sábado, 26 de marzo de 2016

Manifiesto por un islam europeo que frene la extrema derecha y el terrorismo

La extrema derecha quiere echar a los musulmanes de Europa, pero la solución pasa por fortalecer la Unión Europea

25/03/2016 - Autor: Ángel Álvarez Hernández - Fuente: Webislam
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Por una Europa unida
Loubna, una mujer joven de religión musulmana y madre de dos hijos ha sido asesinada por los terroristas en el atentado de Bruselas. El hecho de que ella fuera musulmana no va a frenar el auge de la islamofobia y la extrema derecha. Este es el objetivo de los líderes intelectuales de los terroristas de DAESH.
DAESH con sus atentados terroristas, quiere fomentar la islamofobia y el auge de la extrema derecha, porque su objetivo es destruir la Unión Europea, tal y como la conocemos y romper el eje Paris –Berlín, que había reaccionado a la llegada de los refugiados Sirios, expulsándolos a Turquía, para evitar el auge de la extrema derecha, (el Frente Nacional, se ha convertido en la segunda opción política en Francia y en Alemania, el “populista y xenófobo Alternativa por Alemania (AfD), es ya el tercer partido político).
DAESH, que no representa a los musulmanes, ni ha salido de las bases sociales del islam. Contrariamente a lo que algunos dirigentes de izquierdas dicen, no son la reacción de los pobres a los bombardeos de la OTAN, la pobreza o la miseria del tercer mundo, sino una banda criminal formada por delincuentes y fanáticos. Ellos no luchan ni por la democracia, ni por los derechos humanos, ni por los desfavorecidos del mundo, sino para sus amos, y actúan como perros rabiosos y zombis entrenados y controlados a control remoto con el cerebro lavado y llenos de odio y de ignorancia.
El origen de estos grupos criminales está en una corriente desviada del salafismo, (llamado wahabismo por sus detractores).  Su bautismo de fuego fue el 20 de noviembre de 1979, cuando Yuhaiman al-Otaybi, al mando de un grupo de más de 400 exaltados, asaltó la Gran Mezquita de La Meca, ocupándola durante 14 días. Otaybi, formó parte del grupo salafista llamado Al-Yam'a Al-Salafiya Al-Muhtasiba, que estaba encabezado por el presidente de la Universidad Islámica, Abd al-Aziz Ibn Baz. En 1977 Otaybi se convirtió en el líder de una facción de jóvenes, a la que llamó al-Ijuán, que desarrolló sus propias doctrinas, calificando a los jeques más ancianos como traidores, siendo expulsado por Abd al-Aziz Ibn Baz.
El mal llamado “salafismo yihadista”, nace de una escisión del mundo salafista, (al que sus detractores llaman wahabismo). Desde este momento el salafismo, queda dividido en dos corrientes:
a) El salafismo de la predicación, que condena el terrorismo de DAESH y coincide estratégicamente con la geopolítica de algunos países del golfo pérsico.
b) El mal llamado “salafismo yihadista”, formado por grupos terroristas como DAESH, que se dedican a reclutar fanáticos y delincuentes, a los que se adoctrina.
Mali sufrió la envestida del mal llamado “salafismo yihadista”, y Francia actuó para no perder su control en la zona y evitar que este movimiento se extendiera a Níger, Senegal o Mauritania. Detrás de estos movimientos estaban los yacimientos minerales de la toda la zona y sobre todo el uranio, que abastece a las centrales nucléales francesas.
Si Francia pudiera bombardear directamente y sin limitaciones al mal llamado Estado Islámico, (DAESH), en Siria e Irak, este duraría semana. Sin embargo, y a pesar de los atentados terroristas, Francia no ha destruido al mal llamado Estado Islámico, (DAESH), porque según Thierry Meyssam, este, esta abasteciendo a Europa y Estados Unidos de petróleo en el mercado negro a un precio barato en una época de crisis a través de Turquía y empresas Saudíes.
El salafismo, (tanto el de predicación, como el mal llamado yihadista), no aceptan las escuelas jurídicas islámicas, ni los sabios que han producido dichas escuelas. El “salafismo de predicación” y el “salafismo yihadista”, coinciden en un 90% en su ADN, estando separados por el mal uso de la Yihad y de la violencia que realizan los mal llamados “salafistas yihadistas”.
El “salafismo de predicación”, se propago por el Magreb, a través de los inmigrantes, musulmanes en Europa, ya que en sus países de origen estaba prohibido o perseguido.
El mal llamado “salafismo yihadista”, tiene un discurso era mucho más radical, (que el “salafismo de predicación”), ya que en el mismo incluía una condena del clero religioso y los gobiernos corruptos.
El “salafismo de predicación”, siempre ha estado unido a las políticas exteriores de los países del Golfo Pérsico y ha respondido a sus intereses en las diferentes zonas en las que ha actuado, sin usar la violencia. Desde internet, propagan su doctrina, en todas las leguas del mundo, con un inusitado entusiasmo, y sin duda con cierta financiación, que los convierte en profesionales de la dialéctica y el marketing audio-visivo. Son ultra-conservadores, (como los nacional-católicos o el Opus Dei), pero saben articular un lenguaje modernos y disfrazar su discurso de progresista, caritativo o solidario, aunque sean enemigos feroces de todo lo que se oponga a una moral rigorista. Tienen un enorme éxito entre las personas desconocedoras del islam. Son acusados muchas veces de manipular los sentimientos religiosos de las personas y cuentan con millones de seguidores en las redes sociales. Su base logística, está en los países del golfo pérsico, aunque muchos ejercen su actividad en Europa o Latinoamérica, a través de facebook, twitter o youtube.
Y nos preguntamos, ¿Qué tiene que ver esto con los atentados de Bruselas?. Bélgica es un país que forma parte de la órbita económica francesa y Francia, ha formado un frente común con Alemania, constituyéndose ambos países en el motor de la Unión Europea, a  la que los euroescépticos de extrema derecha financiados por bancos Rusos, quieren destruir. El atentado terrorista de Bruselas, fortalece a la extrema derecha, y coincide con los intereses de Rusia y la oligarquía financiera anglo-norteamericano, que nunca vieron con buenos ojos la Unidad Europea, y que históricamente desde el siglo XVI, favorecieron las luchas entre los diferentes países de la Europa continental, (Holanda y Francia contra la España del siglo XVI, o Alemania contra Francia en 1870 y en las dos guerras mundiales).
Rusia, con la retirada parcial de sus efectivos en Siria, parece haber llegado a un acuerdo en el conflicto, (mantener su base de Tartus y el compromiso de las petroleras occidentales de no construir el oleoducto que iría desde Qatar a Estambul, y que abastecería de petróleo a toda centro Europa, haciendo perder miles de millones de dólares a la empresa petrolera rusa Gazprom).
Este juego macabro de intereses mezquinos, puede haber sido la causa de la muerte de más de 30 personas en Bruselas, a manos de terroristas desviados y heréticos, que se autoproclaman salafistas, y que nada tienen nada que ver con el islam. Europa tiene que aprender de sus errores, y empezar a construir un islam propio, sin dejar a los musulmanes en manos de potencias exteriores. Se puede ser de cultura europea y religión musulmana. Este es el gran miedo de la extrema derecha, que los musulmanes se integren en la sociedad, y no vivan en guetos aislados y acorralados por predicadores mesiánicos que se aprovechan de sus faltas de conocimiento y marginación. La extrema derecha quiere echar a los musulmanes de Europa, pero la solución pasa por fortalecer la Unión Europea e integrar a los musulmanes de cultura europea. En Europa solo sobran los intolerantes.


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