miércoles, 30 de julio de 2014

El Camino de retorno

El Camino de retorno

En el estado de Íntima Recordación nos es fácil vivir el momento presente “aquí y ahora” sin identificarnos con nada ni nadie y tampoco con el pasado ni con el futuro

03/01/2012 - Autor: Abdallah Abdennur Abdelhaqq
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Nuestro camino recorrido con amor nos lleva al Íntimo que es el verdadero Amor.
Con el nombre de Al-lâh, el Compasivo, el Misericordioso.
El día y la hora del fin solo Al-lâh (Dios) lo sabe. Se nos ha dicho que ya han tocado las Trompetas y hay que intentar salvar del ahogado el sombrero, lo que viene a decir: Hay que intentar salvar al ahogado por los pelos, o lo que es, en el último instante.
Para toda la humanidad sólo hay un único camino, el de Retorno al Padre. Cada ser humano tiene que hacer y recorrer su camino, éste es personal e intransferible, pero como está dicho: “Todos los caminos nos llevan a Roma”. Está plenamente equivocado quien piense que se refiere a la ciudad de Roma o al Vaticano, sino que se debe leer Roma al revés, de izquierda a derecha, lo cual nos revela la palabra sagrada Amor, es decir: Todos los caminos nos llevan al Amor. Nuestro camino recorrido con amor nos lleva al Íntimo que es el verdadero Amor.
Cada uno puede llegar y empezar su camino vestido como quiera: De musulmán, judío, cristiano, hinduista, budista… ¡Da igual! En el recorrido toda vestidura se abandona.
Cada ser humano es un camino hacia Sí Mismo, hacia su Íntimo, su Rabb. Cada criatura está en la Tierra para ejercer un trabajo sobre sí mismo, de prepararse, de purificarse, y sobre todo de aprender, para después unirse a su Rabb, su Señor Interior, su Sí Mismo.
Al-lâh es en cada criatura su Rabb, Íntimo o Cristo Íntimo, que es quien nos guía.
“Nadie va a Su morada con sus propios pies,
con los pies de Él camina el que camina hacia Su morada”
(Maquebi)
Para triunfar hay que nacer de nuevo por el Agua y por el Fuego.
Pero para nacer e ir desarrollándose hay que morir psicológicamente.
Pero para morir psicológicamente, antes hay que comprender.
Pero para comprender antes hay que hacer autorreflexión.
Pero para hacer autorreflexión antes hay que despertar.
Pero para despertar hay que estar en íntima recordación.
Cuando se está en íntima recordación con nuestro Señor interior, nuestro Cristo interno, nuestro Íntimo, es decir nuestro Rabb, es cuando en realidad estamos en continuo Recuerdo de Al-lâh.
Nadie llega a Al-lâh directamente sino a través de su Rabb.
Hay que nacer de las aguas seminales o semen transmutado en la Alquímia y por el fuego sexual del Espíritu Puro o Espíritu Santo.
Hay que morir psicológicamente antes de morir físicamente, es decir, hay que aniquilar nuestro ego, nuestros yoes, cada uno de nuestros defectos, lo que podíamos decir, cada uno de nuestros Velos. Con la ayuda de Ar-Rahmân los podemos reducir a polvareda cósmica y de esta manera quedar limpios y puros.
Hay que comprender que nos comportamos como marionetas manejadas por nuestros vicios y defectos, y que cuando verdaderamente comprendemos es cuando nosliberamos.
Cuando hacemos autorreflexión nos vemos como en un espejo, con todos y cada uno de nuestros defectos o velos y entonces es cuando los podemos estudiar y analizar.
Despertar. A ese ir pensando en una u otra cosa distinta a lo que estamos haciendo, en la Psicología Revolucionaria se le reconoce estar dormido, estar soñando. Eso es ir con la conciencia dormida, eso es no vivir el momento presente.
¡Hay que despertar! Despertar es interrumpir el sueño en el que vamos. Viene a decir: Interrumpir los pensamientos que llevamos y hagámonos conscientes de lo que estamos haciendo.
En el estado de Íntima Recordación nos es fácil vivir el momento presente “aquí y ahora” sin identificarnos con nada ni nadie y tampoco con el pasado ni con el futuro, que es lo mismo que decir: Estar alerta a la percepción interior y alerta a la novedad exterior, pero con la mente en silencio, sin hacer juicios de ninguna clase, entonces y sólo entonces es cuando estamos en condiciones de recibir Luz para realizar nuestro trabajo sobre nosotros mismos y así recorrer el Camino para unirnos a nuestro Rabb o Íntimo, conseguido esto ya no seremos nosotros/as sino Él y así poder decir con propiedad: “Yo soy la Verdad”.
Cuentan que Hallaŷ le preguntó a Ibrahim Jawas: “¿En qué morada espiritual resides?” Ibrahim le contestó: “Hace treinta años que vivo en la morada de la conformidad y la confianza en Dios.” Hallaŷ respondió: “Hermano mío, en qué buena morada vives, pero has pasado la vida vanamente, aniquila tu propio yo y no necesitarás ni conformidad ni confianza”.
“Aunque la unión con Él no se da como recompensa a tus esfuerzos,
¡Oh corazón, esfuérzate hasta el límite para conseguirlo!”
(Hafer)
Ar-Rahmân o La Compasión nunca nos abandona, no Le olvidemos y pidámosLe, pero antes no debemos olvidar que todos los seres humanos creyentes y no creyentes son nuestros hermanos/as, incluidos también los que se declaran nuestros enemigos.
Todas las criaturas, todos nosotros tenemos nuestro Íntimo o Rabb particular, pero aunque en la tercera dimensión de conciencia parece que los seres estamos separados unos de otros, sin embargo, en las dimensiones superiores se descubre que todos, junto con todo lo que existe, somos una forma Única de manifestación o expresión del Gran Ser, Dios, es decir, Al-lâh, por lo tanto, lo que hagamos a nuestro hermano/a, nos lo hacemos a nosotros mismos, y cuando nos ponemos a mal con un hermano/a, nos ponemos a mal con nuestro propio Rabb.
Otra cosa que no debemos olvidar es que: Lo que pensamos, decimos y hacemos, hace el mismo efecto que el bumerang de los indígenas australianos, que se vuelve a aquél que lo lanza.
Si estoy destinado a ser Uno con mi Rabb, pero mi Rabb ya es Uno con Al-lâh y Al-lâh es Todo lo que existe. Entonces:
¿Quiénes son mis enemigos?
¿Quiénes son mis hermanos?
¿Quiénes son todos los animales?
¿Quiénes son todas las plantas?
¿Quiénes son mis…..?
“Allá hacia donde os volváis está el rostro de Al-lâh”
(Corán 2.115)
Una petición de Amor:
Que Todos los seres sean felices.
Que Todos los seres sean dichosos.
Que Todos los seres sean en paz.
La Paz de Al-lâh sea con todos.

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