El lobby pro-Israel y la política de Estados Unidos en
Oriente Medio: el marcador del 2007
James Petras
Rebelión
Introducción
Nunca, en la historia reciente, la política de Estados Unidos en Oriente Medio
ha sido sometida a tal bombardeo de presiones en conflicto por parte de antiguos
aliados, clientes y adversarios. Los puntos en disputa abarcan cuestiones básicas de
guerra y paz, de las cuales las más importantes son las diferentes respuestas al
conflicto palestino-israelí, la ocupación de Irak y la invasión y ocupación autorizada
de Somalia a cargo de Etiopía y Estados Unidos.
Entre los principales aspirantes a la influencia en la política de Estados Unidos
en Oriente Medio se encuentran, en un lado, el ‘partido de la guerra’, liderado por el
bloque de poder sionista y sus seguidores en el Congreso y sus aliados entre los
militaristas civiles de la Casa Blanca guiados por el vicepresidente Cheney, el
Secretario de Estado Rice, el Consejero de Seguridad Nacional para Oriente Medio
Elliot Abrams, junto a un ejército de escribas instalados en los puestos más
destacados de la cobertura periodística. En el otro lado se sitúa una pequeña minoría
de congresistas, exfuncionarios vinculados a Big Oil 2 , un movimiento pacifista
dividido, los estados árabes del Golfo, Arabia Saudí y un número de países europeos
por una serie de cuestiones específicas.
Hasta la fecha, la Zionist Power Configuration (ZPC) ha hecho que sus
partidarios en el Congreso y en la Casa Blanca cierren filas y ha apisonado la
oposición interna para asegurar el respaldo incondicional de Estados Unidos a las
posiciones de Israel en Oriente Medio. Uno de los ejemplos recientes de la influencia
política y mediática de ZPC se ilustra en su rechazo u omisión de un importante
documento sobre derechos humanos y civiles en Israel publicado por el Comité de las
Naciones Unidas con relación a la Eliminación de Discriminación Racial (publicado el
9 de marzo del 2007). El estudio, realizado por unos 24 expertos, hacía 19
recomendaciones para que Israel pusiera término a la discriminación racial en 25
áreas contra ciudadanos árabes de Israel. Israel rechazó el informe, la ZPC
automáticamente siguió el ejemplo, así como Washington.
Sin embargo, hay signos (seguramente débiles) de que el poder visible e
invisible de la ZPC está siendo sometido a un escrutinio crítico público e incluso
PETRAS : El lobby pro-Israel y la política de Estados Unidos
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‘llevado a juicio’ por los clientes de Estados Unidos. El Consejo de Cooperación del
Golfo [Council of Gulf Cooperation], compuesto por Kuwait, Qatar, Omán, Arabia
Saudí, Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos, es el mayor proveedor de petróleo del
mundo (por encima del 40%); se trata de regímenes conservadores y proestadounidenses
que albergan bases militares americanas y están vinculados a las
casas financieras y del petróleo estadounidenses más importantes y se encuentran
entre los más destacados compradores de material militar del complejo militarindustrial
estadounidense. En un encuentro celebrado a finales de marzo del 2007
instaron a los Estados Unidos a enfrentarse a Irán solo por la vía diplomática y no por
la militar o imponiendo sanciones económicas. Israel optó por una posición
diametralmente opuesta, presionando por el endurecimiento de las sanciones y por la
confrontación militar. Automáticamente, la ZPC se hizo eco de la línea del Partido
Israelí (Daily Alert 26-30, 2007). El Congreso y Bush ignoraron a Big Oil, al complejo
militar-industrial, a sus clientes árabes y siguieron la línea sionista: intensificaron las
sanciones, incrementaron las operaciones de comandos, aumentaron la actividad
naval en torno a las costas de Irán y ofrecieron el envío de aviones de combate a Irán
después de la captura de los marineros británicos implicados en operaciones de
espionaje (Blair, por una vez, rechazó la provocación de guerra). Una vez más la ZPC
ganó el pulso a Big Oil y al complejo industrial-militar a la hora de dictar a los
Estados Unidos la política en Oriente Medio.
De igual importancia es el hecho de que los principales ‘aliados’ árabes de
Estados Unidos en Oriente Medio han divulgado una serie de propuestas y opciones
políticas que se oponen directamente a la agenda ZPC-israelí. La propuesta de Arabia,
aprobada por la Liga Árabe, ofreciendo el reconocimiento de Israel y la normalización
de relaciones a cambio de acatar las resoluciones de la ONU sobre la devolución del
territorio ocupado en 1967 es un ejemplo. Estas iniciativas árabes han generado una
respuesta positiva por parte de muchos gobiernos de la Unión Europea y de Turquía,
sumándose a las fuerzas convocadas contra la dirección israelí-ZPC en la política
estadounidense en Oriente Medio. Las deserciones de la causa del lobby israelí se han
notado especialmente entre los conservadores, incluy
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