CIUDAD DE MÉXICO (Sputnik) — El presidente de EEUU, Donald Trump, declaró una guerra abierta contra los migrantes de México que desprecia, dijo a Sputnik el investigador Carlos Heredia, miembro del Consejo Consultivo del Instituto de México en el Centro Woodrow Wilson de Washington.
"La nueva política de EEUU es una declaración de guerra abierta y total contra los migrantes, con la firma de órdenes presidenciales para construir un muro y la persecución policial y expulsión de indocumentados, que llevaron al naufragio de una reunión presidencial bilateral este jueves", dijo el profesor del prestigioso Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) de México.
Esa guerra "ya estaba muy anunciada y se perfilaba, pero ahora se hace realidad" con las órdenes ejecutivas de acciones antiinmigrantes para emprender deportaciones masivas, dice el experto, quien a lo largo de tres décadas ha participado en organismos civiles internacionales de México, EEUU y Canadá.
Confirma además que el poder de la Casa Blanca lo han tomado "los adalides de la guerra contra México y los migrantes, a cargo de las principales responsabilidades de ese nuevo combate abierto", que comienza por quitar los subsidios federales a los "santuarios" de Chicago, Houston, Los Ángeles, Miami, Nueva York y Washington.
Las ilusiones de diálogo y negociación se han esfumado de golpe: "La tendencia mexicana a contarnos historias tranquilizantes de ensueño, había colocado esperanzas de que Trump iba a suavizar sus políticas, una vez que se sentara en la Casa Blanca", dijo el autor de varios libros sobre la relación con EEUU y Canadá.
"Los hechos muestran que Trump no guía sus pasos por la evidencia, ni por la información verificada ni por el análisis, sino por su ego y su objetivo será hacer realidad sus promesas a sus votantes, para salvar su popularidad", puntualiza Heredia, miembro desde hace una década del Comité Internacional de la Cumbre de Migrantes de América Latina y el Caribe.
© AP PHOTO/ CHRISTIAN TORRES
"La señora Kirchner, ahora encargada de aduanas y protección fronteriza, dirige un grupo que se encarga de hacerle la vida imposible a los migrantes", asegura el reconocido experto en migración y Norteamérica.
Kirchner fue nombrada por Trump jefa de personal de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, en inglés), luego de trabajar en silencio en la organización antiinmigrante más influyente de EEUU, durante casi diez años, antes de saltar a los reflectores.
En 2015 se convirtió en asesora de inmigración de la campaña Trump, con líderes racistas como Jeff Sessions, designado Fiscal General, y Mike Pompeo, director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) ligados al movimiento extremista antiinmigrante, apunta.
Acoso para la auto-deportación
Kirchner ha jurado que hará realidad lo que el propio gobernador republicano de Massachusetts y precandidato presidencial, Mitt Rodney definió como estrategia de 'autodeportación': "es decir, hacerle la vida imposible a los migrantes para obligarlos a que ellos mismos decidan irse de EEUU", apunta.
Ese plan se ha puesto en marcha "sin hacerse cargo de la realidad de la conducta estadounidense cotidiana ante la migración, que se aprovecha de los migrantes para los trabajos sucios mal remunerados".
El Gobierno estadounidense "envía una señal perversa por la cual se le dice al mundo que está prohibido entrar a EEUU, pero permite y estimula contratar a empleados para trabajos que los blancos no quieren".
El peligro de la pretendida renegociación ofrecida por Peña Nieto, que ha tenido su primera derrota, es que "el Gobierno mexicano pretende utilizar a los migrantes como moneda de cambio".
Las cartas de los negociadores mexicanos encabezados por el canciller Luis Videgaray "podrían entregar la política migratoria a cambio de concesiones económicas en el plano comercial o de seguridad, usarlos una ficha de negociación", alerta.
La visita que Trump descartó antes de que Peña Nieto la cancelara poco después, indica una sola cosa: "no quiere negociar nada, sino ejecutar decisiones unilaterales y de facto, manifiesta que los gobernantes mexicanos ya no son interlocutores de su nivel".
Si Peña Nieto y el canciller Luis Videgaray quiere llamar negociación a esas reuniones en la Casa Blanca, después de la firma de las agresivas órdenes ejecutivas y tras la cancelación de la reunión presidencial en Washington, "se engañan a sí mismos", puntualizó Heredia.
Esa política agresiva y xenófoba "es consistente con lo que piensa Trump y su electorado: tal vez pueda necesitar a los trabajadores, pero no los quiero por su raza, vuélvanse invisibles o váyanse, son delincuentes".
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