EU incrementa ataques aéreos en Siria vs ISIS
Estados Unidos ataca a los dos enemigos en
la región: el Estado Islámico, un movimiento de yihadistas que busca
crear su propio país en el Medio Oriente, y el Grupo de Korasán, una red
más pequeña afiliada a Al-Qaeda.
Craig Whitlock / The Washington Post
Sep 24, 2014 |
21:53
Líderes militares estadounidenses informaron que los
bombardeos aéreos de Siria fueron sólo el comienzo de una prolongada
campaña que continuará de forma intermitente durante meses y se hará más
complicada, ya que los militantes buscan refugio en zonas pobladas.
Estados Unidos ataca a los dos enemigos en la región: el Estado Islámico, un movimiento de yihadistas que busca crear su propio país en el Medio Oriente, y el Grupo de Korasán, una red más pequeña afiliada a Al-Qaeda, que los funcionarios dicen que conspira en contra de Europa y Estados Unidos.
Al mismo tiempo, a pesar de que el Ejército de Estados Unidos y sus socios árabes preparan más ataques aéreos en Siria para los próximos días, tendrán que enfrentarse a otro adversario: el presidente sirio, Bashar Al-Assad.
Aunque los funcionarios estadounidenses refirieron que no tenían como objetivo a Al-Assad, a muchos de los aliados musulmanes sunitas en la coalición del presidente Obama les gustaría ver que su gobierno colapsara después de la devastadora guerra civil de tres años. Ya sea que la intervención de la coalición en Siria eventualmente ayudara o perjudicara a Al-Assad es una de las incógnitas en una campaña militar.
El teniente general William C. Mayville Jr., director de Operaciones del Estado Mayor Conjunto en el Pentágono, dijo que los objetivos fijados para la guerra liderada por Estados Unidos en Irak y ahora en Siria podrían tomar años en completarse. Los ataques en Siria marcaron el inicio de una nueva etapa, cuando hace seis semanas los militares estadounidenses comenzaron una campaña similar con ataques aéreos contra combatientes del Estado Islámico en Irak.
El objetivo general, dijo Mayville, es “someter y destruir” al Estado Islámico, atacando directamente al grupo en ambos países, cortando sus líneas de suministro de armas y dinero.
Mayville añadió que Estados Unidos y sus aliados tendrán que entrenar y equipar a tres diferentes fuerzas: el Ejército iraquí, los combatientes kurdos del Mergapesh y los rebeldes sirios moderados, quienes han demostrado que requerirán el apoyo militar de Estados Unidos para recuperar territorio.
“Lo más importante es crear un espacio para las fuerzas de seguridad iraquíes para reorganizar y reemplazar el liderazgo que necesita ser reemplazado”, dijo Mayville. “Lo que hemos estado haciendo durante este último par de semanas (...) fue simplemente ganar territorio para que la ofensiva pueda llegar”.
Para confrontar al Grupo de Korasán, una red recibió escasa atención pública hasta antes de este mes, el gobierno de Obama podría actuar por sí solo.
La primera ola de ataques consistió principalmente en que docenas de misiles Tomahawk fueron lanzados por los buques de guerra de Estados Unidos contra ocho objetivos del Korasán, en el noroeste de Siria, cerca de Aleppo. Funcionarios militares dijeron que atacaron los campamentos de formación del Korasán, un centro de producción de municiones, un edificio de comunicaciones y otros sitios.
Mayville justificó el bombardeo citando informes de inteligencia que mostraban que el Grupo de Korasán “estaba en etapas finales de los planes para ejecutar importantes ataques contra objetivos occidentales y, potencialmente, contra el territorio de Estados Unidos”.
Estados Unidos ataca a los dos enemigos en la región: el Estado Islámico, un movimiento de yihadistas que busca crear su propio país en el Medio Oriente, y el Grupo de Korasán, una red más pequeña afiliada a Al-Qaeda, que los funcionarios dicen que conspira en contra de Europa y Estados Unidos.
Al mismo tiempo, a pesar de que el Ejército de Estados Unidos y sus socios árabes preparan más ataques aéreos en Siria para los próximos días, tendrán que enfrentarse a otro adversario: el presidente sirio, Bashar Al-Assad.
Aunque los funcionarios estadounidenses refirieron que no tenían como objetivo a Al-Assad, a muchos de los aliados musulmanes sunitas en la coalición del presidente Obama les gustaría ver que su gobierno colapsara después de la devastadora guerra civil de tres años. Ya sea que la intervención de la coalición en Siria eventualmente ayudara o perjudicara a Al-Assad es una de las incógnitas en una campaña militar.
El teniente general William C. Mayville Jr., director de Operaciones del Estado Mayor Conjunto en el Pentágono, dijo que los objetivos fijados para la guerra liderada por Estados Unidos en Irak y ahora en Siria podrían tomar años en completarse. Los ataques en Siria marcaron el inicio de una nueva etapa, cuando hace seis semanas los militares estadounidenses comenzaron una campaña similar con ataques aéreos contra combatientes del Estado Islámico en Irak.
El objetivo general, dijo Mayville, es “someter y destruir” al Estado Islámico, atacando directamente al grupo en ambos países, cortando sus líneas de suministro de armas y dinero.
Mayville añadió que Estados Unidos y sus aliados tendrán que entrenar y equipar a tres diferentes fuerzas: el Ejército iraquí, los combatientes kurdos del Mergapesh y los rebeldes sirios moderados, quienes han demostrado que requerirán el apoyo militar de Estados Unidos para recuperar territorio.
“Lo más importante es crear un espacio para las fuerzas de seguridad iraquíes para reorganizar y reemplazar el liderazgo que necesita ser reemplazado”, dijo Mayville. “Lo que hemos estado haciendo durante este último par de semanas (...) fue simplemente ganar territorio para que la ofensiva pueda llegar”.
Para confrontar al Grupo de Korasán, una red recibió escasa atención pública hasta antes de este mes, el gobierno de Obama podría actuar por sí solo.
La primera ola de ataques consistió principalmente en que docenas de misiles Tomahawk fueron lanzados por los buques de guerra de Estados Unidos contra ocho objetivos del Korasán, en el noroeste de Siria, cerca de Aleppo. Funcionarios militares dijeron que atacaron los campamentos de formación del Korasán, un centro de producción de municiones, un edificio de comunicaciones y otros sitios.
Mayville justificó el bombardeo citando informes de inteligencia que mostraban que el Grupo de Korasán “estaba en etapas finales de los planes para ejecutar importantes ataques contra objetivos occidentales y, potencialmente, contra el territorio de Estados Unidos”.
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