domingo, 3 de agosto de 2014

Personajes célebres: Muhammad (SAW)

La Vida de Mahoma de C.Virgil Gheorghiu,narra con la majestuosa soltura de cuento oriental, la mágica presencia de seres divinos, y los avatares de la vida del profeta.

22/05/2008 - Autor: Laura Fdez-Montesinos Salamanca - Fuente: Coatza a diario
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Perseguimos y criticamos sistemáticamente ideologías, religiones y formas de vida diferentes, con el objetivo de exterminarlas, ante el temor de ver
Perseguimos y criticamos sistemáticamente ideologías, religiones y formas de vida diferentes, con el objetivo de exterminarlas, ante el temor de ver
La triste situación actual, carente de principios y valores, nos ha arrastrado a una lamentable decadencia social, en la que priorizamos valores vacíos: poder, dinero, sexo y comodidad desmedidos, en detrimento de los valores espirituales que durante siglos han movido civilizaciones enteras.

La nuestra es la más arrogante, prejuiciosa e intolerante, porque además de carecer de esos principios espirituales, perseguimos y criticamos sistemáticamente ideologías, religiones y formas de vida diferentes, con el objetivo de exterminarlas, ante el temor de vernos rebasadas por ellas, más enraizadas ideológica y espiritualmente, acusándolos de racistas, intolerantes, fanáticos.
Por esa regla de tres, los hijos de aquellos visigodos herederos del cristianismo adoptado por los romanos, impusieron la católica sobre cualquier otra forma religiosa, inventaron las cruzadas, eliminaron en su cacería de brujas a cincuenta millones de almas, hicieron la vista gorda ante las atrocidades nazis, quemaron la sabiduría oriental contenida en bibliotecas magistrales de conocimiento ancestral, expulsaron de España a musulmanes y judíos, y arrasaron con las civilizaciones americanas.
La musulmana es una religión más, y al mismo tiempo es un compendio de sabiduría ancestral que cada pueblo de oriente y del norte de África ha sabido conjugar en un mismo principio espiritual, madre de las más hermosas formas artísticas, únicas e increíblemente armoniosas, donde el artista busca reconocer a su creador. A Mahoma se debe la unión espiritual de todos estos pueblos que lograron durante toda la oscura edad media Europea, convertirse en la civilización más culta, amasando una sabiduría ingente y magnífica, sobresaliente en todos los campos del conocimiento. Su profunda admiración y estudio por la sabiduría filosófica griega, especialmente Aristóteles, los convirtió en herederos de su conocimiento, acumulando la mayor cantidad de escritores, poetas, médicos, astrónomos, científicos, y toda suerte de eruditos, más reconocidos de todos los tiempos. Todo ello, bajo la guía religiosa del Corán de Mahoma, el más importante de los 124,000 profetas que reconoce el Islam. Para los musulmanes, los profetas, como mensajeros de los dioses, son los verdaderos maestros de la humanidad.
El profeta Muhammad: el amado, o cualquiera de los nombres con que se conoce: Ahmed, el alabadísimo, Amín: el fiel; nació en La Meca, el 17 del mes de Rabi’, Al-Auual del calendario lunar arábigo por el que se rige el mundo musulmán, que corresponde probablemente con abril del año 571 de nuestra era. Nació huérfano de padre, cuenta la tradición, y fue su abuelo Muttalib, quién se hizo cargo de él. Su padre: Abdalláh fue en sí mismo un milagro. Muttalib era Abdar: no podía concebir. Rogó al cielo que le concediera hijos. En agradecimiento sacrificaría al décimo de ellos: Abdalláh, padre de Mahoma. En circunstancias similares a las de Abraham, uno de los más importantes profetas para el Islam junto con Buda y Cristo, y padre de las dos tribus orientales: judíos y árabes, Muttalib logró trocar con el altísimo, la sangre del niño por la de 150 camellos. Un sacrificio enorme, tomando en cuenta las duras condiciones en el desierto, en el que el camello sigue siendo aún hoy, un bien casi tan precioso como la vida misma.
Mahoma creció amamantado, como tantas otras criaturas, por una nodriza beduina: Halimah, que reconoció de inmediato al niño como un ser especial. Su madre. Amina, relató que un ángel se presentó: “Has concebido al señor de este pueblo”-dijo- Al nacerlo vio salir una luz que alumbró las fortificaciones de Busra, en tierras de Siria.
“Nunca golpeó con su mano a ningún sirviente, a ninguna mujer, ni a ninguna otra cosa, excepto que estuviese combatiendo por la causa de Alláh”, cuenta la tradición, “nunca optó entre dos cosas sin que la más simple o sencilla fuera la más amable para él”.
Casó con Jadilla, noble y acaudalada mujer, quince años mayor que él, que le dio seis hijos: tres varones y una hija: Fátima, de quienes descienden los nobles del Islam.
A los 40, en uno de sus acostumbrados retiros en las afueras de la Meca, se produjo la revelación que daría lugar al texto coránico, escrito con tanta elocuencia, bella expresión, poesía, retórica, y recursos lingüísticos, tan admirados y cultivados por la civilización árabe, que solo podía haber sido dictado por Dios, dicen los especialistas.
Y para que quede constancia que solo el hombre tergiversa las palabras de sus propios profetas en su propio interés o por maldad, como ha sucedido a lo largo de siglos y de miles de profetas, en el año 632 Mahoma dirigió esta disertación de despedida: “En verdad vuestro señor es uno, y vuestro antepasado uno: descendéis todos de Adán, y Adán fue creado de tierra. El más digno de vosotros ante Alláh es el más virtuoso. Ningún árabe tiene superioridad alguna sobre un no-árabe”.
Mahoma murió el 18 de Rabi’ul Auual, el año 632 de la era cristiana. Su mensaje se difundió por oriente, norte de África y España en menos de 100 años, formándose el imperio religioso y cultural más vasto de la historia, que duró ocho siglos.
“La Vida de Mahoma” de C.Virgil Gheorghiu, es un delicioso libro que narra con la majestuosa soltura de cuento oriental, la mágica presencia de seres divinos, y bellísimas leyendas tradicionales, los avatares de la vida del profeta. Una maravillosa lectura altamente recomendable.

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