lunes, 30 de enero de 2017

LA ALARGADA SOMBRA DE WASHINGTON

La CIA acaba de desclasificar 12 millones de páginas de información hasta ahora oculta. Hasta 12.500 entradas se refieren a España. En ellos la inteligencia norteamericana valora los principales acontecimientos que han marcado la historia de nuestro país en los últimos 25 años. Desde la formación de los sucesivos gobiernos hasta el papel del Rey, desde la entrada en la OTAN a contenciosos como el de Gibraltar…
Los documentos desclasificados -donde la CIA no se limita a valorar los acontecimientos, sino también a proponer alternativas para encauzar su desarrollo al servicio de los intereses norteamericanos- confirman que EEUU ha sido, y sigue siéndolo, un jugador activo en el tablero político español. Los esfuerzos por ocultarlo corren paralelos al aumento de su intervención e influencia sobre nuestro país.
Los 12 millones de páginas desclasificadas por la CIA estaban ya disponibles, pero para consultarlos era necesario acudir físicamente al Archivo Nacional en Washington. En cumplimiento de una orden ejecutiva, vigente desde la presidencia de Bill Clinton, que obliga a publicar los documentos con al menos 25 años de antigüedad y valor histórico.
Ahora, esa enorme cantidad de información ha sido volcada en la web de la CIA. Incluye valoraciones estratégicas, seguimiento de los principales acontecimientos, propuestas de como debe influir EEUU en asuntos claves… Abarca todo el planeta y cada uno de los países del globo.
Conviene no caer en la ingenuidad de pensar que la CIA permite una transparencia total. El Estado norteamericano decide qué documentos pueden ser desclasificados y cuales, por afectar a la “seguridad nacional”, no pueden serlo. De la misma manera, entre los millones de documentos desclasificados existirá inevitablemente una dosis de “desinformación”, de informaciones falsas mezcladas con verdaderas para generar confusión.
Pero, más allá de todo ello, los documentos desclasificados por la CIA nos ofrecen importantes conclusiones.
EEUU es una superpotencia y sus intereses “nacionales” abarcan el conjunto del mundo. Los documentos desclasificados confirman que no existe un solo rincón del planeta donde EEUU no intervenga, no elabore planes para influir en su política interna.
Y España, que desde los años cincuenta forma parte del área de dominio norteamericano, no podía ser una excepción. Uno de los primeros documentos de la CIA sobre nuestro país se titula “La importancia estratégica de España”. La nueva hornada de documentos desclasificados así lo confirma. No existe un solo acontecimiento importante de las últimas décadas en la política española donde no acabemos encontrando la sombra de Washington.
La CIA confirma que el entonces príncipe Juan Carlos consultó con el embajador norteamericano en España, Wells Stabller, los términos de un pacto secreto con Marruecos, que permitió a la monarquía alauita apoderarse del Sahara.
La Corona es uno de los principales objetivos de la CIA en la transición. Valorando como, a pesar de mostrar públicamente su adhesión al franquismo, el futuro Rey manifestaba “en privado” sus intenciones aperturistas. La conexión norteamericana sobre el Rey llega al punto de que el entones embajador norteamericano en España mandaba directamente informes a Zarzuela que no pasaban por los despachos de la presidencia del gobierno.
En 1983 un cable de la CIA valora el papel del Rey como “motor de cambio”. Queda clara la influencia norteamericana en la gestión de esos cambios.
Es curioso que en España, donde incluso se airean los trapos sucios de la vida privada del Rey Juan Carlos, jamás se haya puesto el punto de mira -excepto algunos investigadores como Pilar Urbano- en su estrecha relación con Washington.
La inteligencia norteamericana valora también como utilizar Gibraltar, un contencioso entre dos de sus “aliados”, en beneficio de sus intereses.
Y “chequea” a cada uno de los gobiernos en España desde los planes y proyectos de la superpotencia.
En 1982, ante la mayoría absoluta del PSOE, la CIA tranquilizaba a Washington afirmando que “ los socialistas han prometido que no tomarán ninguna decisión en asuntos bilaterales sin consultar con los aliados”. Y maquinando las condiciones que puedan permitir a Felipe González “ aplacar los ánimos de los ultraderechistas y del Ejército, controlar a los radicales dentro del propio PSOE y tener una excusa para no llevar a cabo algunas de las promesas de campaña más controvertidas”. Es decir las que afectaban a intereses vitales norteamericanos, como “ el referéndum sobre la pertenencia a la OTAN, la renegociación parcial del tratado bilateral con Estados Unidos o la reconsideración de la compra pendiente de cazas de combate F-18”.
En 1986, cuando González había salvado el escollo del referéndum y la plena integración en la OTAN estaba garantizada, la CIA concluye que “el  resultado más probable de las próximas elecciones —una continuación del mandato socialista— sirve a los intereses de EEUU”.
Sobre todo, la OTAN
La plena integración de España en la OTAN es la principal preocupación de la inteligencia norteamericana durante la transición… y hasta nuestros días.
El 25 de enero de 1976, Kissinger firmó el Tratado de Amistad y Cooperación con España, que sentaba las bases para la incorporación de nuestro país a la OTAN. La “apertura democrática” en ciernes fijaba así su primer límite. Antes incluso de aprobar la Constitución se colocaban los raíles para la plena incorporación de nuestro país a la maquinaria militar norteamericana.
En 1982, la CIA fijaba los cuatro principales objetivos de EEUU en España: ampliar los lazos políticos, económicos e institucionales; favorecer la integración de España en la OTAN; asegurar la disponibilidad de las bases navales de Rota, Torrejón, Zaragoza y Morón; y poder seguir sobrevolando y transitando territorio español”.
Todos ellos se han cumplido, y la mayoría correspondían al plano militar.
Para ello Washington tuvo que vencer obstáculos, el principal de ellos el referéndum de la OTAN. EEUU intentó por todos los medios que no se celebrara, sabedor de que “la opinión pública española es firme contra la OTAN”.
La CIA desvela que para ganar el referéndum se recurrió a “publicar informaciones en la prensa para educar a un público poco informado”. Se refiere a toda una campaña en los medios para glosar “los beneficios de estar amparado por el paraguas aliado”.
Es la propia CIA quien nos confirma que, desde el punto de vista militar, España es para EEUU un importante peón. Cuya importancia ha aumentado en los últimos años, traducido en una mayor intervención en las “misiones exteriores” de la OTAN, y que ahora va a exigir un incremento de los gastos militares.
Es paradójico que, mientras las valoraciones de la inteligencia norteamericana se concentran en garantizar el papel de nuestro país en la OTAN, este debate haya desaparecido de la política española.
Hay asuntos demasiado importantes cuya sola mención provoca problemas.
Una presencia permanente
Hoy se discute sobre los peligros que va a suponer la presidencia de Trump. Pero los riesgos que tienen su origen en Washington no dependen del carácter del inquilino de la Casa Blanca, un accidente transitorio, sino del carácter -este si permanente- de EEUU como superpotencia.
Al margen de distinguir el grano de la paja en la ingente cantidad de documentos desclasificados por la CIA, éstos nos confirman la permanente presencia norteamericana en los asuntos internos de España en las últimas décadas. Con presidentes que hacían bandera de los derechos humanos, como Carter antes que Obama, y con otros con un rostro más belicista, como Reagan o Bush.
Cuando una potencia extranjera vigila a la Corona, una institución “intocable”, maniobra para encuadrarnos en su aparato militar, “fiscaliza” la actuación de los gobiernos… eso es intervención exterior.
Cuando no es posible investigar un acontecimiento importante de nuestra historia reciente sin “tropezar” con la intervención norteamericana, bajo unas u otras formas, significa que somos un país dominado.

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