina por el Estado.
 ‑ La pugna entre regionalismos y centralismos.
Los cambios frecuentes de go­bierno en Europa.
La creación de una política internacional dirigida.
‑ La falsificación de la Historia.
‑ La corrupción jurídica.
 ‑ La proliferación de los magnicidios.
 ‑ La provocación en masa a los adversarios políticos.
 ‑ Los arrestos políticos.
 ‑ El desprestigio personal de los líderes políticos.

 2) Hechos da carácter económico
 ‑ La generalización de las huelgas.
 ‑ La crisis financiera de 1929.
 ‑ La lucha de clases.
‑ La consagración de la nueva ciencia económica.
‑ La prepotencia del trust y los monopolios.
 ‑ La especulación del suelo.
 ‑ La "carrera de armamentos".
 ‑ La sumisión de los millonarios a los intereses sionistas.
 ‑ El aumento progresivo de la burocracia estatal.
 ‑ El progresivo hundimiento de las monedas nacionales.
‑ El mantenimiento del patrón oro.
‑ La aparición fáctica de una moneda mundial (el dólar).
‑ El progresivo impuesto sobre herencias.
‑ La desaparición progresiva de la moneda por los cheques, tarjetas de crédito, etc.
‑ La escandalosa legislación sobre sociedades anónimas.

3) Hechos de carácter social
‑ El auge del alcoholismo, la delincuencia juvenil y la educación sexual de la juventud.
‑ El crecimiento inmenso del poder de los medios de comunicación.
‑ La supresión de la pena de muerte.
‑ El desarme moral.
‑ La manipulación de la opinión pública.
‑ El control judío del mundo del espectáculo.
‑ El antisemitismo táctico judío.
‑ La corrupción de la juventud.
‑ La progresiva desaparición de la familia.
‑ El control estatal de la educación.
‑ Las asociaciones de prensa y la titulación de los informadores.
‑ La legalización del secreto profesional de los periodistas.
‑ El auge de los juegos de azar.
‑ La explosión del deporte profesional.
‑ El aumento de la prostitución ‑legal o no.
‑ La legalización del aborto.

4) Hechos de carácter cultural
‑ Las modas del darwinismo.
‑ Las leyes antilibelo.
‑ La penalización de la difamación para coartar la libertad de expresión.
‑ La literatura y el arte "modernos".

FALSEDAD O AUTENTICIDAD

¿Respecto a que pueden ser falsos los Protocolos? Se podrá discutir su origen pero no los hechos que, como decía Pascal, son tozudos, indiscutibles por definición y no precisan de demostración. Aunque un Tribunal o la Corte Superior de Justicia de la Humanidad, si la hubiere, declarase su falsedad, no podrían negar la autenticidad de la evidencia de los hechos, contra los que no se pueden oponer argumentos.
Se han presentado como pruebas de su autenticidad, entre otras, las siguientes:
a) Las reacciones judías de hostilidad contra el documento o presuntas actas del Congreso Sionista de Basilea de 1898. Monseñor Jouin apuntaba que los judíos han emprendido contra los Protocolos una doble maniobra: suprimirlos o denunciarlos como falsos. Urbain Gohier recordaba el episodio protagonizado por Kerensky en 1917, mandando destruir "todos los ejemplares en Petrogrado y Moscú", mientras que Leslie Fry (pseudónimo de la señora Chichmarev) tenia que oponer contundentes argumentos a la declaración de falsedad lanzada por las organizaciones judías.
b) Son abundantes las pruebas testimoniales de judíos que han expresado su convicción de que los Protocolos eran auténticos. como la del escritor judío austríaco Arthur Trebitch (9), o de Marcus Elie Ravage, así como también la manifestación del escritor de origen hebreo René Groos (10), o la de Jean Drault para quien los "Protocolos eran el Talmud adaptado a las circunstancias actuales".
c) Otra prueba de su autenticidad ha sido esgrimida como el sello de fábrica, como decía Julius Evola en 1953. que continuaba viendo en los Protocolos una marca judía en el documento, por lo que "se podría decir sin esfuerzo que, aunque los Protocolos fueran falsos y sus autores agentes provocadores, en ellos se reflejan ideas típicas de la ley y el espíritu de Israel" (11).
d) La fuerza mayor de su autenticidad es la potencia profética o el valor predictivo del documento. La Historia como plan. La serie de hechos sobrevenidos y previamente vaticinados no pueden ser fortuitos ni meras casualidades. Esta es la prueba inequívoca de que una mano oculta dirige. Por eso Evola consideraba a los Protocolos en cuanto "valor del documento como hipótesis de trabajo, incuestionable" (12). O como apostillaba Fry, dado su carácter de evidencia, por lo que aun cuando no fueran auténticos nadie podría negar su veracidad.
La cuestión de la autenticidad, en este supuesto, pasa a segundo plano al confrontar los hechos. Con lo que está escrito en los Protocolos. y al verificar su concordancia, excluida la casualidad para admitir de plano la causalidad premeditada, por lo que la disyuntiva es: o su autor era un verdadero profeta o, si no lo era, los Protocolos son auténticos. Los hechos demuestran su verdad,
Sea como fuere, el autor de este articulo no afirma ni niega nada. Simplemente expone y se une al punto y final de la versión española de este libro, del Duque de la Victoria, al rememorar (13) el adagio que dice: "se noné vero, é ben trovato".
José Luis Jerez Riesco
NOTAS

1) Giovanni Preziosi fue director del periódico Mezzogiorno de Nápoles y Roma, así como director de la Revista La Vita Italiana y autor de numerosísimos libros y ensayos.
2) L´Internazionale Ebraica: I Protocolli del Savi Anziani di Sion. Roma 1938.
3) Presentación que hacía de los Protocolos Gottfried zur Beek (Ludwig Müller), primer editor de la obra en lengua alemana. El libro lo titulaba Los Secretos de Sión, Charlotenburg. Verlag auf Vorposten. Diciembre de 1919­.
(4) León de Poncins, Ediciones Bos­sard, 1932
(5) René Guénon, Compte Rendu. Es­tudios tradicionales. Paris Enero 1938.
(6) Joaquín Bochaca Oriol, Los Protocolos de los Sabios de Sión. Editorial Solar‑ Bogotá (Colombia), 1990. pág, 1
7) Protocolos: Actas de las Reuniones secretas de los Sabios de Israel. Edición La Vieille France 1920. Introducción y epílogo de Urbain Gohier.
(8) Investigaciones realizadas por W. Creutz en 1934 y por Beek, y Actas contradictorias del proceso de Berna (Suiza), de 1934 a 1937.
9) RISS nº 19, del 1 de Noviembre de 1938. Págs, 601‑606.
10) René Gross. Le Nouveau Mercure. Paris, 1 de Mayo de 1922. Págs. 11‑24.
11) Julius Evola, Los hombres en medio de las ruinas, 1953. Pág. 189 de la Edición de Pardés, de 1984.
12) Julius Evola, op. cit. Pág. 87.
13) Ediciones FAX, Los Protocolos de los Sabios de Sión. Traducción del Duque de la Victoria. Séptima Edición. Madrid. Pág.6.

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