sábado, 26 de septiembre de 2015

Los franceses, bien situados entre los verdugos de Estado Islámico

Día 25/09/2015 - 19.07h
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Los suburbios galos se han convertido en uno de los primeros centros de«reclutamiento» de EI, entre cuyos cuadros islamistas formados en Francia ocupan un lugar significativo

Los suburbios franceses se han convertido en uno de los primeros centros de«reclutamiento» del Estado Islámico (EI), entre cuyos cuadros ocupan un lugar significativo los verdugos y asesinos islamistas, nacidos y educados en Francia.
Si el presidente François Hollande termina ordenando «bombardeos quirúrgicos» contra posiciones del Estado Islámico en Siria, como sugirió recientemente, se debe, en parte, a la presencia significativa de «cuadros» y «ejecutivos» franceses, tomando iniciativas dirigidas especialmente contra su tierra natal.
Hollande justificó los posibles «bombardeos quirúrgicos» contra posiciones del EI, en Siria, alegando una posible «legítima defensa» y «defensa preventiva».
El vespertino Le Monde consagra un amplio informe a un asesino islamista de 35 años, Salim Benghalem, crecido en la periferia sur de París, identificado por los servicios secretos norteamericanos como uno de los diez terroristas más peligrosos de nuestro tiempo.
Le Monde describe la «pequeña» y «gran» historia de Benghalem, educado en el seno de una familia numerosa, cuyos hermanos están todos «bien integrados», con trabajos respetados como fontanero, electricista, profesor y contable. A los veinte años, el mismo Benghalem era, todavía, un simple adolescente más o menos turbulento, que no tardó en adentrarse por la oscura selva de la violencia suburbana y la delincuencia común.
De las peleas callejeras, a pedradas y estacazos, Benghalem, pasó a los atracos con violencia física. De los atracos con violencia, pronto dio el salto al atraco a mano armada y los ajustes de cuentas, a tiros, hasta terminar siendo encarcelado por la oscura muerte de un joven descarriado.
Fue en una cárcel de la periferia parisina donde Benghalem descubrió el islam, trabando amistad con algún predicador fanático.
Descubierta su vocación en la cárcel, Benghalem aprovechó su liberación muy prematura para huir a Turquía, donde comenzó una peregrinación por varios frentes (Irak, Yemen), para terminar convirtiéndose en «ejecutivo», policía y verdugo del EI.
Otros franceses de familia inmigrante, bien o mal integrados, se han transformado en «lobos solitarios», desde hace años. Varios especialistas subrayan la ascensión de los franceses huidos de Francia entre la jerarquía criminal del EI. Benghalem ha sido identificado como uno de los verdugos que «vigilaba» a cuatro periodistas franceses secuestrados por el EI entre 2013 y 2014. Entre una quincena y una veintena terroristas nacidos en Francia han sido identificados como«ejecutivos» de un EI en el que han ascendido en la jerarquía gracias a su «excelente formación»: hablan varias lenguas, tienen una educación cultural básica «sólida».
El ministerio del Interior estima que entre 500 y 1.000 franceses han huido de su patria natal para enrolarse en el EI. Entre quince y veinte de ellos ocupan «cargos» de relativa importancia.
En Francia existen unos 780 suburbios que Manuel Valls, primer ministro, ha definido como zonas de «apartheid». Esos suburbios se convirtieron hacia tiempo en un vivero de terroristas que están integrándose, con frecuencia, en un EI islámico que Hollande se dice dispuesto a bombardear, en Siria.

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