lunes, 27 de julio de 2015

El rol de los compañeros del profeta en la difusión del islam 

Así transitaron los creyentes portando el Mensaje de Allah que transmitía Muhammad (saws), sin desperdiciar oportunidad para obrar generosamente por su causa

09/12/2013 - Autor: Sheij Muhammad Al Ruwaili - Fuente: Cciar
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Los compañeros del profeta Muhammad (saws) jugaron un importante papel en la expansión del islam
Los compañeros del profeta Muhammad (saws) jugaron un importante papel en la expansión del islam
Alabado sea Allah, quien bien facilita a sus siervos adorarle. Lo alabamos por allanarnos el camino de la obediencia. Atestiguo que no hay otra divinidad excepto Allah, único, quien no tiene copartícipes, y atestiguo que Muhammad es su siervo y mensajero, que la paz y las bendiciones sean con él, con su familia, con sus compañeros, y con todos aquellos que sigan su guía.
Siervos de Allah, obrar por el Islam es lo que se había arraigado en los corazones de los Sahaba desde que habían extendido sus manos para jurarle fidelidad al Mensajero de Allah (sws). Por ejemplo Damán bin Za´labah (ra) se presentó ante el Mensajero de Allah (sws) y le preguntó acerca del significado del testimonio de que no hay más divinidad que Allah y que Muhammad es el Mensajero de Allah, sobre la oración, el pago del zakat, el ayuno de Ramadán y la peregrinación.
Cuando lo entendió aceptó la fe y elevó sus cinco dedos diciendo: ¡Mensajero de Allah no haré más ni menos que ello! En ese momento Damán no veía las obras que iban implícitas en el  testimonio de fe que había pronunciado. Regresó a su pueblo diciéndoles: ¡Qué terrible los ídolos Allat y Al ´Uzza! Y así perduró invitando a la gente a creer en la unicidad de Allah hasta que en su pueblo no quedó un solo hogar sin que alguien hubiese abrazado el Islam. ´Umar bin  Al Jattab (ra) dijo: No he visto a nadie que se presentase ante el Mensajero de Allah (sws) con tanta fe como Damán bin Za´labah.
Y veamos pues el ejemplo de ese noble sahabi (compañero) que era señor entre su gente y llegó a La Meca donde los de Quraish no dejaron de advertirle para que no prestara oídos a la prédica del Profeta Muhammad (sws). Le insistieron tanto que se puso algodón en sus oídos  para no oir del Islam. Pero cuando circunvalaba la Ka‟baoyó al Profeta (sws) recitar el Corán y le preguntó sobre el Islam. Cuando oyó la palabra de Allah se islamizó inmediatamente. Desde que se islamizó le pidió al Profeta (sws) que le enviara a su gente para predicar entre ellos. Así fue y algunos le siguieron y otros de su clan le rechazaron. Entonces él fue ante el Profeta y le dijo: Mensajero de Allah, Daws (su tribu) ha renegado de Allah, ruega contra ellos. Entonces el Profeta, la paz y bendiciones de Allah sean con él, levantó sus manos que nunca pidieron por pecado alguno ni maldad, y dijo: ¡Allah guía a Daws! ¡Allah guía a Daws! ¡Allah guía a Daws! 
También tenemos el ejemplo de Abu Dhar Al Gifari, radia Allah `anhu, que se islamizó e inmediatamente fue a predicar entre su gente de la tribu de Gifar. La mitad de ellos se islamizaron antes de la emigración y el resto de ellos cuando iniciaron las conquistas del Islam.
Además que se islamizaron con ellos los de Aslam. Así se presentaron ante el Profeta, la paz y bendiciones de Allah sean con él, y él dijo: A Gifar que Allah les de su perdón y a Aslam que les de salvación.   
Así transitaron los creyentes portando el Mensaje de Allah, sin desperdiciar oportunidad para obrar generosamente por su causa.   
A toda obra generosa se debe dar prioridad por poco que parezca. Todo esfuerzo se debe realizar aunque sea sencillo.
El creyente no debe desperdiciar, ni dejar pasar toda obra por el Islam, que se le presente. Cuando el Profeta (sws) junto con Abu Bakr (ra) se prepararon para emigrar, Asmá bint Abu Bakr (que Allah se complazca de ella) no encontró con qué atar las provisiones y el pellejo con agua, por lo que cortó en dos uno de sus cinturones de tela: con una parte ató las provisiones y con la otra el pellejo de agua. Una mujer que no tenía cómo aportar por la religión para ayudar al Profeta y a su padre, rompió uno de sus cinturones para que pudiesen llevar lo mínimo indispensable para tamaña empresa.   
Pasarán los años y dicha acción igualmente seguirá grabada en las páginas de la historia, por lo que luego sería apodada “La de los dos cinturones”. Dicho apodo hace referencia a la generosidad y esfuerzo por la religión que ella no desperdició por poco que pareciese.
Allahumma salli ‘ala Muhammad
Ruegos y Súplicas a Allah
Viernes 18 de Muharram de 1435H. acorde al viernes 22 de Noviembre de 2013
Traducción de la Jutbah pronunciada por el Sheij Muhammad Al Ruwaili 
Centro Cultural Islámico "Custodio de las Dos Sagradas Mezquitas, Rey Fahd" en Buenos Aires

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