El virus del Wahabismo
Inhabilita casi por completo el aspecto espiritual del individuo afectado, demonizando el sufismo y obstruyendo, por ende, las capacidades internas de elevación del carácter y expansión espiritual
01/08/2014 - Autor: Shaij Ali Laraki - Fuente: www.meeminstitute.com
Salafismo: También conocido como Wahabismo o Neo-Jariyismo. Dícese del virus creado y propagado por los enemigos del islam para destruir y neutralizar a los musulmanes.
Sintomatología: Una vez introducido en el cuerpo del musulmán actúa a tres niveles funcionales fundamentales. A saber: Actúa sobre la ‘aqida o creencia inhibiendo el constituyente racional de la misma y sometiéndola a un proceso degenerativo que desemboca en un antropomorfismo que raya en la idolatría más burda y absurda.
Opera sobre la aceptación preceptiva de adherencia a un madhhab o escuela jurídica, socavándola y sometiendo la conducta del afectado a la morbosa susceptibilidad de ser manipulada por cualquier ulema extremista, acabando, en los casos patológicos más extremos, con las carnes desperdigadas a un radio de distancia variable en función de la potencia del explosivo plástico utilizado.
Inhabilita casi por completo el aspecto espiritual del individuo afectado, demonizando el sufismo y obstruyendo, por ende, las capacidades internas de elevación del carácter y expansión espiritual. Lo que lo hace extremadamente atractivo para los criminales, que proliferan en abundancia entre dichos grupos mientras se escudan tras luengas barbas, chilabas, bonetes y jaculatorias piadosas (el famoso y conocido estribillo “¡Astagfirullah, hermano, eso es haram!”).
Epidemiología: Extremadamente extendido y difundido por toda la geografía del islam. Especialmente propagado entre árabes y todo aquello que haya podido entrar en contacto con el dinero saudí.
Prevención: La única modalidad de inoculación conocida consiste en:
1. Abundante dhikr (recuerdo) de Allah (swt), implorándole que nos guíe y nos libre de enfermedades espirituales.
2. El acercamiento al Profeta Muhammad (sas) con el fin de acrecentar nuestro amor por él, a través de:
a) La celebración de su nacimiento (mawlid, pl. mawalid),
b) La lectura de su biografía o Sira, tal y como figuran en libros como el Shifa del Qadi ‘Ayyad, los Shama’il de at-Tirmidhi, etc.
c) La recitación de odas en su honor, tal y como el poema de al-Burda, al-Hamziya, etc.
d) Implorarle a Allah (swt) abundantemente que bendiga al Profeta (sas). Para este propósito, la recitación de libros como el Dalail al-Jairat puede ser de gran ayuda.
3. El estudio sistemático de la 'aqida o creencia sunita Ash’ari (la Maturidi también proporciona resultado satisfactorios).
4. La adhesión a una de las cuatro escuelas jurídicas. Especialmente la Maliki, Hanafi y Shafi’i. La Hanbali es en principio válida, pero hay que tener especial cuidado y asegurarse de que se encuentre libre de infecciones wahabitas.
5. Adherencia a una tariqa sufí reconocida por medio de un sheij que a su vez cumpla estrictamente los requisitos 3 y 4 anteriores.
Conclusión: La observancia de estas medidas preventivas evitará – con la ayuda de Allah – que se contraiga la arriba mencionada patología y a disfrutar de un Islam sano en esta vida y del Jardín del Edén en la próxima. Y Allah es el más sabio
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