jueves, 3 de noviembre de 2016

Las dificultades de la iluminación

Traducción y comentario del poema Sariman de Ibrahim Niasse

03/11/2016 - Autor: Ibrahim NiasseAntonio de Diego Gonzalez - Fuente: De discípulo a maestro. Un estudio de la tarbiya...
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Ibrahim Niasse
Introducción
Este poema, Ṣāriman, es un texto fundamental de Ibrahim Niasse (1900-1975), en contenido y en forma, porque se convirtió en un icono para los discípulos a la hora de enfocar el comportamiento en un plano ético desde la certeza (ḥaqāi’q) de la realidad (ḥaqīqa) realizando su tarbiya. Ṣāriman narra con gran acierto los eventos espirituales que prosiguen a la tarbiya y a la iluminación (fātḥ), y cómo estos se convierten en una prueba aparentemente «maldita» entroncando con la tradición espiritual de la malāmatiyya, presentando además la dificultad de la que prevenía Niasse en su obra Rūḥ al-ādab. Una falta de comprensión de los otros puede hacer que el sí mismo (nafs) se olvide de sus logros y vuelva a velarse por influjo del ego (nafs). A la vez, el poema exhorta al nuevo ‘ārif  a experimentar la verdadera realidad y sus últimas manifestaciones.
b) Texto de Ṣāriman (1929)
1. ¡Rompe con la inconsciente juventud
           y renuncia al vacío recuerdo!
2. ¡Aléjame de los excelsos peligros
          y de aquello que restrinja el dīn!
3. De lo cómodo y lo bello,
        del viento que sopla o de la de la sólida construcción.
4. Todas estas cosas son débiles
       si se las compara con el espíritu perfecto.
5. ¡He ahí la Verdad Absoluta!,
      como bien se recita en los siete,
6. como la naturaleza de lo real,
      no hay nada igual,
7. pues él, el elegido entre todas las criaturas,
      existía antes que la existencia.
8. Emergió su presencia, ṭa-ha,
     antes de la formación de cualquier lugar,
9. y desde lo divino se extendió a través del tiempo
     antes de que este existiera.
10. ¡Ciertamente acepté al mejor de la creación!
     Mi amor por él me lleva al paraíso,
11. pues él es mi comida y mi bebida,
     es mi dīn, mi paraíso.
12. En su intimidad está mi tesoro
     que me enraíza en la confianza.
13. Mi compañero, mi vía,
      mi montura, mi muerte.
14. Mis éxitos, mis palacios
      y esas buenas bellezas;
15. él es todo lo que vendo y compro,
     es mi cosecha, mi paraíso.
16. No hay nada más allá
     ni nadie que llene mi corazón,
17. no veo, no recuerdo, nada más libre
    que no sea mi corazón o mi lengua
18. al recordarle
    ¡Nada hay tan libre como él!
19. Alabar a cualquier otro que no sea él
    no sirve de nada.
20. Para mí, en el tiempo que viva,
    no habrá señor tan sólido ni digno de confianza.
21. Él me socorre
    con sus ojos en los míos.
22. Mi corazón en todo momento
     arde con renovada pasión,
23. mi amado me cura
     y me aniquila en su amor.
24. Él es siervo que una y otra vez
     se aproxima a mi Señor.
25. Él es la manifestación del nombre, de la letra,
     de la Verdad Absoluta.
26. Mi amado que siempre retorna,
     yo estoy con él en todo lugar, aquí o allá.
27. Es mi sufrimiento y mi cura,
     me convierte en transparente,
28. podría arrastrarnos el tiempo
     y solo me bastaría su compañía.
29. Enfermedad que siempre está presente,
    intensamente ardiendo,
30. humillado ante ti,
    se asienta en mi corazón el honor.
31. Ni permanezco en mi permanencia
    por la pasión del amor,
32. y expirando, mis lágrimas
     a veces las ves y otras no.
33. Aléjame de críticas cercanas,
     más allá de adulaciones vanas.
34. Los amigos me han abandonado
     por causa de mi amor y dulzura.
35. Mis hermanos de sangre
     se retiran y me dan la espalda.
36. Apartado y burlado,
     rechazado y exiliado,
37. hoy nadie es mi amigo
     salvo los que son a ti cercanos.
38. Me detestan hasta el límite,
     yo busco refugio del tiempo,
39. me provocan en voz alta,
     echándome de mi casa,
40. la falta que me extravía
      es el amor a ṭa-ha en mi corazón.
41. Y no verán, ni en mil años,
      cualquier arrepentimiento.
42. Ciegos, durante años, me alejaron
      del lugar y del tiempo,
43. pero no conseguirán ganar,
      se marcharán y eso es suficiente.
44. Vencidos, ni quisieron
       hacer dhikr, refugiarse recitando.
45. Los ecos del recuerdo
      me protegen y me limpian.
46. Me es suficiente ṭa-ha, el bien amado,
      sabiendo que otros me detestan.
47. Yo no haría lo que hacen mis enemigos,
      ciertamente, esta es época de tiranía.
48. Pues mi lugar es mi época
      y mi época es mi lugar.
49. Que la ṣalā y el salām
      sean en cualquier tiempo,
50. para la esencia de esencias,
      suficiente en ṭa-ha,
51. y sobre su familia y compañeros.
     ¡Rompiendo el camino de la inconsciente juventud!

b) Comentario
El poema comienza pidiendo una liberación de las cadenas del mundo físico (dunya) tanto de lo aparentemente bueno y sólido como de lo malo y voluble. Para Niasse, en este texto, es el Profeta la verdad absoluta (ḥaqqun ḥaqq) y en los siguientes versos —del seis al once— se describe toda la doctrina de la ḥaqīqa muḥammadiana como fuente cosmológica. Niasse habla de la pre-existencia de esta realidad antes del tiempo, y también lo hace de cómo le nutre («mi comida, mi bebida») en sentido metafórico, algo que puede relacionarse con uno de los significados de tarbiya que precisamente nutrirse espiritualmente.
La intimidad con el Profeta —como seguirá apareciendo a lo largo de su poesía, por ejemplo en Sayr al-Qalb— es otro punto central puesto que Niasse logra identificar esa intimidad con una convivencia en la presencia (ḥaḍra) muḥammadiana. Lo mismo que para al-Fūtī, en ella está la certeza (ḥaqq) de toda realidad creada y los secretos de la existencia comprensibles, por eso Niasse dice en el poema que «¡nada hay tan libre como él!».  La experiencia de la ma‘arifa obtenida en esta ḥaḍra es asociada por Niasse en estos versos tiene relación con la extensión de fenómenos como el tesoro, la cosecha, los negocios, el palacio o la montura, hasta llegar a ser la solidez y la confianza expresado literalmente como «rabb aminin wa amanāni» en el verso número veinte. El Profeta Muḥammad y su realidad metafísica se convierten, en el discurso de Niasse, en el elemento central. Recuerda uno de los atributos clásicos como el papel de médico frente a las enfermedades del ego (nafs) que provocan sufrimiento o el papel protector que Allāh le ha concedido haciendo transparente a su siervo. A continuación, Niasse usa utiliza una metáfora aún más descriptiva y expresa: «No permanezco en mi permanencia / por la pasión del amor» que se refiere a que no puede permanecer en el estado final que exige el sufismo, llamado baqā (aniquilación), debido a su amor (maḥabba) y su deseo, energía (ḥimma) de estar con el Profeta. Esta energía es, precisamente, la que se obtiene en la tarbiya y que hace de ella un camino dinámico y, como decía Zachary Wright, no sea el final sino un proceso.
La segunda parte se centra mucho más en las pruebas tras la apertura (fātḥ) después de haber disfrutado de la unicidad. Niasse habla desde su propia experiencia a través del rechazo de su propia familia por haber comprendido la realidad de forma más profunda («la falta que me extravía / es el amor en mi corazón a ṭa-ha»).
El poema termina diciendo que no le pueden vender porque él esta seguro a través del dhikr, aunque advierte —en el verso número cuarenta y siete— que esta es una época de tiranía, si bien acto seguido pronuncia una de sus frases gnósticas más famosas: «Pues mi lugar es mi época / y mi época es mi lugar». Este verso esconde precisamente la disolución de tiempo y  espacio en las presencias superiores a donde puede acceder, explicando que su posición le permite acceder a sitios llenos de secretos y de realidades superiores a las críticas de su tiempo. Del mismo modo, esta es una invitación a los discípulos a trascender su época y su lugar físico para entregarse a la ma‘arifa, y construir —de forma extensiva— un conocimiento por encima de los patrones sensibles, a pesar de después tengan que volver para ponerlo en práctica.
Traducción y comentario: Antonio de Diego González. El texto integro del artículo puede consultarse aquí.

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