lunes, 1 de junio de 2015

Con voto nulo se ataca al proceso democrático, no a quien gobierna: académica en CNN
"Aunque es una elección del elector, votar o no votar, con el voto nulo me parece que se está atacando el proceso democrático y no castigando al que puede llegar a ser el gobernante", aseveró.
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(Foto: Karina Maciel)

La democracia es un ejercicio vivo de participación constante y no exclusiva a un periodo de tiempo como lo es la jornada electoral, señaló Iliana Rodríguez Santibáñez, académica del Tec de Monterrey, quién dijo optar por “el voto informado”, pues un voto nulo, consideró, ataca el proceso democrático.
En entrevista para Aristegui CNN, recordó que “primero hay que contar que los anulistas en las elecciones siempre han existido, pero también hay que recordar el sufragio, aunque libre y secreto, es una prerrogativa que está en la Constitución en el artículo 35 y 36, y que el Código Federal de instituciones y procedimientos electorales ciertamente hace mención al voto nulo, cuando no se puede aseverar de manera fidedigna por quién se está votando en la boleta electoral y esto causa la nulidad o voto nulo”.
“Hay una confusión que no está esclarecida por la ley que es entre el voto nulo y el voto en blanco. El voto en blanco es entregar la boleta electoral sin haber hecho ninguna muestra de consentimiento respecto a tal o cual partido. En México no existe la distinción real entre voto nulo y voto en blanco, como sí lo hay en otros países”, indicó.
Lo que se ha querido clasificar es que “finalmente el voto nulo es una abstención activa; no ir, es una abstención pasiva”.
“En países como Francia y España sí hay una mención clara de voto nulo”, apuntó.
Explicó que en países de América Latina como Ecuador y Venezuela, “cuando hay un voto electoral que supera al voto directo o pasivo de la población entonces en ese caso se puede llegar a solicitar la anulación de la elección, pero no se ha llegado a esos casos”.
Ahora “estamos concentrando la inconformidad contra un gobierno o decir que el voto nulo representa la inconformidad respecto a un gobierno o respecto determinado legislador, pero no estamos concentrándonos en el antes y un después”.
“El proceso electoral no se concentra absolutamente a la emisión del voto, sino que hay un antes y un después. Un antes en el que el elector tiene que informarse sobre los candidatos que lo pueden llegar a representar, tiene que haber una responsabiidad del ciudadano de saber quién va a ser el candidato, qué aspiraciones tiene y si tiene alguna política que coincida con las ambiciones ciudadanas que se tienen”.
Después de la votación, viene el “seguimiento le voy a dar como ciudadano a ese voto que le he concedido a tal o cual representante”, señaló

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