miércoles, 30 de marzo de 2016

Recientemente se ha reportado sobre la decisión del régimen de Arabia Saudí de suministrar misiles antitanque y misiles portátiles antiaéreos a los grupos terroristas radicales suníes que patrocina en Siria.
Esto con el fin de combatir a los modernos tanques T-90S que Rusia le está proporcionando al Ejército sirio y para derribar a los aviones de combate rusos cuya intervención en contra de los terroristas ha decidido la guerra siria a favor de las fuerzas del Gobierno de Damasco.
Se debe de recordar que bajo la dirección y coordinación de EE.UU., han patrocinado el terrorismo radical suní en Siria junto con Washington, Arabia Saudí, Turquía, el Reino Unido de la Gran Bretaña, el régimen de Israel, Francia, Alemania, Jordania, Catar, los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait y la Libia post-Gadafi. De estos patrocinadores del terrorismo integrista suní en Siria, son miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) EE.UU., el líder del grupo, el Reino Unido, Francia, Turquía y Alemania. El propósito que une a los diversos y dispares miembros de esta coalición internacional pro-terrorista es el derrocar al Gobierno sirio por medio del uso de la fuerza de los terroristas que patrocinan, además de lograr la destrucción física y material del Estado sirio y su eventual “balcanización” o fragmentación como país.
Según la página de noticias Debkafile, una fuente de alto rango saudí habría dicho que “la oposición siria podría pronto adquirir misiles superficie-aire, lo que levantará la ira de Rusia e Irán….Ningún funcionario saudí admitirá estos envíos pero, así como hace 30 años, Arabia Saudí no fue disuadida de intervenir en Afganistán contra el Ejército ruso – y nosotros salimos ganadores”. Como entonces, el funcionario saudí añadía, Arabia Saudí no dudaría en enfrentarse a las fuerzas rusas en Siria, se entiende al proporcionarle misiles a los terroristas radicales que patrocinan para ser usados contra los rusos y las fuerzas armadas sirias. Esta noticia no sería novedosa, ya que hace dos años Arabia Saudí había amenazado con suministrar a los terroristas radicales suníes que apoya en Siria – con la bendición de EE.UU. – misiles portátiles antiaéreos que ya estaban almacenados en Turquía y Jordania, con la colaboración y complicidad de estos tres países.      
Cabe recordar que Arabia Saudí, estrecha aliada de EE.UU., del Reino Unido y de Francia, tiene un largo historial de apoyo al terrorismo radical suní. Así la prestigiosa aseguradora Lloyd’s de Londres acusó al régimen saudí de haber proporcionado de manera decisiva apoyo a la organización terrorista radical Al Qaeda, sin el cual no habría podido llevar a cabo los atentados terroristas del 11 de septiembre del 2001. Se ha reportado en los cables diplomáticos clasificados estadounidenses publicados por Wikileaks que Arabia Saudí es una importante fuente de financiación al terrorismo radical suní internacional.
Además de apoyar al terrorismo en Siria, razones adicionales tendría Rusia de castigar a Arabia Saudí por su alegado papel en apoyar a grupos insurgentes chechenos separatistas del Cáucaso Norte, responsables de llevar a cabo atentados terroristas contra Rusia. Habría aún que añadir que no sería improbable que los antiguos militares y oficiales de inteligencia iraquíes de tiempos de Saddam Husein que han servido y sirven de “instructores” militares y de inteligencia de la organización terrorista radical EIIL (Daesh, en árabe), están siendo pagados para hacerlo por Arabia Saudí. Así, la monarquía absoluta radical saudí estaría financiando y utilizando a Daesh como instrumento para avanzar los intereses de Riad en Siria e Irak, a través de la destrucción de los actuales Estados sirio e iraquí.
Ante estos antecedentes, es por ello sorprendente que uno de los candidatos a la presidencia de EE.UU., Senador por el Partido Republicano, haya dicho en un último debate presidencial en la Florida que EE.UU. debe de buscar el apoyo de regímenes “que no son radicales” como el de Arabia Saudí, serio error que demuestra una falta de conocimiento y que sería equivalente a decir que los neonazis no son racistas. Inclusive, y comentando las declaraciones del senador, aunque Jordania no tiene un régimen radical como el de Arabia Saudí o Catar, el reino jordano con dinero saudí y bajo presiones de EE.UU. y el régimen de Israel se ha convertido en base de operaciones y santuario – junto con Israel - de grupos terroristas radicales suníes que operan en el sur de Siria. No el mejor tipo de régimen o país para combatir al terrorismo radical.
Si Arabia Saudí le suministra misiles antiaéreos portátiles a los terroristas radicales que apoya en Siria, el momento en que los aviones rusos que les atacan se convirtiesen en blanco de dichos misiles podría ser visto por Moscú como razón y justificación para castigar al Estado saudí, como Estado promotor del terrorismo y una amenaza real a la seguridad nacional, no solo de su aliada Siria pero también de la misma Rusia. En este sentido, el Kremlin no toleraría el suministro de misiles antiaéreos a los terroristas que Riad patrocina en Siria e Irak para que estos sean utilizados después contra aviones comerciales rusos en Rusia y fuera de Rusia.
Así, la analogía del Afganistán de la década de los años 80 del siglo pasado con la actual Siria, esgrimida aparentemente por los saudíes, es errónea al menos porque el dinámico presidente de Rusia, Vladimir Putin, no es como fueron los veteranos líderes soviéticos Leonid BrezhnevYuri Andropov y Konstantin Chernenko.
Rusia se reservaría el derecho a responder a un suministro saudí de misiles portátiles superficie-aire a los terroristas que combate en Siria, con fuerza militar inclusive. Responder directamente contra Arabia Saudita por su apoyo con misiles a terroristas sería como cortarle la cabeza a una serpiente. Rusia de adoptar una respuesta firme basada en el uso de la fuerza podría recurrir al uso de modernos sistemas de armas estratégicas dotadas de ojivas convencionales. Un ejemplo de dicho tipo de armas sería el planeador hipersónico, un misil y avión no tripulado todo en uno y armado con ojiva convencional (o nuclear en caso de guerra mundial), equivalente al sistema de Ataque Global Inmediato(Prompt Global Strike) de EE.UU.
Rusia ya había desarrollado este tipo de arma antes, en el Tupolev Tu-130, un misil-avión no tripulado planeador hipersónico de ataque de fines de la década de los años 50 del siglo pasado. El Tu-130 era un arma estratégica que habría tenido una velocidad de descenso al objetivo de Mach 10 ó diez veces la velocidad del sonido, y un alcance máximo de hasta 12,000 km, como el de un misil intercontinental balístico (ICBM) actual, estando armado con una ojiva termonuclear. La respuesta actual rusa al Tu-130 y a su imitación estadounidense, el misil Ataque Global Inmediato, es el Yu-71, un misil-avión no tripulado planeador hipersónico de ataque que puede ir dotado de armas nucleares, muy maniobrero para eludir a las defensas antimisil de EE.UU. y de sus aliados como Israel, reportándose que tiene una velocidad de Mach 9 ó nueve veces la velocidad del sonido, aunque probablemente no sería su velocidad de ataque menos que la del Tu-130. El Yu-71 iría dotado de undispositivo de ocultación al radar de plasma frío como tecnología “stealth” para aparecer invisible al radar enemigo. 
Es de esperar que la precisión de impacto sobre el objetivo del Yu-71 ruso sea de no menos de 2-5 metros de error circular probable (CEP), que es la precisión de impacto sobre el blanco que se le atribuye al misil balístico de alcance corto (SRBM) ruso Iskander-M (SS-26 según la OTAN), de acuerdo a la fuente británica IHS Jane’s Weapons: Strategic 2012-2013 por Duncan Lennox. Tal precisión de tenerla le daría al planeador hipersónico de ataque Yu-71 la capacidad de realizar un primer ataque o ataque preventivo nuclear contra objetivos de armas estratégicas enemigas como bases de misiles balísticos o de bombarderos estratégicos. El Yu-71 iría armado también de ojivas convencionales al tener la precisión de poder destruir un objetivo por impacto directo. Podría ser lanzado desde submarinos de propulsión nuclear de ataque y de misiles crucero (SSN/SSGN) como los nuevos submarinos rusos de la clase Yasen y por un misil balístico intercontinental como el nuevo RS-28 Sarmat, según se ha reportado.     
En vista que EE.UU. a la cabeza y Arabia Saudí, como uno de los principales cómplices, han desestabilizado a Siria patrocinando a grupos terroristas radicales que han destruido al país y causado la muerte de más de un cuarto de millón de personas, Rusia, estrecha aliada de Damasco, podría considerar justificado el destruir igualmente a la infraestructura militar, económica y energética de Arabia Saudí. Tal decisión la adoptaría Moscú como último recurso para dar un ejemplo ante aquellos que por medio de la agresión armada, de manera directa o a través de terroristas, amenacen los intereses de seguridad nacional rusos, en vista del creciente apoyo material saudí a terroristas que no solo amenazan con destruir lo que queda de Siria sino también con atacar a la misma Rusia. Rusia así seguiría el ya bien demostrado estilo de proceder de EE.UU. (en Libia, Irak, Afganistán y Serbia), Israel (en El Líbano, Gaza y Siria), Arabia Saudí (en Yemen) o Turquía (en el Kurdistán iraquí y el norte de Siria) en las relaciones internacionales – de atacar y destruir objetivos con fuerzas militares en otros países, violando su soberanía.
De considerarlo justificado e imperioso, Rusia podría con misiles crucero como los usados en Siria atacar en Arabia Saudí los pozos de petróleo, refinerías y puertos de exportación petrolera saudíes, lo que accidentalmente beneficiaría a Rusia y otros exportadores de petróleo al probablemente dispararse los precios del crudo y de la gasolina en los mercados mundiales. Rusia de considerarlo necesario, podría lanzar una ofensiva de misiles con planeadores hipersónicos armados de ojivas convencionales como el Yu-71 contra objetivos estratégicos saudíes, lanzando dichas armas desde la misma Rusia a las más altas capas de la atmósfera y sin volar en el espacio aéreo comercial a más baja altura de otros países, que así no se verían comprometidos en una guerra ruso-saudí. Ésta sería una guerra convencional de blancos estratégicos que por parte de Rusia se llevaría a cabo utilizando planeadores hipersónicos para ataques de precisión a grandes distancias. 
Blanco preferente estratégico sería la fuerza de misiles balísticos de alcance medio y alcance intermedio de Arabia Saudí, incluyendo la base de misiles de Al Watah, donde están basados los misiles balísticos que apuntarían a Irán, Israel y Siria, protegidos en bunkers dentro de una zona montañosa rocosa. Los misiles balísticos de alcance intermedio DF-3A saudíes de fabricación china, con un alcance máximo de hasta 4,000 km según Lennox en IHS Jane’s Weapons: Strategic 2012-2013, amenazarían también al sur de Rusia. Los misiles balísticos saudíes podrían ir armados también con ojivas químicas, además de convencionales, en vista de la aparente producción del agente nervioso sarín en el gran complejo industrial químico de Arabia Saudí y el suministro de dicho gas nervioso a los terroristas radicales en Siria que llevaron a cabo el ataque en el suburbio de Damasco de Ghouta en 2013. Inclusive, no se debe de descartar en vista a las ambiciones regionales hegemónicas saudíes que un día Riad arme a sus misiles balísticos con ojivas nucleares o con ojivas “sucias” de contaminación radioactiva.
Para destruir los bunkers ocultos dentro de montañas que guardan los misiles balísticos de los saudíes, Rusia podría utilizar una versión de sus planeadores hipersónicos de ataque Yu-71 diseñados para penetrar varios metros de rocacubriendo bunkers dentro de montañas o varios metros de tierra y hormigón armado sobre complejos subterráneos, utilizando la fuerza cinética de las altas velocidades hipersónicas del planeador de ataque en su fase final de descenso en picado.
Planeadores hipersónicos Yu-71 se usarían en operaciones de destrucción de defensas aéreas enemigas, incluyendo sus sistemas de defensa antimisil. No está de más decir que el planeador hipersónico de ataque Yu-71 se podría utilizar para hundir portaaviones, utilizando el efecto de la fuerza cinética del impacto en el navío a velocidades hipersónicas, junto con los efectos de la ojiva explosiva convencional estallando unas cubiertas dentro del portaaviones. También Moscú podría utilizar estos vehículos aéreos autónomos hipersónicas dotados de armas nucleares para destruir el complejo de bunkers en cuevas en Zacaria al sureste de Tel Aviv, donde los misiles balísticos israelíes Jericó 2 y/ó Jericó 3 armados con ojivas nucleares están basados, según IHS Jane’s Weapons: Strategic 2012-2013, en caso de una guerra entre Rusia e Israel por Siria.
A manera de conclusión, se considera que a pesar de la orden de retirada de fuerzas militares rusas de Siria, como acaba de anunciar el presidente Vladimir Putin, la participación militar rusa en la defensa del Estado sirio continuará con operaciones aéreas tripuladas y no tripuladas y con ataques de misiles crucero lanzados desde el mar y el aire.
Las opiniones y conclusiones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de HispanTV.
lunes, 21 de marzo de 2016 9:52

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Dr. Lajos Szaszdi Leon-Borja 
Dr. Lajos Szaszdi Leon-BorjaEl Dr. Lajos Szászdi León-Borja es profesor en la Universidad Interamericana de Puerto Rico. Tiene un B.A. y M.A. de la Escuela Elliott de Asuntos Internacionales y una Maestría y Doctorado en Política Mundial de la Universidad Católica de América.

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