Narcoviolencia en Puerto Vallarta: El gobernador de Jalisco debe renunciar

Federico Arreola@FedericoArreolasáb 02 may 2015 19:10

Gravísimos para todo el país los narcobloqueos e incendios de vehículos en varios municipios de Jalisco, sobre todo en Guadalajara y Puerto Vallarta.

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Ahora es verdaderamente infernal la vida en la segunda ciudad más grande de México y en el tercer destino turístico más importante de nuestro país.
Si hubiera policías decentes y preparadas tales hechos lamentables no se presentarían o serían combatidos con eficacia.
Pero en esa entidad nada funciona porque la cabeza, el gobernador Aristóteles Sandoval, simple y sencillamente es un bueno para nada.
Frívolo e incompetente, sin duda el señor Sandoval es el responsable principal del caos que ahora aterroriza a los jaliscienses.
Su partido, el PRI, tendrá que exigirle la renuncia, ya que a un mes de las elecciones federales Aristóteles Sandoval se está convirtiendo en el principal pasivo para el priismo.
Lo peor es que, en Jalisco, la más importante fuerza de oposición, Movimiento Ciudadano, también es responsable de la pesadilla que allá se vive.
Movimiento Ciudadano domina el ayuntamiento de Puerto Vallarta, cuyos integrantes por torpeza o complicidad tanto apoyan al crimen organizado.
El presidente Enrique Peña Nieto tiene que llamar a cuentas, de inmediato, al gobernador Sandoval, de tal modo de exigirle que se haga a un lado.
Sobran ciudadanos jaliscienses honestos, valientes y preparadas para tomar las duras medidas que tienen que imponerse si se quiere recuperar la tranquilidad rápidamente, como cambiar a todas las policías y procesar a los funcionarios que apoyan a las mafias, que de esos debe haber abundancia tanto en el gobierno estatal como en la alcaldía vallartense.
No pocos dijimos hace años que, si se perdía Nuevo León, todo México se iba a perder. Con mucho trabajo y la participación de toda la comunidad se logró evitar que los nuevoleoneses cayéramos por completo en las zarpas del los jefes del narcotráfico.
Hoy debemos decir lo mismo, si se pierden Guadalajara y Puerto Vallarta, toda la nación mexicana se perderá.
La tarea que viene es muy compleja, sin duda. No debe tolerarse que sigan estorbando los actuales malos gobernantes de Jalisco.
Por lo demás, decepciona que los líderes empresariales, académicos, intelectuales y religiosos de Guadalajara y Puerto Vallarta no están ya exigiendo que caiga Aristóteles Sandoval, que de gobernador serio no tiene nada.