domingo, 29 de marzo de 2015

Indonesia ve la firma del Estado Islámico tras un atentado químico fallido en Yakarta

Indonesia ve la firma del Estado Islámico tras un atentado químico fallido en Yakarta

  • Se trataría de la primera acción del grupo en el país asiático


     
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La policía indonesia ha concluido que el artefacto explosivo colocado el pasado 23 de febrero en un centro comercial, que nunca explotó, contenía gas de cloro y lleva la firma del Estado Islámico, lo que implicaría la primera acción del grupo en el país asiático.
"Nos ha sorprendido porque es la primera vez en la historia que nos enfrentamos a una bomba química, a una bomba de cloro", declaró el responsable de la Policía, Tito Karnavian, en una conferencia de prensa celebrada este jueves en Yakarta. "Tiene la firma del Estado Islámico. En Siria están teniendo muchos incidentes con este tipo de sustancias químicas", añadió el general.
El artefacto, hallado en el centro comercial ITC de Depok, un barrio situado al sur de la capital, marca así un triste hito en el país con mayor población musulmana del mundo. La bomba, compuesta por cuatro botellas repletas de sustancias químicas, cables, baterías y un temporizador, estaba en el interior de una caja de cartón abandonada en un baño masculino. Un fallo en el dispositivo impidió que detonara. "Si hubiera sido colocada en el sistema de aire acondicionado, imaginen el impacto", destacó Karnavian. "Parece que se trata sólo de un experimento para ellos y que está vinculada a gente del grupo que acaba de regresar de Siria".
En los últimos meses, el IS ha empleado bombas de gas de cloro en Siria e Irak, según oficiales iraquíes. Las bombas sucias han sido empleadas en carreteras al paso de convoyes de vehículos desprendiendo llamativos gases que, si bien no suelen ser mortales al aire libre, sí tienen consecuencias para la salud y causan el pánico. El pasado año ya se informó de la posibilidad de que IS, que suele atacar arsenales militares en Siria e Irak para abastecerse de armamento, hubiera conseguido gas de cloro pero las imágenes de ataques de gas captadas recientemente en Irak, distribuidas por la BBC, dejan poco lugar a dudas. Según declaró al canal británico Haider Taher, del equipo iraquí de desactivación de explosivos, sus tropas han desactivado docenas de artefactos de cloro colocados por militantes del IS desde que comenzara la última ofensiva contra la organización radical en la antigua Mesopotamia.
Al menos 159 indonesios han sido identificados en las filas del Estado Islámico, aunque responsables del país temen que la cifra sea mucho mayor. Las autoridades tienen confirmación de 11 muertos en combate y del regreso de otros 11, de los cuales tres habrían sido arrestados. Pero el ritmo de detenciones de potenciales yihadistas -sólo la semana pasada fueron arrestadas siete personas vinculadas al IS en Indonesia en diferentes operaciones policiales, incluidos responsables del envío de voluntarios a Siria y de recabar financiación- hace pensar que las cifras reales son muy superiores a las difundidas al público.
El temor sobre el regreso de yihadistas frustrados y con experiencia en guerra sucia, incluida la confección de artefactos explosivos, está más que justificado en un país que ya ha padecido las consecuencias del mismo fenómeno en el pasado. Algunos de los terroristas de Jemaa Islamiya que organizaron los mortíferosatentados de Bali de 2002 (más de 200 muertos) habían sido entrenados en Afganistán por los muyahidin durante la invasión soviética, entre ellos el considerado como "comandante de campo" de la célula terrorista, Imam Samudra.
Según los datos de la Policía local, "197 indonesios fueron entrenados por los afganos antes de regresar", puntualizaba hoy Karnavian. "Entonces fallamos a la hora de detectarles a su regreso. Aquella fue una importante y amarga lección para nosotros", admitía el responsable.
La situación se repite 13 años después gracias a la guerra siria y la poderosa emergencia del Estado Islámico: en apenas tres años, el IS ha atraído a un número similar de combatientes indonesios similar a los que lucharon hace una década en Afganistán. Karnavian alertaba hoy de cómo "Siria está dando oxígeno" a los extremistas locales. Según los expertos, los yihadistas que acuden a Siria no son individuos aislados sino que pertenecen a organizaciones radicales que las autoridades se esfuerzan por desmantelar. "La gente que está viajando a Siria con en su mayoría miembros o personas vinculadas, de forma directa o indirecta, a redes ya establecidas", estimaba la directora del Instituto para el Análisis Político de los Conflictos, Sidney Jones.

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