Meses después, regresaron y lograron llegar al fondo de la cámara de 30,5 metros (100 pies) de profundidad, la cual contenía huesos de animales. Fue entonces que se encontraron con el esqueleto de la muchacha en una saliente, cabeza abajo, "con dentadura perfecta y las cuencas de los ojos observándonos", narró Nava.
Meses después, regresaron y lograron llegar al fondo de la cámara de 30,5 metros (100 pies) de profundidad, la cual contenía huesos de animales. Fue entonces que se encontraron con el esqueleto de la muchacha en una saliente, cabeza abajo, "con dentadura perfecta y las cuencas de los ojos observándonos", narró Nava.
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