jueves, 22 de enero de 2015

Terrorismo Islámico son dos términos contradictorios

Terrorismo Islámico son dos términos contradictorios

Todo nace del corazón y así se expresa afuera. No puede tener cabida en una misma frase la palabra Dios y Terror.

22/01/2015 - Autor: La Taberna del Derviche - Fuente: La Taberna del Derviche
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dervish
Como algunos sabréis, yo no fui educado en el Islam, sino que pronuncié Shahada allá por el año 2003. Desde aquel día busqué aprender cada vez más acerca de mi religión: la mejor forma de hacer el Salat según las diferentes escuelas, la entonación de la lengua árabe o la vida del Profeta (s.a.s.) entre otras tantas cosas.
Así, pasito a pasito, me topé sin proponérmelo con la alegría y amabilidad de muchas personas que, en mis viajes por los numerosos países islámicos, al saber que era converso, me abrían las puertas de sus casas invitándome a comer, rezar e incluso dormir a cambio de contarles mi historia. Y cuando lo hacía, algunos no eran capaces de reprimir las lágrimas y otros me abrazaban como a un verdadero hermano. Buenas personas que vivían nuestra religión con toda el alma.
De regreso a España el corazón se me encogió con los terribles atentados del 11-M. Unos idiotas, en nombre del Islam, habían asesinado a cientos de personas. ¡Pero ése no era el Islam que yo conocía!
Mi Islam es sinónimo de paz, amor y una búsqueda incansable de Dios a través de la oración, ayuno y constante Recuerdo. Meses después de los atentados, un joven vino a la mezquita que yo frecuentaba, deseando hacer Shahada. Aunque decía no haber terminado de leer el Sagrado Corán, a todos nos agradó su buena disposición y, tras explicarle los Pilares de nuestra Fe, lo acompañamos en su recitación. Para mi sorpresa, al cabo de dos semanas andaba paseándose por la mezquita diciendo que todos los no musulmanes eran infieles y que merecían morir. Aunque algunos tratamos de hablar con él, fue inútil. Yo le pregunté si había acabado de leer el Corán, y me dijo que no. Si sabía ya de memoria la sura al-Fatiha, Ijlas y las Suras de Protección, pero también me dijo que no. Le pregunté si se levantaba al Fayr para hacer la oración, y bajó la cabeza.
Aquel chico, atraído por alguna clase de mal, se había acercado al Islam no para honrar a Dios, sino para alimentar y justificar sus propios demonios. ¡Nos refugiamos en Dios! Como era de esperar, al cabo de unos meses, viendo que nadie le hacía caso en sus disertaciones, abandonó el Islam.
Con el tiempo, aquejados del mismo mal, me he cruzado con personas semejantes. Gente que no ha querido comprender qué significa ser musulmán y ni siquiera se han esforzado en cumplir los preceptos que nos legó nuestro amado Profeta (s.a.s.) Lo más triste de todo es que es por esta gente que el mundo tiene una visión equivocada de nuestra religión.
¿Terrorismo islámico? ¡El Islam no tiene nada que ver con el odio! De hecho, son términos contradictorios. La misma clase de odio, de fundamentalismo, se puede ver en los campos de fútbol cada domingo, entre partidos políticos y en casi todas las facetas de la vida. Todo nace del corazón y así se expresa afuera. No puede tener cabida en una misma frase la palabra Dios y Terror.  

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