viernes, 18 de julio de 2014

Nuevamente Palestina.

Nuevamente Palestina.
Nuevamente Gaza.
Nuevamente el espectáculo morboso que algunos “humanistas” disfrutan desde una colina, aplaudiendo a cada estallido de una bomba que destruirá casas y seres humanos, mientras se degustan golosinas, como se hace al mirar un espectáculo cualquiera.
De nuevo, armas de última generación, en su mayoría prohibidas, destrozando los cuerpos de los “terroristas” palestinos.
Otra vez, esos terroristas son niños, mujeres, ancianos, hombres pacíficos y trabajadores.
Nuevamente, Israel ejerce su “legítimo derecho a defenderse”.
Como siempre, los Estados Unidos y Europa defienden ese derecho y callan la verdad. Como siempre, la “comunidad internacional” mira para otro lado y hace como que nada sabe, como que nada pasa.
Nuevamente, los gobiernos canallas dan la razón a la potencia ocupante, fuertemente armada, al grado de constituirse como el 3er o 4to ejército más poderoso del mundo, para defenderse de los cohetes de fabricación casera que rara vez atinan a un blanco y de las piedras que no son capaces de destruir los tanques o los bulldozers de 30 toneladas con que derriban las casas palestinas.
De nuevo, se omite que el disparo de esos burdos cohetes y el lanzamiento inútil de esas piedras es la respuesta desesperada de un pueblo inerme ante las constantes violaciones a sus derechos más elementales, a los asesinatos, secuestros, al castigo colectivo. Castigo, ¿por qué?, por no rendirse ni renunciar a su tierra, a su esencia, a su vida, a su dignidad.
Israel, la autodenominada “democracia del medio oriente”, es en realidad un régimen fascista que no posee una constitución; que no reconoce fronteras; que sostiene la máxima de exterminar a los árabes, palestinos o no; que mantiene un sistema de castas; que viola el derecho internacional y el derecho humanitario; que desoye las resoluciones que, tibiamente, emite la ONU o la Corte Penal Intermacional; que secuestra niños y los condena a cadena perpetua por haber lanzado piedras contra los tanques invasores; que pretende constituirse como una teocracia; que amenaza continuamente a sus vecinos y aboga por las agresiones militares; que se fundó con base en mentiras, terrorismo y despojo; que es, realmente, un ejército con estado.
Pretextando el sospechoso y fuertemente manipulado asesinato de tres jóvenes israelíes, quienes no eran precisamente inocentes civiles y sí, en cambio, colonos ilegales de las tierras palestinas, Israel lleva adelante la continuación de la campaña de exterminio que ha practicado por más de 100 años, desde varias décadas antes de su invención. A su ambición por controlar recursos como el gas natural y el petróleo la disfraza de acción defensiva, pero la emprende directamente contra la población civil del territorio más densamente poblado del planeta, cercado por todas partes, lo que hace de sus habitantes verdaderos prisioneros en su propia tierra, sin posibilidad de huir de los intensos bombardeos lanzados desde el mar y el aire.
Los integrantes de la campaña Námakasia Solidaridad con la Tribu Yaqui, denunciamos al estado terrorista de Israel por sus crímenes de lesa humanidad en contra del pueblo palestino y demandamos el cese inmediato de la agresión sionista a Gaza y a Cisjordania, el cumplimiento de las resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de la ONU, así como de la Corte Penal Internacional. Demandamos que los criminales sionistas sean juzgados como criminales de guerra en la Corte Penal Internacional y que la ONU proceda a aplicar toda medida a su alcance para garantizar el cese de las agresiones fascistas en contra del pueblo palestino.
Hacemos un llamamiento a los pueblos del mundo para sumarse a la campaña de Boicot, Desinversiones y Sanciones convocada por el pueblo palestino, para acabar con el sistema de apartheid israelí que les afecta, del mismo modo que se hizo con el régimen nazi en su momento y con el régimen del apartheid sudafricano. En particular, solicitamos a los académicos y estudiantes del mundo adherirse al boicot académico, cultural y deportivo contra Israel. No podemos ser imparciales ni tibios, pues eso nos convierte en cómplices de un holocausto que se practica desde hace un siglo.
A nuestros hermanos palestinos les decimos que no están solos, que nosotros acá conocemos de su lucha, de su resistencia, de su dignidad y de sus profundos valores humanistas. Ustedes son la llama de dignidad que alimenta nuestros corazones, corazones que mantenemos abiertos para ustedes. Ustedes son ejemplo de resistencia, de amor, de vida. Sus mártires son también nuestros y su sangre germinará las semillas de la digna rebeldía en Palestina y en México.
¡Palestina vencerá!
¡Viva Palestina libre!
¡Viva la alegre rebeldía!
¡Námakasia Palestina!


Integrantes de Námakasia Solidaridad con la Tribu Yaqui

El petróleo descubierto por Israel es palestino


michaellee2009

Fuente: Oil Found by Israel Should Belong to Palestine, Uprootedpalestinians’s Blog, 19/12/2013
Al parecer, un pozo petrolífero israelí contiene reservas mucho más grandes que las que se estimaron inicialmente. La compañía petrolera Givat Olam ha incrementado sus estimaciones hasta los 3.530 millones de barriles de petróleo y ya ha vendido crudo por valor de 40 millones de dólares.
Aunque Israel parece tener un futuro brillante como productor de petróleo, hay un problema: el pozo Meged 5 está localizado en la misma Línea Verde, la frontera internacionalmente reconocida entre Israel y Palestina. Situado algunas decenas de metros en el interior del territorio palestino de Cisjordania, según el derecho internacional y los Acuerdos de Oslo, el pozo pertenece a Palestina.

En respuesta a este problema, Israel ha reajustado el trazado del muro de separación para que Meged 5 quede en el lado israelí. Aunque el pozo está ahora de facto bajo el control israelí, la mayor parte de las reservas están localizadas en territorio palestino.
Israel mantiene la economía palestina bajo un control absoluto, según un reciente informe del Banco Mundial, y ha impedido que los palestinos accedan a los principales recursos naturales.
El informe sostiene que si los territorios del Área C fueran devueltos a los palestinos, la Autoridad Palestina podría generar 3.400 millones de dólares adicionales, incrementando su PIB en una tercera parte y librándose de la dependencia de la ayuda internacional. Es importante señalar que estas estimaciones no toman en cuenta los hipotéticos ingresos derivados del pozo petrolífero, que podrían lograr la independencia financiera de Palestina.
Ashraf Jatib, uno de los negociadores de la Autoridad Palestina (AP), dijo: “La AP tiene un déficit de 2.000 millones de dólares y necesita desesperadamente invertir en grandes proyectos que exploten nuestros recursos naturales. Esa es la única forma de terminar con la dependencia de la AP de la ayuda internacional”.
“Nuestro problema es que la ocupación no solo consiste en asentamientos y confiscaciones de tierras. Además, Israel se está beneficiando enormemente de la explotación de nuestros recursos. Hay mucho dinero en ellos para Israel, lo cual explica por qué la ocupación está siendo tan prolongada”, añadió.
Este no es el primer caso en el que la búsqueda israelí de petróleo ha llevado a disputas con sus vecinos. En 2010, Líbano presentó una denuncia en la ONU en la que afirmaba que Israel había violado su espacio marítimo para buscar petróleo. El mes pasado, Israel rechazó una oferta de EEUU para resolver la disputa sobre la frontera marítima entre Israel y Líbano.
En 2000, se descubrió petróleo frente a la costa de la Franja de Gaza. Pero Israel ha bloqueado los esfuerzos para extraer dicho petróleo, con la excusa de que los beneficios que se obtendrían solo servirían para financiar el terrorismo. En clara violación de los Acuerdos de Oslo, Israel redujo las aguas territoriales de Gaza desde las 20 millas náuticas a tan solo tres.
Al impedir que los palestinos accedan a su propio petróleo, Israel busca conseguir dos objetivos: por un lado, explotar una futura gran riqueza en su beneficio y, por otro lado, mantener a los palestinos dependientes de Israel para abastecer sus necesidades energéticas, frenando los movimientos potenciales en favor de un estado palestino independiente.
Traducción: Javier Villate

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