lunes, 4 de mayo de 2015


Bandera Estado Islámico ondea en el Mediterráneo





La bandera negra del EI ondea ya en el sur del Mediterráneo 


Los yihadistas radicales ganan terreno en Libia y provocan la huida de miles de ciudadanos 


Bandera Estado Islámico ondea en el Mediterráneo






SIRTE (LIBIA) -Paralizado al borde de la gran avenida que penetra desde el mar al corazón en Sirte y desemboca en el simbólico hotel Al Mahari, Zakaria, un joven libio de 30 años, atenaza el miedo con un mezcla de tristeza y desamparo. 



El ocaso avanza en el puerto mediterráneo -cuna del derrocado dictador Muamar al Gadafi- pero no son las nubes las que traban su camino, sino cientos de pendones negros que se alzan al cielo con la enseña de Abu Bakar al Bagdadi, líder del Estado Islámico (EI) en Siria e Irak. 



“Muchos de ellos son antiguos combatientes de Ansar al Sharia (Seguidores de la ley Islámica)”, grupo que se ha desligado de Al Qaeda para jurar obediencia al autoproclamado califa, explicaba a Efe mientras el amenazante desfile yihadista tenía lugar esta semana. 




Desde entonces patrullan el centro-oeste de la ciudad, vestidos la mayoría con uniformes militares que recuerdan a los escuadrones yihadistas de Afganistán -solo unos pocos llevan ropa castrense negra y el rostro cubierto-, armados con fusiles de asalto y lanzagranadas portátiles tipo ARPG, a bordo de vehículos Toyota todoterreno con el pendón del EI. Algunos están artillados con cañones antiaéreos de pequeño calibre y otros tipo de armas anticarro. 



A pesar del ruido de los motores y las proclamas, el silencio -compañero del miedo- envuelve una ciudad que ha visto como las tropas yihadistas entraron en este puerto sin apenas hallar resistencia, sin estruendo mediático. 



“La radio Makmades fue asaltada hace algunos días y desde entonces solo difunde recitaciones de El Corán y discursos de Al Bagdadi”, explica uno de los habitantes del llamado barrio uno, en Sirte. “El EI domina el centro y la parte occidental de la ciudad, desde la carretera de Oqaduqa hasta el hotel de Al Mahari, una distancia de ocho kilómetros y controlan también la cárcel de la ciudad”, resalta Zakaria. 



También han entrado en la universidad de Sirte, donde a punta de rifle han separado a profesores de profesoras, a alumnos de alumnas e impuesto el atuendo salafista: las mujeres cubiertas de pies a cabeza con túnicas amplias y oscuras y los hombres con chilabas. 



Libia




CIERRAN LAS PELUQUERÍAS 

Además, se han hecho con el control del Instituto Superior de Recursos Eléctricos y ordenado el cierre de lugares que consideran pecaminosos: salones de boda, peluquerías y otros negocios relacionados con el cuidado personal de las mujeres



“Nadie les para”, se queja la población, que ve como las fuerzas del Estado están muy lejos, enzarzadas en una guerra civil por controlar poblaciones del oeste de Trípoli, y la ciudad de Bengasi, segunda del país. Allí, milicias islamistas moderadas, afines al gobierno rebelde instalado en Trípoli, combaten contra los hombres del general Jalifa Hafter, un antiguo héroe del Ejército de Gadafi. 



Hafter devino en uno de los principales opositores en el exilio del dictador y ahora lucha a favor del Parlamento internacionalmente reconocido instalado en Tobruk, con el apoyo de Egipto. Beneficiados por la anarquía y el vacío de poder, yihadistas procedentes de los estados vecinos han logrado hacerse con el control de Darna y establecer allí una franquicia del EI. 

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