viernes, 24 de enero de 2014

sectas evangelicas y luciferinas del sionismo judaico

AS SECTAS DEL JUDAISMO:

(Lección 7 )



La mayoría de las sectas del judaísmo tuvieron su origen durante el intermedio entre los dos testamentos, pues son desconocidas en el Antiguo Testamento. Algunas probablemente tuvieron su origen durante los setenta años de la cautividad babilónica, aunque no se hace mención de ellas en los escritos posteriores a dicha cautividad. Sin embargo, muy bien puede suceder lo que sucedió con la sinagoga. La sinagoga se originó durante tal cautividad por la necesidad de un lugar de adoración. La sinagoga fue creada especialmente para la instrucción de La Ley y el estudio de las tradiciones judías durante el periodo de la cautividad, y vino a ser una institución muy importante para los judíos de la dispersión, y posteriormente un instrumento muy propio para el desarrollo del cristianismo, fue especialmente usada por Pablo en sus diferentes viajes como un instrumento para al proselitismo cristiano.


La palabra “secta” es generalmente usada para significar un partido en religión que difiere en algunos aspectos del cuerpo principal religioso. Entre los judíos había varias sectas en los tiempos de Cristo, siendo las principales los fariseos o formalistas y los Saduceos o libre pensadores

1. LOS FARICEOS: Los fariseos se originaron durante el tercero o segundo siglo antes de Cristo en los días que precedieron a la guerra de los Macabeo, cuando Palestina se encontraba bajo el dominio político de los griegos que era impuesto por los Sirios. Como ya se ha visto existió un esfuerzo de parte de los Sirios para desintegrar la unidad judía. Algunos de parte de los judíos se sintieron atraídos por tal influencia y es entonces cuando aparece este grupo como una protesta contra las tendencias de sus conciudadanos. Su lema era mantener la integridad nacional y apegarse estrictamente a la Ley de Moisés

La palabra “fariseos” tiene su origen en el Arameo, de la forma Hebrea perushim, que significa “los apartados o separados. Ellos se separaron así mismos de los otros Judíos bajo la pretenden de su pureza y su observancia estricta a la ley, separándose igualmente de los otros Gentiles. El nombre muy bien se lo pudieron aplicar sus enemigos ya que fue usado primeramente en los días de Juan Hircano, uno de los Macabeos, quien fue convertido de los fariseos por los saduceos.


Los fariseos eran de la secta más estricta, más popular y con más partidarios de las sectas judías, y como la componían los más, no eran de la clase rica, pues vivían una vida limitada y no aceptaban los lujos. Esta manera de observar la Ley nación del deseo de un patriotismo ferviente y división religiosa, pero más tarde degeneraron en una secta formalista e hipócrita. La influencia política era muy grande, aunque en número solo sumaran unos 6,000 o 7,000 en los días de nuestro Señor Jesucristo. Las marcas distintivas de los fariseos del tiempo de Cristo eran su envidia, egoísmo, justificación propia e hipocresía. Trataban de atraer la atención y la admiración del público al hacer: oraciones largas, al pagar diezmos innecesarios, por el ayuno constante, y por discriminar a todas las naciones, mirando con desprecio a otros por el hecho de no ser Judíos, descendientes de Abraham, y por las anchas y visibles filacterias, o amuletos hebraicos, pasajes escritos de la Ley que se amarraban a la cabeza y descendían por el brazo y cerca del corazón por cordones, para despertar un recuerdo de la Ley.

La característica esencial de los fariseos era su confianza en la Ley y su doctrina de conformarse a ella. Además de que ellos creían a la Ley de Moisés contenida en el Pentateuco, ellos se adherian a las tradiciones orales o Mishna, y a las tradiciones escritas en El Talmud. Insistían en explicar la ley de Moisés de una manera que todos la pudieran entender, aunque la interpretación que ellos hacían de la Ley era de acuerdo a las tradiciones del Talmud y el Mishna.

Los fariseos se conocían por ciertas doctrinas especiales:

(1) ellos creían en la resurrección y la inmortalidad del alma y por lo tanto la doctrina de un castigo y bendición futura

(2) Además creían en la existencia de ángeles y espíritus, y en la doctrina de la predestinación.

Como se podrá observar, al principio los fariseos habían sido una secta limpia, pero después degeneraron en una secta ambiciosa, arrogante, llena de justicia personal y fueron enemigos constantes de Cristo y sus enseñanzas. Cristo también reacciona contra ellos, y la más abierta denunciación se encuentra en Mateo 25 donde Jesús denuncia su hipocresía al dedicarse a guardar los detalles más insignificantes de la ley, olvidando aquellas cosas relacionadas con los aspectos espirituales de ella.

El nombre de Fariseo, después de lo que al respecto se lee en los evangelios, se ha convertido en nombre de odio y de desprecio, símbolo de las asquerosa hipocresía religiosa.

2. LOS SADUCEOS


La secta de los SADUCEOS se origina aproximadamente al mismo tiempo que la de los fariseos. Estos favorecían la adopción de las costumbres helenistas, y por lo tanto se abstuvieron de participar en el conflicto Macabeo por la libertad e independencia del país. Todos los judíos con actitudes liberales se convertían en saduceos. Los saduceos viendo establecido el culto después del destierro, renovadas, afianzadas de nuevo las prácticas religiosas y reconstituido el pueblo judaico, se daban por satisfechos y nada o muy poco creían en la venida del Mesías y nada en lo absoluto en la vida futura y en la resurrección de los muertos.

Probablemente derivaron su nombre de Zadok, el presidente del Sanedrín, un maestro de la Ley en una de las escuelas religiosas mas grandes de Jerusalén durante el reinado de David. La secta era pequeña pero poderosa. Los sacerdotes en su mayoría eran saduceos y formaban una casta sacerdotal. Como por doscientos (200) años antes de la caída de Jerusalén los Sumo sacerdotes eran hechos miembros de esta secta por obligación. Los miembros de los saduceos eran ricos y tenían cargos altos en la política y tenían mucha influencia en el pueblo por su posición religiosa, política y económica. Y aunque eran los líderes oficiales de la religión, eran descaradamente irreligiosos, en realidad eran más políticos que religiosos y favorecían la política de Roma en Palestina. En los días de Cristo en la tierra, los saduceos controlaban todo el poder que había sido dejado a los Judíos, y eran poderosos controlando el Sanedrín o la Suprema Corte de Justicia de los Judios.

Se caracterizaban por su mundanalidad, y creían en que cada individuo podía interpretar las Escrituras por sí mismo. Así es como ellos negaban la resurrección de los muertos, la inmoralidad y la retribución futura, negaban la existencia de los ángeles y espíritus, y afirmaban que cada persona tenía “libre albedrío y era responsable por el bien o el mal que cometía.

Las prácticas religiosas de los saduceos se basaban en la ley escrita del Antiguo Testamento y la consideraban como la única autoridad divina. Negaban la ley oral o Mishna, y también el Talmud o las tradiciones escritas aunque estaban de acuerdo con los fariseos en que muchas de esas leyes eran aplicables. Como se observará eran el lado opuesto a los fariseos, aunque muchas veces se unieron a ellos para oponerse a Jesús.

Excepto por la ocasión de (Mateo 16:1,4,6) Cristo nunca se ocupó de los Saduceos denunciándolos abiertamente como lo hizo con los Fariseos. Parece que el Señor consideraba la hipocresía religiosa más terrible que la de aquellos que se encontraban alejados de Dios.

Un acontecimiento importante en cuanto a los Saduceos es que desaparecieron rápidamente después del primer siglo. Cuando cayó Jerusalén en el año 70 AD. Las enseñanzas de los saduceos desaparecieron porque el templo fue destruido, y la posición de los sacerdotes, que eran saduceos, también ya fue inútil. Sin embargo, durante el ministerio de Jesús, ellos se opusieron a lo que Cristo enseñaba, ya que el Señor habló mucho de su resurrección.


3. LOS ESENIOS


Los esenios eran un grupo exclusivo. Se separaron del mundo que los rodeaba para vivir en las cuevas que se encuentran al norte del Mar Muerto. Eran un grupo monástico que usaban la misma clase de vestidos, su énfasis estaba en la limpieza (algunos de ellos se bañaban seis veces diarias). Ellos interpretaban la Ley de una manera muy especial, no celebraban sacrificios de ninguna especie y empleaban su tiempo escribiendo. Somos deudores a ellos de los descubrimientos recientes de los pergaminos del Mar Muerto.

4. LOS ZELOTAS


Este grupo también se les conocía como “celantes” o “celadores”. Se llamaron así ciertos judíos que promovieron grandes tumultos en Judea a principios del año 66 AD, Se dieron ellos mismos este nombre a causa de su celo, excesivo por cierto y mal entendido, por la libertad de su patria. Fueron llamados también “sicarios”, de “Ica”, voz latina que significa “puñal” con motivo de los frecuentes asesinatos de que eran autores. Se creían ellos con el derecho de matar a todos aquellos que no participaran de su fanatismo. En la época del sitio de Jerusalén, los Zelotas se concentraron en esa ciudad donde cometieron muchas crueldades que describe detalladamente el escritor Josefo.

Ellos esperaban fielmente al Mesías que vendría a colocarlos a la cabeza de todos los reinos de la tierra. Odiaban a muerte a los Romanos y se les considera responsables por la destrucción de Jerusalén en 70 -AD»

5. LOS ESCRIBAS


Literalmente (los que escriben). Se formaron, en los tiempos posteriores a la cautividad babilónica, una clase de doctos a quienes se atribuye una gran parte en la historia de la cultura de aquel tiempo (siglos V y IV antes de la venida de Cristo), hasta los tiempos de Cristo. Así como el Israel Antiguo tuvo “las escuelas de los profetas”, así el posterior judaico tuvo “los escribas” de los cuales Esdras fue el primero que contribuyo a reconstruir el Judaísmo, siendo el iniciador de una nueva era para los Judíos y el primer reorganizador e intérprete de los libros Santos. Después de Esdras, los Escribas formaron una clase (pero no una casta) que fue aumentando en importancia hasta que degenero también por lo que respecto a ellos se dice en el Evangélico. Esta clase se le llamo La Gran congregación” y se le recuerda ya en los tiempos de Esdras. No fueron propiamente autores de libros, sino simplemente compiladores e interprétese. Ellos leían e interpretaban públicamente para el pueblo Las Sagradas Escriturase. Fueron conservadores hasta el exceso, aferradísimos a lo antiguo, enemigos de toda novedad, tanto que después se hicieron intolerantes por excesivo celo, mezquino y pedantes en el pensar y en el obrar. En los tiempos de Cristo la mayoría de los escribas pertenecía a la secta de los fariseos con los cuales van unidos ordinariamente en la narración evangélica. En esa época se distinguían por su soberbia, pues aspiraban a que sus discípulos los llamaran públicamente Rabí, es decir “mi señor” o “mi maestro”. Ambicionaban los primeros puestos en los banquetes y en las sinagogas y los primeros saludos en el foro; trataban de distinguirse llevando los distintivos exteriores de la confesión judaica, que llevaban todos los israelitas, más grandes que la generalidad. Eran también muy rapaces, como se los reprochaba Cristo (Mateo 12:40; Lucas 20:47) con pretexto de largas oraciones devoraban las casas de las viudas.

6. LOS PUBLICANOS


De la voz latina -publicum, que indica el erario del estado, fueron así llamados, entre los latinos, los recaudadores de impuestos o rentas públicas, los cuales como es consiguiente, pertenecían a la clase más acaudalada, y en general a la de los caballeros. Generalmente se reunían en una corporación reconocida legalmente, debiendo dar garantías al estado por la suma con que compraban el derecho de recaudar los impuestos en una o mas provincias. Venían así a formar como un banco gubernativo al cual llamaba Cicerón “el ornamento de la ciudad y el sostén de la república”, dirigido por un “magistratus” residente en Roma y por sus encargados en las provincias que vigilaban la exacta recaudación de los impuestos. El príncipe de los publícanos que menciona Lucas 19:2 parece haber sido uno de estos intendentes de las gabelas por encargo de los romanos. El oficio de recaudador de rentas era odioso entre los latinos, por las vejaciones con que molestaban a los contribuyentes, más odioso era indiscutiblemente para los Judíos, los cuales contra toda su voluntad, pagaban los impuestos a los dominadores; tanto que para ellos la palabra PUBLICANO se convirtió en sinónimo de pecador público cuyo contacto se había de evitare. Por esto los publícanos son siempre citados con desprecio y hasta el Divino Maestro los nombra con los pecadores, aunque diciendo a los fariseos que “los publícanos y las remeras los habían precedido en el Reino de los cielos”. Es conocidísima la parábola del fariseo y el publicano, con la cual quiso Jesús mostrar que la humanidad de los pecadores los dispone a la justificación, mientras que la soberbia de aquellos que se creen justos los hace odiosos a Dios.

7. LOS HERODIANOS


Los herodianos constituían un partido político que favorecía el gobierno de los Heredes. Como los reyes de la dinastía. Heredes reinaban por el consentimiento de Roma, este grupo se sometía voluntariamente al gobierno de los conquistadores y sostenían que era justo pagar al conquistador todos los tributos, cosa que los nacionalistas patriotas de los fariseos negaban. Y como sucedió con la mayoría de los partidos religiosos del tiempo de Jesús, aunque peleaban entre sí y eran diferentes, cuando se trataba de oponer resistencia a Cristo se unían entre sí.

HEMOS VISTO al mundo al cual vino Cristo y no dudamos que verdaderamente era “el cumplimiento del tiempo” (Gálatas 4:4). Existía una necesidad universal de modificar el estado existente de cosas. Había confusión y un estado general de espectáculo. El hombre necesitaba algo que lo levantara del estado de degradación en que se encontraba. Entonces, cuando todo estaba listo, preparado, vino Cristo. Cuando en lo político, económico, social y religioso se encontraba en condiciones ideales, es cuando aparece el Hijo de Dios para ofrecer la redención del género humano.

En seguida veremos un sumario de las contribuciones del Imperio Romano al Cristianismo, y como las protestas que decían “En los días de estos reyes” (Daniel 2:44); lo mismo que la expresión “Venido el cumplimiento del tiempo” (Gálatas 4:4), se combinan para enseñarnos que durante la época de los reyes romanos, era el tiempo más oportuno o cuando se cumplieron todas las cosas haciendo posible la venida de Cristo al mundo.

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