miércoles, 16 de abril de 2014

3a Guerra Mundial el mensaje esoterico del eclipse de luna sangrienta

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Steve Jurvetson / Flickr / CC
El 15 de abril, martes de la Semana Santa para los cristianos, está anunciado un curioso fenómeno astronómico: la denominada “luna roja”. Hace mucho tiempo que no sucedía, y ahora pasará en cuatro ocasiones seguidas. Pero, contra lo que dicen algunos agoreros, hay que aclarar que no tiene nada que ver con el Apocalipsis y otras profecías bíblicas.

La luna roja: un fenómeno insólito, pero normal

En la madrugada del 15 de abril de 2014 está previsto un eclipse lunar, visible de forma total desde Oceanía, el océano Pacífico y América. Lo peculiar de este eclipse es el color rojizo con el que se podrá ver el satélite natural de la Tierra durante 78 minutos. ¿A qué es debido este color? A que la atmósfera terrestre hace que, en lugar de dejar de ver totalmente la Luna, la percibamos sin el color azul de los rayos solares que refleja. Algo parecido a lo que sucede en el crepúsculo. Miguel Gilarte, presidente de la Asociación Astronómica de España, afirma que “es uno de los espectáculos más sublimes que podemos contemplar a simple vista”, aunque reconoce que se trata de un fenómeno simple, bien conocido y con una explicación totalmente normal.

Será el primer episodio de lo que los expertos han denominado una “tétrada” o un “eclipse tetraedro”, ya que habrá cuatro eclipses cercanos en el tiempo, el último el 28 de septiembre de 2015. Miquel Serra-Ricart, del Instituto de Astrofísica de Canarias, destaca que “realmente es un fenómeno astronómico insólito”, ya que “el último de estas características sucedió hace una década y el próximo no ocurrirá hasta el 2032”. Así es: ya pasó algo semejante entre 2003 y 2004 y no vino ningún fin del mundo. Es más, no se recuerda ninguna preocupación apocalíptica por aquel tiempo.

Profetas de calamidades… o de positividades

La luna roja, un fenómeno que en antiguas civilizaciones dio lugar a miedos a los dioses por el recuerdo de la sangre, ha servido para todo tipo de especulaciones en esta ocasión. Si algunos quedaron defraudados por el fallo estrepitoso de sus profecías para diciembre de 2012, aprovechan la ocasión ahora para infundir miedo en la población. Algunos lo han hecho refiriéndose a la Biblia y a sus alusiones a que “la luna se teñirá de sangre” (lo que comentaremos más adelante). Y, por eso, dicen, ahora “todos los signos se cumplen… las profecías de Dios han sido dadas y se cumplirán”.

En concreto, ha cobrado mucha popularidad un pastor evangélico radical estadounidense, John Hagee, que en su libro Four blood moons: something is about to change afirma que esta tétrada de eclipses supone el cumplimiento de la profecía apocalíptica. Además, escudriña las fechas para subrayar que el primer y tercer eclipse de la serie coinciden con la fiesta judía de la Pascua, mientras que el segundo y el cuarto sucederán mientras los judíos celebren la fiesta de los Tabernáculos. Esto, unido a que en ocasiones anteriores de eclipse lunar la coincidencia se dio con acontecimientos importantes para el pueblo hebreo, hace que Hagee prediga “un gran evento que va a cambiar la historia”.

Hay algunos que han vinculado esto con el fenómeno OVNI, afirmando que “estos seres [los extraterrestres] están pendientes de nosotros, dispuestos a ayudarnos si nos dejáramos”. Un cambio de ciclo con intervención alienígena que supondrá la revelación de muchos misterios que “pondrán en duda muchas creencias dogmáticas, incrementándose una guerra secreta de poderes eclesiásticos”.

Por el contrario, algunos han aprovechado la ocasión para interpretar el fenómeno de la luna roja en clave espiritual y simbólica positiva: el eclipse significaría “el verdadero cambio de conciencia esperado, no el fin del mundo”. He podido leer cómo algunos personajes del mundillo esotérico lo interpretan en clave de evolución mundial, de cambio de época hacia una humanidad mejor. Una astróloga argentina, por ejemplo, ofrece múltiples explicaciones desde los signos del Zodiaco y concluye que, según su saber, con el eclipse “se agudizan los procesos transformadores que literalmente nos están haciendo despegar hacia una forma de conciencia mayor, más madura y solidaria. La palabra clave es renovación”.

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