Un coche bomba mata al menos a 36 personas en un barrio chií de Bagdad
El ISIS busca reavivar la violencia sectaria que desangró Irak a mediados de la década pasada
Dubái
Un terrorista suicida del Estado Islámico (ISIS) ha matado este lunes a por lo menos 36 personas en Bagdad y dejado varias decenas de heridos. El atentado, el tercero que se atribuye ese grupo desde el día de Nochevieja, pone de relieve sus esfuerzos para fomentar el caos en un momento en que las fuerzas gubernamentales iraquíes, con apoyo de EE. UU., han acorralado a sus huestes en Mosul. Al elegir como objetivo un barrio chií de la capital de Irak, los extremistas suníes buscan reavivar la violencia sectaria que desangró el país a mediados de la década pasada.
El asesino ha hecho estallar un coche bomba en una concurrida plaza de Ciudad Sadr, un barrio del noreste de Bagdad habitado mayoritariamente por chiíes, la comunidad minoritaria del islam pero que suma dos tercios de la población iraquí y quienes los yihadistas del ISIS consideran herejes. Las víctimas eran sobre todo peones que esperaban que alguien les contratara para la jornada y nueve mujeres que se trasladaban en una furgoneta alcanzada por la explosión, de acuerdo con medios locales.
No ha sido el único ataque del día. Otras dos explosiones cerca de sendos hospitales han causado al menos un muerto y nueve heridos, según fuentes médicas citadas por las agencias de noticias. Tras varios meses de relativa calma, la capital iraquí ha sufrido un repunte de los atentados desde que el pasado 17 de octubre el Gobierno lanzara la ofensiva para recuperar Mosul, en manos del ISIS desde junio de 2014. Fuerzas de élite del Ejército, con apoyo de la aviación estadounidense, han logrado reconquistar una cuarta parte de esa ciudad, la segunda del país, pero avanzan despacio ante las brutales tácticas de los yihadistas y el temor a causar víctimas entre sus habitantes.
“Los terroristas atacan a civiles para compensar sus pérdidas [de territorio], pero aseguramos a los iraquíes y al mundo que somos capaces de acabar con el terrorismo y acortar su vida”, ha declarado el primer ministro iraquí, Haider al Abadi. El mandatario ha hecho esta declaración tras recibir al presidente francés, François Hollande, de visita en Irak para mostrar su apoyo a las operaciones militares contra el ISIS, en las que su país colabora.
La recuperación de Mosul constituirá un golpe mortal al Califato que proclamó el líder del ISIS, Abu Baker al Bagdadi, al capturar esa ciudad. No obstante, los observadores advierten de que el grupo aún mantendrá la capacidad para llevar a cabo operaciones tipo guerrilla y de planear o inspirar ataques en Occidente, como ocurrió la pasada Nochevieja en Estambul.
En otro incidente, varios pistoleros del ISIS han irrumpido en una aldea cercana a Udhaim, a 90 kilómetros al norte de Bagdad, y asesinado a nueve miembros de una milicia suní (progubernamental) de un tiro en la cabeza. Además, el grupo ha atacado varias posiciones militares al sur de Mosul, donde se encuentra el principal frente, causando al menos 16 muertos entre las fuerzas gubernamentales, y ha logrado cortar la carretera que une esa ciudad con Bagdad. Aun así el Ejército ha logrado recuperar otro barrio del este de esa ciudad.
“Tienen recursos limitados en el lado oriental y el hecho de que su capacidad esté declinando indica que esos recursos han empezado a menguar”, ha declarado a Reuters el general Joseph Martin, jefe de las fuerzas de tierra de la coalición internacional que lidera EE. UU. contra el ISIS.
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