Adolescentes palestinos en misión suicida
Un tercio de los atacantes de la 'Intifada de los cuchillos' que salpica de ataques Cisjordania desde octubre era menor de 20 años
A sus 13 años, la palestina Ruqaya Abu Eid, se suma a la lista cada vez más amplia de jóvenes abatidos en sus ataques a israelíes desde el inicio de la escalada en octubre. Un tercio de los atacantes tenía menos de 20 años en la 'Intifada de los cuchillos'.
Como el que blandía este sábado esta chica de la aldea de Anata en su carrera hacia Tomer, el guardia de la colonia de Anatot en Cisjordania. Según la portavoz policial, Luba Samri, "la investigación preliminar indica que se peleó con su familia, cogió un cuchillo y abandonó su casa con la intención de morir". Como muestra la cámara del asentamiento, Ruqaya se acercó a la entrada y tras pararse ante la petición del guarda, irrumpió corriendo con el puñal para matarle antes de recibir un disparo en un capítulo más de la ola que azota con altibajos los últimos cuatro meses.
Seis días antes, Morad Bader Adais, de 15 años, asesinó a cuchilladas a la judíaDafna Meir ante la presencia de uno de sus seis hijos en su casa de la colonia Otniel. Horas después, otro joven palestino hirió de gravedad a una israelí embarazada en el asentamiento Tekoa, también en el territorio ocupado por Israel en la guerra del 67. El más famoso de la lista es Ahmed Manasra, de 13 años. Junto a su primo Hassan, de 15, apuñaló en octubre un chaval israelí de su misma edad y a otro joven en Pisgat Zeev, al norte de Jerusalén. Tras ser herido y recuperarse en un hospital de Jerusalén, Manasra está detenido. Su primo murió por disparos israelíes durante su ataque.
Mientras, el liderazgo de Ramala denuncia "la ejecución extrajudicial" de palestinos, Israel replica que "sus ciudadanos y agentes se defienden ante los ataques de los terroristas". Expertos y dirigentes discuten sobre las causas por las que un joven palestino ataca -o lo intenta- a un israelí sabiendo que se trata de una misión suicida.
A esta pregunta contestan los líderes de los dos grupos palestinos enfrentados. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y dirigente de Al Fatah, Abu Mazen, apunta tres factores: la frustración por la ausencia de una solución al conflicto que ponga fin a la ocupación, el asesinato en julio de un matrimonio palestino y su bebé tras el lanzamiento de un cóctel molotov de un israelí en su casa en Cisjordania y la tensión en la Explanada de las Mezquitas o Monte del Templo en Jerusalén.
En este lugar sagrado para judíos y musulmanes, se encendió la chispa en septiembre después de que los palestinos acusaran a Israel de violar el 'statu quo'. El Gobierno israelí lo negó pero la calma no llegó hasta la intervención de Jordania y el compromiso israelí de situar cámaras con imágenes las 24 horas del día.
El dirigente de Hamas, Ismail Haniya, alienta lo que llama "Intifada Jerusalén" y apunta otra causa de los ataques. "No se deben a la frustración sino al espíritu de la Yihad. Como liberamos Gaza, haremos lo mismo con Cisjordania", prometió en un doble advertencia a Israel y a Abu Mazen, que gobierna en el territorio cisjordano.
Hay algo más allá de los motivos políticos, ideológicos y religiososrelacionados con el conflicto o el efecto contagio potenciado en las redes sociales. Muchos de los atacantes sufrían problemas personales a raíz de conflictos familiares o aislamiento social. "Protagonizan estos ataques porque no tienen nada que perder ya que ven su futuro sin esperanzas", dice a EL MUNDO elpsicólogo palestino Shafiq Masalha sobre jóvenes que deciden poner fin a sus vidas pero, en lugar de suicidarse, atacan a judíos para convertirse en mártires. En la muerte reciben el reconocimiento que no tuvieron en vida siendo despedidos como Shahid (mártir), su retrato se coloca en las calles y su familia recibe ayuda económica de la ANP.
Desde el pasado 1 de octubre, 26 israelíes, dos extranjeros y un palestino han muerto en atentados cometidos por palestinos mientras la cifra mortal por disparos israelíes supera los 150 palestinos, dos tercios de ellos atacaron en su mayoría con cuchillos aunque a veces también con atropellos y disparos. Para los palestinos, en muchos casos como el de Ruqaya este sábado se podía haber evitado su muerte que condenan como "innecesaria". Según el servicio secreto interno israelí (Shabak), "55 de los 150 terroristas de los últimos cuatro meses son de la zona de Hebrón".
Mientras Abu Mazen niega que incite a la violencia y continúa la cooperación en seguridad con Israel, el jefe de la Inteligencia de la ANP, Majed Faraj revela que han abortado 200 ataques contra israelíes. Hamas le acusa de "insultar la lucha y sacrificio de los palestinos".
"Los políticos hablan de incitación a la violencia pero a mi me gustaría destacar las causas psicosociales explicadas por la actual situación. Jóvenes con difíciles condiciones socioeconómicas que no ven un horizonte en sus vidas", nos comenta Masalha que remarca el "importante abandono escolar entre los adolescentes de Jerusalén Este".
Y añade: "La sociedad palestina atraviesa un proceso de transición en el que la autoridad paternal está en cuestión. La Policía, Parlamento o presidente, por poner ejemplos, no son entes con los que pueden identificarse. Los jóvenes no encuentran un paraguas que les dé seguridad y sentimiento de pertenencia".
La violencia, radicalización y nulo horizonte de paz, unidas al caos en Oriente Próximo, forman el caldo de cultivo para que el Estado Islámico (IS, en sus siglas en inglés) haga raíces por estas tierras.
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