El Aylan mexicano
La guerra del narco ha producido 150.000 muertos
Hay muertes que degradan conciencias, se convierten en símbolos y arrancan del letargo a los que se acostumbraron a vivir en un mundo que en ocasiones parece sólo la rutina de un vómito cruel. Las redes sociales mexicanas, el país, vive bajo la sombra de una foto, la de un bebé de siete meses, que recibió un balazo que le quitó la vida. En la foto se ve al pequeño muerto, con su espalda y cabeza sangrando, junto al cadáver de sus padres también acribillados.
La memoria, convertida en llanto e indignación, se ha girado a aquella otra foto reciente que atravesó el planeta partiéndolo en dos, ellos y el resto, del pequeño refugiado sirio Aylan muerto sobre una playa. Será que la postura de ambos cadáveres, sin tiempo para ser del todo cuerpos, se asemeja demasiado.
"El bebé asesinado a tiros no es sirio, es mexicano. No se llamaba Aylan Kurdi, se llamaba Marcos Miguel Pano", dice uno de los miles de mensajes que inundan la redes sociales. "Así se parte el cielo cuando los más indefensos sucumben ante la codicia y la adversidad. Aylan mexicano reloaded", dice otro mensaje sobre las dos fotos, la de Aylan y la de Marcos, que se ha hecho viral. "¿Vas a poner ahora la foto de México en tu perfil?", dicen otros usuarios
La indignación ha llevado a muchos a recordar que hay guerras donde no hay aviones, ni drones, ni fronteras. Que se libran en las calles y plazas aseadas en las que la sangre se limpia horas después con una manguera por los municipales servicios de limpieza. El asesinato a tiros de Marcos se produjo el pasado viernes 29 de enero en la localidad de Pinotepa Nacional, Oaxaca, cuando a las 11 de la noche un grupo de hombres armados disparó contra un hombre de 24 años, su esposa de 17 y su hijo de siete meses.
Las investigaciones policiales, que según la Fiscalía ya han llevado a la detención de siete personas, apuntan a un posible ajuste de cuentas por drogas que tendría como objetivo a un presunto narco, Isidoro González, El Isis, que podría haber salido vivo del atentado con la ayuda de algunas personas.
Parece, como tantas veces en esta guerra de narcos que desangra México, que podría tratarse de un enfrentamiento entre dos bandas rivales y que la pareja pudo ser confundida con el verdadero objetivo de los disparos, aunque no se descartan tampoco aún otras líneas de investigación.
La guerra del narco que desangra México ofrece cifras de conflicto armado. Se calcula que ha producido 150.000 muertos y hay más de 25.000 desparecidos. Marcos Miguel Pano es una de sus últimas víctimas, pero no es una más. Un niño de siete meses no puede morir a balazos, no debe, sin que se produzca algo más que un llanto.
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