viernes, 30 de septiembre de 2016

Esta es la guerrilla que golpea al ISIS en la capital del 'Califato'

Una guerrilla asesta golpes formidables al ISIS en su capital, Mosul. Sus miembros afirman "luchar para proteger a refugiados de toda confesión, sean suníes, chiíes, kurdos, cristianos o yazidíes”
Foto: Milicianos del ISIS hacen guardia en un check-point en la ciudad de Mosul poco después de tomar la ciudad, el 11 de junio de 2014 (Reuters).
Milicianos del ISIS hacen guardia en un check-point en la ciudad de Mosul poco después de tomar la ciudad, el 11 de junio de 2014 (Reuters).
En la esquina de la pantalla asoma ostensiblemente el cañón de un riflekalashnikov. La calidad del vídeo, grabado con un teléfono móvil, es escasa, pero es posible percibir la tensión en la voz del narrador. “Nos encontramos ahora en la ciudad de Mosul, y combatimos a los traidores, y seguiremos siendo combatientes hasta el último momento. Alá es el más grande”, afirma una voz en árabe. Al fondo, un suelo de tierra y unas chozas de cemento, en las que se recortan dos figuras negras que parecen centinelas. Suenan dos disparos, y los hombres se desploman. La imagen se repite luego a cámara lenta.
El vídeo es uno de la decena colgados en YouTube por las llamadas Brigadas de Mosul, un grupo insurgente suní dedicado a combatir al Estado Islámico en su propio terreno. Una especie de quinta columna que opera bajo lo que estos guerrilleros consideran territorio ocupado. En otros clips, los brigadistas prometen “venganza” por las acciones de los yihadistas radicales, en mensajes en los que apenas se entienden las palabras de los militantes, pronunciadas a través de vistosos pasamontañas o ‘kufiyas’, los pañuelos tradicionales de Oriente Medio. “Entraremos en vuestras casas para combatir y para proteger a los refugiados de toda confesión, sean suníes, chiíes, kurdos, cristianos o yazidíes, o del grupo que sean”, afirman en uno de ellos, entre fórmulas religiosas, media docena de hombres armados vestidos de negro frente a una bandera iraquí.

“Estamos listos para liberar Mosul”

Las Brigadas de Mosul llevan operando alrededor de un año, y a finales de julio este grupo aseguraba haber matado ya a nueve miembros del ISIS. En una entrevista con la cadena Al Jazeera, el gobernador de la provincia iraquí de Nínive, Atheel Al Nujaifi, refugiado en el Kurdistán iraquí, hablaba ya de ellos: “Hay grupos operando en el interior de Mosul. Ninguno viene de fuera. De momento, esta ciudad no está en contacto ni recibe apoyo de ningún órgano externo. Incluso las armas las obtienen en el propio Mosul”, aseguró Al Nujaifi.
Desde entonces, la resistencia no ha hecho sino crecer. Las Brigadas de Mosul se entrenan ahora en Erbil, desde donde preparan acciones de sabotaje y comandos para el momento en el que se desencadene la contraofensiva para liberar la ciudadcuyos preparativos ya están en marcha. “Estamos listos, tan pronto como sepamos cuál es el futuro acuerdo, para comenzar la liberación”, explicó esta semana Al Nujaifi a la televisión británica SkyNews.
El ‘acuerdo’ al que se refiere el gobernador es el pacto al que los combatientes suníes están tratando de llegar con el Gobierno central de Bagdad, cuya orientación chií sigue siendo evidente aún a pesar de la salida del expresidente Nuri Al Maliki, responsable de las políticas sectarias durante casi una década que fueron la causa principal de que la población suní recibiese al Estado Islámico como liberadores. Una desconfianza que no ha desaparecido, alimentada además por las atrocidades y abusos cometidos en los territorios reconquistados a los yihadistas por el ejército regular iraquí y las milicias chiíes asociadas a aquel. “En Mosul nadie está seguro de cómo se les tratará después de que la ciudad sea liberada. Necesitamos una discusión al respecto con el Gobierno de Bagdad”, afirma Al Nujaifi.
Un miliciano kurdo del YPG camina ante cadáveres de combatientes del ISIS en  Al-Qassaib (Reuters).
Un miliciano kurdo del YPG camina ante cadáveres de combatientes del ISIS en Al-Qassaib (Reuters).

La mezquita que incendió la revuelta

Pero han sido los excesos del Estado Islámico los que han terminado de volver a muchos suníes en su contra. Apenas semanas después de la toma de Mosul, los militantes volaron el templo de Nabi Yunus (el profeta Jonás) y las estatuas del poeta Abu Tammam y el músico Mullah Othman, lo que provocó el rechazo mayoritario de los locales. Pero cuando el afán iconoclasta de los yihadistas alcanzó incluso a la Gran Mezquita de Al Nuri, cuyo minarete, del siglo XII, es uno de los símbolos de la ciudad, la furia se tornó en oposición activa. Al descubrir que los combatientes habían colocado explosivos en la base de la torre, decenas de ciudadanos formaron una cadena humana a su alrededor para protegerla. Aparentemente, los yihadistas cambiaron de opinión, y se cree que el propio Abu Bakr Al Bagdadi hizo una aparición en esta mezquita hace unos meses, para participar en la oración de los viernes.
Pero la chispa ya había saltado. “Junto a un grupo compuesto sobre todo de estudiantes, pero también funcionarios y comerciantes, me uní a algo que llamamos Brigadas de Mosul. Pero algunas personas sugirieron que lo renombrásemos Ejército de Nabi Yunus, como reacción a la voladura de los templos por parte del Daesh [el acrónimo despectivo del Estado Islámico en árabe]”, declaró entonces un tal Anwar Ali, de 23 años, a la agencia AFP. “Esta campaña de destrucción de nuestras mezquitas, iglesias y patrimonio es un intento de suprimir la identidad de Mosul”, aseguró el joven. El vínculo entre los defensores del patrimonio de Mosul y los resistentes es directo: el símbolo de las Brigadas de Mosul no es otra cosa que el minarete de la Gran Mezquita Al Nuri convertido en un kalashnikov
Combatientes del ISIS en Mosul sobre vehículos robados a las fuerzas iraquíes (Reuters).
Combatientes del ISIS en Mosul sobre vehículos robados a las fuerzas iraquíes (Reuters).

La lista de yihadistas eliminados

Desde entonces, la guerrilla ha conseguido asestar formidables golpes al Estado Islámico, como la ejecución del comandante Abu Abdullah Kosovoi, un importante militante de origen kosovar, mediante una bomba en la carretera por la que viajaba, en los alrededores de Mosul. El pasado 20 de abril, el grupo colgó en su página de Facebook una larga lista de yihadistas presuntamente eliminados durante el mes de marzo, detallando el lugar y la hora, el arma empleada y, en algunos casos, el nombre del finado. De creer en su veracidad, las Brigadas de Mosul habrían matado a alrededor de una treintena de miembros del ISIS, llevando a cabooperaciones de hostigamiento con una frecuencia casi diaria.
Las imágenes que difunden los guerrilleros deja poco margen de duda sobre sus actividades: incendios, emboscadas contra militantes solitarios, e incluso secuestros y ejecuciones. Un modus operandi que recuerda al de la Mortaja Blanca, una insurgencia similar surgida en la ciudad siria de Deir Az Zor, también como oposición al Estado Islámico. En uno de los vídeos más espectaculares, los miembros de las Brigadas de Mosul recorren en coche, con las armas en su regazo, pero sin que en ningún momento se vean sus caras ni nada que pueda ayudar a identificarles, la ciudad bajo control yihadista. Mientras esperan que una coalición de fuerzas externas –que probablemente incluirá al ejército iraquí, a las milicias kurdas y chiíes, y tal vez a tropas de otros países árabes– desencadene la gran batalla para liberar Mosul, los brigadistas ya trabajan en ello, y, a juzgar por sus éxitos, son capaces de provocarles más de un quebradero de cabeza a los líderes del ISIS.
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