miércoles, 30 de noviembre de 2016

Estado Islámico, el nuevo enemigo

Desde hace unos meses un nuevo actor ha entrado en la escena internacional, y a base de terror y sangre se ha alzado como protagonista principal. Todo el mundo habla de él, todos los periódicos lo sacan en portada, todos los gobiernos le temen. Se trata del nuevo grupo terrorista que está sembrando el pánico en Oriente Medio. Se hacen llamar Estado Islámico, y tienen como objetivo establecer un Califato Islámico para gobernar sobre todos los musulmanes del mundo. Reparten dinero y comida entre la población, ganan adeptos en el extranjero, consiguen victorias sobre ejércitos profesionales, persiguen y asesinan a etnias minoritarias, llevan la ley del Corán al extremo, se han enemistado con la propia al-Qaeda. No responden ante nadie. Y han llegado para quedarse.

¿Quiénes son Estado Islámico? Breve historia del grupo

El grupo terrorista tal y como lo conocemos ahora (Agosto de 2014) se llama ‘Estado Islámico’, pero ha tenido varios nombres que han ido cambiando con rapidez, al ritmo que conseguían sus objetivos. En las noticias lo comenzamos a conocer como ‘Estado Islámico de Irak y el Levante’, abreviado con el acrónimo EIIL. También se utilizan las siglas ISIS, que proceden del nombre en árabe ‘Islamic State of Iraq and al-Sham’, donde Sham hace referencia al Levante o a la Gran Siria. Al conquistar el territorio de una gran parte de Irak y Siria a lo largo de 2013 y la primera mitad de 2014, ambas palabras (‘Irak’ y ‘Sham’) desaparecieron del nombre oficial del grupo, que a partir del 29 de Junio de 2014 es simplemente Estado Islámico (EI).
Estos cambios de denominación vienen sucediéndose desde la creación del grupo en el año 2003, cuando se llamaba Yama’at al-Tawhid wal-Yihad (Comunidad del Monoteísmo y la Yihad). El primer cambio se dio en octubre de 2004, cuando pasaron a denominarse Tanzim Qa’idat al-Yihad fi Bilad al-Rafidayn (Organización de la Base de la Yihad en el País de los Dos Ríos). En enero de 2006, el grupo se unió con otros grupos terroristas independientes y se pasó a llamarse Consejo de la Shura de los Muyahidines. En octubre de 2006 volvieron a cambiar el nombre por Dawlat al-‘Iraq al-Islamiyya, Estado Islámico de Irak (EII). Finalmente, en abril de 2013, el grupo amplió su nombre a Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), denominación que ha sufrido los cambios anteriormente mencionados.
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En la anterior tabla cronológica se destacan algunos de los hitos más importantes en la historia del grupo terrorista. Formado a finales de 2003, se ha caracterizado por apoyar cualquier movimiento de revuelta contra los gobiernos establecidos (Egipto, Siria…) y por mostrar un rechazo frontal a los gobiernos chiíes, que consideran anti-suníes, como los de Irak e Irán. No se ha pronunciado sobre las petro-monarquías del Golfo Pérsico, de las que reciben dinero según varios expertos.
En cuanto a los principales atentados, han sido varios los coches bombas detonados en Bagdad, pero también han realizado importantes ataques en territorio sirio, donde han conseguido el control de yacimientos de petróleo y de puestos fronterizos. También es destacable la incursión que Estado Islámico realizó en el Líbano (día 2 de Agosto de 2014) o los atentados en Turquía (11 de Mayo de 2013).

Objetivos y modus operandi

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Aunque llevan años actuando en el territorio de Irak, los medios de comunicación no se percataron de la existencia del grupo hasta mediados de 2014, cuando al-Baghdadi proclamó el nuevo Califato Islámico e hizo públicas sus intenciones: conquistar bajo su mando todo el mundo musulmán.
La idea de reestablecer un califato global regido por la Sharía, la ley islámica, está acompañada por una interpretación del Islam desde el wahhabismo más extremista. El wahhabismo es una corriente religiosa dentro del sunnismo, la rama mayoritaria del Islam. Precisamente, el wahhabismo destaca por su rigor en la aplicación de la Sharía y por un constante deseo de expansión por el mundo. De esta manera, el grupo Estado Islámico tiene una importante base religiosa y ética sobre la que apoyar sus ideas y acciones.
Los movimientos que ha llevado a cabo, propios de un ejército militar profesional, la organización del grupo y la gestión que están llevando del territorio indican que este nuevo enemigo está preparado para aguantar durante mucho tiempo.
Estado Islámico pretende acabar con el resultado de los Acuerdos Sykes-Picot, que derivaron en la actual división territorial de Oriente. Debido a estos acuerdos, las fronteras en esta región son las que son. Así lo decidieron entre Reino Unido, Francia y Rusia en el año 1916, para repartirse el control del territorio. Por el rechazo a Occidente y por el deseo de unir a todo el mundo musulmán en un mismo califato, EI quiere borrar las fronteras entre los países. Actualmente ya lo ha conseguido entre Siria e Irak.
Defensores de la población suní, los yihadistas de EI han marcado objetivos muy claros: los chiíes, los cristianos, las minorías religiosas y los gobiernos de prácticamente todos los países. Desde Estados Unidos hasta Irán, pasando por Bachar al-Asad, Netanyahu, al-Maliki… Su extremismo se evidencia en situaciones como la vivida en Siria, donde EI está luchando contra el Gobierno de al-Asad y al mismo tiempo contra los grupos rebeldes.

Modus operandi: sangrientos crímenes y sofisticada organización

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Al llegar a los oídos de la opinión pública occidental, lo primero que llama la atención sobre Estado Islámico son los impactantes atentados y asesinatos que cometen sus milicianos. Gracias a (o por culpa de) la facilidad con la que las noticias y las imágenes viajan por la red, en los últimos meses hemos podido ver decapitaciones, crucifixiones, disparos en la nuca, fosas comunes, asesinatos de mujeres y niños… Una sucesión de informaciones que han dejado a la sociedad en estado de shock.
Tras cometer atroces asesinados y sangrientos atentados, la organización de Estado Islámico publica informes anuales con todo tipo de datos y detalles técnicos. Esto, más que una anécdota, revela que Estado Islámico es mucho más que un simple grupo terrorista. Tiene una estructura, una gestión, una serie de ‘empleados’ que trabajan en distintas áreas… No sólo comenten atentados, sino que trabajan continuamente en la producción de material para difundir su actividad. Si hay oferta de este tipo de materiales es por una razón: hay gente que los demanda.
Además de esta llamativa labor, Estado Islámico ha comprendido (antes que mucha gente) que en el S.XXI la guerra no sólo se hace en el campo de batalla, sino también en las redes sociales. Aunque Twitter ya ha suspendido alguna de las cuentas, lo cierto es que el grupo tiene un “ejército” de simpatizantes y varios perfiles desde donde informa de la actualidad de sus acciones y exalta el espíritu wahhabista. Con la utilización de hashtags y otras técnicas, EI está muy presente en Twitter. Es curioso cómo un grupo, aunque sea terrorista, consigue repercusión y se comunica con la gente en el mundo actual.
Por esta asombrosa capacidad de organización, por el territorio que han conquistado, por la estructura interna del grupo, y por el gran uso de las técnicas de comunicación y publicidad, podemos decir que Estado Islámico es mucho más que un grupo terrorista. Es una organización que mueve varios millones de dólares procedentes del asalto de bancos y la venta de petróleo (porque también controlan yacimientos petrolíferos), y que tiene establecida una clara jerarquía entre sus líderes. Además del autoproclamado califa al-Baghdadi, el grupo tiene un cabinete de ministros, un consejo de guerra y una serie de gobernadores en las provincias que controla.
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Así pues, estamos hablando de un grupo que realiza sangrientos atentados, controla una gran extensión de territorio, tiene una estructura interna bien organizada, está bien financiado y maneja perfectamente la comunicación y la propaganda. Se dan los elementos necesarios para apuntar que Estado Islámico es un enemigo al que los gobiernos se van a enfrentar durante mucho tiempo.

¿Por qué aparece este tipo de terrorismo tan extremista?

El yihadismo hace referencia a las ramas más violentas y radicales dentro del islam político, donde se hace una frecuente y brutal utilización del terrorismo, en nombre de un supuesta yihad. Este tipo de terrorismo aparece en regiones que se caracterizan por sufrir inestabilidad política y por tener múltiples etnias y pueblos.
En el caso concreto de Irak, encontramos los ingredientes necesarios para que aparezcan grupos como Estado Islámico. Para empezar, es un territorio de una enorme inestabilidad territorial, con hasta tres zonas bien diferenciadas: el Irak chií, el Irak suní y el Irak kurdo. Poner de acuerdo a esta disparidad de agentes es complicado, y más en un país que ha sufrido varias guerras en las últimas décadas. Los expertos apuntan a que el gobierno del Primer Ministro Al-Maliki, que ha dejado el cargo recientemente, no supo hacer políticas de inclusión para los suníes y se apoyó en la mayoría chií para formar gobierno. Después de varios años, el hartazgo de la población suní ha terminado por dar alas a los extremistas.
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En Irak un tercer actor entra en escena. Al norte del país se encuentra el territorio del Kurdistán, que goza de un autogobierno debido a su identidad propia. El pueblo kurdo ha encontrado en esta región cierta paz, aunque no mantiene una relación de amistad con el gobierno central de Bagdad. De todas formas, para el caso que nos ocupa referente a Estado Islámico, parece que las diferencias entre kurdos y árabes van a encontrar un periodo de paréntesis para enfrentar a un enemigo común. Los terroristas de EI acechan al Kurdistán tras la toma de Mosul y Tikrit, y a nadie le conviene que el norte de Irak pase a formar parte de un califato islámico gobernado por yihadistas.
MÁS INFORMACIÓN: ¿Quiénes son los kurdos?

En el caso de Siria el principal factor de desestabilización está siendo la guerra civil que desde el año 2011 enfrenta al Gobierno contra grupos rebeldes. Antes de la guerra Siria era uno de los países más estables y laicos de la región, pero ahora se ve amenazada por el extremismo islámico de EI, y se encuentra ante una acumulación de problemas.
Además de la inestabilidad provocada por los asuntos internos, los analistas coinciden en señalar las repetidas intervenciones de Occidente en el mundo musulmán como uno de los factores que explican la aparición de Estado Islámico. El rechazo a Estados Unidos y a sus socios europeos se va incrementado con cada acción de los ejércitos extranjeros en países como Irak, Afganistán, Libia, Malí, Somalia… La continua injerencia de Occidente en la región ha justificado la aparición de grupos que se autoproclaman defensores del pueblo árabe y del Islam ante la amenaza extranjera.
Pero al mismo tiempo que lucha por defender su territorio de los ataques desde fuera, Estado Islámico pretende expandir su poder internacionalmente, llegando desde Pakistán hasta Marruecos. Es decir, rechaza intervenciones extranjeras pero interviene en otros países para conseguir establecer un Califato Islámico.

Actividad más reciente: 2013 y 2014

Aunque desde finales de 2003 los yihadistas de Estado Islámico llevan librando sus batallas bajo distintos nombres, el protagonismo lo han conseguido recientemente, al involucrarse en la Guerra Civil de Siria en el año 2013. A partir de los meses de Abril y Mayo de 2013, Estado Islámico se hizo fuerte en regiones del norte de Siria, desde donde avanzó hasta adentrarse en territorio iraquí, donde, como hemos analizado anteriormente, encontraron el caldo de cultivo propicio para eclosionar con fuerza.
Ayudado por la financiación de Qatar y de otros países como Kuwait o Arabia Saudí, el grupo ha conseguido el apoyo suficiente como para tener una estructura logística, de equipamiento y militar que le permite controlar grandes extensiones de territorio.
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En Agosto de 2014, el estado del conflicto entre los yihadistas de EI y las fuerzas gubernamentales en Irak mostraba síntomas de ser caótico. El país se ha convertido en un buen ejemplo de “geografía del caos”, pasando a ser un Estado ingobernable, con unas fronteras difuminadas y una organización territorial interna finiquitada. Tal y como se observa en el siguiente mapa, el territorio de Irak está claramente dividido entre las fuerzas del Gobierno iraquí, las fuerzas autónomas kurdas y los nuevos inquilinos de Estado Islámico.
En Siria la situación es menos grave en cuanto a extensión territorial del terror de EI, pero se agrava si tenemos en cuenta que es un país en plena Guerra Civil. Allí, hasta hace unos meses había dos bandos: el Gobierno de al-Asad y los grupos rebeldes. Entre estos grupos rebeldes se encontraba el Frente Al-Nusra, una organización terrorista. Para los expertos, Al-Nusra era el brazo de Al-Qaeda en Siria. Ahora, con la llegada de Estado Islámico, el escenario en Siria es mucho más complejo. Es una lucha de todos contra todos.

Avance y movimientos de Estado Islámico

Bajo el nombre ‘Estado Islámico de Irak y al-Sham’ (ISIS), el grupo consiguió controlar militarmente grandes extensiones del Norte de Siria a partir de Abril de 2013, aprovechando la falta de Estado en aquellos territorios, debido a la Guerra Civil. Los yihadistas llegaron a a realizar escaramuzas y combates a las afueras de Aleppo, una de las ciudades más grandes de Siria. Fueron repelidos por el Ejército sirio (y por los rebeldes sirios), y decidieron cambiar de rumbo, hacia el interior del desierto.
En Septiembre de 2013 el ISIS conquistó la ciudad de Azaz, de unos 35.000 habitantes, lo que les permitió perpetuarse en el norte de Siria. Desde esas posiciones norteñas amenazaron la frontera turca y al mismo tiempo avanzaron hacia Irak. A mediados de Enero de 2014 el grupo tomó Raqqah, una ciudad de 220.000 habitantes. Más adelante, bajo el nombre ‘Estado Islámico’, decidieron hacer de Raqqah la capital del Califato.
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Teniendo en Raqqah su centro político y administrativo, Estado Islámico ha podido seguir avanzando en la toma de posiciones tanto en el Norte de Siria como en el Norte de Irak. En este país, los yihadistas de EI dieron su primer golpe sobre la mesa el 3 de Enero de 2014, cuando proclamaron un estado islámico en la ciudad de Fallujah, muy cerca de Baghdad. Desde Fallujah EI ha ido remontando el río Éufrates y, en los meses que van de Enero a Agosto (2014), ha conseguido alzarse con el poder en varios pueblos y ciudades pequeñas.
El mes de Junio de 2014 ha sido el más importante para consolidar el avance de Estado Islámico. El día 9 la segunda ciudad más grande de Irak, Mosul, cayó en manos de los yihadistas tras varios días de asedio. El gobierno iraquí y la inteligencia occidental creían que EI contaba con unos 2.000 hombres para el sitio de Mosul, pero pronto se descubrió que eran muchos más. Los últimos datos apuntan a que, a fecha de Agosto de 2014, Estado Islámico tiene más de 50.000 milicianos tan sólo en Irak.
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En Mosul los terroristas han obtenido una gran cantidad de armas y material militar. Además, tomando el control del Banco Central de Mosul, los expertos aseguran que EI consiguió un botín de 430 millones de dólares. Más de 500.000 personas dejaron la ciudad huyendo del grupo yihadista. Mosul es un punto estratégico, que permite acceder rápidamente a territorio sirio y a la vez controlar la producción de petróleo del Norte de Irak.
El 11 de Junio, Estado Islámico se hizo con el control total de la ciudad de Tikrit, a medio camino entre Mosul y Bagdad. El bastión de Tikrit ha sido defendido con fuerza por los terroristas, que han repelido hasta tres embestidas del Ejército de Irak.
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El 15 de Junio los milicianos de Estado Islámico capturaron la ciudad iraquí de Tal Afar, en la provincia de Nineveh, en una dura batalla. Los 1700 soldados del Ejército iraquí que se rindieron fueron ejecutados. Los terroristas subieron fotografías a la red social Twitter.
Una importante victoria de EI tuvo lugar el 22 de Junio, cuando se hicieron con el control de tres pasos fronterizos, entre ellos el de Al-Qaim. Con este movimiento la organización de Estado Islámico queda totalmente conectada entre Siria e Irak y borra de facto las fronteras establecidas, creando un nuevo territorio donde sólo ellos tienen el control a distintos niveles (económico, militar, político, territorial, religioso, social…). Así, Estado Islámico puede transportar armas y equipamiento a varios frentes, pues también tiene el control de la red de carreteras entre Raqqah, Fallujah y Mosul. La ciudad siria de Dayr az Zawr caería en manos de los yihadistas el día 15 de Julio, suponiendo un importante paso para consolidar el control de la ya inexistente frontera entre Siria e Irak.
El 25 de Junio varias facciones del grupo terrorista Al-Nusra juraron lealtad a Estado Islámico. Es una noticia de importancia, pues Al-Nusra había estado luchando contra EI durante meses. El 29 de Junio llegaba la fecha señalada: el líder al-Baghdadi anunció públicamente el establecimiento de un nuevo Califato Islámico y se autoproclamó califa, haciendo un llamamiento a todos los musulmanes del mundo.
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El día 3 de Julio Estado Islámico tomó el control del yacimiento de petróleo más grande de Siria, que estaba en manos de los terroristas de Al-Nusra, que no opusieron resistencia ante EI. Al controlar el campo de al-Omar, los yihadistas accedieron a poder usar reservas de crudo y a obtener beneficios de la venta de petróleo. Más tarde, el grupo también capturó el yacimiento de gas de Shaer, cerca de la ciudad de Homs, que sería recapturado por el Ejército sirio el 22 de Julio. Durante el verano de 2014 el grupo EI controlaba todos los yacimientos petrolíferos y gasísticos de la Gobernación de Dayr az Zawr.
A finales de Junio los terroristas avanzaron hacia Jordania y se hicieron con el control de varios pasos fronterizos, como el de Terbil y el de Waaled. A partir de ese momento Jordania, país con una estabilidad envidiable en la región, comenzó a preocuparse por la amenaza del nuevo enemigo. También en Líbano los terroristas han llamado a las puertas. El día 2 de Agosto, en una operación conjunta con sus aliados de Al-Nusra, invadieron territorio libanés y atacaron la ciudad de Aarsal, cerca de la frontera con Siria. Durante cinco días los yihadistas lucharon contra el Ejército de Líbano, que finalmente consiguió hacer retroceder a EI hasta territorio sirio.
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Al mismo tiempo que intentaban adentrarse en Líbano con la ofensiva en Aarsal, Estado Islámico realizaba una importante campaña para conquistar definitivamente el Norte de Irak. El día 3 de Agosto vencieron a las fuerzas kurdas en tres ciudades: Zumar, Sinjar y Wana. Con esta ofensiva, EI tomó el control de la importante Presa de Mosul, la más grande de Irak. Las alarmas saltaron, pues cualquier daño en la estructura de la presa podría causar una inundación que inundara Mosul y afectara hasta Bagdad. En la ofensiva en el Norte, los yihadistas también tomaron el control de un nuevo campo petrolífero.
Una victoria importante del ejército iraquí tuvo lugar en Ramadi. El primer ministro al-Malaki aseguró que los esfuerzos de Bagdad se centrarían en recuperar, tras Ramadi, la ciudad de Fallujah. Con esta estrategia se intenta liberar la presión sobre la capital, que está al borde del asedio de Estado Islámico. En Agosto de 2014 el ejército iraquí avanza lentamente hacia el Este y el Norte, siguiendo el cauce del Éufrates y el Tigris, con el objetivo de reconquistar Fallujah, Tikrit, asegurar Ramadi y llegar hasta los puntos estratégicos de Al-Qaim y Mosul.
El día 5 de Agosto comenzó el exilio del pueblo Yazidí, que emigró a las montañas en masa. Alrededor de 50.000 personas abandonaron sus casas por la amenaza de Estado Islámico, que ajusticia a todo aquel que no es musulmán de la rama suní. Tras la noticia de varias muertes, la ONU advirtió que se estaba cometiendo un genocidio contra los yazidíes. Los terroristas de Estado Islámico habían quemado vivos a varios de ellos y estaban realizando asaltos a pueblos enteros, llegando a asesinar a 500 personas en un sólo ataque, incluyendo mujeres y niños. En ese momento de máximo terror, las potencias europeas comenzaron a enviar ayuda humanitaria.
El día 7 de Agosto, Estado Islámico se hizo con el control de Qaraqosh, la mayor ciudad cristiana de Irak. En pocos días unos 100.000 cristianos huyeron de las llanuras de la región de Nínive, que había caído completamente bajo el control de los yihadistas de EI. La caída de estas ciudades a principios de Agosto propició algo histórico: el gobierno central de Bagdad aparcó sus viejas disputas con los kurdos para ofrecerles todo tipo de apoyo militar. La administración del Kurdistán y el Gobierno de Irak se unieron para hacer frente al enemigo común.
Sin embargo las sucesivas derrotas demostraron que los peshmergas (el “ejército” del Kurdistán) y las fuerzas militares iraquíes no eran suficientes. El día 7 de Agosto el presidente Barack Obama decidió apoyarles con una serie de bombardeos selectivos para recuperar el Norte de Irak. Entre los días 10 y 13 de Agosto, la aviación estadounidense por aire y grupos kurdos por tierra impidieron que los terroristas de Estado Islámico se hicieran con la importante ciudad de Erbil, capital del Kurdistán iraquí. En esta ocasión, Estados Unidos cooperó militarmente con milicianos kurdos que habían sido etiquetados como “terroristas” por la propia administración estadounidense.

El papel de Estados Unidos en el conflicto

Tras varias semanas de dubitación, finalmente Barack Obama dio la orden de realizar bombardeos selectivos para ayudar al Gobierno iraquí y a las fuerzas kurdas en sus movimientos contra Estado Islámico. Desde el día 8 de Agosto hasta el día 20 del mismo mes la aviación estadounidense realizó 90 bombardeos. Gracias a este apoyo aéreo la balanza cayó de parte de los peshmergas en su dura lucha contra los terroristas en la Presa de Mosul, una de las victorias más importantes ante EI.
Las fuerzas kurdas recuperaron el control de la presa, la más grande de Irak, entre los días 16 y 18 de Agosto. La caída de la ciudad de Mosul en Junio había propiciado que EI tuviera un importante control sobre el Norte de Irak, arrebatando la Presa de Mosul y acechando importantes ciudades como Erbil o Kirkuk.
Aunque el Gobierno iraquí está entusiasmado con el apoyo aéreo de EEUU y pretende comenzar la liberación del norte del país de la mano de la aviación estadounidense, Barack Obama (a quien le habían criticado su lentitud y reticencia a involucrarse en el conflicto) reiteró que: “No somos el ejército iraquí. No somos siquiera la fuerza aérea iraquí. Yo soy el comandante en jefe de las fuerzas armadas de EEUU. Irak va a tener que ser capaz de proporcionar su propia seguridad”.
En cuanto a Siria, Estados Unidos duda de si combatir o no a Estado Islámico, que tiene la capital de su Califato en la ciudad siria de Raqqah. En Siria, EI combate al mismo tiempo contra el gobierno de al-Asad y contra los rebeldes opositores. Si Estados Unidos iniciara bombardeos en territorio sirio sería visto como un apoyo al Gobierno de Siria, contra el que ha luchado internacionalmente en los últimos años. ¿Se pondrán de acuerdo gobierno sirio, oposición siria, gobierno iraquí, autoridades kurdas y Estados Unidos para enfrentarse al nuevo enemigo común que supone Estado Islámico? De la cooperación depende el éxito.
Las milicias de Estado Islámico controlan varias localidades muy cercanas a la frontera con Turquía. La OTAN ya ha comunicado que no dudará en proteger a cualquier estado miembro de la organización, por ello los expertos aseguran que cualquier movimiento de los yihadistas en territorio turco podría suponer la involucración directa de Estados Unidos y de otros países europeos. ¿Se atreverán los terroristas a cruzar la frontera y atacar a Turquía?
Sin embargo, los expertos aseguran que la verdadera línea roja está en otro país: Jordania. Un ataque de Estado Islámico contra Jordania sería violar la soberanía de un aliado muy apreciado por EEUU y  que supone además un bastión de la moderación en Oriente Próximo. Jordania ha sido siempre tan útil para EEUU y sus intereses y tan constructivo en el proceso de paz con Israel que incluso el Congreso estadounidense, conocido por su inercia, probablemente exigiría la intervención norteamericana. Por su parte, Israel ya ha anunciado que ayudará a proteger Jordania si los islamistas intentan desestabilizar el país.

Otras potencias regionales: Turquía, Irán y Arabia Saudí

Las reacciones ante los movimientos de Estado Islámico no sólo han llegado desde Occidente. Junto a Estados Unidos, otros países como Turquía o Arabia Saudí ya han comenzado a movilizar a sus tropas para proteger las fronteras.

Turquía, de la pasividad a la actividad

Cuando comenzó el conflicto sirio, los islamistas de ISIS solían usar la ciudad de Reyhanli, en Turquía, como su propia despensa personal. Algo a lo que el estado turco hacía la vista gorda, agradeciendo a cualquiera que luchase contra el Gobierno de al-Assad. Pero ahora, con un incremento de la violencia y un verdadero temor a la infiltración del extremismo islámico en el país, Turquía se arrepiente de haber ignorado la amenaza. Según informa The Washington Post, los islamistas solían ser tratados en hospitales turcos, y el país se convirtió en vital para el suministro de alimentos de los extremistas.
Ni siquiera los atentados de Mayo de 2013 que mataron a 50 personas en Reyhanli hizo actuar al Gobierno. Con la caída de Mosul, los yihadistas capturaron a 49 personas de nacionalidad turca que se encontraban en la embajada de Turquía. Casi dos meses después, el Gobierno turco se decidió a negociar con los terroristas. Turquía cedió un enclave que tenía en Siria a Estado Islámico a cambio de los rehenes. El Gobierno ha comenzado ahora a realizar controles para detener a extremistas que crucen la frontera.

Arabia Saudí, ¿con quién está?

Por su parte, Arabia Saudí ha movilizado a 30.000 soldados a la frontera con Irak para asegurar los puntos estratégicos e impedir que EI siga avanzando hacia el sur por la Península Arábiga. Además, el rey saudí Abdalá bin Abdelaziz ha ordenado a los ulemas de las mezquitas del país predicar contra el yihadismo de Estado Islámico.
Aun así, el papel de Arabia Saudí en este conflicto aun está por desvelarse. Al mismo tiempo que envía tropas para protegerse de Estado Islámico, parece apoyar su causa contra los chiíes patrocinándolo y financiando a la organización. O al menos es lo que opina el Gobierno de Irak, que lanzó duras acusaciones contra Arabia Saudí.

Irán, el bastión de los chiíes

Irán, el mayor país chií del mundo, también apoya esta teoría, pero apunta a otro culpable en la sombra. El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán afirmó que “el grupo terrorista EI es un truco del régimen de Israel para alejar a las fuerzas revolucionarias de sus fronteras y crear un lugar seguro para los sionistas”. Irán ha declarado que se unirá a Occidente en la lucha contra los yihadistas si se levantan las sanciones por su programa nuclear.
Irán es una potencia militar en la región, y tiene las fronteras tan protegidas como la propia Israel. Parece complicado que los yihadistas lleguen a su territorio. Sería imposible sin antes acabar con los peshmergas kurdos, que se interponen entre el Califato Islámico y la República de Irán.
ARTÍCULO RELACIONADO: Irán y Arabia Saudí: la Guerra Fría de Oriente Medio (Fernando Arancón, Agosto 2014)
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En el anterior mapa se especula con los movimientos que puede realizar Estado Islámico una vez consolidado su poder en el centro de Irak y Siria, donde ha proclamado el nuevo Califato. Tal y como hemos repasado con anterioridad, los pasos que EI ha seguido apuntan a un acercamiento a las fronteras con Irán (embistiendo contra la región del Kurdistán desde Mosul y Tikrit) y a un peligroso avance hacia Israel, con incursiones en territorio libanés y toma de puestos fronterizos en la frontera de Jordania.

Control territorial… y social

Cualquier gobierno ha de tener el control sobre dos elementos físicos muy claros: el territorio y la población. Controlar el territorio no significa poseer cierta extensión de tierras, sino gestionar y administrar los recursos, las infraestructuras, los equipamientos, las fronteras… etc. Por otro lado, controlar la población no es únicamente tener el control sobre cada persona física, sino también sobre su ideología, creencias y otros rasgos de la dimensión social. Con la proclamación del Califato, los líderes de Estado Islámico están más cerca de tener un control total sobre el territorio y la población que manejan.

Control territorial

Como hemos visto, desde mediados de 2013 hasta mediados de 2014 los yihadistas de EI se han hecho con el control de un vasto territorio entre Siria e Irak. En la actualidad no se sabe cuál es el techo de Estado Islámico. ¿Cuánto territorio puede llegar a conquistar?
Es interesante apuntar que la organización terrorista no sólo “conquista” territorio, sino que además ejerce labores de gestión y administración sobre él. Controla carreteras, pasos fronterizos, mantiene la actividad económica de ciudades y zonas industriales… hace las funciones de cualquier Estado. Tienen un territorio (el Califato Islámico), una ciudad capital (Raqqah), un Gobierno (bajo el poder del califa al-Baghdadi) y una población sobre la que actuar. Y ya lo están haciendo.

Control social

Además de tener controlado de facto un territorio de dimensiones considerables, Estado Islámico como grupo terrorista también ejerce un importante control sobre las gentes que habitan en el llamado Califato. La primera medida social que se pone en práctica al conquistar ciudades o pueblos es la homogeneización religiosa y étnica: todos han de ser musulmanes de la rama suní. A todos los demás se les dan tres opciones: la conversión, el pago de un impuesto o la muerte. Por ello miles de personas han tenido que huir de sus casas conforme Estado Islámico ha ido avanzando.
Para los ‘elegidos’ que se quedan en el territorio (que cumplen con los rasgos religiosos requeridos), están obligados a regir sus vidas siguiendo fielmente la ley Sharia. Este código de conducta del Islam es llevado al extremo por los líderes de Estado Islámico. Como si se tratara de un gobierno real, el grupo ha publicado un documento en el que especifica una serie de normas que han seguirse por toda la población. Entre otras, éstas son las leyes bajo las cuales EI quiere que se viva en su territorio:
  • Todos los musulmanes serán bien tratados, a menos que estén aliados con opresores o ayuden a criminales
  • Quien robe sufrirá el castigo de la amputación. Las amenazas o chantajes se castigarán severamente con la muerte o la crucifixión.
  • Todos los musulmanes deben realizar sus rezos en grupo.
  • Las drogas, el alcohol y el tabaco están prohibidos.
  • Grupos políticos rivales o grupos armados están prohibidos.
  • La policía y los militares pueden arrepentirse de sus pecados, pero cualquier persona que insista en la apostasía será condenado a muerte.
  • La Ley Sharia se aplicará
  • Los santuarios no están permitidos, y serán destruidos
  • Las mujeres deben estar en casa y no deben salir a la calle a menos que sea necesario. Deben estar cubiertas, con la vestimenta islámica completa.
El documento publicado por Estado Islámico termina con la frase: “¡Sé feliz por vivir en la tierra islámica!”. Todo aquel que no quiera ser feliz, ya sabe dónde está la puerta de salida. Aunque en realidad hay mucha población que será feliz, aunque ante nuestros ojos pueda parecer imposible. Estado Islámico actúa como una especie de Robin Hood, repartiendo el dinero que consigue en las batallas entre la población y ayudando a la gente más necesitada. Además, los simpatizantes de Estado Islámico trabajan en labores sociales como la reparación de carreteras y casas, la educación de los niños (bajo el estricto seguimiento del Corán), y reparto de comida.
Estas prácticas sociales revelan que Estado Islámico ha llegado para quedarse, y que no pretende sumir en el caos ni en el terror a aquéllos que considera ‘buenos musulmanes’, sino todo lo contrario. Ejerce las funciones de una administración pública, y atiende a su población. Estas prácticas, típicas de cualquier gobierno en cualquier país, se han extendido por el Califato.
El buen trato a la población del Califato no puede sin embargo ocultar la atrocidad de los atentados contra la Humanidad que ha llevado a cabo Estado Islámico en los últimos meses. La estrategia militar de extrema violencia que ha mantenido se ha llevado la vida de miles de personas que, ante los ojos del proclamado califa al-Baghdadi, eran culpables por ser infieles. En la región de Oriente Medio, los señalados como infieles han sido: la comunidad chií, los yazidíes, los cristianos armenios y sirios, el pueblo asirio y otras etnias minoritarias.

El poder militar de Estado Islámico

Descrito por Estados Unidos como “mucho más que un grupo terrorista”, Estado Islámico es una organización considerada ya por muchos expertos como un verdadero ejército. Según el Institute for the Study of War, EI tiene una minuciosa planificación militar, dirigida por un alto mando muy bien coordinado con las bases, que ejecutan las órdenes con lealtad.
A fecha de Agosto de 2014, los últimos datos indican que Estado Islámico tiene un poder militar de 30.000 hombres en Siria y alrededor de 50.000 en Irak. Una fuerza de infantería muy importante de cara a ganar batallas en ciudades y guerras de guerrillas. Además de este ejército de 80.000 milicianos, el grupo posee una increíble lista de vehículos pesados y material bélico.
Captura de pantalla 2014-08-21 a la(s) 20.57.30Imagen de Twitter mostrando maniobras militares de Estado Islámico
Tras las importantes victorias sobre el ejército iraquí o la toma de ciudades como Mosul, los terroristas de Estado Islámico han podido obtener algo más que autoestima y confianza en sí mismos. La cantidad de armamento, munición y dinero que han conseguido en los últimos meses es incalculable, aunque los expertos señalan que, entre su material militar más destacable, se encuentran vehículos pesados como tanques o humvees, así como lanzacohetes, cañones antiaéreos e incluso un misil balístico Scud. Parte de este armamento se pudo ver durante el desfile militar improvisado que los terroristas de Estado Islámico realizaron en Raqqa.
armasAdemás del material militar con el que cuentan, los terroristas de Estado Islámico tienen un considerable apoyo social entre jóvenes de varios países musulmanes. En Siria, tan sólo en el mes de Julio de 2014, más de 6.300 personas se unieron a las milicias del grupo terrorista. Una de las claves del éxito de Estado Islámico es la publicidad que utiliza para atraer a nuevos adeptos. La propaganda de EI está incluso haciendo perder poder a al-Qaeda, el que hasta ahora era el grupo terrorista más importante de la región y del mundo. Los expertos aseguran que a día de hoy EI es más rico y está mejor armado que al-Qaeda, y que llega a pagar 250$ al mes a sus milicianos.
Tras unos meses de asombroso crecimiento, Estado Islámico es el grupo terrorista con mayor militancia extranjera. Se estima que unos 12.000 milicianos luchan para EI en Irak y Siria sin ser de esos países. Para los que quieren unirse a la yihad, el camino hasta la zona es sencillo: un vuelo internacional a Estambul, y desde allí en autobús hasta la frontera con Siria. Unas gestiones, unas palabras, y rápidamente se entra en contacto con alguien de Estado Islámico, cuyos brazos se alargan como tentáculos por la región.
reclutamiento
Se calcula que unos 2.000 ciudadanos europeos se han unido en los últimos meses al grupo Estado Islámico, de los cuales alrededor de 500 procedían de Inglaterra. Según los líderes yihadistas, los británicos son de los mejores luchadores. Francia ha aportado entre 700 y 800 ciudadanos, y el caso francés es de especial relevancia, porque según un estudio el 15% de la población del país apoya a los militantes de Estado Islámico. En Alemania no se tienen datos sobre reclutamiento yihadista, pero en los últimos meses han aparecido señales de apoyo a EI.
También en España se han observado puntuales apoyos de población a Estado Islámico. Además de las 30 personas que han salido de España a luchar en Siria, se han detectado varias señales de apoyo al yihadismo. En Junio de 2014 un ciudadano publicó en Twitter un explícito mensaje frente al Palacio de la Aljafería, en Zaragoza, en el que se podía leer: “Volveremos a por ti, Andalucía. Apoyos desde España”. En Agosto del mismo año, autoridades españolas y marroquíes arrestaron a un grupo de personas que participaban en una red de reclutamiento para EI.
Hay importantes aportaciones de Australia, donde preocupa que unos 300 jóvenes hayan viajado hasta la zona del conflicto para luchar por la causa yihadista.
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Más allá de Occidente, los yihadistas de EI han extendido sus brazos para llegar hasta países como Indonesia, donde se está distribuyendo una de las revistas que publica Estado Islámico. El éxito está asegurado en un país donde viven 200 millones de musulmanes (el 88% de la población de Indonesia). Se calcula que unos 500 milicianos que están luchando en las tierras de Oriente proceden de Indonesia, además, miles de yihadistas indonesios han jurado lealtad a al-Baghdadi.
En Malasia e Indonesia, países cuyas poblaciones combinadas suponen casi la mitad de la población de Europa, Estado Islámico ha llegado con fuerza. Las autoridades alertan con que los yihadistas planean atentar en suelo propio. Se sabe que unos 20 ciudadanos de Malasia han viajado a Oriente para luchar bajo la bandera de EI, y que un joven malasio de 26 años se suicidó haciendo explotar una bomba en Irak en Mayo de 2014.
Sin duda, tal y como hemos visto en el mapa anterior, la región que más milicianos ha aportado a Estado Islámico es el Norte de África, de donde proceden la gran mayoría de los 12.000 soldados extranjeros del ejército de EI. El apoyo de los grupos sunís en esta zona propicia el flujo de voluntarios que quieren luchar contra la población chií de Irak y contra cualquier enemigo que se les presente. Recientemente al-Qaeda del Magreb mostró su apoyo a Estado Islámico, y también el grupo Boko Haram se posicionó junto a la causa del nuevo califa al-Baghdadi. Además, algunos grupos islamistas del Norte de África también han establecido lazos con EI, y han atentado en su nombre en países como Libia o Túnez.
ISIS-truck-convoy-Anbar-ProvinceUn convoy de Estado Islámico avanza por territorio iraquí

Una amenaza real

Estado Islámico ha llegado para quedarse. Tiene la organización, la fuerza y el apoyo necesarios para continuar con su actividad durante mucho tiempo. Además de eso, ya tienen una base territorial sobre la que comenzar a trabajar y a construir sus objetivos. En el proclamado Califato Islámico controlan el territorio, las carreteras, la economía, la sociedad… y tienen el apoyo popular suficiente para consolidar su poder. El hartazgo de la población suní a los gobiernos sectarios de Irak ha ayudado mucho a EI. Todo apunta a que la solución del problema pasa por establecer un gobierno incluyente en Irak, que cuente tanto con chiíes como con suníes. Por otro lado, el apoyo al gobierno de Siria parece inevitable por parte de Occidente para acabar con los yihadistas.
La debilidad de los gobiernos de Irak y Siria ha propiciado el crecimiento de Estado Islámico, y derrotas en ciudades como Mosul han supuesto una inyección de moral y de equipamiento a los terroristas. Con una fuerza militar considerable y con un ejército de 80.000 hombres que crece cada día que pasa, los objetivos de EI están más cerca de conseguirse. Es improbable que la amenaza llegue realmente a ser un Califato global en manos de yihadistas, pero quizás sí la inestabilidad total en Oriente y la pérdida de control sobre grandes extensiones de territorio.
A diferencia de otros grupos terroristas contra los que los gobiernos occidentales y árabes han luchado en los últimos años, Estado Islámico está decidido a unir el mundo musulmán bajo una misma bandera, y aunque sus métodos carezcan de moral ante los ojos de la Humanidad, para ellos todo vale cuando se trata de seguir las leyes islámicas, o al menos la interpretación que hacen de ellas. Su extremismo les hace únicos. La propia Al-Qaeda rompió lazos con Estado Islámico alegando que era imposible tratar con ellos.
A partir del 11 de Septiembre de 2001 el enemigo del mundo se llamaba Al-Qaeda. Puede que haya llegado el momento de memorizar otro nombre: Estado Islámico, el nuevo enemigo.

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