domingo, 26 de febrero de 2017

De esclava sexual del IS, a "traidora"

De esclava sexual del IS, a "traidora"

La joven yizadí esclavizada por el IS, Basima Darwish. FRANCISCO CARRIÓN
Una esclava yazidí del IS logra su absolución tras permanecer más de dos años en una prisión kurda acusada de cooperar con los yihadistas
La vida de Basima Darwish cambió para siempre el 3 de agosto de 2014. Aquel día la joven de 32 años emprendió junto a su esposo y otros 33 parientes una agitada huida desde Sinyar, una de las de principales villas de la minoría yazidí situada a los pies del monte homónimo. La espantada, sin embargo, concluyó poco después de iniciar la marcha. La familia fue secuestrada por las huestes del autodenominado Estado Islámico.
La comitiva fue trasladada a Tal Afar, a unos 55 kilómetros al oeste de Mosul. Allí los niños y las mujeres -entre ellas, Basima, que por aquel entonces se hallaba embarazada- fueron separadas de los hombres. En las semanas siguientes, miles de féminas fueron convertidas en esclavas sexuales del califato y vendidas al mejor postor. El cautiverio de Basima se prolongó hasta octubre de 2014 cuando los 'peshmerga' (el ejército "de facto" del Kurdistán iraquí) irrumpieron en el callejero de Zumar, la localidad situada a unos 40 kilómetros al noroeste de Mosul en la que se hallaba recluida. Pero aquella operación militar, lejos de quebrar las cadenas que la mantenían presa, inauguró una nueva pesadilla: Basima fue arrestada y trasladada a la prisión de mujeres y menores de Erbil, la capital del Kurdistán iraquí.

Acusada de terrorismo

Según los servicios de inteligencia kurdos, la mujer cooperaba con sus verdugos. Durante la operación para liberarla, les había tendido una trampa a los uniformados kurdos al asegurarle que su vivienda se encontraba completamente vacía. Tres 'peshmerga' perdieron la vida al adentrarse entre sus muros y ser alcanzados por los militantes del IS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés) que permanecían escondidos en su interior. Basima cargó desde entonces con la responsabilidad de las muertes. Las autoridades, que durante meses defendieron su culpabilidad y se negaron a aceptar la solicitud de liberación de organizaciones como Amnistía Internacional, insistieron en que la mujer se había radicalizado y debía ser juzgada en virtud de una draconiana ley antiterrorista. Los parientes llegaron a denunciar la falta de garantías del proceso. El pasado agosto Basima compareció ante un tribunal sin abogado y fue forzada a firmar cuatro documentos en kurdo sin ser consciente de su contenido. "Resulta chocante que el Gobierno regional, que condena las atrocidades del IS contra la comunidad yazidí, acuse de terrorismo a una superviviente de estos abusos y le niegue sus derechos legales básicos", declaró entonces Philip Luther, director de Amnistía para Oriente Próximo.

Apoyo de la comunidad yizadí

Entretanto, Basima dio a luz entre rejas a Nur Husein, su tercer hijo, y aguardó sin demasiadas esperanzas a la fecha del juicio. "Esperó en la cárcel durante dos años y cuatro meses", relata a EL MUNDO Pari Ibrahim, directora de la fundación Yazidíes libres y una de las contadas personas que ha logrado comunicarse con la joven durante su largo presidio. "El Gobierno regional del Kurdistán -admite- me permitió acceder hasta ella. Me reuní en dos ocasiones para preparar el proceso judicial". Los encuentros se celebraron los pasados 25 de enero y 19 de febrero en vísperas de un vista que esta semana ha despachado un veredicto tan inesperado como feliz: el tribunal ha absuelto a Basima. "Por duro que resultara, sabíamos que su única opción de ser liberada era decir toda la verdad ante el juez. Y así lo hizo. Se mostró muy segura y decidida. Señaló que la primera declaración era errónea y había sido arrancada bajo la presión de la policía", detalla Ibrahim. "Durante la vista -agrega- explicó que no sabía quien se encontraba en la casa. Que solo recordaba humo y que no vio nada. Tampoco estaba al tanto de la muerte de los tres 'peshmerga'. Narró que la habían obligado a convertirse al islam, como a otras muchas yazidíes".
Su testimonio resultó tan convincente que el fiscal acabó reconociendo que no había razón para condenarla. "Cuando el juez decretó la absolución, Basima rompió a llorar. Al equipo legal que defendimos su inocencia nos sorprendió el fallo porque creíamos que su juicio sería más largo y enrevesado tras permanecer más de dos años en la cárcel", confiesa la responsable de una de las organizaciones que ha acompañado a esta víctima del IS en su lucha por demostrar que no abrazó la yihad. En su defensa figura un letrado estadounidense que viajó esta semana hasta Erbil para sumarse a la causa. A la corte también acudieron representantes de la ONU y el consulado estadounidense. "Nunca hubo pruebas contra ella y siempre contó con el apoyo de la comunidad yazidí. Los suyos jamás creyeron que fuera seguidora del IS y terrorista. Su respaldo le dio mucha fuerza", desliza Ibrahim, centrada ahora en lograr su excarcelación.

Violaciones y matrimonios forzosos

"En el Kurdistán la ley concede un mes para que acusación o defensa puedan presentar sus recursos. Si hay apelación, el proceso podría prologarse otros seis meses pero confiamos en que nadie recurra la sentencia. Basima podría ser liberada en menos de un mes", pronostica la activista. Mientras llega el final del calvario, su familia ha optado por guardar silencio. Hasta 31 parientes de Basima permanecen desaparecidos. Desde el verano de 2014, cientos de esclavas han escapado de los confines del califato -establecido a caballo de Siria e Irak- o han sido rescatadas por las autoridades o los mediadores que han florecido por el vecino Kurdistán. Víctimas de violaciones y matrimonios forzosos, las supervivientes han afrontado una traumática rehabilitación para tratar de dejar atrás los estigmas en una sociedad tradicional y atormentada por su historia reciente. Un rehabilitación que la persecución judicial contra Basima había mantenido hasta ahora en suspenso. "Se ha hecho justicia. Una mujer inocente y una superviviente valiente comenzará pronto la aventura de construir una nueva vida", concluye Ibrahim.

2 Comentarios

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Algo que habría que resaltar es que si hubiera sido al revés, el IS le hubiera cortado el cuello sin más, sin darle opción a que un tribunal kurdo juzgara su caso y finalmente la absolviera. Y esta es la gran diferencia entre el medievalismo religioso del IS y los kurdos. Y esto es para recriminar la ligereza con la que Europa, USA y occidente en general apoyaron a los rebeldes, los buenos chicos del Daesh, IS o ISIS.
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Finalmente una noticia verdaderamente positiva que nos llega de Oriente Próximo...gracias por la difusión :)

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