lunes, 25 de abril de 2016

Putin, sobre los terroristas: “Mejor combatirlos allí, que esperarlos aquí”

obama-eeuu-rusia-putinpor Luca Siniscalco – Así se expresó Putin en el Foro de Valdai: “Hace cincuenta años aprendí una regla en las calles de Leningrado: si la lucha es inevitable, se el primero en atacar. Y, os lo aseguro, la amenaza de ataques terroristas contra Rusia no se ha hecho mayor o menor en virtud de nuestras acciones en Siria. Ya existía y aún existe, por desgracia. […] Y lo que es mejor para nosotros es combatirlos allí, como ya he dicho, en lugar de esperarlos aquí “.
Este año el Club de Discusión de Valdai se ha consolidado como un centro de debate fundamental para entender el equilibrio geopolítico mundial y la posición rusa al respecto. El think tank fundado en 2004, ha acogido también en su undécima edición (2015 – “Societies Between War and Peace: Overcoming the Logic of Conflict in Tomorrow’s World” [“Sociedades entre la guerra y la paz: la superación de la lógica de conflicto en el mundo del mañana”]) una intervención del Presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, una nueva formulación del realismo político del estadista de Leningrado. El discurso, que se ha ganado, entre otros, el aplauso del editorialista del Asia Times, Pepe Escobar, combina importantes notas de urgente actualidad en el campo de la política exterior con reflexiones más amplias, de rasgos metapolíticos. Presentamos, a continuación, algunos de los temas más relevantes:
Concepto de paz en la esfera política: la paz, contrapuesta a la guerra, es un ideal que el hombre persigue y exalta desde el principio de los tiempos. Asegurar la paz en la arena política, sin embargo, comporta todavía decisiones serias y meditadas, destinadas al mantenimiento del equilibrio de fuerzas sobre el campo y sólo posible a través de acuerdos responsables. Ejemplos históricos de ellos son la Paz de Westfalia (1648) después de la Guerra de los Treinta Años, el Congreso de Viena (1814-1815) y Yalta (1945). El desarrollo de armas atómicas no puede sino confirmar esta tendencia: un único vencedor global no puede presentarse ya, el mundo debe asumir un orden multipolar adecuado para responder a los equilibrios regionales y al pluralismo político.
La competencia entre las naciones no debe ser condenada: la política es el reino de los  intereses reales y de las relaciones de poder. Una paz abstracta, utópicamente entendida, es un engaño, que a menudo esconde intereses oscuros. Sin embargo, hay que “garantizar que esta competencia se desarrolle dentro en un marco establecido de normas y reglas políticas, legales y morales”.
Manipulación de los medios de comunicación: el uso de los medios de comunicación para imponer un pensamiento único y uniformizar la multiplicidad de interpretaciones, hasta la creación artificial de la imagen del enemigo público, es denunciada expresamente por Putin. La libertad de expresión es sometida a una doble moral bien conocida por nosotros los italianos, que sobre el altar de lo políticamente correcto recuerda la imagen orwelliana del Gran Hermano.
Crítica al unipolarismo de los EEUU: El discurso de Putin está completamente atravesado por referencias explícitas a la promoción de un “modelo de dominación unilateral” que debe ser rechazado. No sólo en el nombre de los legítimos intereses de la nación rusa, sino sobre todo en vista a la defensa de los equilibrios internacionales, que son socavados sistemáticamente por tal modelo incontrolado.
Así, Putin se pregunta, ¿por qué los EEUU no se adaptan nuevamente al Tratado sobre misiles antibalísticos (ABM Treaty), que desde 1972 garantiza una cierta seguridad internacional, habiendo sido desactivada la amenaza – o presunta amenaza – iraní? ¿Por qué los Estados Unidos intervienen con pesadas sanciones y tasas no sólo sobre los opositores, sino también sobre sus aliados, tratados como “vasallos”? Estas preguntas retóricas esconden una profunda comprensión de los intereses estadounidenses.
Medio Oriente y terrorismo: la acumulación secular de conflictos étnicos, religiosos y políticos en el Medio Oriente ha creado un polvorín. El ISIS es su última manifestación. Putin señaló con franqueza cómo el fracaso de los esfuerzos estadounidenses respecto a la amenaza fundamentalista no depende de carencias militares o técnicas del fracaso de los esfuerzos de Estados Unidos que la amenaza fundamentalista, sino de la actitud equívoca mantenida por los EEUU contra los terroristas, combatidos oficialmente pero en conjunto apoyados cuando pueden ser útiles como oposición a gobiernos legítimos adversarios de la hegemonía estadounidense. Así, el suministro de armas a los rebeldes sirios es un grave error, ya que es extremadamente difícil en una situación política tan caótica prever los modos de empleo y el destino de estas armas. La distinción entre rebeldes “moderados” y “no-moderados” es un puro juego lingüístico. La Libia de Gadafi es, en este sentido, un ejemplo de libro.
Caso sirio: la intervención rusa en Siria se presenta como una acción legítima destinada a restablecer la paz mediante el apoyo a las autoridades políticas oficiales del país. La liberación de los territorios sirio e iraquí del cáncer terrorista es un paso imprescindible para la estabilización del área medio oriental. Al éxito militar debe seguir sin embargo un proceso de consolidación política. Putin señaló que “corresponde a los sirios decidir su propio destino con un apoyo exclusivamente civil y respetuoso por parte de la comunidad internacional, y no bajo la presión externa a través de ultimátums, chantajes o amenazas”. Y de nuevo: “Sobre la cuestión de si al-Assad se debe ir o no, he dicho muchas veces que creo que es un error incluso plantear esta pregunta. Se trata de una cuestión que debe ser decidida por el pueblo sirio”.
El apoyo ofrecido al Islam auténtico y tradicional, tanto en su forma sunnita, como chiíta o alauita – distinto del fanatismo modernista – y el apoyo económico y social serán otros dos elementos clave de una política internacional con visión de futuro en Siria.
Siria puede ser, según Putin, un banco de prueba para probar la madurez de la cooperación internacional, que desde el fin de la Guerra Fría podría haberse desarrollado bajo el signo de la cooperación mutua y que, en cambio, ha conducido a escándalos y fracasos. Afortunadamente los militares, los políticos más responsables, tanto del lado estadounidense como del ruso, están empezando a colaborar y a intercambiar información útil. Un primer paso, este, hacia una auténtica cooperación.
URSS: Putin reiteró que el colapso de la Unión Soviética debe ser contado entre las más grandes tragedias del siglo XX. Lo testimonian el colapso social y económico experimentados por el área rusa, las divisiones internas del Estado y la debilidad de las estructuras políticas de muchas naciones del área pos-soviética. Por lo tanto, apoyar la desestabilización política de naciones soberanas y autónomas – hecho de por sí muy grave – resulta aún más irresponsable en un área tan sensible como la pos-soviética: el caso de Ucrania es emblemático en este sentido. “¿Qué se supone que denemos hacer cuando nos encontramos a un golpe de estado? – pregunta Putin refiriéndose a los acontecimientos en Kiev – ¿Quieres organizar un Irak o Libia aquí? Las autoridades estadounidenses no han ocultado el hecho de que están gastando miles de millones allí. Las autoridades dijeron directamente en público que se han gastado 5 billones de dólares en apoyar a la oposición. ¿Es esta la decisión correcta?”.
La ironía hacia a los Estados Unidos no ha faltado: esta nación, fundada sobre una Constitución que permite la elección “democrática” de un presidente sin el consentimiento de la mayor parte de los electores, realmente tiene una relación particular con la democracia, tanto como para considerar, tal vez, a las fuerzas de la OTAN estacionadas en las fronteras rusas una forma de democracia. Una “democrática” alianza militar, esta última, que sigue proporcionando a Putin material sobre el cual reflexionar.
28/10/15
(Traducción de Página transversal).

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