viernes, 25 de septiembre de 2015

Más de 700 muertos en La Meca: "La gente pedía ayuda pero nadie podía echar una mano"

  • 25 septiembre 2015
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Image captionLa estampida dejó al menos 717 muertos y 863 heridos.
"La gente gritaba el nombre de Alá, mientras otros -como los niños y bebés- lloraban. La gente que se caía al suelo pedía ayuda pero no había nadie que les pudiera echar una mano".
El relato lo hace la periodista Tchima Illa Issoufou del servicio hausa de la BBC, quien vivió en primera persona la estampida que se registró este jueves a las afueras de La Meca.
La estampida, que dejó al menos 717 muertos y más de 860 heridos, ocurrió las 07:05 hora local (05:05 GMT) en la zona de Mina, situada a unos 10 kilómetros al este de La Meca, cuando dos millones de personas estaban participando en el principal rito del Hajj.
Comenzaba el tercer día de peregrinación y los fieles se dirigían desde sus campamentos al lugar en el que debían cumplir con el rito de la lapidación de las tres columnas que simbolizan las tentaciones del diablo.
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Image captionEn el momento de la estampida, dos millones de personas estaban participando en el principal rito del Hajj.
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Image captionTras el accidente, ha continuado la peregrinación y los ritos.
"Algunos se dirigían a tirar piedras mientras otros avanzaban en la dirección contraria. De repente llegó el caos y la gente se empezó a caer. Había gente de Nigeria, Níger, Chad y Senegal, entre otras nacionalidades. Había gente que trataba de salir por encima de otros hacia un lugar más seguro y así es como algunos murieron", cuenta la periodista que perdió a una tía en la estampida.
Los peregrinos afectados por el accidente habían pasado la noche en Muzdalifa, donde rezaron y recogieron las piedras que debían lanzar a los pilares Iblís, el demonio que intentó disuadir a Abraham, el patriarca del pueblo árabe.

"Colisión entre dos grupos"

Un testigo que logró escapar de la estampida le dijo al periodista de la BBC Yusuf Ibrahim Yakasai que el accidente se produjo cuando agentes de seguridad de Arabia Saudita bloquearon uno de los accesos al Jamarat, el lugar donde se lanzan las piedras.
"Esto ocurrió mientras miles de peregrinos de diferentes países como Irán, Camerún, Ghana y Níger iban al Jamarat y coincidieron con los que regresaban de apedrear al diablo", cuenta Yakasai.
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Image captionLa estampida es el incidente más mortal en esta peregrinación en 25 años.
"Hubo una especie de colisión entre los dos grupos que se movían en direcciones opuestas en la misma calle. Los que estaban en el medio fueron los más afectados", añadió.
"Todos trataron de entrar a la vez", dijo por su parte un doctor británico que prefirió no ser identificado. El médico dijo haber experimentado grandes retrasos y aglomeraciones en el tren en el que se dirigía al Jamarat porque, según dice, el rey saudita estaba celebrando el ritual del Hajj y no quería que nadie estuviera en La Meca.
"Pararon los trenes y bloquearon las calles. Cuando acabó, todo el mundo trató de entrar a la vez", apuntó.

Investigación

Precisamente el rey Salman pidió una revisión de las medidas de seguridad en la peregrinación del Hajj y creó una comisión investigadora.
El ministro de Salud, Jaled al-Falih, afirmó que el accidente se produjo porque muchos peregrinos se desplazaron en el lugar "sin respetar los horarios" establecidos por las autoridades.
Pero el ayatolá Ali Jamenei, el líder supremo de Irán que perdió al menos a 95 compatriotas en la tragedia instó al gobierno saudita a "aceptar la enorme responsabilidad en esta catástrofe" que achacó a la "mala organización y las acciones indebidas".
El rey Salman dijo que había que "mejorar el nivel de organización y manejo del movimiento" de peregrinos, pero lo cierto es que el accidente levantó las dudas sobre si Arabia Saudita hace lo suficiente para garantizar la seguridad.
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Image captionLos fieles deben cumplir con el rito de la lapidación de las tres columnas que simbolizan las tentaciones del diablo.
El gobierno saudita siempre ha dicho que garantizar la protección de la "Casa de Dios" y la seguridad de los millones de peregrinos que llegan a La Meca cada año es una de sus responsabilidades más importantes.
Pero se trata de un gran desafío para las autoridades teniendo en cuenta que llegan peregrinos de más de 200 países que hablan distintos idiomas, lo que supone una dificultad extra para los equipos que deben divulgar las medidas de seguridad.
Pero las estampidas no son el único peligro en la zona. El autodenominado Estado Islámico ha atacado varias mezquitas en los últimos meses.

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