martes, 26 de agosto de 2014

Construir realidades patológicas

Construir realidades patológicas


“No son las cosas en sí mismas las que nos preocupan, sino la opinión que tengamos de ellas” Epitecto


26/08/2014 - Autor: Juan Carlos Redondo - Fuente: Centro de Terapia Breve Sakina



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realidad patológica

La realidad cambia según el punto de vista de quién la mira, de la misma realidad se pueden tener percepciones y opiniones muy diversas. De este modo, cada persona crea su propia realidad sobre la base de lo que hace. Y lo que nos guía a la hora de actuar, es la perspectiva que adoptamos en relación a la realidad con la que interactuamos. Este es el punto de vista que actualmente predomina dentro de la filosofía de la ciencia, el constructivismo.

Se debe constatar que no existe un conocimiento realmente verdadero de las cosas, solamente puede existir un conocimiento instrumental, más o menos funcional o idóneo, que nos permita administrar la realidad con la cual nos relacionamos. Esto conduce a distanciarse de las tesis deterministas o positivistas que pretenden defender la posibilidad de un conocimiento científicamente verdadero, optando por el estudio de los modos más funcionales de proceder con relación a una realidad nunca del todo verdadera, ya que ésta es fruto de los puntos de vista que adoptamos, de nuestros instrumentos cognitivos y de nuestros modos de comunicarnos. Así pues, sobre la base de esta conciencia de la imposibilidad de lograr una verdad definitiva, se hace necesario dirigir nuestros esfuerzos hacia el perfeccionamiento de nuestra conciencia operativa; o sea, de nuestra capacidad de administrar estratégicamente la realidad que nos circunda.

Este mismo concepto, también lo podemos encontrar dentro de la tradición budista zen con el nombre de verdades de error: verdades instrumentales parciales que se construyen en la relación con las cosas que nos rodean para incrementar nuestra capacidad de gobernarlas: perfeccionar nuestra capacidad de inventar. Nuestro conocimiento se debe adaptar a las realidades parciales, construyendo, frente a los problemas, estrategias que se basen cada vez más en los objetos y objetivos que nos trazamos, y que se adapten paso a paso al desarrollo de otras realidades, es decir, adaptándonos eficazmente a lo que percibimos.

Respecto a la patología, lo que la construye y lo que la mantiene, es precisamente lo que las personas intentan hacer para resolverla. Una tentativa de solución que no funciona, si es reiterada, no solo no resuelve el problema, sino que lo complica, hasta inducir a la construcción de un verdadero círculo vicioso, en el interior del cual, lo que se hace para cambiar alimenta la persistencia de lo que debería ser cambiado. En la mayoría de las ocasiones, cualquier patología grave viene a construirse sobre la base de las reacciones a fenómenos inicialmente tenues; tales reacciones, que pretenden controlar las emociones de base, en realidad, en su disfuncionalidad lo incrementan hasta conducirlo a una elevada expresión patógena. Y lo que conduce a las personas a reiterar la práctica de actitudes y comportamientos disfuncionales es aplicar, de manera rígida, soluciones que anteriormente habían funcionado en problemas del mismo tipo; pero una buena solución, empleada para un mismo problema en tiempos diferentes puede convertirse en una pésima solución, y del mismo modo, un comportamiento adecuado en una determinada circunstancia puede ser completamente inadecuado en otra muy similar a la anterior. El problema, por lo tanto, radica en aplicar tentativas de solución aparentemente adecuadas, y sobre todo, en insistir en su aplicación incluso después de comprobar el fracaso.

"En la mayoría de las ocasiones, con las mejores intenciones conseguimos los peores resultados" O.Wilde

La vida está llena de eventos problemáticos para cualquiera; la diferencia está en cómo cada uno de nosotros afronta estas realidades, ya que esto conducirá a aplicar tentativas que pueden llevar no solo a la no-solución del problema que se quería resolver sino, incluso, a su complicación. Por tanto, lo que construye un problema no es tanto un error de percepción y de reacción, sino la rígida perseverancia en la posición asumida y en las acciones que derivan de ésta. Errar es humano, pero es la incapacidad de modificar los propios puntos de vista lo que vuelve a las situaciones en irresolubles. Y dicha dificultad de cambiar nuestras estrategias reside en el hecho de que éstas derivan de experiencias precedentes de resultados favorables al afrontar problemas de la misma tipología.

Una persona tiene grandes dificultades en cambiar una convicción propia después de haberla creado mediante un proceso experiencial vivido como eficaz. Todo esto deja claro cómo, aún teniendo pruebas concretas, las personas insisten en aplicar estrategias de soluciones disfuncionales con relación a una determinada realidad, y cómo lo que mantiene los problemas es lo que hacemos, sin éxito, para resolverlos.

G.NARDONE, Psicosoluciones, Herder



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