jueves, 8 de enero de 2015

Violencia sagrada

Violencia sagrada


Me resulta irónico escuchar cristianas y cristianos devotos acusando a otras religiones de fomentar la violencia y el terrorismo.


17/08/2012 - Autor: Rvdo. José Manuel Capella-Pratts M. Div. - Fuente: Blogger - Presbítero Docente



  • 4me gusta o estoy de acuerdo
  • Compartir en meneame
  • Compartir en facebook
  • Descargar PDF
  • Imprimir
  • Envia a un amigo
  • Estadisticas de la publicación



¡Que ejecuten en ellos la sentencia escrita! Esto será motivo de alegría para los fieles. ¡Aleluya!

Escribo como cristiano, desde una perspectiva cristiana, sobre algo que afecta la sana convivencia social en general. Me resulta irónico escuchar cristianas y cristianos devotos acusando a otras religiones de fomentar la violencia y el terrorismo. De manera específica acusan con vehemencia al Islam de ser una religión que avala la violencia contra los "infieles".

Claro está, al conversar con quienes hacen estas acusaciones observo que en su mayoría lo hacen sin conocimiento de causa. Es decir, nunca han leído el Corán (el libro sagrado del Islam), y cuando citan alguna porción, lo hacen repitiendo lo que han escuchado o leído de alguna otra persona que plantea el mismo argumento. En honor a la verdad, no pretendo que personas que se identifican con el Cristianismo conozcan el Corán cuando ni siquiera han leído por completo sus propias Escrituras Sagradas- Antiguo y Nuevo Testamento. Si conocieran las Escrituras del Cristianismo, se percatarían de que los libros de la Biblia están plagados de expresiones violentas como esta: "¡Dichoso el que agarre tus niños y los estrelle contra las rocas!" (Salmo 137.9 RVC). ¿Acaso esto no es un acto barbárico? ¿No catalogaríamos esto como un acto de terrorismo, como un crimen contra la humanidad?

Veamos otro ejemplo. Recientemente leía el Salmo 149 como parte de mi tiempo de oración y reflexión matutina. Me sentí muy inspirado al leer sus invitaciones a cantar, danzar y alegrarse alabando al Creador. Me conmovió la afirmación de que "El Señor se complace en su pueblo, y bendice a los humildes con su salvación" (v. 4). Entonces, como si me hubiesen echado un balde de agua fría, me encontré con las siguientes expresiones:

"5 ¡Que se alegren sus fieles por su triunfo! ¡Que salten de alegría allí, en su lecho! 6 ¡Que exalten a Dios a voz en cuello mientras agitan en sus manos las espadas! 7 ¡Que se venguen de todas las naciones! ¡Que castiguen a todos los pueblos! 8 ¡Que sujeten a sus reyes con grilletes, y a sus jefes con cadenas de hierro! 9 ¡Que ejecuten en ellos la sentencia escrita! Esto será motivo de alegría para los fieles. ¡Aleluya!"


La visión de un grupo de personas agitando espadas mientras gritan alabanzas a Dios no es algo que inspire aliento, paz y sosiego, es algo que infunde terror. Y esa visión es parte de las Escrituras Sagradas del Cristianismo y del Judaísmo (para que quede claro: las citas que aquí he incluido no son del Corán, sino de la Biblia).

Habrá quien piense que éstos son ejemplos aislados, que difícilmente encontraremos otros textos similares. Nada más lejos de la verdad. Basta con leer el resto de los Salmos y veremos muchas otras expresiones de violencia, rencor y deseos de venganza. Otros libros bíblicos como Jueces y Josué contienen incluso expresiones donde la divinidad manda ejecutar mujeres, niños y animales... y, a pesar de eso, los cristianos insistimos en acusar a otras religiones de fomentar la violencia y el terror...

El Señor Jesucristo menifestó su rechazo a las actitudes que nos llevan a condenar y señalar continuamente los pecados del prójimo. Sin embargo los cristianos somos especialistas mirando los males ajenos e ignorando los propios. ¿Cómo podemos llamarmos "cristianos" y actuar tan distinto a Cristo? A esa actitud de prepotencia religiosa Jesucristo le llamó "hipocresía".

No podemos ignorar la realidad de que textos sagrados de diversas religiones, incluyendo la Biblia, contienen expresiones que reflejan entendimientos de sus respectivas épocas y culturas. Leerlos desde el fanatismo y el fundamentalismo nos puede llevar (como históricamente ha ocurrido) a justificar actos atroces que con razón motivan a muchas personas a rechazar tajantemente toda religión. Para hacer una lectura constructiva de los textos sagrados es importante considerarlos e interpretarlos desde sus respectivos contextos para poder aplicarlos en los nuestros. En el caso de la fe cristiana, no solo los textos, sino la vida misma debe entenderse y regirse desde la medida de lo que Jesucristo enseñó y practicó: el reino de Dios -la convivencia de paz, justicia, perdón, humildad, y amor solidario.

Que la paz/shalom/salam de Dios sea con toda la humanidad.

El autor es Ministro de la Palabra y los Sacramentos de la Iglesia Presbiteriana EUA


Sequir en Twitter: @jmcapellapratts



Anuncios

Relacionados

¿Es el Dios de los musulmanes el mismo que aparece en la Biblia?

Artículos - 21/05/2005

Occidente hizo del islam un enemigo

Artículos - 29/08/2008

Cómo interpretar el Corán

Artículos - 26/07/2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario