domingo, 29 de noviembre de 2015

Rechazan miles en España la guerra en Irak y Siria

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Rechazan miles en España la guerra en Irak y Siria
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Los manifestantes, en un texto leído en Madrid, dijeron no a la suspensión de derechos y al recorte de libertadesFoto Reuters
Armando G. Tejeda y agencias
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 29 de noviembre de 2015, p. 26
Madrid.
Con el lema no en nuestro nombre se concentraron ayer en varias ciudades españolas miles de personas para expresar su rechazo a la guerra en Siria e Irak, a raíz de los bombardeos ordenados por Francia tras los atentados recientes en París. En Madrid, la gente recorrió parte del centro histórico y se leyó un manifiesto al que en las pasadas dos semanas se han adherido más de 33 mil personas.
Los gritos de no a la guerra y no en nuestro nombre congregaron a cientos de personas en Madrid, donde se desarrolló la principal movilización, pero también hubo en las plazas públicas de Cádiz, Sevilla, Zaragoza, Murcia, Vitoria, Tarragona, Valladolid, Mérida, Gijón, León, Zamora, Santa Cruz de Tenerife, A Coruña, Vigo, Cuenca, Sevilla, Valencia y Málaga, entre otras. A pesar de la intensa campaña emprendida por los impulsores de la protesta, la mayoría actores y miembros de plataformas pacifistas, y del apoyo de alcaldes de ciudades como Madrid, Manuela Carmena y Barcelona, Ada Colau, las movilizaciones finalmente tuvieron un respaldo tímido de la sociedad.
En Madrid la protesta no llegó a superar mil personas, cuando en las movilizaciones contra la guerra de Irak de 2004, en las que se inspiró esta protesta, superó millón y medio de personas y en toda España llegó a rebasar más de 3 millones.
La acción contó también con el respaldo de Izquierda Unida (IU) y de Podemos, aunque de este último sus principales dirigentes, Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, no asistieron.
En Madrid, el responsable de leer el manifiesto fue el actor Alberto Sanjuán, quien además ha sido un activista comprometido contra la guerra. En la lectura del documento afirmó que los brutales atentados perpetrados en París el pasado 13 de noviembre buscaban instaurar un clima y un régimen de terror entre la población, levantando muros de sospecha y odio entre vecinos, quebrando la vida en comunidad e implantando la política del miedo en nuestro día a día.
Por eso advirtieron que si la respuesta a la barbarie pasa por suspender derechos, recortar libertades y encerrarnos en casa, la victoria del terrorismo será total. Si al dolor por las víctimas inocentes se responde provocando más dolor a otras también inocentes, la espiral será imparable. Si buscamos culpables entre nuestros vecinos por el simple hecho de vestir o pensar diferente, si criminalizamos a quienes huyen precisamente de ese mismo horror, estaremos contribuyendo a apuntalar los mismos muros que el fanatismo quiere crear. No podemos permitirlo.
El manifiesto de No en nuestro nombre advierte además que el fanatismo terrorista del Daesh (Isis) es funcional y retroalimenta el fanatismo racista europeo, mientras nuestros gobiernos practican recortes de derechos sociales y libertades fundamentales, xenofobia institucional y bombardeos indiscriminados, que se han demostrado ineficaces. Nos negamos a participar en el falso mercadeo entre derechos y seguridad. Aquí, en París, en Irak o en Siria, son los pueblos los que ponen las muertes, mientras unos y otros trafican con influencias, armas e intereses geoestratégicos. El odio fanático de unos no puede esgrimirse como justificación para nuevos odios. Nos negamos a ser rehenes del odio, el terror y la intolerancia. Eso sería claudicar ante el terrorismo.
Movilización en Gran Bretaña
En Gran Bretaña unas 4 mil personas se manifestaron contra la posible participación inglesa en las campañas de bombardeos aéreos en Siria. El gobierno conservador del primer ministro, David Cameron, dedicó la jornada a establecer contacto con parlamentarios de la opoisición para convenerlos de unirse a la coalición internacional contra el Estado Islámico.
Dos soldados guineanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y un civil murieron este sábado en un ataque con cohetes contra un campo de la misión de la ONU en Malí (Minusma), en Kidal (noreste), atentado que fue reivindicado por el grupo yihadista Ansar Dine.
La organización islamita nigeriana Boko Haram se adjudicó hoy el atentado suicida contra una procesión chiíta la víspera, que causó la muerte de 22 personas en el estado norteño de Kano, Nigeria.

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