lunes, 28 de noviembre de 2016

Despertar almas (1)

De ibn Jaldún a Karl Jung

25/11/2016 - Autor: Prof. Yahia El Andalusi - Fuente: Webislam
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Ibn Jaldún. Sello conmemorativo
Ibn Jaldún creo con una originalidad y una simpleza que aún hoy sorprende, y que seguirá sorprendiendo, un sistema para explicar como funcionan las sociedades humanas. En su obra mas célebre, la Mukadima, ibn Jaldún prefiguró diversos conceptos que para los europeos recién iban a ser “descubiertos” entre 3 y 6 siglos después. Con justicia podemos decir que lo mejor del pensamiento de Sartre, de Ortega y Gasset, incluso de Hegel, ya estaba diagramado en la obra de Ibn Jaldún. En la Mukadima, se oponen constantemente las sociedades nómades y las urbanas, y cada una es descripta magistralmente e ilustrada con ejemplos de las sociedades andalusí, árabe y persa, que ibn Jaldún conoció y analizó con una profundidad tal que justifica plenamente se lo considere como padre de la sociología. Esta oposición entre grupos o estamentos de personas, se produce tanto al comparar un pueblo con otro, como dentro de un mismo pueblo. Un asunto de suma importancia hoy es el simple hecho de que, a partir del inicio de la revolución tecnológica, cada vez existe menos relación entre los pueblos y cada vez es mas profundo el abismo que separa a unos y otros dentro de una misma sociedad.
El maestro del análisis “intra-social” en este campo, fue sin dudas Don José Ortega y Gasset, a quien muchas veces se marginó del campo académico por su falta de definición clara respecto a la situación de su España natal durante su vida. Ahora, que ha corrido agua bajo el puente, Ortega puede ser releído mas científicamente y aplicado al análisis de las sociedades modernas, y objetivamente, resulta imposible no observar que, con todas las excepciones y matices existentes, las sociedades actuales se siguen dividiendo en dos grupos, uno mas pequeño, mas ilustrado pero no por esto mejor ni mas despabilado o benévolo, y otro, mayoritario, donde individuos cada vez mas aislados entre sí, se apelotonan en una masa. Si pretendiésemos sumar un poco desde la ética a lo expuesto por Ortega, para ser políticamente correctos deberíamos afirmar que los miembros de las élites tienen el deber moral de actuar en beneficio de la masa, pero, pertenecer a la élite no necesariamente implica estar en una situación económica de ventaja, sino simplemente en una situación intelectual y un estado mental superior al medio; así muchas veces las personas bien intencionadas de la élite, con recibidas con los puñales afilados por la masa, y digo muchas, por no decir casi todas las veces. El asunto excede las posibilidades de este breve artículo.
Lo que más llama la atención de las masas contemporáneas es que las personas poseen muchas veces todas las herramientas para pasar a la elite, independientemente de su situación económica, y sin embargo la masa, al ser un estado mental, un estado dormido del alma, parafraseo a Ortega, no permite a estos individuos dar este salto cualitativo. Hoy, claramente las tecnologías de la información, internet puntualmente, puso al alcance de todos toda la información, pero ¿se utiliza correctamente? Claramente no, ni siquiera si es un individuo de la masa guiado por una persona algo mas cultivada logra, sino al cabo de mucho tiempo, adquirir algo que le permita “separar la paja del trigo”.
Esta no es una valoración moral despectiva de la masa, sino todo lo contrario, aún hoy, con todas las herramientas de las que se dispone, y salvados mil obstáculos económicos que en otra época imposibilitaban el asunto salir de ese “estado dormido del alma” demuestra mas que nunca ser una tarea metafísica, mas que simplemente pedagógica, pero para muestra basta un botón, para la élite (cultural) la palabra “metafísica” puede remitir a Heidegger, a Jung o al sufismo, para la masa remite al misticismo de telepredicador o estos imaginarios “Anunakis” que invadieron internet, vaya entuerto.


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