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El ministro iraquí de Defensa, Jalid al Obeidi, viajó el martes Moscú para discutir la cooperación técnico-militar entre su país y Rusia, señaló el miércoles el periódico Nezavissimaya Gazeta. Tras un encuentro del presidente ruso, Vladímir Putin, con el primer ministro iraquí, Haider al Abadi, y la intensificación de la guerra contra el grupo terrorista EI, la cooperación militar con Rusia se ha convertido en la principal prioridad para Bagdad. Fuentes rusas indican que las dos partes hablaron acerca de las entregas urgentes a Iraq de armas rusas de infantería, artillería, misiles antitanque, aviones de ataque y municiones. Los contratos y memorandos de intenciones (por valor de 5.000 millones de dólares) fueron firmados en la época del antiguo primer ministro iraquí, Nuri al Maliki. Y el gobierno actual, dirigido por el shií Haider al Abadi, los apoya totalmente. Hace varias semanas se supo que 4 helicópteros de ataque Mi-25M y varios Mi-171Ch fueron entregados a Iraq por Rusia. Poco antes y debido a las dificultades del Ejército iraquí frente al EI, Moscú entregó con urgencia a Bagdad aviones de combate Su-25, helicópteros Mi-28NE y Mi-35, lanzacohetes múltiples pesados TOS-1A, sistemas de defensa antiaérea Pantsir-1A, misiles antiaéreos portátiles Yiguit, artillería y municiones así como vehículos blindados desminadores BRM-3M Vepr. Iraq busca ahora incrementar los suministros de armamento ruso y organizar igualmente una formación para sus militares en academias rusas. Iraq ha expresado una cierta decepción en lo que se refiere a la ayuda militar estadounidense. En abril de 2015, Obeidi criticó el hecho de que esta ayuda estuviera siendo entregada directamente a los kurdos y a los rebeldes sunníes pasando por alto a las autoridades centrales. El gobierno iraquí anunció a mediados de julio el lanzamiento de una gran operación para liberar la mayor provincia del país, Anbar, que estaba casi enteramente controlada por el EI. El ministro de Defensa anunció el viernes pasado el fin de la primera etapa de la operación y la preparación de la segunda fase. Esta última contempla la toma de la capital de la provincia, Ramadi. El Pentágono no comparte el optimismo del Ejército iraquí con respecto a la derrota del EI y estima que la eliminación de las estructuras de este último podría llevar hasta 10 años. Estas afirmaciones son, según algunos expertos, una muestra de que EEUU desea prolongar el conficto de Iraq con el fin de tener una excusa para injerirse en los asuntos internos de ese país. |
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