Como un esclavo
02/07/2002 - Autor: Saleh Paladini - Fuente: Webislam
Como un esclavo,
en un planeta libre,
sin fronteras,
sin visados,
soy para ti.
Me entrego.
Nada me interesa,
salvo tu esencia.
Tu sonrisa.
Amenaza,
un amor inscrito en un libro de madera,
con tinta negra de un mar de arena,
carbón,
agua
y goma arábiga.
Una vida tan sencilla como un profeta.
Nómada.
Desierto.
Las redes,
ausencia de estructura,
garantía de futuro,
vaivenes.
Lo flexible,
permanece.
Y así,
después de cinco siglos,
ya no puedo esperar más.
En Sevilla se abrirá una mezquita,
en breve.
Y en el patio de las doncellas
del Alcázar,
voces sagradas cantarán
por bulerías,
cantes de fiesta del Corán.
Busqué con un candil encendido,
en el mercado,
a la luz del día,
un ser humano.
Lo encontré.
La llave.
Tu boca.
El hilo de seda.
Iluminar a quien amas
sin tocar su sombra.
El hilo que no cesa.
Fina diferencia
entre dos aguas que se mezclan.
Vuelo sin motor.
Submarinismo.
Inmersión.
Hilo que construye un nido
para la crisálida del mestizaje,
parto de mariposa,
alfombra persa,
jardín de rosas,
música lenta,
silenciosa,
como una puerta a otro mundo posible.
Y yo,
perdido en la línea de tus labios,
enamorado como un loco,
no sé donde estaré.
Quizás mirando la mezquita de Sevilla,
Santa Lucía,
digamos que,
contemplando tu piel,
palpando tu cuerpo.
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