Un fuerte terremoto sacudió el martes el norte de Chile, desatando un tsunami que golpeó las costas chilenas, en un desastre que provocó al menos cinco muertos y forzó a evacuar a cientos de miles de personas en varias ciudades.
Este miércoles los evacuados retornaban a sus hogares mientras el amanecer develaba la magnitud de los daños provocados por el maremoto.
El sismo de 8,2 de magnitud ocurrió el martes por la noche y tuvo epicentro en el Pacífico a 86 kilómetros al noroeste de la ciudad de Iquique y a unos 20 kilómetros de profundidad, reportó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
Con el terremoto se dispararon las alertas de tsunami desde Chile hasta América Central, y en la costa del norte chileno -una importante zona minera- cientos de miles de personas fueron evacuadas.
Las alarmas sonaron también en el vecino Perú, donde varias poblaciones del sur fueron desalojadas.
Las olas de hasta 1,8 metros de altura llegaron a las costas 45 minutos después del terremoto, según la Armada de Chile. Un canal de televisión mostró imágenes de algunas zonas inundadas de Iquique, una ciudad de 180.000 habitantes en el extremo norte de Chile cerca de la frontera con Perú.
Cinco personas murieron, algunas de ellas aplastadas y otras por infartos en Iquique y en una localidad vecina.
"Comunicamos el lamentable fallecimiento de cinco personas, cuatro hombres y una mujer", dijo a periodistas el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, que no detalló la causa de muerte de cada uno.
Aunque las autoridades dijeron en un principio que no hubo daños materiales graves, la presidente Michelle Bachelet decretó en la madrugada del miércoles el estado de catástrofe en la zona norte de Chile para garantizar la asistencia necesaria y la seguridad.
"Se han tomado las medidas necesarias para proteger las vidas y los bienes de las personas y el gobierno va a seguir trabajando el tiempo que sea necesario para afrontar esta emergencia", dijo Bachelet, que viajará en las próximas horas a la región afectada.
La crucial infraestructura minera del mayor exportador de cobre del mundo en la zona no fue afectada, pero el terremoto provocó incendios en Iquique, deslaves y bloqueos parciales de carreteras.
Y también revivió tristes recuerdos del letal sismo de 8,8 de magnitud y del posterior tsunami de hace cuatro años, que castigaron el centro y sur de Chile cobrando cerca de 500 vidas.
Las carreteras se atascaron el martes de personas huyendo a zonas altas, los autos se agolparon en busca de combustible en las estaciones de servicio mientras muchos se refugiaban en los cerros envueltos en mantas en medio de la noche.
"Estamos subiendo con los niños y con lo que podemos, pero todo está colapsado con la gente que está saliendo de los edificios que hay en la playa", dijo Liliana Arriaza, una mujer de 32 años que vive en un edificio en la costa y que llevaba en un auto prestado a sus tres hijos.
Fuga masivaMientras comenzaban a sentirse algunas réplicas del sismo, Iquique y la ciudad limítrofe de Arica estaban a oscuras sin servicio de electricidad, de acuerdo con medios en la zona.
Cientos de prisioneras de un centro penitenciario de Iquique aprovecharon para fugarse en medio del desconcierto, de acuerdo con el Gobierno, pero una veintena de ellas fue recapturada.
Las autoridades ordenaron el despliegue de militares para reforzar la vigilancia en Iquique.
"Hemos tomado las medidas en materia de orden público en el caso de Iquique, donde tuvimos la fuga masiva de más de 300 internas de la cárcel", dijo el ministro Peñailillo.
Aunque el sismo azotó el corazón de la zona minera chilena, la estatal Codelco -la mayor productora de cobre del mundo- dijo que el epicentro estuvo lejos de sus operaciones.
La gigante internacional BHP Billiton tampoco sufrió contratiempos en su mina de cobre Cerro Colorado.
Del otro lado de la frontera, en Perú, la minera Southern Copper tampoco tuvo impacto en sus yacimientos por el terremoto.Pero a pesar de todo, los precios del cobre subieron a su mayor nivel en tres semanas después del sismo, según informó Reuters.
Este miércoles los evacuados retornaban a sus hogares mientras el amanecer develaba la magnitud de los daños provocados por el maremoto.
El sismo de 8,2 de magnitud ocurrió el martes por la noche y tuvo epicentro en el Pacífico a 86 kilómetros al noroeste de la ciudad de Iquique y a unos 20 kilómetros de profundidad, reportó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
Con el terremoto se dispararon las alertas de tsunami desde Chile hasta América Central, y en la costa del norte chileno -una importante zona minera- cientos de miles de personas fueron evacuadas.
Las alarmas sonaron también en el vecino Perú, donde varias poblaciones del sur fueron desalojadas.
Las olas de hasta 1,8 metros de altura llegaron a las costas 45 minutos después del terremoto, según la Armada de Chile. Un canal de televisión mostró imágenes de algunas zonas inundadas de Iquique, una ciudad de 180.000 habitantes en el extremo norte de Chile cerca de la frontera con Perú.
Cinco personas murieron, algunas de ellas aplastadas y otras por infartos en Iquique y en una localidad vecina.
"Comunicamos el lamentable fallecimiento de cinco personas, cuatro hombres y una mujer", dijo a periodistas el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo, que no detalló la causa de muerte de cada uno.
Aunque las autoridades dijeron en un principio que no hubo daños materiales graves, la presidente Michelle Bachelet decretó en la madrugada del miércoles el estado de catástrofe en la zona norte de Chile para garantizar la asistencia necesaria y la seguridad.
"Se han tomado las medidas necesarias para proteger las vidas y los bienes de las personas y el gobierno va a seguir trabajando el tiempo que sea necesario para afrontar esta emergencia", dijo Bachelet, que viajará en las próximas horas a la región afectada.
La crucial infraestructura minera del mayor exportador de cobre del mundo en la zona no fue afectada, pero el terremoto provocó incendios en Iquique, deslaves y bloqueos parciales de carreteras.
Y también revivió tristes recuerdos del letal sismo de 8,8 de magnitud y del posterior tsunami de hace cuatro años, que castigaron el centro y sur de Chile cobrando cerca de 500 vidas.
Las carreteras se atascaron el martes de personas huyendo a zonas altas, los autos se agolparon en busca de combustible en las estaciones de servicio mientras muchos se refugiaban en los cerros envueltos en mantas en medio de la noche.
"Estamos subiendo con los niños y con lo que podemos, pero todo está colapsado con la gente que está saliendo de los edificios que hay en la playa", dijo Liliana Arriaza, una mujer de 32 años que vive en un edificio en la costa y que llevaba en un auto prestado a sus tres hijos.
Fuga masivaMientras comenzaban a sentirse algunas réplicas del sismo, Iquique y la ciudad limítrofe de Arica estaban a oscuras sin servicio de electricidad, de acuerdo con medios en la zona.
Cientos de prisioneras de un centro penitenciario de Iquique aprovecharon para fugarse en medio del desconcierto, de acuerdo con el Gobierno, pero una veintena de ellas fue recapturada.
Las autoridades ordenaron el despliegue de militares para reforzar la vigilancia en Iquique.
"Hemos tomado las medidas en materia de orden público en el caso de Iquique, donde tuvimos la fuga masiva de más de 300 internas de la cárcel", dijo el ministro Peñailillo.
Aunque el sismo azotó el corazón de la zona minera chilena, la estatal Codelco -la mayor productora de cobre del mundo- dijo que el epicentro estuvo lejos de sus operaciones.
La gigante internacional BHP Billiton tampoco sufrió contratiempos en su mina de cobre Cerro Colorado.
Del otro lado de la frontera, en Perú, la minera Southern Copper tampoco tuvo impacto en sus yacimientos por el terremoto.Pero a pesar de todo, los precios del cobre subieron a su mayor nivel en tres semanas después del sismo, según informó Reuters.
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