jueves, 27 de agosto de 2015



Charlas con Sheij Mohammad Abdullah: el pasado no es la causa de nada

La única manera de escapar de ver la realidad es eliminar la ilusión. La ilusión es la personalidad falsa creada por el ambiente, cultura, sociedad, familia, ADN y experiencias pasadas

27/08/2015 - Autor: Sheij Mohammad Abdullah
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عوذُ بِٱللَّهِ مِنَ ٱلشَّيۡطَٰنِ ٱلرَّجِيمِ
بِسْمِ اللهِ الرَّحْمنِ الرَّحِيمِ
Hace poco di el ejemplo de una persona que continuamente se refería a uno o más incidentes humillantes o emocionalmente dañinos que le habían ocurrido hacía más de 60 años.  No quise dar la impresión de que esos incidentes fueran la causa (como ella creía) de sus problemas a través de su vida.  No importa lo que dice tu terapeuta, el pasado no tiene nada que ver con nuestros problemas psicológicos actuales ni nuestra felicidad o falta de felicidad ni ningún estado psicológico o estado de ser actual.
¿Qué? dices, ¿No somos el producto de nuestro pasado?  Efectivamente, pero no es ningún acontecimiento o combinación de acontecimientos lo que nos hace como individuos.  El hecho de que unos padres siempre decían a su hijo que era tonto o feo no fue la causa de su “falta de auto-estima”.  La gente busca esos incidentes en su pasado para corroborar o justificar su condición actual.
Bueno, somos todo lo que hemos hecho y todas las experiencias que hemos tenido en la vida.  Pero eso no es quienes realmente somos, más bien son los ingredientes los cuales se combinan para hacer la realidad de nuestra existencia en esta vida – un nivel o versión de una realidad relativa.  La percepción de estos hechos y experiencias es lo que nos convierte en la persona que somos y vamos a ser.  Una mujer creció en una familia disfuncional.  Los dos fueron padres alcohólicos, hubo violencia, falta de guía, de amor y de atención.  Ella terminó con varios títulos universitarios, un puesto alto en su profesión y ha viajado por el mundo.  Uno de sus hermanos murió en la calle – era un adicto y esquizofrénico.  Otro hermano fue encarcelado por robo, se rehabilitó pero nunca logró nada más que una vida mediocre.  Su hermana sufre cierto retraso.  Podemos encontrar miles de ejemplos similares.  Hermanos con los mismos genes y el mismo ambiente, tomando rutas muy diferentes en la vida.  Aunque los psicólogos conductistas (behaviorists) son los con más exitosos en el tratamiento de algunas trastornos psicológicos, la idea (que sus fundadores propusieron) de que se puede crear cualquier tipo de persona si se controla totalmente el ambiente y educación de un niño, no resulta verdadera en el mundo real.  El destino de un niño es totalmente impredecible, dependiendo de factores que no son visibles o discernibles y aún menos controlables.
Todos nosotros, sin mucho esfuerzo, podemos recordar incidentes de nuestras vidas que, si no fueran (o son actualmente) tormentosos para nosotros, lo serían para otros.  Todos reaccionamos de diferentes maneras aún en la misma situación – una situación puede casi arruinar la vida de una persona mientras que para otra no tiene importancia.  Sin embargo todos, aún el más fuerte dentro de nosotros tiene algún recuerdo recurrente que es, por lo menos, una molestia.  El recuerdo es la molestia, el acontecimiento no tiene nada que ver, de hecho, puede ser una fantasía, una distorsión de los hechos, un malentendido, pero el recuerdo de el es una molestia.  El recuerdo, no un acto en el pasado, es lo que te molesta.  ¿Quién está recordando o quiere recordar?  Y, ¿Quién está molesto?  Si pierdes la memoria, ¿qué ha cambiado?  El acontecimiento del pasado todavía ocurrió.  Sin embargo ahora no estás molesto.
En la mañana alguna persona se enojó con algo que hiciste e inició un torrente de malas palabras e insultos contra ti.  El incidente duró unos minutos pero ¿se repitió en tu mente cuantas veces durante el resto del día o días?  Miles de veces y con sus efectos físicos correspondientes.  Esa persona que encontraste por la mañana es culpable por su acto grosero e infantil – pero sólo una vez.  ¿Quién tiene la culpa por los miles de otras veces?
“Mis padres nunca me mostraron afecto o amor, es por eso que soy igual”.  Algo está mal con esa lógica.  Esa persona sabe o por lo menos, cree que ese es el origen de su falta de sensaciones de amor y cariño, así que ahora él tiene la culpa y nadie más.  “¿Por qué cojeas?”  “Es que tengo una espina en el talón de mi pie derecho.”  Pues, quítatela, o acaso te gusta el dolor.
Bueno, ojalá esté más claro que la línea entre los hechos físicos y las imágenes y percepciones mentales es muy borrosa.  ¿Qué es real y qué es falso?  No se puede averiguar por los efectos porque, real o falso, nos afectan de la misma manera.
¿Quién está hablando en tu cabeza?  ¿Quién está enojado?  ¿Quién no quiere olvidar experiencias desagradables?  ¿A quién le gusta sufrir?
Como hemos señalado, la gente carga malos recuerdos en su mente a veces toda la vida.  Esos recuerdos le hacen sufrir.  Visto en otros vemos que tan ridículo es, una verdadera farsa.  ¿Por qué sufrimos por unos recuerdos que no tienen una existencia real?  “No puedo quitarlo de mi mente”.  No puedes porque todavía lo ves como algo real.  No puedes distinguir entre lo real y lo falso.
Los recuerdos negativos son los pensamientos del nafs o tu ser bajo – la Forma Terrenal.  Esta personalidad falsa dentro de nosotros.  Si te identificas con ella, sufres.  Si te identificas con ella no puedes ver la realidad de nada.  El nafs ve todo según sus criterios chuecos.  Su primer interés es la prolongación de su propia existencia y todo lo que él crea amenaza su existencia se hace enemigo.
Supongamos que matas alguien, huyes y te estableces en otro lugar con otra identidad.  Todo está bien por años y años pero a final de cuentas te descubren y terminas en la cárcel.  Este es un ejemplo en el que el pasado te hace daño.  Pero esto es sólo un cuento.  Tú no haz hecho nada tan mal.  Por regla general, no es el pasado el que nos hace daño sino los recuerdos – y muy pocos recuerdos son precisos.
Ahora te voy a plantear algo muy importante que no va a encajar con lo que generalmente se percibe como la verdad.  Somos el producto de nuestro ambiente, la cultura, sociedad, familia, ADN y las experiencias que hemos tenido durante nuestra vida.  El resultado de todo eso es una persona pero no es realmente quien eres tú.  Es por eso que los místicos desde los principios del tiempo han dicho que el mundo es una ilusión, que no es real.  Dicen que el mundo es el producto de la mente del hombre.  La única manera de escapar de la ilusión y ver la realidad, es quitar la ilusión de por medio.  La ilusión es la personalidad falsa creada por el ambiente, la cultura, sociedad, familia, ADN y las experiencias que hemos tenido durante nuestra vida.
Cuando no eres esa persona, ningún recuerdo te molestaría.
Esa meta no se alcanza con sólo quererla.  Tenemos que convertirnos en guerreros.  Tenemos que estar en un estado de vigilia, conscientes, observándonos a nosotros mismos.  En un estado de vigilia encontrarás el ser real, el Observador es quien eres.  Una prueba de eso se puede ver logrando este estado de ser El Observador y ver qué poco tiempo dura este estado al principio.  Pronto te quedas dormido.  Otra vez despiertas.  Con el tiempo reconoces la diferencia entre un estado y el otro.  Cuando eres El Observador una verdadera fuerza de voluntad empieza a desarrollarse.  El Observador reside en el corazón espiritual.  Allí también encuentras a Dios y Su guía.  La guía divina es una energía y esa energía es poder.  Con ese poder prestado de Dios seguimos la batalla contra los obstáculos que obscurecen Su presencia en todas partes y el poder de abrir los ojos internos para ver la realidad.
Salam,
Sheij Mohammad Abdullah
La Tariqa Sufí Islámica Qadiri-Rifai Ansariyya
mojamadabdula@gmail.com
Skype: mojamad.abdula
mohammad.abdullah.18041@facebook.com

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