lunes, 30 de enero de 2017

Quiénes llaman a la unidad nacional contra Donald Trump|En pocas palabras…

grito18
Por: Eduardo Barrios
30/01/2017
El 20 de enero del año en curso, tomó protesta el nuevo presidente de Estados Unidos de Norteamérica Donald Trump, existe preocupación generalizada en México ya que parte de sus primeros mandatos afectan directamente a nuestro país.
Con la llegada de Donald Trump al poder se observa cómo se fusionan los intereses de un grupo de poderosos monopolios con el aparato de Estado yanqui. Con un equipo de gobierno proveniente de las filas de los magnates más renombrados, por ejemplo: Elon Musk presidente ejecutivo de SpaceX y Tesla, Travis Kalanick confundador de Uber Technologies, Indra Nooyi jefa de PepsiCo y Rex Tillerson el jefe de Exxon Mobil, dentro de las negociaciones a parte de la opinión de los magnates, el partido republicano puso a Cathy McMorris congresista y nueva secretaria de interior y a petición de los jefes de seguridad, queda al frente del pentágono James Mattis apodado “perro loco” militar ultraconservador y de mano dura.
De lo que se observa a lo lejos, la composición del gabinete de Donald Trump fue producto de múltiples negociaciones entre magnates y políticos republicanos, hubo un desplazamiento de monopolios que mantenían el control del gobierno estadounidense, dentro de los desplazados destacan:   Warren Buffet director ejecutivo del poderoso holding que posee partes significativas de empresas como Coca-Cola y American Express, Hathaway Meg Whitman presidenta de Hewlett Packard, Alan Horn, presidente de Walt Disney Studios, Thomas Rothman, presidente de Sony Pictures Entertainment, etc. En la contienda electoral, las empresas poderosas ligadas a la industria pesada, automotriz, de guerra y la iglesia dieron la venía a un cambio en la política estadounidense.
El imperialismo estadounidense en el mundo representa una de las mayores potencias, le compiten la Unión Europea, Rusia y China; cada uno de ellos organizando sus propios bloques de países, haciendo alianzas o declarándose guerras regionales, estatales para mantener sus intereses.
La designación de Donald Trump obedece a la actual necesidad que tiene el imperialismo de forjar una política dura que a su vez sea populista para mantener a la población sin estallidos sociales. La política dura es para enfrentar los graves problemas que se viven, la prosperidad general crece lentamente pero solo es beneficiada una pequeña parte de la población como lo son las grandes empresas y los trabajadores altamente cualificados, mientras que los estadounidenses de clase media  al igual que muchas empresas pequeñas luchan por sus necesidades y tienden a proletarizarse.
Las graves consecuencias de la crisis económica que partieran desde el 2007 con las empresas inmobiliarias aún continua, por momentos lograron paliar la crisis cerrando o disminuyendo la producción de algunas empresas, como el caso de la industria automotriz con la General Motor que de 2008 a 2012 en varios países tuvo que cerrar filiales o disminuir la producción de autos para poder sobrevivir y mantener la producción en Estados Unidos. De la misma manera, les ha sucedido en casi todos los sectores productivos del país. Para salir de la crisis inmobiliaria, los dueños de la gran mayoría de empresas monopólicas a través del gobierno de Estado Unidos pidieron al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial préstamos para rescatar o sostener a las empresas, de tal suerte que en la actualidad el imperialismo debe 19 billones lo que representa el 75% de su producto interno bruto. http://expansion.mx/economia/2016/06/19/10-cosas-que-debes-saber-sobre-la-economia-de-estados-unidos
Los préstamos a nombre de Estados Unidos de Norteamérica deben ser pagados de una u otra manera, y allí cómo en México esa factura es pasada a las arcas del erario nacional, el pueblo estadounidense pagará por las deudas de las empresas privadas; lo que lleva a un proceso de reformas de mano dura. Para calmar en cierto sentido el descontento social, el partido demócrata con Barack Obama en la presidencia pidió préstamos para garantizar sus programas sociales asistencialistas en salud, desempleo, rescates financieros, etc. Ahora la fórmula para recuperar las arcas nacionales Trump ha sido enfático en eliminarlos, cancelando el ObamaCare.
Agitar el nacionalismo y con ello el racismo acusando a los inmigrantes de robarle al pueblo estadounidense sus fuentes de empleo, es una medida proteccionista, garantizarle en mediana medida el empleo a los connacionales no resolverá tampoco el avance de  las consecuencias de la crisis producto de la perdida de la hegemonía del imperialismo en su competencia con China, Rusia y la Unión Europea, el nacionalismo funciona más como un distractor social ante el creciente descontento social que se observó durante la toma de posesión, los primeros días de su gobierno y ante los anuncios de la deportación de migrantes. Y ante ello, cancela los tratados de libre comercio por relaciones bilaterales, que les garantice poder negociar en más y mejores condiciones las relaciones comerciales. Es decir, el gobierno estadounidense con los empresarios a la cabeza, pretenden mejorar sus empresas, pero no las condiciones de los trabajadores estadounidenses, en ninguna de sus primeras órdenes de gobierno han planteado la reducción de impuestos o el incremento de programas sociales, todo lo contrario.
En ese contexto está enmarcada la relación con México, la política del imperialismo estadounidense ha cambiado tendiente al proteccionismo económico “América primero” afirma Donald Trump. Y México país dependiente en su economía y política con Estados Unidos tiene una grave situación política ante este escenario, tanto el gobierno de Peña Nieto, los partidos políticos y los empresarios nacionales o internacionales ya han mostrado su preocupación.
En los días subsecuentes a la asunción de Donald Trump y al firmar lo que presupone el inicio de la construcción del muro entre Estados Unidos y México se han dado declaraciones que han sido nota nacional.
En el canal de las estrellas, en la mesa de análisis donde se observan a personajes como Enrique Krauze, Carlos Loret de Mola y Joaquín López Dóriga discuten sobre quién o quiénes pueden convocar a la unidad nacional ante las políticas de Trump, concluyen que es posible que sea la iglesia y/o el ejército.
El empresario Carlos Slim ofrece entrevista nacional el viernes, llama a la calma, habla sobre Trump y plantea la “unidad”, se ha reunido con el presidente afirma.
El gobernador de Yucatán de extracción priísta y más adelante la cúpula de su partido llama a la unidad nacional. De igual forma lo hace MORENA y el presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores Graco Ramírez del PRD.
¡Llamado a la unidad nacional ante Trump! ¡Cerrar filas en torno al presidente Enrique Peña Nieto! Las consignas que la clase política de nuestro país corea, defender la economía de México. Los supuestos contrincantes, los partidos políticos han recibido instrucciones precisas de los empresarios que serán afectados ante estas nuevas medidas adoptadas por el imperialismo.
Tímidamente algunos intelectuales y escritores han dicho que también pugnan por la unidad, pero no la unidad en torno al presidente de México quien “valientemente” se ha negado a ir a la entrevista que le había otorgado Donald Trump para discutir el tema del muro.
Y es ahí precisamente donde la unidad se cuestiona, algunos con el canto de la unidad se hacen los olvidadizos. Los que hoy llaman a la unidad son lo que han sido beneficiados de la relación con Estados Unidos, los que han hecho negocios. Fue el PRI y todos los partidos electorales los que aprobaron el lesivo Tratado de Libre Comercio en 1994 y más tarde el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, han sido los partidos políticos los que aprobaron la salida del ejército a las calles para supuestamente combatir la delincuencia organizada, -hecho que ha costado a más de 24 mil inocentes desaparecidos- fueron esos mismos que hoy llaman a la unidad los que no han rendido cuentas sobre casos tan aberrantes como cuestionables: Aguas Blancas, Tlatelolco, Tlatlaya, Ayotzinapa, Nochixtlán, etc.
Y esos que llaman a la unidad son los que aprobaron las reformas estructurales que tienen a los trabajadores del campo y la ciudad sufriendo penurias mientras que ellos desde sus empresas o desde los altos cargos burocráticos dictan medidas anti populares.
Su llamado de unidad es referente a defender sus negocios, es hacer unidad para salir lo menos dañados económicamente contra lo que se ve inevitable, mayor crisis en México.
Si en verdad quisieran la unidad, se retrocedería el gasolinazo, habría una consulta nacional sobre la viabilidad de las reformas, los sueldos de los funcionarios fueran similares al de los trabajadores, los ricachones repartirían las ganancias de las empresas, se liberarían a los presos políticos, se plantearía dejar de pagar la deuda externa, se renacionalizarían las empresas. ¡Pero no! Nadie habló de eso en sus mesas de análisis ni en sus declaraciones. Esa unidad que se plantea es en torno a ellos, no en torno a los mexicanos. La unidad que vemos que sí está comenzando a organizarse es en torno a la lucha contra las reformas estructurales. En pocas palabras…

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