miércoles, 23 de septiembre de 2015

Se incrementa el número de yihadistas que desertan de Estado Islámico

Día 22/09/2015 - 21.54h

La corrupción, la brutalidad y el asesinato de musulmanes, entre las principales causas, según un informe

REUTERS
Un grupo de yihadistas con la bandera de Estado Islámico
Alrededor de 20.000 personas, entre hombres y mujeres, se han unido en los últimos dos años a Estado Islámico, lo han hecho persiguiendoun sueño utópico maquillado por los yihadistas que esconde su verdadera naturaleza.
Algunos de ellos han despertado ante el espectáculo de brutalidad desplegado por el grupo contra los propios musulmanes, la corrupción y, también, ante la falta de comodidades. Todo esto les han empujado a volver a casa. Algunos lo han logrado, otros no.
Sus testimonios bridan una clave importante para lograr desactivar y detener la campaña de reclutamiento extendida por el EI a través de las redes sociales a todo el mundo. Y frenar así la radicalización de miles de jóvenes, hipnotizados por cantos de sirena -convertirse en héroes defensores del verdadero islam- que no son tales.
El incremento de desertores del «califato» ha llevado a los investigadores a rastrear sus testimonios, en los que se recogen los motivos que les llevaron a huir de Estado Islámico. El Internacional Centre for the Study of Radicalisation and Political Violence, que dirigePeter R. Neumann y está adscrito al King's College de Londres decidió crear una base de datos en la que fueron incorporándose los testimonios de aquellos que desertaron (los primero datan de principios de 2014 y los últimos del pasado mes de agosto). En total ha reunido 58 testimonios, entre hombres y mujeres, y ha confeccionado un documento, «Victims, Perpetrators, Assets: The Narratives of Islamic Sate Defectors», que ilustra la verdadera vida dentro del «califato».
Algunos de los que han compartido su experiencia «creen que esto les permitirá obtener un trato más favorable por parte de la justicia», indicó Neumann en «The Independent», quien considera que los gobiernos deberían incentivar este tipo de testimonios, que permitirían «detener sus campañas de reclutamiento», por lo que deberían reubicarlos en lugar de «meterlos en prisión».
Según el estudio, los desertores de EI son «un nuevo y creciente fenómeno. De los 58 casos, casi dos terceras partes desertaron en 2015, y un tercio tuvo lugar durante los meses de verano». Las experiencias de todos ellos son muy diversas: «No todos ellos han sido fervientes defensores de la democracia, y otros, de hecho, han cometido algunos crímenes. Pero todos, coinciden en algo: se convirtieron en entusiastas defensores de la organización más violenta y totalitaria de nuestros días», relata el documento presentado ayer en Londres.

Un fenómeno trasnacional

Según el estudio, los 58 desertores proceden de un total de 17 países, lo que demuestra el fenómeno trasnacional que significa este grupo terrorista, y su capacidad para reclutar. Más de un tercio (21) son sirios, una cuarta parte (17) proceden de otros países de Oriente Próximo, 9 viaron desde Europa y Australia, 7 lo hicieron desde Asia, dos son turcos y de otros dos se desconoce su nacionalidad.
Entre las razones que esgrimen para abandonar Estado Islámico, cuatro son las principales:
La principal razón es el frente contra el que lucha el yihadismo. Muchos de los reclutados acudieron a alistarse al EI con la intención de convertirse en héroes por luchar contra Bashar al Assad, al que consideran responsable de querer provocar un genocidio contra los sunníes. Sin embargo, una vez en el campo de batalla, se han dado cuenta de que la prioridad de los hombres de Al Bagdadi no es acabar con el régimen sirio, «parece que su obsesión es pelearse con otros grupos rebeldes para detentar el liderazgo», lo que ha llevado alasesinato brutal de otros musulmanes sunnies«Esto -dicen muchos de ellos- no es la clase de yihad que habíamos ido a hacer en Siria y en Irak».

Atrocidades y corrupción

Otro de los motivos que han llevado a escapar ha sido comprobar «las atrocidades y el asesinato de civiles inocentes». Los testimonios de los desertores denuncian la despreocupación de yihadistas a la hora de producirse daños colaterales durante los ataques perpretados contra poblaciones, «en las que morían mujeres y niños». También mencionan los constantes asesinatos de rehenes y el maltrato a los habitantes de lo lugares conquistados.
La corrupción es otro de las causas que esgrimen los desertores, algunos de los cuales no dudan en calificar de «mercenarios» a los líderes yihadistas en su afán por enriquecerse con el comercio de petróleo. Los desertores sirios se quejan de los privilegios que tenían los milicianos reclutados en Occiente frente a los de Oriente Medio, algo que, en su opinión, no se ajusta a la filosofía del islam. Y muchos consideran que la conducta de los principales líderes se aleja del verdadero comportamiento que predican, debido a sus actuaciones injustas y racistas.
La razón quizá más prosaica de todas, por la que otros abandonaron las filas del EI, es el incumplimiento de las expectativas económicas que los yihadistas les hicieron creer encontrarían en el «califato» que se extiende entre Siria e Irak. «Estos rápidamente se dieron cuenta de que no iban a tener las comodidades, el lujo y los coches que les habían prometido». Esto afectaba especialmente a aquellos que precedían de países occidentales, acostumbrados a otra calidad de vida con gas y electricidad. «Aunque pocos son los que admiten que esta sea la razón de su deserción», matiza el estudio.

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