jueves, 19 de febrero de 2015

Propuestas para una Dieta Sufi

Propuestas para una Dieta Sufi

La miel es ampliamente reconocida por muchas culturas como el “alimento máximo”

19/02/2015 - Autor: Shams Fahd Yerrahi - Fuente: Medicina Sufi
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El valor de la miel de abeja. Es un remedio natural revelado en la mayoría de las escrituras sagradas. Nada en ella puede en verdad causar daño, trascendentalmente hablando. Por eso es altamente recomendable como fuente energética y endulzante primario. Es ampliamente reconocida por muchas culturas como el “alimento máximo”. Es un agente antiviral, antibacteriano, antifúngico y por tanto un preservador natural y restablecedor de todas las funciones fisiológicas. Existen enormes tratados médicos sobre las propiedades benéficas de la miel, que deberían ser consultados y promovidos para una mejor salud y alimentación. Cuando se requiera incrementar los niveles de glucosa, la presión sanguínea o el calor corporal, el consumo de miel es de lo más recomendado.
Uso de hongos Tíbicos. La ingestión del agua en la que estos organismos habitan y se reproducen, repercute directamente en el restablecimiento de las potencias digestivas. Al reconstituir la flora intestinal permite una asimilación adecuada de los nutrientes y un desecho efectivo de los residuos. Los hongos tíbicos se pueden conseguir a través de contactos en internet, en las tiendas naturistas y en los centros nuticionales y macrobióticos; no se venden, sino que por prescripción de la Madre Teresa de Calcuta, quien los recibió de los monjes Tibetanos como un remedio natural obsequiado para apoyarla en sus labores de sanación, requieren ser compartidos de buena conciencia y voluntad, de mano en mano. Su preservación y sus bondades dependen también de relacionarse con ellos a través de una conciencia de reconocimiento “simbiótico”, en donde la actitud de verdadero cuidado y aprecio por estos pequeños organismos es fundamental para poder recibir íntegramente sus beneficios fisiológicos. Por ello es indispensable que el interesado en descubrir  y recibir las bondades de esta medicina micro-orgánica, empeñe el esfuerzo personal necesario para conseguirlos y brindarles el cuidado que requieren, a saber: alimentarlos diariamente una vez al día, con azúcar mascabado, miel o piloncillo (aproximadamente una cucharada por cada taza), drenar su agua (que es la que ha de beberse) y limpiar su recipiente personalmente por lo menos una vez a la semana). Sólo esta actitud y empeño puede asegurar las condiciones necesarias para que su aportación a nuestro organismo se traduzca en los mayores beneficios para nuestra salud.
Postura al beber agua. En el saber de la Tradición, el ingerir agua natural supone un acto de grandes repercusiones orgánicas, psíquicas y metabólicas. Cada vez que se bebe agua natural, es muy importante purificar la mente de todo pensamiento negativo, así como respirar hondo y beber en una posición de asiento, relajada y pausadamente, sorbo por sorbo. Para recibir los mejores efectos terapéuticos, en caso de padecer debilidad física o atravesar por un periodo de enfermedad, esto debe hacerse especialmente por lo menos cinco veces al día, en raciones que pueden ir desde un vaso en adelante. Al inicio de la purificación se recomienda un periodo de cuarenta días de ingestión de litro y medio de agua como primera actividad en la mañana, guardando también un periodo de 20 minutos antes de consumir cualquier otra cosa, lo cual servirá para depurar al cuerpo físico y emocional desde el primer momento del día y para reprogramar el metabolismo hacia la purificación duradera. El agua debe estar a temperatura ambiente, ni más fría ni más caliente. Debe procurarse que su composición esté exenta de mineralización. En el mercado mexicano, el agua “Epura”, es la que mejor satisface este requerimento. Así mismo, es idóneo adquirir un filtro purificador de agua, de muy buena calidad.
Optimización de las poteínas. Más allá de las particularidades sobre actividades, cualidades y requerimentos personales diferenciados, una dieta suficientemente nutritiva puede lograrse mediante la ingestión de huevos por la mañana, cárnicos/leguminosas por la tarde y lácteos por la noche. Preservar el aparato digestivo de la combinación de las distintas composiciones proteínicas permite asimilarlas mejor con un menor esfuerzo fisiológico, y obtener mayores rendimientos de menores porciones. Respecto del consumo de huevo debe procurarse que no sean acompañado de aceites o grasas colesterosas. Lo ideal son los huevos cocidos o tibios. Cuando mucho un par de veces a la semana cocinados con aceite de oliva. Una sartén de buen teflón es fundamental para usar la menor cantidad de aceite y cuando se use ha de cuidarse que el aceite no se sobrecaliente ni se queme, porque esto altera su composición química y la de aquello con lo que entra en contacto. Por otra parte, una vez al día, alternando un día el almuerzo, otro la comida y luego la cena, es conveniente sustituir la proteína de origen animal por la ingestión de cadenas proteínicas de origen vegetal, que se componen a partir de la mezcla aproximada de una ración de leguminosa por dos de cereal. Leguminosas: chícharo, frijol, garbanzo, haba, lenteja, soya. Cereales: maíz, trigo, arroz, avena. Por ejemplo, un desayuno tradicional mexicano: plato de cien gramos de frijol con doscientos gramos de maíz . O bien, cien gramos de lentejas con doscientos gramos de arroz como plato fuerte de la comida el martes. Cien gramos de garbanzos con doscientos gramos de pan de trigo como cena el miércoles. Cien gramos de chícharos con doscientos gramos de arroz como desayuno el jueves, etc. Las mezclas de lo uno y lo otro pueden variar, así como su acompañamiento y preparación, de acuerdo a las consideraciones referentes a no mezclar los alimentos alcalinos con los ácidos, como se refiere en el apartado correspondiente a este tema. De este modo, el consumo de habas o lentejas una vez al día puede ser más que suficiente, ya sea en la mañana, en la tarde o en la noche. Acompañado de maíz, trigo o arroz en la proporción indicada cubre todos los requerimientos proteínicos. El arroz también puede acompañarse de chícharos y cumple esta misma función. Respecto de la soya se pueden encontrar muchas aplicaciones apetitosas en la modalidad del “Tofu” que es muy versátil para crear los más distintos platillos, adecuados a cada necesidad y gusto. Para el caso del desayuno, también es recomendable un plato de avena (cereal) acompañado de un vaso de leche de soya. Por sus enormes propiedades como agente regulador del colesterol, el solo consumo de avena en el desayuno merecería un apartado especial. Por ahora solo se pone a consideración que el consumo diario de una ración (una taza) de avena cocida en agua y endulzada con miel es una parte muy recomendable del desayuno, especialmente para contrapesar cualquier excedencia de colesterol, particularmente la proveniente de la proteína del huevo que suele ser un alto nutriente para la mañana. Un plato de avena con el desayuno diario, es una fórmula que favorece el equilibrio del colesterol y la salud del corazón.
Consumir grasas de origen vegetal. Por su composición química, las grasas de origen vegetal son de más fácil asimilación y provecho. El consumo de grasa es indispensable para el buen funcionamiento del organismo y por estas dos razones es necesario acompañar cada uno de los alimentos con una ración de grasa vegetal, que resulta más provechosa si es consumida al finalizar los alimentos. Sólo en el caso de atravesar por estreñimiento frecuente se recomienda consumirla antes. Dicha grasa puede provenir de las siguientes fuentes: Aceitunas negras o verdes, en una ración que no exceda las cuatro como acompañamiento a cualquier comida. Aceite de olivo, al tiempo, es decir a la temperatura ambiente, como una cucharada bebida con cualquier alimento. Nueces, pistaches, almedras o cacahuates, como una ración que no debe exceder los siete granos, al final de cada comida.
Eliminación de toxinas. El consumo de la carne de origen animal, recientemente contiene una mayor concentración de hormonas químicas y sustancias endócrinas que sumadas a los factores de contaminación ambiental y radiación electromagnética de por sí ya saturadas en el ambiente, producen impactos negativos de gravedad letal para el organismo, que pueden ser atemperados sencillamente mediante el consumo de carnes kosher, o Jalal, libres de toxinas. Los organismos certificadores Kosher o Jalal, cuentan con un gran prestigio a nivel internacional, por lo que podemos confiar que la presencia de su logotipo de certificación sea garantía válida para respaldar una mayor calidad de la carne. Puesto que los procedimientos de engorda y sacrificio del ganado kosher/Jalal se componen de métodos tradicionales, menos violentos y más compasivos, se obtiene como resultado una carne menos saturada de adrenalina, hormona del miedo y la agresión, que en nuestro organismo produce también alteraciones en nuestro sistema endrócrino y una serie de malestares y consecuencias inmensurables.
Eliminación de conservadores químicos. El empleo de conservadores artificiales constituye uno de los principales agentes antimetabólicos a lo que el organismo está expuesto en los alimentos de hoy en día, y que se traduce en afectaciones a todo el equilibrio hormonal. Por esto, la procuración de una salud óptima, demanda de cada uno el cuidado de obtener alimentos frescos, y de prepararlos y comerlos preferentemente al día. Para restablecer y fortalecer la salud integral, es favorable reducir la dependencia de alimentos procesados y enlatados. Para todas las variedades de alimentos existen alternativas alimenticias de las llamadas “orgánicas”, que en un estado de salud delicado, deben, por sobre todo, ser procuradas. Salsas y acompañamientos muy procesados, conviene especialmente que sean concientemente regulados en nuestra cotidaneidad, en razón de ser éstos los que contienen una mayor saturación de componentes conservadores sintéticos.
El aislamiento de alcalinos y ácidos. Esta es una de las partes más complejas pero a la vez más útiles de una dieta óptima. Consiste simplemente en no mezclar los alimentos de estas dos propiedades químicas para efecto de facilitar su asimilación máxima. Los alcalinos son: azúcares, cereales, leguminosas y féculas (papa, zanahora, betabel, remolacha o camote, así como otros tubérculos semejantes). Los ácidos son: carne roja, pez, pollo y cítricos.  De manera que cuando se ingiere carne roja, pez o pollo, no es propicio acompañarlos de dulce, frutas, cereales, leguminosas ni féculas. Para su óptima digestión, el acompañamiento natural de la carne son las verduras y los cítricos bajos en azúcar como el limón, los kiwis y en menor medida las ciruelas, entre otros. El modo ideal de preparar las verduras es al vapor, o al horno, porque así se evita que se derramen y se desperdicien sus vitaminas. Si se cocen las verduras, es muy recomendable tomar el caldo, porque este contiene una buena parte de los nutrientes más provechosos. Por ello deberán lavarse bien las verduras incluso antes de cocinarlas. De este modo, para llevar la salud a su mejor nivel, la carne ha de comerse idóneamente acompañada sólo con verduras. Por otra parte, tanto los huevos como los lácteos y las grasas vegetales, tienen una composición neutra, que permite su asimilación independientemente del acompañamiento, sin embargo por las razones expuestas en el primer punto es muy conveniente no mezclar carnes con huevos ni con lácteos. Los lácteos y los huevos son más compatibles, pero aún es mejor que se ingieran por separado. En este punto sólo es necesario notar que, si los lácteos, huevos y grasas vegetales se llegan a acompañar con elementos ácidos, como los cítricos,  conviene que no se ingiera al mismo tiempo elementos alcalinos, o viceversa.
Sales y azúcares. Este punto se conecta con el anterior, puesto que los alimentos con notable sabor de sal, normalmente se convierten en un agente de acidez, que se contrapone a la digestión de los azúcares y endulzantes que son alcalinos. Por ello es necesario que una vez que se ha concluido de ingerir alimentos salados, dejar un espacio de tiempo antes de ingerir uno dulce, y que una vez iniciada la digestión alcalina del dulce, no se vuelva a incorporar agentes salados ni ácidos. Cabe notar, que en la Tradición se da cuenta de la costumbre de los profetas, de ingerir unos cuantos granos de sal, antes de ingerir los alimentos ácidos, lo cual ha venido a descubrirse, que induce una mejor secreción de los ácidos gástricos necesarios para llevar a cabo la digestión de los nutrientes de composición química ácida.
Frutos y óxidos. Puesto que la fruta tiende a una fácil oxidación, es decir a la alteración química de sus vitaminas, frente a la presencia de elementos tanto ácidos como alcalinos, para su mejor asimilación es conveniente que se consuman aisladamente, con el estómago vacío. Por ello constituyen un alimento ideal a media mañana o a media tarde, y en algunos casos, cuando se requiere altas dosis de energía, para una actividad extraordinaria, sobre todo al comenzar el día, antes que otra cosa ingrese al estómago. No obstante lo anterior también es importante considerar, que para las personas que tienen propensión hereditaria a trastornos asociados al desbalance de la insulina (obesidad y diabetes), siempre que trascurra un periodo considerable (8 horas aprox.) de no consumir alimentos, (como al levantarse por la mañana o al concluír un ayuno)  es recomendable no ingerir inmediatamente altos contenidos de azúcar, sino acaso una ración moderada, para evitar que los niveles de insulina se disparen en el organismo trastocando el balance metabólico. En este supuesto, para la ruptura de ayuno, o el simple desayuno, es más provechoso ingerir nutrientes proteínicos directamente.
Prácticas de respiración conciente. Tanto como beber agua, respirar concientemente es un acto fundamental para la salud. Tal vez el más importante de todos los actos. La Tradición revela que entre más concientes estemos de nuestra respiración más estamos cumpliendo con nuestra naturaleza; pero, para que esta respiración cumpla efectivamente su función sagrada u “óptima” se requiere que en cada aliento y exhalación se filtren solamente pensamientos positivos, que se impregnen solamente de palabras de bondad, de alegría, de gratitud y de bendición; de paz en suma. Sólo en la medida en que se logre impregnar la mayor cantidad de exhalaciones de nuestra “paz mental”, nuestro organismo tenderá a restablecer por sí mismo sus funciones naturales y activará el círculo virtuoso de la salud y el bienestar. Por ello es altamente recomendable, tomar cinco descansos al día, en los cuales se ingiera agua y se destine unos minutos a la concientización y “pacificación” del aliento.
Ejercicios de movilidad simple. La sola repetición del movimiento de cada una de las articulaciones tonifica los músculos, activa la circulación y armoniza el ciclo respiratorio con el pulso cardíaco. Para la buena salud es importante destinar por lo menos una hora al movimiento conciente y armónico de todas las articulaciones y músculos. Poco a poco se pueden ir formulando ejercicios de estiramiento y movilidad, así como de tensión muscular dinámica, que incrementen la fuerza y flexiblidad de todo el cuerpo.
Exposición al sol. El calor y la luz solar son una fuente energética primordial para el correcto desempeño metabólico; permiten la asimilación de las vitaminas D y E con todas las implicaciones positivas que ello genera. Sin embargo, el incremento de las radiaciones ultravioleta vuelve necesario el uso de una crema con protector solar anti “uv” y el recubrimiento de la mayor cantidad de piel, mediante el uso de telas blancas y/o gruesas; también sombreros que cubran suficientmente la región de nuca y hombros, especialmente en las horas de sol más intenso, entre las 11  y las 16 horas. Es más recomendable el sol de la mañana y la tarde, fuera de este horario. Una exposición diaria de por lo menos 30 minutos es indispensable.
Aire puro. El contacto con el aire puro es requerido y puede ser satisfecho acudiendo a caminatas y paseos en parques y bosques, todos los días, y en cerros y poblados fuera de la ciudad, de ser posible, por lo menos una vez a la semana. El cultivo de plantas en el hogar y la adquisición de un purificador de iones es una alternativa favorable para este propósito.
Uso de Te verde y café. Como estimulantes y antioxidantes naturales, su consumo acelera el metabolismo permitiendo un adecuado empleo de los nutrientes, la regeneración de los tejidos y el mantenimiento de las funciones vitales. Sin embargo su dosis debe ser considerada en función de las propias necesidades energéticas y el consumo alimenticio. Sumado a las recomendaciones anteriores, una taza de café por la mañana y una taza de té verde por la tarde suelen bastar para mantener un organismo equilibrado despierto y vital a lo largo de todo el día.
Uso del Tabaco. Como planta sagrada, el tabaco en su condición natural, posee importantes elementos relajantes que pueden proporcionar una estabilización del organismo, especialmente en los casos en los que se está bajo una dosis extraordinaria de estimulación. Como antiestresante, tranquilizador y relajante, el tabaco de origen natural, preferentemente de cultivo casero, satisface una importante función vital: el relajamiento. Por su composición y efecto, es preverible consumirlo siempre después de los alimentos sólidos. En la Tradición se da cuenta de su uso, acompañado de café, para inducir una lucidez y balance, en los momentos que se requiera guardar una velada, es decir, trabajar por la noche, cubrir alguna emergencia, o desplegar una actividad que requiera de nuestra vigilia fuera de los horarios y las costumbres ordinarias.
Desayuno de avena. Como estabilizador del colesterol y fuente energética de lento desdoblamiento, el uso de avena es altamente recomendable en el desayuno. En su versión integral contiene una gran cantidad de fibra que favorece la digestión por el resto del día. Por esto la avena integral es la recomendada. Su preparación más saludable es cocida en agua, y puede ser endulzada con miel y acompañada con la fruta de la mañana.
Caligrafía de miel por la mañana. Se recomienda dibujar con la miel, sobre la avena, una caligrafía del nombre divino, de cualquiera de sus más bellos nombres, con el cual se trabaje y medite a lo largo del día. Igualmente puede imprimirse una palabra o símbolo que nos evoque sensaciones o pensamientos positivos, desde una cara feliz, hasta la palabra: “Ría”.
Uso de vinagre de manzana. Conviene tomar todos los días un vaso con una cucharada de vinagre de manzana, al terminar la comida fuerte de base ácida, por ser una sustancia de composición ácida. Provee los requerimentos diarios de fósforo.
Consumo de vitamina C. Para las personas que padecen una fragilización del sistema digestivo, propiciado en nuestra época por los desafíos de la alimentación rápida, es muy recomendable consumir cada día por lo menos un fruto de limón (puede encontrarse un equivalente funcional a esto, en frutos de alto contentido de vitamina C como las guayabas y los chiles), que brindará las necesidades cotidianas de vitamina C, requeridas para tonificar los vasos capilares y favorecer la asimilación y distribución de nutrientes. Esto puede hacerse al final de las comidas ácidas, de manera que su presencia sea más suave y propicia para la digestión.
Hábitos regulares. No menos importante que lo anterior, el mantener hábitos regulares de actividad y descanso, así como estabilidad en los horarios de la alimentación es requisito indispensable para la sanación y tonificación de nuestra salud integral.
Por último, cabe considerar dos principios de la Medicina Tradicional Sufi, que sintetizan una buena parte de la enseñanza orientada a la preservación de la salud: 1.- Comer lo que nuestra región produce (comunidad/tierra/patria) y 2.- Procurar lo que la época (estación/ temporada) nos ofrece.
No obstante estar pensada para el restablecimiento integral de la salud en casos de enfermedad y debilidad crónica, estas propuestas y reflexiones en torno a la alimentación pueden implementarse como pauta nutricional de la vida cotidiana, ya que además de su poder reconstitutivo tienen la propiedad terapéutica y mística de facilitar el arribo a las estaciones de la madurez de la vida con óptima salud y bienestar.
Esta Dieta ha sido extraídas y sintetizadas a partir de los principios de la medicina tradicional sufi, revelados en el Sagrado Corán, en la Costumbre profética, en sus correspondientes explicaciones contenidas en el Libro “Sufi Healing” de Shaik Hakim Moinuddin Chisti, en las enseñanzas sobre salud nutricional expuestas por los terapeutas John Gray y Justine Glass en sus correspondientes obras y sitios virtuales, confrontadas por la reflexión y experiencia en la región central de México, registrada por seis generaciones de la familia García Razo, y están siendo difundidas de buena voluntad, como una herramienta de sanación alternativa, con una notable acogida entre la comunidad de la Ciudad de México, por parte del derviche Shams Fahd.
En caso de requerirse, para un mayor detalle acerca de las raciones y  particularidades asociadas a la actividad y necesidades energéticas personales, se recomienda acudir a un especialista en nutrición, que circunscriba sus recomendaciones a la compatibilidad con los principios de salud trascendental, subyacentes en la revelación de los Textos sagrados, particularmente en el Corán y la Sunna, como explicados en este sitio virtual y en las referencias citadas.
Cualquier duda o comentario de buena fe, será bien recibido y contestado, en la medida de lo posible, a través de este sitio virtual.
Igualmente quedamos a sus órdenes para compartir charlas grupales y consultas privadas en torno a esta propuesta nutircional y sobre la Medicina Sufi en lo general.

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