"La respuesta de Rusia a Obama es la más perjudicial y embarazosa que EE.UU. podía recibir"

Publicado: 30 dic 2016 18:49 GMT

6.2K260

Vladímir Putin rechazó la idea de expulsar a 35 diplomáticos estadounidenses para "no dignificar las medidas tomadas contra Rusia con una respuesta", afirma un experto estadounidense.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, junto con su homólogo estadounidense, Barack Obama, en la cumbre de la APEC en Lima, Perú, 20 de diciembre de 2016Kevin LamarqueReuters

Síguenos en Facebook

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha anunciado este viernes que su país no tiene intención de descender hasta "a una irresponsable diplomacia de 'cocina'" a pesar de la decisión de Washington de sancionar a 35 diplomáticos rusos al declararlos 'persona non grata'. Según ha adelantado el líder ruso, Moscú se reserva "el derecho de responder" y las relaciones bilaterales con EE.UU. se basarán en el curso que emprenda la Administración del presidente electo Donald Trump.

"Esta es francamente la respuesta más perjudicial y embarazosa que EE.UU. podían recibir", afirma el experto en asuntos rusos y eurasiáticos Michael Kofman en referencia a la respuesta del presidente en una entrevista concedida a Business Insider.

Aunque el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, propuso expulsar a 35 diplomáticos estadounidenses como respuesta a las medidas anirrusas, Putin ha rechazado la idea para "no dignificar las medidas tomadas contra Rusia con una respuesta", afirma Kofman, que es miembro del Wilson Center, instituto independiente de análisis de asuntos nacionales e internacionales.

"Es bastante claro que tanto el Gobierno de Obama como el Congreso de EE.UU. tratan de arrinconar a Donald Trump en su política hacia Rusia, pero en lugar de responder a este último ataque con previsibles medidas de represalia, los rusos han optado por no hacerle caso", concluye el experto.

Por su parte, la exdirectora de la oficina de la CNN en Moscú, Jill Dougherty, tachó de "extraordinario" el último paso de Putin, que supone "un enorme insulto" a Obama.